La cabeza de Namjoon dolía con fuerza, como si un tractor le hubiera pasado por encima, causándole problemas para empezar bien su día laboral, asegurándose que no volvería a tomar de esa manera con el peli azul, además, eso evitaría cometer locuras como las que había hecho noche con Jin. Namjoon decidió ir a la cocina por una pastilla para su cabeza, mientras miraba una libreta con los cuerpos que debía entregar ya con la causa de muerte, asegurándose que todo estuviera en orden y preparado para sus familias, aunque algunas veces los cuerpos no eran reclamados y por esa razón, en la parte trasera de la casa, había un pequeño cementerio.

Una vez que Namjoon estuvo listo,  empezó a llamar a la policía para que le avisara a la familia sobre el cuerpo de sus familiares, los cuales habían muerto por causas naturales, asesinato, suicidios o intoxicación, dándole a entender a Namjoon que el mundo estaba lleno de maldad y más ahora que conocía la causa de la muerte de Jin, la cuál había sido increíblemente terrorífica. Las familias iban y venían, dejando la morgue solitaria, pues se habían llevado todos los cuerpos, a excepción de dos, una mujer mayor y el cuerpo de Jin.

—Veo que no soy el único excluido de la sociedad. —comentó Jin mientras se acercaba al cuerpo que Namjoon estaba arreglando para su entierro.

—Sus hijos la trajeron aquí, pero no sé qué es más terrorífico, si el hecho de que la hayan abandonado o el hecho de que haya muerto por asesinato. —dijo Namjoon terminando con su ataúd.

—Tal vez lo hicieron por dinero. —musitó Jin sin darle tanta importancia.

—Jin ¿Tenías muchos enemigos cuando estabas vivo? —cuestionó Namjoon poniéndose inquieto.

—Sí —aseguró sin dudar, recordando la mala persona que había sido—. Todos me odiaban, desde mi familia, hasta mis empleados.

Jin empezó a contar como había sido su vida cuando estaba vivo y lo mucho que se había ganado el odio de las personas cercanas a él. Jin tenía tres hermanos; el mayor se llamaba Taehyung, el cuál había tenido un accidente cuando Jin estaba pequeño, la segunda se llama Ji Eun, la cual había sido adoptada por su familia y parecía tener una relación secreta con Taehyung, el menor se llamaba Jungkook, el cuál era calmado y no se metía en problemas. El peli rojo aseguró que el accidente de su hermano había sido su culpa y que nunca le había agradecido por ayudarlo en aquel entonces, su hermana adoptiva siempre fue su blanco de burlas, tratándola como una perra sin hogar y el menor, ni siquiera existía para él.

Sus empleados no eran la excepción, pues siempre les recordaba quien mandaba y los humillaba hasta el punto que preferían suicidarse. Sus fans conocían su personalidad, pues no permitía ser tocado por nadie y pocas veces daba autógrafos, demostrando aquella grandeza que tanto lo caracterizaba, ganándose el apodo del principe de la moda, pues a parte de tener un talento exquisito para la moda, se creía un príncipe de sangre azul.

—Eras un imbécil. —susurró Namjoon terminando te enterrar el ataúd— no me extraña que estés muerto.

—¿Debería agradecerte por tus palabras? —dudó Jin con su rostro disgustado.

—La verdad es... —las palabras de Namjoon fueran interrumpidas por el timbre— iré a ver quién es.

—Voy contigo, después de todo no me pueden ver. —dijo Jin con una sonrisa traviesa en su rostro.

Namjoon se dirigió a la puerta delantera, luego la abrió rápidamente, encontrándose con un chico muy peculiar y según lo que le había contado Jin, al parecer ese chico era su hermano mayor ¿Pero qué hacía ahí? Era lo que se preguntaban Jin y Namjoon.