Testamento.
El día estaba helado, las corrientes de aire erizaban a todos aquellos invitados inesperados, los cuales esperaban deseosos por información o alguna noticia que les ayudara en su trabajo, queriendo sacar hasta la última gota de aquellos secretos que escondía la familia. La lluvia empezaba a derramarse desde aquellas nubes grises en el cielo, las cuales parecían entender que era un día caótico, causando que las personas sacaran sus paraguas para protegerse de la lluvia, como si fuese algo malo de lo que tuvieran que escapar.
Namjoon se encontraba entre la multitud, expectante por el comienzo del fin, causándole mariposas en el estómago, aquellas que florecían cada que algo bueno pasaba. Jin también se encontraba entre la multitud, con su cabello rojizo completamente mojado, ropa negra y una mirada fija en su hermano mayor, el cual tenía una sonrisa triunfante, como si se hubiese ganado la lotería sin ni siquiera comprarla.
—Es un maldito. —susurró Jin sin quitar su mirada de Taehyung.
—¿Por qué estás aquí? —preguntó Namjoon—. Te dije que te llevaría la información.
—Digamos que la paciencia no va conmigo. —respondió Jin con una sonrisa fingida.
Namjoon suspiró con pesadez, empezando a creer que todo eso era una locura, pero las ideas que tenía en su cabeza para la morgue, lo sacaba de cualquier duda y lo inspiraba a seguir. Namjoon miró por un momento a Jin, observándolo mojado y tembloroso, dándose cuenta que la lluvia podía tocarlo, cosa que le parecía extraño, pues los fantasmas que había conocido en el pasado, no les afectaba nada; ni la lluvia, ni el calor, ni la nieve e incluso las hojas los traspasaban.
Namjoon decidió tomar su saco y ponerlo en los hombros de Jin, para evitar que siguiera siendo atacado por lo que parecía ser una tormenta, pero al hacerlo, el saco lo traspasó, cayendo a la silla vacía y mojada, Namjoon se quedó mirando fijamente su prenda, dándose cuenta que algo no estaba bien del todo y tenía que encontrar la manera de averiguar todo lo que había pasado con Jin.
—¿Olvidas que estoy muerto? —cuestionó Jin observando el saco.
—Creí que daría el mismo efecto que la lluvia. —respondió mientras tomaba su saco y lo ponía en sus piernas.
Namjoon decidió ponerle completa atención al evento, pues necesitaba cualquier información que allí se diera, pero todos sus pensamientos se nublaron al sentir como Jin empezaba a bajar su cremallera, acariciando su pene por encima de la ropa, tratando de escapar de aquel lugar, sumergiendo sus pensares en placer y deseo. Namjoon rápidamente puso su paraguas tapando su entrepierna, tratando de que las personas a su alrededor no se diera cuenta de aquel suceso paranormal, incluso si eso incluía estar completamente mojado.
Jin terminó de bajar su cremallera y su ropa interior, dejando al descubierto el enorme atributo que Namjoon guardaba bajo su pantalón, haciendo que Jin tragara con fuerza, creyendo que aquello no tendría cabida en su boca tan fácilmente, pero aún así decidió intentarlo. Jin empezó a masajear la punta del pene con la yema de sus dedos, los culés estaban lubricados con la saliva del peli rojo, causándole escalofríos a Namjoon, el cual sostenía la cabeza de Jin con fuerza, pidiéndole continuar.
—Demuestrame lo que sabes hacer. —susurró Namjoon mordiendo su labio inferior.
Jin tragó con fuerza y empezó a lamer la punta del pene, acompañado con suaves movimientos que le otorgaban sus manos, haciendo Namjoon ladeara su cabeza hacia tras, mostrándole a Jin la mejor escena de su vida, pues las gotas de agua acariciaban el rostro de Namjoon, para luego bajar por su cuello y hacer que la camisa blanca se volviera casi trasparente, mostrándole su trabajo cuerpo.
Jin siguió con sus movimientos, para luego meter su pene de golpe, causando que Namjoon jadeara cada que Jin subía y bajaba su boca, tocando sus testículos con la yema de sus dedos, dejando su pene lleno de la saliva de Jin, la cual servía como lubricante para sus movimientos, volviendo loco al peli negro.
—¡Ah! Sigue así Jin. —jadeó Namjoon.
—¿Te gusta? —murmuró Jin atragantado.
—¡Mierda! Me encanta. —exclamó con emoción.
—¿Namjoon? —dijo una voz ronca cerca de él.
—T-Taehyung... —dijo Namjoon casi inaudible.
Jaja lo pillaron.
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