30. La calidez de un amor

(CAPÍTULO 30:
La calidez de un amor.)



La noche cubría el cielo de Forks, siendo el hogar de Katya en donde se encontraba un castaño, entre sueños se removió sintiéndose intranquilo. El sabía que los Cullen habían regresado... menos tres, por lo cual reconocía la falta de presencia de su compañera.

Un ruido hizo que se sobresaltara, abriendo los ojos asustado observó su ventana.

—Solar—murmuró Caden, mirando incrédulo la figura de la vampira entrar a su habitación—. ¿Qué haces aquí?

La cobriza le miro dudando, vaciló cerrando y abriendo la boca para negar, decidiendo rápidamente. Giró en su lugar abriendo nuevamente la ventana, apuntó de saltar.

—¡Eh!—el chico gritó, quitándose las mantas de encima, por sus contrastes movimientos una de sus piernas se había enredado y ocasionó que cayera al suelo. Se quejó, pero rápidamente se levantó adolorido.

—¿Estas bien?—preguntó Sol, observando un raspón en las manos del chico al haber cerrado la ventana con fuerza, evitando la huida de ella.

El de orbes verdes le miró molesto, regulando su respiración tratando de hablar entre susurros.

—Estoy...—balbuceo— bien.

Solar se preocupó por el mortal, ayudándole a sentarse en la cama. La violinista suspiró con fuerza al sentir como el chico entrelazaba sus dedos y apretaba su agarre.

—Te fuiste.

—Tenía que hacerlo—espetó la de orbes dorados—. Creo que te cuidaron por mí—murmuró al detectar el aroma de cierto fortachón por fuera del hogar.

—¿Emmett?—preguntó, tratando de recordar el nombre del chico—. Creo que se llamaba así... dijo que tenía que hacerlo—específico.

—Supongo que debo agradecerle—Caden asintió a lo que Solar sonrió sutilmente—. ¿Le conociste?

La pregunta hizo que el humano se tensara, aquello atrajo la atención de la vampira por lo que golpeó sutilmente su hombro con el suyo.

—Sí... hablamos.

—¿Qué te dijo?—preguntó curiosa.

—Hablamos de muchas cosas...—El ceño fruncido de Sol le hizo suspirar derrotado—. Me habló del... uhm—Se ruborizo sintiéndose avergonzado, evitó la mirada de la chica. Sin saber que decir murmuró—... ¿hacer el amor?

—¿Hacer el amor?—Soltó una risita Sol al detectar el porqué la timidez repentina de su pareja—. Caden—El chico volvió a evitar su mirada, haciendo que la violinista riera—. Es algo normal, pero no sé porque haría algo como eso.

Caden se unió a la risa de la chica, parando al notar su falta de ropa. Sin evitarlo, Sol le observó, analizando la vestimenta del chico. Unos pantalones holgados negros eran lo único que le cubría, su torso se encontraba expuesto a lo que Solar se sintió avergonzada dejando de mirarle.

—Yo... lo siento —murmuró tomando una camiseta y colocándosela. El ojiverde suspiró—. ¿Quieres salir?

La chica negó, al ver la mirada de confusión del castaño sonrió sutilmente y murmuró dando un paso hacia él.

—No  es lo conveniente —señaló—. No cuando estás borracho.

—¿Borracho?

La cobriza al escucharle asintió, tomo su rostro entre sus manos uniendo sus miradas. El olor del chico llegó a sus fosas nasales lo cual le hizo suspirar.
Caden al reconocer un olor dulce en su aliento inhalo.

Mi sola presencia te embriaga—específico Sol, haciendo sonreír al mortal.

No puedo rebatirlo—La risa de ella hizo que el de orbes esmeralda suspirara. Solar en un impulso le tomó de las mejillas haciendo que sus labios se unieran.

Al separarse, la inmortal río ocasionando angustia en el muchacho. Señaló la camiseta y canturreo.

—Algo bonito—Caden confundido miró su ropa, reconociendo al instante el porqué de su comentario. La camiseta era completamente negra, a excepción del centro donde una imagen impresa de una foto donde aparecía dormido.

—Una amiga, la hizo para mi en forma de broma—Tomó un borde de la playera y señaló un pequeño garabato—. La firmó incluso.

La violinista asintió y se recostó en la cama, haciendo que le siguiera la acción su compañero.

—¿Tienes preguntas?

—Unas pocas...

—Dispara—murmuró.

Ante el silencio, Sol se levantó ligeramente mirándolo, observando un sonrojo en sus mejillas.

—¿A dónde tuviste que ir?—preguntó—. Lo siento, no es de mi incumbencia y ah...

—Tranquilo—murmuró la cobriza—. Tuve que ir a Italia. A salvar a mi... hermano.

—¿Hermano?—Asintió a la pregunta a lo que Caden suspiró.

Solar al escucharle, se acercó un poco volviendo a unir sus manos y recargándose en su hombro.

—¿Tenías... miedo?

—Tal vez un poco—admitió— pensé que habías ido a buscar alguna pareja o algo.

Solar río, coló una de sus manos por la camiseta del chico tocando su estómago juguetonamente.

—Ya somos dos—Incrédulo le miro, buscando respuestas—. El miedo... los celos son... tan irracionales. Justo ahora, cuando te he preguntado de la camiseta—murmuró dejando de hablar al decir lo último.

—¿De verdad que eso te hace sentir celosa?

—Soy nueva en esto—musitó—. No te mentiré, tuve una pareja por bastante tiempo. Uno de los míos y... jamás sentí celos solo por una camiseta—avergonzada murmuró—. Es como si hubieras resucitado al ser humano que hay en mí, y lo siento todo con más fuerza porque es reciente.

—Debería yo decir eso. Tenías a Edward que es... como una versión mejorada de cualquier chico—Aquello hizo sonreír a Solar—. Yo simplemente soy yo, podría decir que tengo competencia.

—No la hay, pero por ahora, creo que ya es tarde y debes dormir.

Caden asintió, sonriendo al ver que la chica se levantaba para quitar una manta debajo de ella, Solar lo cubrió y se acercó un poco a él.

—¿Te quedaras?

Con un asentimiento, el ojiverde sonrió dejando que el sueño lo volviera a sumergir en sueños donde la protagonista era aquella chica de cabellos dorados como el sol.



La fría sensación de algo tocando su rostro hizo que Leire se tensará. La angustia le invadió, soñando con el momento de haber dejado a Bella a disposición de aquel vampiro loco, sentía que se encontraba corriendo. Los pies le dolían y no quería parar, así que cuando sintió la presencia de alguien detrás de ella se alertó.

Leire...

El susurró de su nombre le pareció lejanamente conocido, se removió en la cama haciendo que Jasper le sujetará de la mano.

—Ángel—musitó suavemente, despejando con cuidado los cabellos castaños que cubrían el rostro de Leire—. Estás a salvo.

La ojiazul al sentir una caricia en su mejilla, abrió los ojos sintiéndose aliviada al reconocer la presencia del empático.

—Jasper...—susurró entrelazando los dedos de sus mano con la del chico, el rubio la abrazó contra si haciendo que quedaran juntos—. Pensé que había sido un sueño todo y—su voz se rompió siendo lágrimas las que bajarán por su rostro—... no quería... irme sin despedirme.

—Tranquila—Jasper acarició la mejilla de la castaña, peinando sus cabellos para mirarla a los ojos. Haciéndole sentir feliz al ver cómo brillaban con esa característica que le gustaba—. Ya estoy aquí, jamás volveré a irme. No me iré, no sin ti.

Al escuchar las palabras del vampiro, la mortal sonrió suavemente pasando sus manos por el rostro del chico. Con sumo cuidado, el de orbes dorados tomó la cintura de la ojiazul, haciendo que a horcajadas estuviera en sus piernas.

Leire dejó un beso en la mejilla del chico, sonriendo y juntando sus frentes.

Leire—musitó el de cabellos rubios, paso una  de sus manos por la mejilla de la chica apreciando como cerraba sus ojos.

El silencio reinó en el lugar, siendo lo único que se escuchase una respiración de parte de la castaña. Los latidos lentos hacían que Jasper se sintiera tranquilo, teniéndola a su lado deseando no volver a alejarse.

Me llamaste ángel—musitó la chica de orbes azules.

Jasper al escucharla, sonrió acariciando la mejilla de la chica; memorizando cada una de las facciones de la castaña.

—Leire—detuvo su caricia haciendo que su compañera recostara su mejilla en su mano—. Eres el ángel que me ayudó a salir de la tormenta que mi mente me hacía sentir. Me ayudaste sin siquiera saberlo—Con la suavidad de tocar una pieza de porcelana tomó el rostro de la mortal, acariciando nuevamente la mejilla de la castaña—. Eres mi ángel, Leire.

El vampiro al terminar de decir aquello, unió los labios de ambos. En el beso, ambos sonrieron haciendo que se alargará, con vacilación Jasper bajo sus manos por el rostro de la chica, tomándola de la cintura. La tomó firmemente, hizo que se levantara sutilmente, tocando con sus dedos la piel de la chica.

Ah...

El sonido parecido a un gemido salió de los labios de la ojiazul, que se estremeció al sentir el contacto de los dactilares del chico con su espalda. El frío que tenía en las manos contrastaba con la calidez que su ropa le hacía sentir. Leire suspiró separándose un poco, reaccionando al reconocer lo que se encontraban haciendo. Sus labios se encontraban rosados por la fricción, además de un suave coloreado en sus mejillas.

—Jasper—susurró, sintiendo las manos del chico en su cintura, teniendo contacto con su piel.

El aludido sonrió, sintiéndose un poco intranquilo al tener a la ojiazul en sus piernas, la bajo lentamente, sentándole encima de él. Leire sonrió, recargándose en el hueco del hombro del empático, se abrazaron tranquilos.

—¿Quieres dormir?—preguntó al notar un poco de cansancio en la mortal. Sintió como la chica acaricia su labio inferior, haciendo que dejara un beso en su mano—. Son las dos de la mañana.

La ojiazul asintió, separándose para recostarse al lado del rubio. El sureño la cubrió con una de las mantas, evitando que pudiera sentir el frío que trasmitía. Leire unió sus manos, limitándose a acercar su nariz a la del muchacho, rieron ambos.

—Momento de dormir—musitó Jasper, notando que la chica se acurrucaba en las mantas, cerrando los ojos. Una imagen relajada de su rostro—. Descansa, ángel, que esta noche velaré por tus sueños.

Aquella frase hizo que Leire sonriera, pudiendo dormir tranquila el resto de la noche.



—En la visión que pude observar—Los ojos carmesí se dirigieron al hombre rubio— hay un mortal. Su nombre es Caden Méndez y deduzco que... es compañero de nuestra querida Solar.

—¿Por qué no hablaste de ello?—espetó Cayo, mirándole furioso—. Es algo intachable esto, Aro.

—Yo...—la voz de Marco atrajo la atención de ambos—. Pude reconocer una fuerte conexión de parte de ella, una conexión que la distancia no toma en cuenta.

—¿Eso que quiere decir?

—¡Maravilloso!—interrumpió las palabras del vampiro—. Aquel humano podría ser algo perfecto para nuestras filas, pero tendríamos que buscar la forma de hacer que lo conviertan.

Marco le miro intensamente, decidiendo ignorar las palabras de su hermano al contrario del platinado.

—Hay una posible guerra que pronto llegará a los Cullen, hermano.

—Entonces... nosotros mismos iremos a verificar la transformación de la otra humana, además de... dar una fecha para que conviertan al mortal.

➥Nota de la autora📦📝

O1. Harta envidia a Solar y Leire, jsjsjs🙂‍↔️💗 amo a estas parejas🥰
O2. ¿Qué creen que hagan los Vulturi? 😡
O3. Voten, voten, voten 🙂‍↔️💛

JASPERHALE, 2024
© my eyes look at you fanfic

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