28. Con un abrazo todo mejora

(CAPÍTULO 28:
Con un abrazo todo mejora.)



La vida puede ser dura para muchas personas, dependiendo el día. En este preciso momento sabía que todo estaba en su contra.
Su mente trabajaba tan rápido que se encontraba adolorida, sus manos varias veces se habían raspado por árboles que tenían espinas o algunas plantas. La sangre brotaba lentamente de sus rodillas por los raspones de los múltiples tropiezos que había dado, aquello le hacía correr un poco más lento. El cansancio le quemaba las piernas y su aliento se entrecortaba cada vez más.

"Jasper... papá..."

Un sollozo suave salió de sus labios, sentí el sabor de sus lágrimas en sus labios y aquellas que ya se habían secado en sus mejillas, el dolor en todo el cuerpo le molestaba.

"Te quiero... papá... te quiero Jasper"

Los mantenía en su mente, las personas que más amaba estaban fuera de ese bosque. No podía dejarlos.

—Ya...—balbuceo con agotamiento, se dejó caer de rodillas en el césped.

Hace varios minutos o tal vez horas había dejado a Bella con aquel vampiro, sintió nuevamente sus lágrimas al recordar a la castaña; la había perdonado, claro que sí, por eso no quería que nada le sucediera.

Su pecho se oprimió, se sentía sola y sabía que si no encontraba la carretera pronto, moriría en el bosque, ese vampiro vendría por ella después de asesinar a Bella. Con esos pensamientos, torpemente se levantó sintiendo entre sus dedos la tierra mojada.

Tengo... tengo que salir de aquí...

Su respiración se alteró al escuchar un sonido ajeno a los que había escuchado en su pequeño descanso. Tragó con fuerza la saliva inexistente que tenía en su boca y rápidamente al escuchar pasos, comenzó a correr nuevamente.

Sus piernas tomaron carrera lo más rápido que pudiera, sintió ramas chocar contra sus pies, haciéndola caer varias veces. Sentía hojas que le golpeaban los brazos o varias veces tenía que evitarlas de su rostro.

La lluvia de repente la golpeó, haciendo que el suelo comenzara a ser resbaladizo. La ropa comenzó a pesarle haciendo que tirara la chaqueta que le cubría del frío, pero le hacía tener más peso con ella.

—Leire—el susurro se escuchó en algún lado donde se encontraba.

La reconoció de inmediato. Aquel susurro era la voz de Jasper y quiso detenerse para buscar el lugar donde venía la voz, pero aquellos sonidos tras ella le hacían no querer detenerse.

Deseaba reconocer el lugar proveniente donde le habían hablado, tal vez era su alucinación o tal vez no, pero simplemente quería llegar a esa voz.

—¡Leire! —nuevamente fue un gritó siendo algo que escuchaba más cerca—. ¡Leire!

Y lo escuchó más cerca. Cuando finalmente reconoció el lugar de donde provenía aquella voz, comenzó a ir a la dirección.

—Leire...

Golpeó contra el pecho del rubio, sus manos titubearon al dirigirse a abrazar, pero lo hizo finalmente. El olor de él la rodeó.

"Por fin."

Aquí estoy...

El susurró hizo que la ojiazul comenzará a llorar, se aferró aquella persona. Sus brazos terminaron de rodear la cintura del sureño, sintiéndolo con ella.

Jasper...—el balbuceo de su nombre hizo que el sureño sintiera su corazón romperse. Observó a Leire, notando que sus manos y parte de su ropa manchadas de lodo, su ropa había sido manchada al abrazarla, pero poco le importó. La acerco más a sí.

—Leire—el chico habló mirando la silueta de su compañera—... ángel...

Su llanto no paró, se aferro a las ropas de su novio. No quería alejarse sabiendo que si lo hacía, lo perdería, se desvanecería como todo en su vida.

—Jasper—siguió nombrando al de ojos dorados, sin atreverse a separarse.

La lluvia no había parado, comenzando a mojar aún más la ropa de ambos. Jasper notó que la chica tenía heridas en sus brazos al no tener alguna chaqueta con ella.

—No...—la chica murmuró al escuchar aquellos pasos cerca de ella. Quiso alejarse de Jasper, pero el sureño le impidió aquello acercándola más a su pecho.

—Tranquila, es Emmett—musitó al detectar el miedo en ella. La sujetó de la cintura suavemente alejándola, la chica finalmente le soltó suavemente—. Volví, Leire. Estoy aquí—las palabras hicieron que Leire sonriera.

Te estuve esperando...

La ojiazul sonrió rompiendo a llorar para abrazar a su compañero, ignorando cualquier pensamiento al recordar lo sucedido con él.
Jasper pasó sus manos por la cintura de la castaña acercando a él, respirando el aroma que tenía Leire, aunque la lluvia y la tierra se combinaba con su aroma, además de la sangre.

Vainilla y café.

Se sintió culpable de cierta forma al tener que encontrar a su compañera de esa forma, él la cuidaría.


La mirada dorada de Jasper se dirigió a su compañera, después de haber podido calmarla, habían decidido volver al hogar de los Cullen.

—¡Cariño!—la voz de la matriarca hizo que Leire sonriera. La vampiresa la abrazó al verla, importándole poco al ensuciarse, aunque al percibir el ligero olor a sangre seca se preocupó.

Observó a la de orbes azules, percatándose de los daños en las manos y rodillas de la chica, al igual que algunos rasguños en el rostro de la muchacha.

Esme miró a su hijo recibiendo una mirada seria además de una negación. No sabían el por qué la mortal se encontraba en esa situación.

—Entra, querida—musitó tomando de la muñeca a la humana. Rápidamente tomó la toalla que Rosalie tenía en sus manos entregándosela, la cubrió rápidamente con la tela.

La rubia del lugar se encontraba desconcertada de lo que sus orbes veían, su sangre hervía al haber detectado un suave aroma de cierta humana. Rápidamente ayudo a su madre, su mirada no se despegó de la mortal en ningún momento. No más, jamás la volvería a perder de vista si estás serían las consecuencias.

Después de hacer que Leire tomará una ducha caliente, le ofreció un poco de ropa, entregando aquellas prendas que le compró en el tiempo que había estado fuera.

—Gracias, Rose—La nombrada paso una de sus manos por la mejilla de su amiga, sintiéndose triste al verla de esa forma.

Aún cuando el agua se había llevado la tierra y sangre, las heridas se encontraban ahí. Le rompía el corazón haber dejado a su mejor amiga en peligro.

—Vamos, Leire—Le tomó de la mano ayudándola a bajar a la sala. Carlisle se encontraba a un lado de su esposa, Emmett esperaba por la rubia teniendo a Jasper, Edward con él.

La castaña se sentó en uno de los sofás de la sala, sintiendo las miradas de los vampiros.

—Ten, cariño—Esme se acercó a la ojiazul, dejando entre sus manos una taza de chocolate caliente.

El chocolate caliente hace un buen trabajo; calmar a cualquier persona y hacerla entrar en calor.
Con un susurró agradecido por ello bebió lentamente de la taza, sintiendo sobre sus hombros una manta que le cubría y la hacía entrar en calor.

—¡Listo!—espetó Emmett alejándose de la chimenea. Después de haber escuchado a su esposa, había decidido encenderla para hacer que el lugar fuera un poco más cálido para la humana.

El silencio reinó en la sala, siendo Carlisle el que decidiera hablar.

—Leire, debemos saber el por qué estabas en el bosque—murmuró notando que la chica se tensaba. Leire titubeó, diciendo finalmente hablarles con la verdad.

Contó acerca de todo lo que sucedió en la ausencia de ellos, sintiendo a su lado como su compañero le tomaba de la mano para apoyarla. Cuando llegó a la parte donde había tenido que correr dejando a Bella, soltó un par de lágrimas sintiéndose destrozada.

El jadeo sorprendido de Rosalie se escuchó en el lugar al escuchar lo que había hecho Bella por Leire, la había comenzado a soportar por lo que agradeció que la mortal hubiera hecho eso por su amiga.

—Y... ahí fue cuando Jasper me encontró—terminó de hablar, aferrándose un poco al agarre de su pareja. La mirada de Carlisle conectó con la del empático que asintió, la chica se encontraba calmada.

—Te encuentras a salvo, querida —dijo el patriarca, sonriendo sutilmente—. Emmett y Jasper regresarán a buscar rastros de Laurent.

El sureño al escuchar aquello negó, no iba alejarse nuevamente de Leire. No sí había una loca vampira queriendo asesinarla.

—Entonces, Edward, ¿Puedes ir con Emmett?—El cobrizo asintió, después de dejar un apretón suave en el hombro de la mortal se alejó hacia la puerta.

—Lo siento, pequeña—habló el fortachón, sintiéndose tímido al saber que la de orbes azules se había asustado por haberla seguido—. No quise...

—Lo sé—Sonrió la castaña, haciendo que el pelinegro finalmente dejara la actitud tímida para abrazarla.

Con una sonrisa se alejó acompañando a su hermano. Dejando solos a la joven pareja, los demás miembros de la familia se alejaron despidiéndose de la ojiazul.

Jasper al saber que la chica se podría encontrar incómoda con él, rápidamente le tomó sutilmente la mano.

—Yo...—titubeó—. Lo siento mucho, Leire. No quise hablarte de esa forma aquel día.

La chica que se encontraba ruborizada ligeramente, pasó una de sus manos por la mejilla de su compañero.

—Supongo que fue nuestra primera pelea—susurró tocando la mejilla de Jasper. Recorrió con la yema de sus dedos el rostro del chico hasta acercarse lo suficiente para hacer que se unieran en un beso.

Un pequeño beso que había esperado desde los meses en los que la familia de vampiros se fue. Jasper pasó una de sus manos por la cara de la castaña, admirándola al separarse.

—Entonces, no quiero que haya más peleas—espetó admirando aquel rostro de su compañera, desde el momento en el que Alice le había informado sobre Leire, corrió detrás de su compañera buscando completamente desesperado—. Si te hubiera sucedido algo... no creo haber podido vivir sin ti. No hubiera podido.

Las palabras del muchacho hicieron que Leire soltara una dulce sonrisa, pasando sus manos por el cuello del empático haciendo que sus frentes se unieran.

—Creí que jamás podría volver a estar contigo—admitió su miedo, recordando el temor de jamás poder estar con él—. Te quiero, Jasper y dudo que cualquier distancia pueda hacer que deje de hacerlo.

Con aquello dicho unieron sus labios, reconociendo en el ambiente aquel sentimiento de calidez que el otro le proporcionaba.



"Un joven se encontraba desorientado, en medio del bosque. Sus oídos pitaban sólo dejando escuchar aquellas voces. Aquellas malditas voces.

—¡TÚ LA ASESINASTE!

—ASESINASTE A ESA MUJER.

—¡ASESINO!

Los gritos hicieron que su voz se rompiera al tratar negar aquello. Él no había sido, él no era un asesino.

Y se sintió peor cuando escuchó las palabras que siempre había ignorado, que en ese momento murmuró la femenina voz.

—Asesinaste a tu madre.

Quiso que todo a su alrededor se detuviera, pero no era nadie. El mundo no se detenía por nadie y menos por él.

—Mamá—balbuceo al mirar una ilusión que había creado. Los ojos de un color avellana le daban una mirada comprensiva, los largos cabellos cobrizos y esa sonrisa le hicieron sentir peor."

Alice miró sus manos cuando la visión terminó, levantó la vista y miró al bosque. Estaba allá afuera.



➥Nota de la autora📦📝

O1. Revelaciones... wow! Hasta yo misma estoy sorprendida 😱
O2. Voten mucho para más capítulos! 🥰

JASPERHALE, 2024
© my eyes look at you fanfic

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top