El cuerpo de Jin estaba realmente herido. Para matar a alguien era sencillo darle veneno o pegarle un disparo, pero la manera en la que se encontraba Jin, solo demostraba que lo habían hecho a propósito, solo con el fin de hacerlo sufrir por alguna razón que aún no sabían. Namjoon terminó de revisar el cuerpo de Jin con éxito, llegando a la conclusión que la muerte Jin había sido causada por muchos factores, pero si tuviera que elegir la razón verdadera, votaría por el corte que tenía el cuerpo de Jin en su pecho, al lado del corazón, como si le hubieran enterrado un cuchillo en su corazón.

Namjoon guardó el cuerpo de Jin en una de las neveras de la morgue, lo suficientemente escondido para que nadie supiera que aún estaba ahí y que había hecho caso omiso a las instrucciones del policía. Después de esconder el cuerpo, Namjoon salió de la morgue y subió a la parte superior de la casa, encontrándose con una cabellera roja asomada por la ventana, el cual rápidamente corrió hacia a Namjoon al verlo llegar.

—¿Qué encontraste? —preguntó Jin con seriedad.

—No te lo voy a decir, no es conveniente. —respondió Namjoon.

—Es mi cuerpo Nam, yo decidiré que es conveniente. —dijo con tono firme.

—Tu cuerpo está en muy malas condiciones Jin, fuiste brutalmente asesinado.

Jin abrió los ojos por completo, demostrando la sorpresa en su rostro, para luego caer al suelo mientras sostenía su cabeza con fuerza, como si un recuerdo amargo estuviera escarbando en su cabeza, causándole dolor físico y mental. Namjoon rápidamente se acercó a él, tratando de ayudarle con su dolor, sintiendo sus manos frías con cada toque hacia el peli rojo, dándole a entender nuevamente que Jin era un fantasma.

Namjoon trataba de tomar la cabeza de Jin, para lograr calmar su dolor, pero Jin rápidamente lo alejó, demostrando aquella personalidad egocéntrica, como si no hubiera persona digna de tocar su maravilloso cuerpo. Jin se puso de pie y rápidamente desapareció de la vista de Namjoon, dejándolo desconcertado y enojado, pues había hecho todo lo que Jin le había pedido y sólo había recibido desprecio a cambio. Namjoon suspiró pesadamente y se dispuso a llamar a Yoongi, pues debía contarle a su mejor amigo todo lo que había pasado en los últimos días.

Las horas pasaron con rapidez y en un abrir y cerrar de ojos, Yoongi se encontraba en la casa de Namjoon, conversando alegremente mientras bebían un poco de vino que había traído el de cabello azul, lo suficientemente fuerte para hacerlos delirar un poco. Yoongi y Namjoon habían hablado durante horas sobre lo que habían encontrado en el cuerpo de Jin, pensando si decirle o no a la policía sobre lo que habían encontrado.

—Yo... Digo que... —Yoongi entrecerró sus ojos y luego suspiro— no sé.

—Estás diciendo cosas sin sentido. —dijo Namjoon alargando sus palabras.

—Tú no tienes sentido, ves muertos. —recordó Yoongi.

—Dime algo que no sepa, Suga.

Ambos guardaron silencio por unos minutos y luego rieron fuertemente, como si hubieran escuchado algo bastante gracioso, olvidando por completo la razón de la visita de Yoongi. Las horas pasaron nuevamente y Jimin había llegado para recoger a Yoongi, ya que en ese estado no podia llegar a casa solo, Namjoon salió de su casa y se despidió de la pareja, luego dio media vuelta, observando a Jin en su habitación, con una mirada indescriptible.

Me acabo de dar cuenta que tengo puros lectores fantasmas (como Jin xD)

Tal vez no les ha gustado mucho la historia ¿Debería eliminarla? ¿Qué opinan ustedes? Los leo.