Mentiras.

Namjoon odiaba mentirle a sus amigos y más que todo a J-hope, a quien le había prometido siempre decirle la verdad, sin importar que tan descabellada fuera la situación, pero también odiaba la idea de volverlo a perder debido a su condición, lo cuál causaba un severo problema de elección ¿Debía decirle la verdad o quizás no? Era lo que pensaba Namjoon una y otra vez, mientras seguía siendo vigilado por la mirada interrogativa de su amigo, el cual esperaba una respuesta lo más pronto posible.

—Of course not! —mintió nuevamente mientras sonreía—. Thanks to Yoongi my life has become very normal.

—I'm glad to hear that. —dijo J-hope devolviendo la sonrisa.

—I'll go to the bathroom for a moment.

Namjoon se levantó de su asiento, dirigiéndose al baño con gran velocidad, para luego abrir la llave del lavamanos y empezar a arrojarse agua en el rostro, tratando de calmar aquello que tanto lo angustiaba. Una vez que pudo relajarse, Namjoon empezó a secar su rostro para salir de allí, pero al abrir sus ojos, se encontró con aquella cabellera roja que tantos sentimientos le causaba. Jin lo miraba fijamente, impregnando sus sentimientos en él, como si atravesara su alma con una daga puntiaguda, logrando que Namjoon empezara a ponerse algo nervioso, lo que hizo que Jin soltara una risita engreída y sutil.

—¿Te gusto? —preguntó con descaro.

—Yo... —las palabras sencillamente no salían de su boca.

—No tienes que responder, sé lo que causo en las personas, sé lo que causo en ti. —dijo con soberbia, seguro de sus palabras.

Jin se apresuró a dejar un casto beso en la comisura de sus labios, haciendo que Namjoon quedara sorprendido, para luego empezar a alejarse de él, dejándolo con aquel nudo en su garganta, pidiendo a gritos probar los labios carnosos de Jin nuevamente. Namjoon no dudó dos veces en hacer caso a sus deseos, tomando el brazo de Jin para poder acercarlo a él y poder probar aquella fruta prohibida.

Namjoon empezó a besar a Jin con necesidad, poniendo todos sus sentimientos sobre la mesa, dejando al desnudo su alma, logrando que Jin sintiera todas sus emociones, mientras empezaba a acostumbrarse al ritmo del peli negro, quien pareciera que quisiera devorar sus labios en cada movimiento. El vaivén de sus labios, jugaban al ritmo del otro, acoplandose en uno solo, mientras resbalaban en aquella saliva espesa que mojaba sus labios con suavidad, haciendo que sintieran cosquillas que bajan hasta sus entre piernas.

—N-Namjoon. —gimió Jin al sentir una mordida en su labio inferior.

—Quiero que seas mío. —susurró sobre sus labios, mientras cargaba a Jin y lo ponía sobre el lava manos— me estás volviendo loco.

—Hazlo... Hazlo ya. —suplicó con sus ojos inyectados en deseo.

Namjoon empezó a besar el cuello de Jin con desesperación, dejando marcas rojas sobre él, marcando lo que ahora le pertenecía. Jin comenzó a quitar la camisa de Namjoon mientras disfrutaba de sus caricias, las cuales le causaba una corriente eléctrica por todo su cuerpo. Una vez que pudo quitar la camisa, empezó a acariciar la fuerte y ancha espalda de Namjoon, causando jadeos por parte de este, como si pidiera a gritos ser atendido.

El resto de la ropa fue desapareciendo poco a poco, hasta quedar completamente desnudos, encendiendo aquella chispa de deseo, mientras se miraban mutuamente con necesidad, haciendo que sus respiraciones empezaran a entre cortarse, sus corazones latían con fuerza, mientras tocaban sus cuerpos con suaves caricias, admirando cada centímetro de estos. Namjoon empezó a acariciar las piernas de Jin suavemente, para luego tomarlas con fuerza y subirlas en sus hombros, acomodandose en la mitad de estas sin problema.

—¿Estás listo? —cuestionó Namjoon con deseo.

—Yo... Nam...

—Diria que no te dolerá y que seré flexible, pero no puedo, ahora solo quiero partirte en dos hasta hacerte llorar. —confesó sin titubear, haciendo que Jin tragara en seco.

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