14. Una discusión que duele

(CAPÍTULO 14:
Una discusión que duele.)




—¡Leire! Un muchacho te espera afuera—la voz de leandro hizo que la nombrada se exaltada al escuchar lo último, sintió cabellos en su rostro por lo que paso una mano arreglándose.

Tomó el reloj de la mesita de noche, el cual servía para personas con su misma discapacidad de ella, rápidamente fue a tomar una ducha al darse cuenta que llegaría tarde.

Con la ropa puesta y una tostada a medio masticar, recogió la chaqueta que la noche anterior había tenido puesta, salió besando la mejilla de su padre para ser recibida por un aire frío.

—Déjate la chaqueta—el empático habló haciendo que brincara de susto al no sentirle acercarse—, lo siento...

Jasper al darse cuenta que parte de su cabello quedó debajo de la chaqueta se acercó, a lo que Leire se había tensado al tenerle tan cerca.

—Tranquila—Con una caricia y uso de su don, la calmó para pasar sus dos manos por su cuello e ir retirando el cabello delicadamente—. Vamos.

Estando ambos sentados, un silencio algo incómodo se sumó a ellos.

—Jasper...

—No tienes que decir nada—le cortó. Se sentía culpable de haber puesto a alguien tan puro como lo era Leire en una circunstancia como la de estar con él—. Tengo que decirte algo.

—Por supuesto—La ojiazul jugueteo con sus dedos sintiéndose nerviosa.

Con un carraspeo Jasper le observó.

—No podemos ser amigos—Al sentir un miedo y dolor de parte de la invidente se sintió mal, al ver que hablaría se adelantó—. Leire... soy un monstruo.

—No Jazz... no lo eres—La chica acercó una mano a la suya, pero el empático evitó tocarla al sentir sed de repente—... Jazz.

—Soy peligroso. Ni siquiera deberías estar aquí hablando conmigo—murmuró el sureño—. Soy un monstruo, un asesino. Soy el depredador peligroso del mundo... todo sobre mí te invita a seguirme; mi voz, mi presencia e incluso mi olor.

—Jasper, confío en ti—La ojiazul bajó la mirada sintiendo el corazón estrujado—, tal vez seas lo que dices, pero yo conozco un Jasper bueno, alguien que me ayudo en un accidente donde pude perder la vida, alguien que confía en mí y me cuenta su mayor secreto, alguien que quiero...

—Yo... tam...—Unos golpes en el cristal hicieron que el empático cortará sus palabras, miro hacia la persona que les había interrumpido y se dio cuenta de la presencia de Tyler—. Tu amigo te espera.

Con un asentimiento y la mirada baja, Leire tomó la mochila de sus piernas y salió pasándole con suavidad sus pertenencias a Tyler, el cual se encontraba confundido. Con un movimiento rápido, la invidente se quitó la chaqueta y la puso en el asiento.

—Gracias.

Con aquello dicho, se alejó tomando del brazo a su mejor amigo, dejando tras de sí un corazón roto por la culpa.

—La cagaste y mucho—las palabras de Solar hicieron que el empático le mirará serio, la chica se había sentado donde anteriormente se encontraba Leire y tenía entre sus manos un bastón—, supongo que el amor no fue hecho para nosotros.

La cobriza murmuró mirando a la dirección donde Edward hablaba muy cerca de una Swan.

Jasper al notar aquello envió una ligera calma a la chica de su lado que tenía sentimientos destrozados.

—Supongo que no.

Las palabras amargas del chico hicieron que la violinista reaccionará y los sacará del automóvil, le tendió el bastón y al verle no aceptarlo, se lo entregó a la fuerza.

—No. El amor si fue hecho para nosotros, solamente que yo me fijé en un idiota que esta tras una humana que en cualquier puede asesinar o que ella revele nuestra existencia... y tú tienes miedo Jazz—La chica que tomo del rostro y le hizo mirarla—, eres mi mejor amigo y sé que ahora mismo te arrepientes de haberle dicho aquello a Leire, arréglalo, esa chica te gusta más de lo que piensas.

Lo último hizo reír a la violinista, se sonrieron y tomándola por sorpresa, Jasper la abrazo.

—Sé que Edward se dará cuenta que tú eres la mejor opción.

—Espero, pero no estaré esperando por siempre.... creo que ya estoy cansada de esperar...—musitó observándolo seria—. Ahora vamos a clase.

La chica lo tomó del brazo y lo jalo hasta llegar a la puerta, donde en ese momento cruzaba Isabella Swan. Aquel aroma tan peculiar que tenía la chica era algo que ignoraba Jasper por Solar, algo repulsivo para la violinista, Solar suspiró con fuerza y al chocar miradas con Edward; molesta mostró los dientes y logró cambiar el color ocre de sus ojos a un negro como la noche, aquello hizo que la humana se escogiera de miedo y tropezara, a lo que el cobrizo le ayudó a reponerse.

—Imbécil—Solar paso de su lado dirigiendo una mirada furiosa a cualquier persona que se le cruzara, estaba molesta y esperaba que nadie se cruzara con ella porque sería el detonante de su enojo.

Los susurros de molestias chicas que hablaban sobre su rompimiento era algo que le molestaba, así que en el momento en el que cruzaba un pasillo y escuchó los susurros se decidió en afrontar a la persona.

—Seguro que tendrá algo... ya saben, la dejaron por Bella, por algo ha de haber sido.

—No, no tengo nada—la voz de la violinista hizo que el grupo de chicas mirara a la preciosa chica frente a ellas—, si quieren hablar de algo, hablen de la vida vacía de todas ustedes.

—Solar...

La que había dicho lo anterior se dirigió a ella a lo cual la cobriza le observó molesta.

—Tengo mejores cosas que escuchar sus ideas tontas de mi.

Con aquello dicho se alejó, se sintió molesta y dolida, con resignación se dirigió a su siguiente clase.

El equipo de tenis había evitado dirigirle el balón por lo que a la primera oportunidad golpeó aquella pelota.

—¿Estas bien?—Emmett se acercó a ella al haberla visto golpear con suma fuerza un balón, ocasionando que éste se rompiera por el golpe, dejando un ruido algo fuerte que aturdió a varios. Emmett excuso aquello diciendo lo gastado que era aquel balón.

—Claro que sí, estoy bien Emmett—la chica murmuró seria, había visto a Isabella Swan fuera de sus clases cerca del cobrizo y los comentarios que hacían de su ex relación con el Cullen no eran algo que soportaba.

—Me doy cuenta que no estás bien—El chico le tocó el hombro y la miro comprensivo—, Sol, Sol... Solar Grey, mírame.

—No digas ese apellido aquí—La muchacha le observó molesta—, ¿Qué quieres? Estoy bien.

—No, no lo estás—El azabeche suspiró y pasó una mano por su rostro—. Sé que Edward está haciendo las cosas mal... pero no debes dejarte guiar por él... que no te trata como debería.

—Lo sé—La chica suspiró—, estoy molesta... por su culpa, Jasper siente que no debería estar con su pareja, él es mi hermano favorito...

—Haré como que no escuche lo último, eh—se quejó haciendo que la chica sonriera—. Jasper hará lo que tenga que hacer, ahora, levanta la cara y muéstrales a esas chicas que tú eres mejor que todas... bueno, no Rosalie, están igualadas

Aquello hizo que la chica empezara a reír, le dio un beso en la mejilla y se alejó sonriéndole para continuar un partido de tenis. Ella valía mucho más que esa insignificante humana y Isabella tenía que joderse porque ella una Cullen ahora.





—¿Papá? Estoy en casa—Una ojiazul entraba a su hogar dejando un paraguas en la puerta, cerró la puerta tras de sí al escuchar las llantas contra el asfalto del automóvil de su mejor amigo.

Cuando sintió una presencia no reconocible para ella, levantó el paraguas apuntando al lugar escuchando un jadeo.

—¡Tranquila! Soy Katya...

Los pasos de otra persona se instalaron en el lugar, haciendo que Leire se confundiera al reconocer a su padre cerca de la intrusa.

—Eh, eh, ¿Qué pasa acá?

La voz de Leandro hizo calmar a Leire.

—¿Quién es ella?—Lentamente bajo el paraguas, se quitó la chaqueta de Tyler y dirigiéndose a la sala se sentó.

—Yo soy...

—Es mi novia—La saliva hizo que se atragantara y empezara a toser a lo que Katya fue corriendo a la cocina por un vaso de agua—. Tranquila... en realidad estamos intentándolo.

Con el vaso de agua en manos y tomando sorbos se tranquilizó, su padre y la chica esperaban una reacción más de Leire en silencio y tomados de las manos.

—Felicidades, supongo—La chica sonrió y se acercó a su padre abrazándolo—, hazle muy feliz... te lo mereces.

Con un abrazo fuerte se separaron, Katya se removió nerviosa en su lugar, pero le tomó de completa sorpresa al sentir a la chica en un abrazo.

—Perdona, cuando entre no te reconocí, pero felicidades.

La chica se separó sonriéndoles a ambos.

—¿Eso que huele es lasaña?—Al olfatear el aire reconoció inmediatamente el aroma, su emoción hizo que Katya sonriera.

—Tu padre me dijo que es tu comida favorita, pero que pocas veces lo haz comido—La pelinegra murmuró—. Curiosamente, yo hago la mejor lasaña de Forks.

Aquello hizo sonreír a Leandro, el cual dejó una caricia en su mejilla.

—Entonces, comamos antes que se enfríe.

La invidente se dirigió a la cocina con ayuda de Katya, Leandro les miro de lejos sintiéndose feliz desde hace mucho tiempo. La chica Mendoza había sido aquel rayo de luz en un largo tiempo de pura oscuridad.

—Entonces Leire... ¿Cómo te va el instituto?—La pelinegra se incomodó al notar a la chica seria.

—Muy bien—Con una sonrisa se aliviano el cual lugar, siendo un momento de hablar de múltiples cosas para conocerse.

Los recuerdos vergonzosos del mayor hacían reír a ambas ocasionando que Leandro varias veces se sonrojara haciendo que Katya le mirará enternecida.

—... él simplemente no quería reconocer que no sabía hacerlo—Leire habló haciendo que la pelinegra riera levemente.

—No lo iba a hacer porque yo sabía qué hacía—El mayor trataba de excusarse.

—¡Oh, claro que no papá!

El momento había sido relajante para los tres, siendo la cena un lugar donde pudieron conocerse las mujeres más importantes para el mayor.

—Subiré y me cambiaré la camisa, en un momento vuelvo—El mayor había dejado a ambas lavando los utensilios utilizados.

Leire se encargaría de secar los platos mientras Katya lavaba cada utensilio.

—Tu padre y yo saldremos... si quieres venir puedes hacerlo—Leire sonrió y negó.

—Tengo que estudiar y hacer unas tareas, diviértanse ustedes—La chica sonrió a lo que Katya se acercó a ella.

Al escuchar los pasos del mayor cerca, la chica susurró rápido.

—Dejé un helado de galleta en el frigorífico, está justo al lado de los hielos.

Aquella sorpresa hizo a la ojiazul sonreír, escucharon los pasos del patriarca cerca y terminaron.

—¿Nos vamos?

—Por supuesto—Con un gesto en el hombro de la menor, la pelinegra se alejó.

Estando ella sola y al haber escuchado la puerta cerrarse, se acercó al refrigerador para tomar aquel ansiado helado; con una cuchara en mano y en la otra su mochila subió las escaleras.

Se detuvo de repente en el umbral de la puerta mirando hacia su cama.

—¿Podrías soltar a señor Bigotes?

—Pensé que no sabías que estaba aquí...—la voz del texano hizo a la castaña suspirar, Jasper soltó al gato de entre sus manos y observó a su compañera.
La castaña dejaba con cuidado el bote del helado en la mesita de noche y la mochila en el suelo, se paró frente al empático.

—Soy ciega, pero reconozco la presencia de la gente... ahora dime, ¿Qué haces aquí?

—Tenemos que hablar...




➥Nota de la autora📦📝

O1. Uh, uh :))¿Qué sucederá?🙂‍↔️
O2. Me muero por Emmett, es un amor🥰
O3. Soy fan de quienes comentan y dejan su estrellita, no se olviden de picarla⭐️💜

JASPERHALE, 2024
© my eyes look at you fanfic

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top