Five.
De verdad que el omega había intentando de todo con tal de conseguir una excusa, ocuparse para no ir a dormir a la casa de Jimin ese fin de semana, pero era imposible pues su madre le decía todo eso de que debía distraerse, divertirse de vez en cuando y sobre todo lo de que ya tenía planes y los planes se hacen, es decir, que quería que cumpliera 'su promesa' de ir a dormir a la casa de su alfa, el padre de su mejor amigo Jungkook. El menor necesitaba alejarse de él, es algo inadecuado, no pueden estar juntos aunque sean omega y alfa, Yoongi creía que era inapropiado.
También le impedía evitar aquello los chantajes de su mejor amigo, Jungkook veía que su pálido amigo no tenía ganas de ir a su casa a dormir por alguna razón, que no preguntó por dejarle espacio a Yoongi y decidió, chantajearle a base de darle dulces todos los días hasta que llegase el fin de semana que era cuando habían quedado para que este chico Yoongi, vaya a la casa de Jungkook a dormir, y claro que el omega no podía aunque quisiera, negarse a un dulce, así que aceptaba, comiendo todos los dulces que Jungkook le daba cada día, finalmente rindiéndose sabiendo que si o si iba a ir a hacer esa 'fiesta de pijamas' con su querido mejor amigo Jungkook.
–¡Yoonie! -Grita Jungkook , al ver que su mejor amigo Yoongi ya había llegado a su casa, pues ya era fin de semana, era viernes por la tarde ya casi estaba anocheciendo, Yoongi había venido con su madre en coche la cual poco después de dejar a su hijo se había ido. El omega estaba nervioso pero su mejor amigo quien estaba feliz, le ayudaba a calmarse y a reír con él, comenzando aunque sea un poco a divertirse los dos juntos aún en la puerta de la casa de Jungkook, pues se estaban entreteniendo en pegar saltos, emocionados por pasar un día juntos o dos, cualquiera sabe lo que el destino depara.
Un aroma amargo invade las fosas nasales del tierno pálido que rápidamente se estremece, su lobo salta de alegría viendo como Jimin salía de la casa, se acercaba a ellos con una sonrisa satisfecho porque era el día y por fin tenía a su omega en su casa, así estaba más tranquilo pues le veía, sentía que tenía a su omega a salvo a su lado y donde debe estar, en su casa, aunque iba a ser por un día o dos estaba contento de pasar el rato con él y con su hijo juntos, así también podría conocerlo mejor ya que le interesaba saber más de él, saber más de Min Yoongi, a el último nombrado le comenzaba a agradar demasiado el aroma de su alfa.
–No os quedéis ahí parados, dame la mochila con tus cosas Yoongi, yo te la llevo a la que va a ser tu habitación mientras podéis iros a jugar o a comer algo pero no estéis fuera, va a comenzar a hacer frío -Decía el alfa viendo como los dos menores asentían, Yoongi tímidamente le daba su mochila y se dejaba llevar por un Jungkook quien le estaba arrastrando al interior de la casa, Jimin sonriente pasa, sube las escaleras caminando al dormitorio que está justo en frente del suyo, no es casualidad, realmente el alfa quería dormir aunque sea, cerca suya, aún es pronto para otras cosas y no quiere asustar o presionar a su dulce omega.
–Pero Hyung eso no vale, te has comido a mi familia -Dice Jungkook haciendo que Yoongi comience a reír por las bromas de Jungkook ya que según él, las galletas son su familia ya por la palabra en inglés y el parecido en su nombre, realmente se estaban divirtiendo entre ellos, siempre lo hacían pues son muy buenos amigos, como todos pelean pero la mayoría de veces suelen ser inseparables lo que a Jimin le encanta, ver a esos dos pequeños felices es su mayor prioridad.
–Ah~ Jungkookie tu familia está deliciosa -Dice comiendo otra galleta con virutas de chocolate causando que Jungkook ría pero ponga su cara seria para seguir con su pequeño teatro, comienza a correr persiguiendo a el pálido omega quien no para de reír corriendo así evitando que Jungkook le pille, les gustaba hacer eso entre ambos, era su forma de divertirse, además de que el omega Jungkook amaba hacer reír al omega pálido.
Ahí ven a Jimin bajando las escaleras lo que causa que Yoongi se choque contra su fornido cuerpo, casi caiga pero no lo haga debido a que las manos del alfa sujetaron su delicada y pequeña cintura manteniéndolo en pie pero también causando un gran sonrojo y muchos sentimientos apareciendo por ese simple toque, esos sentimientos le aparecieron también al alfa. Yoongi sujetado a sus hombros, a los hombros de su alfa, oh dios, su alfa.
El omega se da cuenta de la situación, de la posición en la que están y se separa lentamente, mira a el alfa con una sonrisa como agradeciéndole que le haya sujetado para no caer, rápidamente Jungkookie aparece por detrás abrazando a Yoongi de forma que le había pillado y había ganado el juego en el que antes estaban sumido ambos ahora sólo Jungkook pues el pálido se mantenía embobado, con la mirada penetrante de su alfa y las cosquillas en su cintura por el reciente leve toque.
–Debéis tener más cuidado, Yoongi podría haberse caído -Dice Jimin haciendo que ambos casi agachen la mirada pero no lo hicieron ya que sonrieron al ver que el alfa tenía una expresión serena, les dedicaba una sonrisa que Yoongi, al verla, sintió su corazón later tanto que pensó que se iba a salir de su propio pecho. Jimin y Yoongi mantenían conexión de miradas, embobados con corrientes eléctricas recorriendo su cuerpo.
Pero ambos vuelven en sí, Jungkook está presente y no deben hacer algo o decir algo que haga sospechar a aquel, ambos dejan de mirarse para hacerle caso a un Jungkook que había comenzado a hacerle cosquillas a Yoongi como castigo de haberse comido a esa galleta que la hacia llamar su familia, Yoongi reía, removiendose tanto que ambos cayeron al suelo, a una alfombra que había bajo ellos, mientras las risas aumentaban, las cosquillas y un Jimin sonriendo por la escena, feliz de ver aquello deseando que eso sea eterno pero que todavía es imposible.
El mayor va hacia la cocina sacando unos dulces, unos refrescos que deja sobre una mesa así si ellos querían comer lo hicieran ya que aún era por la tarde así que estaba bien, además, por un día comiendo muchos dulces no les haría daño. Jimin después de sacar todo aquello para los pequeños, se acuesta en el sofá encendiendo la televisión con una sonrisa, escuchando de fondo la risa de su precioso omega que muy pronto comenzaría a cortejar para que sea oficialmente suyo, de nadie más.
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