Clave.
Taehyung tenía la mirada fija en Namjoon, el cual se encontraba completamente empapado por la lluvia, solo con la parte baja cubierta por el paraguas, lo cual le pareció completamente extraño a Taehyung. Namjoon trataba de disimular la excitación que sentía en ese precioso momento, pues Jin seguía haciendo sus movimientos perfectos en su pene, haciendo que su clímax estuviera aún más cerca, logrando que Taehyung detectara la situación en la que se encontraba el cuerpo de Namjoon, por lo que no pudo evitar soltar una risita ruidosa para luego llamar una de sus prostitutas, la cual tenía el mismo collar que la chica anterior, siendo tratas todas como un perro.
—De cierto modo también eres un hombre Namjoon. —dijo Taehyung — me imagino que también sientes deseo, incluso en situaciones como éstas.
—N-no es lo que parece. —susurró Namjoon con su voz agitada.
—Deja que una de mis musas te atienda, te aseguro que te hará ver el cielo. —aseguró con descaro.
La chica completamente empapada, no dudó en arrodillarse frente a Namjoon, para luego pasar sus manos por encima del paraguas y tratar de quitarlo para empezar su trabajo, pero Namjoon impidió cualquier intento de la chica por satisfacerlo, pues en ese precioso momento, estaba a solo un segundo de venirse, sintiendo como el peli rojo acariciaba sus testículos mientras se comía su pene con ganas, alterando cada sentido de Namjoon, quien no tardo ni un segundo más en venirse, soltando un gemido desgarrador.
Taehyung soltó nuevamente una risita escandalosa, creyendo que el de cabello negro se había venido con tan solo el toque de la chica, pero estaba muy lejos de imaginar lo que realmente había pasado, por suerte, la lectura del testamento había empezado, por lo que Taehyung había dejado nuevamente a Namjoon sólo, para concentrarse solamente en lo que le importaba, obtener todos los bienes de Jin, incluyendo su empresa. Los hermanos de Jin se encontraban adelante; Taehyung, Ji Eun y Jungkook, los cuales veían atentamente cada acción hecha por el hombre quien tenía en su mano el testamento, listo para revelar la verdad.
—Hoy seremos testigos del testamento dejado por el joven Kim Seok Jin, también conocido como el príncipe de la moda, el cual se suicidó en un momento de desesperación, causada por una situación aún anónima. —informó el hombre con cierta tristeza.
—Eso no nos importa, queremos saber cuánto dinero nos toca, no la razón de su estúpida muerte. —comentó Ji Eun, mientras cruzaba sus largas y esbeltas piernas.
—De acuerdo. El joven Kim Seok Jin ha dejado todo su dinero, bienes, empresas, propiedades y demás cosas, a aquel que descubra cual es la palabra secreta, la cual también es la palabra clave de su caja fuerte, la cual contiene sus escrituras. —anunció hombre guardando el testamento.
—¿Qué estupidez es esa? Mi hermano estaba realmente loco. —murmuró Taehyung— ¡Escuchen todos! A partir de este momento, seré el único heredero de la fortuna del príncipe de la moda.
—Lo siento joven Tae, pero todo aquel que trate de tocar la herencia de Jin sin averiguar la clave, será mandado a prisión con sentencia de muerte. —dijo el hombre completamente seguro.
Taehyung se quedó completamente en silencio, mientras los periodistas y paparazzis grababan, tomaban fotos y subían noticias sobre el testamento del joven millonario, pues todo aquel que existiera en el mundo, podría quedarse con su fortuna, sólo debía averiguar aquella palabra, la cual tarde o temprano se sabría. El hombre rápidamente se subió a su auto, guardando con mucho sigilo el testamento del peli rojo, esperando a la persona indicada para ser entregado, pues solo aquel hombre sabría quién sería el dueño todo ¿Por qué? Solo él lo sabrá.
¿Qué palabra creen que sea?
¿Podrán ustedes quedarse con la fortuna del príncipe de la moda?
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