La verdad.
Namjoon se encontraba nuevamente en su casa, después de un cansado día de terapia con Yoongi, al cual agradecía enormemente, pues Nmajoon sentía que solo el pelo azul y su esposo podían entenderlo, Namjoon miró la hora en su reloj y aún tenía unas cuantas horas libres antes de que la noche llegara, así que decidió beber un poco para calmar sus nervios. Así trascurrieron unas cuantas horas más y la luna ya se encontraba en su punto más alto, por lo que Namjoon decidió subir a su habitación para descansar, después de todo, a la mañana siguiente debía empezar a trabajar nuevamente. Namjoon empezó a subir las escaleras hacia su habitación, mientras sostenía la última botella de alcohol casi vacía, la cual bebía de apoco sin desviarse de su objetivo, pero unos golpes en la parte baja de la casa, hicieron que el cuerpo del peli negro tambaleara en su lugar, pues parecía que algo se había golpeado contra el suelo.
Namjoon empezó a bajar hacia la morgue, sosteniéndose de la pared del pasillo, pues las copas de alcohol ya habían hecho daño en su cabeza, después de unos minutos, el peli negro ya se encontraba al frente de la puerta de la habitación donde estaban los cadáveres, así que suspiró pesadamente y la abrió de golpe, encontrándose con el cuerpo de Jin tirando en el suelo y su fantasma mirándolo fijamente, como si estuviera esperando que algo pasará. Namjoon, en un acto de desesperación, tomó la botella que tenía en la mano y la lanzó al fantasmas de Jin, haciendo que éste la esquivara y pusiera toda su atención en él, acercándose rápidamente, quedando cara a cara.
—Déjame. —susurró Namjoon— ¡Déjame en paz!
—¿Así que podías verme? —cuestionó Jin con una sonrisa malvada y enojada—. Fingiste que no lo hacías ¡Eres una escoria!
—Eres parte de mi imaginación, no eres real. —murmuró Namjoon tratando de créese cada palabra dicha por el mismo.
—Soy tan real como tú. —dijo Jin con seriedad.
Namjoon suspiró por milésima vez ese día y decidió salir de ese lugar, ignorando la voz de Jin que atormentaba su cabeza, después de todo estaba muy tomado y aún sentía aquella culpa de la que había hablado con Yoongi, por lo que era normal que estuviera imaginando todas esas cosas, incluso que hubiera hablado con un fantasma. Namjoon decidió ir nuevamente hacia su habitación, pero terminó cayendo al suelo debido al alcohol que viajaba por su cuerpo, quedándose profundamente dormido, haciendo que todo a su alrededor se volviera negro y perdiera la noción del tiempo.
El peli negro despertó debido al dolor incurable de su cabeza, sintiéndose enfermo y aturdido, mientras trataba de levantarse e ir a la cocina por una pastilla, tratando de recordar cómo había llegado a su habitación, pues lo último que recordaba, era haberse quedado dormido en el pasillo de la parte baja de la casa. Namjoon bajó a la cocina, encontrándose con una cabellera roja, el cual estaba sentado en el comedor, Namjoon decidió ignorarlo e ir por su pastilla, la cual tomó rápidamente después de encontrarla.
—¿Nuevamente vas a ignorarme? Sé muy bien que puedes verme. —dijo Jin levantándose de su asiento.
—No eres real. —susurró Namjoon.
—¡Deja de decir eso! —gritó Jin—. Necesito tu ayuda ¿Crees que quiero quedarme aquí? Tienes un pésimo gusto en la decoración.
—Lamentó que no sea de tu agrado, la morgue no está pasando por su mejor momento. —informó Namjoon mientras bebía un poco de café.
—¿Tienes problemas de dinero? —cuestionó Jin.
—Algo así.
—Bien, entonces hagamos un trato.
Gracias por leer mis amores.
Espero que le den mucho amor a esta bella historia.
Los quiero mucho.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top