Kiss wa Wink de
—Lady, no esperé verte tan pronto. — Mei se giró, enfrentándose a los ojos azules de Ren. Sacó su cuaderno y escribió, preguntándole dónde se encontraba la cocina. —El Curso Maestro es un sitio muy grande, será mejor que te acompañe. — caminó delante suyo, enseñándole el camino. Tuvo que bajar escaleras, entonces se acordó de que la cocina estaba en la primera planta. La había visto al llegar, fue allí donde Ranmaru la encontró. Con una nota más agradeció a Ren y abrió la nevera, buscando algo para comer. Ren también se asomó en el electrodoméstico y sacó algunos ingredientes para cocinar.
—Puedo cocinar algo para los dos, considéralo un regalo de bienvenida, Lady— Mei acercó ambas manos hacia ella y las alejó. Ren lo interpretó como que le estaba agradeciendo el lenguaje de signos, así que dijo un "de nada" antes de comenzar a cocinar. Preguntó si necesitaba ayuda para cocinar, pero el rubio negó y le dijo que podía sentarse si quería. El comedor estaba delante, Mei caminó hacia hasta sentarse en una silla de la mesa.
Miró como Ren se hacía una coleta y se ponía el delantal antes de comenzar a cocinar. Preparó un estofado de ternera, lo sirvió en dos platos y los dejó en la mesa antes de sentarse y comenzar a comer. Mei abrió los ojos sorprendida al notar que ese plato sabía mejor de los que cocinaba Reiji. Sin duda Reiji era un buen cocinero, pero Ren lo superó por mucho. Ren acabó antes su plato y fue a dejarlo en el fregadero, se despidió sonriendo y se fue. Mei miró el plato delante de ella: apenas tres cucharadas. A pesar de tener hambre, no se encontraba con ánimos para comer. Guardó lo que sobró en un táper que dejó en la nevera y regresó a su habitación. No le apeteció hacer nada, se tiró a su cama y se puso a escuchar sus CD's. Cerró los ojos y se durmió.
— ¡Meimei!— Lo primero que vio al despertarse era Reiji, quien la sacudía para que abriera los ojos. Mei se incorporó en la cama y miró mal al moreno de su lado. —Es la hora de la cena, ¡vamos!— la tomó del brazo y corrió hasta el comedor. Antes de abrir la puerta a la sala, Mei se detuvo e hizo varios gestos. "No quiero cenar.". Reiji la miró con pena —Renren me ha dicho que casi no has comido, deberías venir y— enseguida fue callado por un empujón por parte de Mei. Lo hizo entrar abrir la puerta y entrar en la sala "Este es tu sitio, no el mío.". Reiji miró como se iba caminando por el pasillo. No iba a detenerla, no podía.
En el comedor todos esperaban a que Mei entrara para su fiesta sorpresa, pero no llegó. Reiji los miró aún con una expresión de pena —Perdón, no he conseguido convencerla, jeje...— Algunos suspiraron, ya se esperaban que pasara eso. Ren se acercó a Reiji y puso una mano en su hombro, sonriendo tranquilamente —Déjame intentarlo. — y así, salió del comedor. Caminó por los pasillos y subió las escaleras hasta llegar a la habitación de Mei, ya decorada con sus características pegatinas gigantes que prohíben el paso. Golpeó la puerta con los nudillos de su mano derecha tres veces —Lady, soy yo. — no escuchó ninguna respuesta, pero no la esperaba, así que giró el pomo y entró sin más. Lo que encontró fue una horrible escena. Me estaba cayendo al suelo, de su mano cayeron una botella de agua y un envoltorio con pastillas. Había más en el suelo, algunos eran de la medicación que ya había visto a Syo tomar varias veces, otros desconocía para que servían y de dónde habían salido. Normalmente las medicaciones estaban guardadas o en el botiquín del baño o en el bolsillo del pantalón de Syo, no sabía de dónde había sacado el tiempo Mei para encontrarlas y tomárselas.
Ren corrió hacia ella e intentó despertarla —Lady. Lady, despierta. — Esperándose lo peor, le tomó el pulso. Al menos las pastillas no le habían causado aún un paro cardíaco. Llamó a una ambulancia y después la levantó en brazos, comenzando a caminar nervioso hacia el comedor. Reiji estaba en el pasillo, al parecer iba a ir a ayudar a Ren a convencer a Mei para ir a la fiesta. — ¡Meimei! ¿Qué le ha pasado?— tragó saliva, con miedo a que Mei hubiera hecho lo que pensaba —Cuando he abierto la puerta estaba tomándose las pastillas para el corazón de Syo. Ya he llamado a una ambulancia. — ambos corrieron hacia la salida del Curso Maestro, pero tuvieron que pasar por el comedor y no tenían tiempo para explicaciones. Los auxiliares se la llevaron enseguida, subiéndola antes a la camilla y después a la ambulancia, dónde Reiji también subió.
Una de sus preguntas había sido respuesta, ahora sabían porque Reiji no podía dejarla sola. No podía estar sola.
—Ran-chan, coge el coche, nosotros también vamos— A pesar de no soportar recibir órdenes, y menos aún por alguien menor que él, Ranmaru obedeció. — ¡Yo también voy!— Otoya se ofreció, pero Ren negó —Si vamos demasiados podría llegar a los medios. —Se subió al coche y abrochó su cinturón. Llegaron poco después, Reiji estaba hablando con un doctor, y por cómo le hablaba Ranmaru y Ren intuyeron que se conocían. —Kotobuki-kun, te había pedido que la mantuvieras vigilada— el doctor parecía molesto con Reiji —Sí... lo sé, pero hoy han pasado muchas cosas y no he podido asegurarme de que no hiciera nada... Pensé que estaba mejorando...— Reiji miró dolido el suelo, parecía a punto de llorar —Ya te lo he dicho, este tipo de personas quieren hacerte creer que están bien para que te fíes. No debes de bajar la guardia en ningún momento o pasa esto. Esta vez ha podido salvarse, pero Dios sabe cómo acabará la próxima vez. Es mejor que la internes, Koto— el moreno no dejó al doctor acabar la frase — ¡No hace falta! Meimei puede mejorar, internarla solo echaría a perder todo lo que ha mejorado...—. — ¿Qué ha mejorado, Kotobuki-kun? Ya lleva cinco años así, es un milagro que siga viva. Has decidido encargarte de lo que Otonami-kun no quiso, ya has sufrido por suficiente tiempo. Es hora de dejárselo a gente que de verdad pueda ayudarla. —
Ranmaru tomó el hombro de Reiji, él lo miró con sorpresa, no sabía cómo explicarle esa conversación. —Nosotros podemos encargarnos de ella, no hace falta que Rei-chan lo haga solo. — fue turno de Ren defender a Mei. Ya suponía lo que le pasaba, tenía que ayudarla. Miró al moreno —Podemos turnarnos, que cada uno la cuide un día diferente. ¿Te parece bien, Rei-chan?— los ojos de Reiji brillaron —Renren... — el rubio miró al médico — ¿Podemos verla?—.
El doctor suspiró y se alejó murmurando cosas cómo "estos jóvenes de hoy en día son muy cabezotas", finalizando su salida dramática señalando la habitación de la chica —Aún está anestesiada, intentad no hacer demasiado ruido. — Entraron uno detrás del otro a la pequeña sala dónde dormía la chica. Costaba creer que alguien con esa cara de ángel acabara de intentar suicidarse. Reiji fue el primero en sentarse, tomó la mano de Mei y la miró con una sonrisa. Ranmaru se apoyó en la pared con los brazos cruzados y Ren se quedó de pie al lado de Reiji. Se quedaron en silencio durante un tiempo, hasta que Ranmaru decidió comenzar la conversación — ¿Y bien? ¿Vas a decirnos ya que le pasa a la mocosa o vas a seguir ocultándolo?— Reiji respondió sin mirarlo —Seguramente ya lo habréis entendido por mi conversación con el doctor, tiene depresión desde hace cinco años e intenta suicidarse continuamente. Por eso tengo que tenerla vigilada. —su rostro era serio, algo que pocas veces se veía.
—Eso lo hemos entendido, pero quiero que digas la razón. — Insistió el albino. —No puedo decirlo, Meimei será quien os lo explique cuando llegue el momento. — Miró a Ren y sonrió otra vez —Renren, gracias por lo que has dicho antes pero... creo que de tendré que pensarme lo de internarla...— Ranmaru golpeó la pared — ¡Ranran! ¡Estamos en un hospital!—. — ¿Y a mi qué? Tu mismo has dicho que eso la hará empeorar. Si no puedes cuidarla tu solo, deja que otros te ayuden— se acercó a Reiji y lo levantó por la camisa —Sonriendo y haciéndolo todo solo para no preocupar a nadie... ¡Estúpido Bakabuki! ¡Ya haces demasiadas cosas por nosotros, déjanos ayudarte por una puta vez, joder!— Al ver esa escena, nadie pensaría que quien está pidiendo ayuda es el que parece estar a punto de golpear al otro.
—Ran-chan, tranquilízate— Ren se acercó al albino, intentando tranquilizarlo. Todos se detuvieron al escuchar alguien toser. Miraron a Mei, quien los miraba con ojos cansados, aún bajo el efecto de la anestesia —Meimei...— Intentó acariciar su mejilla, pero Mei se alejó. —Lady, ¿te encuentras mejor?— Ren intentó ser amable, pero ella siguió con su carácter arisco, mirando hacia otro lado sin responder. —Oye mocosa, sé más agradecida. Si no fuera por él ahora estarías muerta. Oh, cierto, eso es lo que querías. — Mei lo miró con furia — ¿Me dejáis un momento? Tengo algo que discutir con ella. —Aguantó sus ganas de golpear otra vez la pared y esperó a que los dos chicos se fueran de la habitación.
Miró a la chica, quien seguía mirándolo como si así pudiera matarlo —Escúchame bien mocosa. Quiero que tengas una cosa presente, morir no te quitará nada de encima. ¿Qué el mundo es un asco? Que mal. Ese idiota de Reiji ha estado haciendo lo imposible para que no te manden a un psiquiátrico. Si mueres solo lograrás arruinar la vida de todos los que te rodean, incluso la mía, y ya tengo suficiente que soportar como para escuchar sus lamentos. — Mei miró hacia otro lado, intentando ignorarlo, pero Ranmaru la obligó a mirarlo otra vez apretando sus mejillas con una mano y girando su cabeza bruscamente —No soporto a la gente como tú, que no piensa en las consecuencias de lo que hace. ¿Sabes? Mi padre hizo lo mismo. Se suicidó para librarse de las deudas de nuestra familia, y me ha tocado arreglar todo lo que él hizo mal. Mientras tú te cortas y te tomas tus pastillas yo me parto la espalda trabajando. No tengo ni idea de por qué quieres suicidarte, pero estoy seguro de que yo tengo más motivos. No, voy a intentar adivinarlo. Fue cuando te quedaste muda, ¿verdad? Pues déjame decirte que eso es agua pasada. ¿Y que si no puedes cantar o hablar? Tocas bien la batería, tienes un trabajo en la agencia Shining... No necesitas algo imposible para ser feliz. — la soltó de golpe y Mei tomó su cuaderno "Sí, a los quince años perdí mi voz. Pero no es por eso. Tú no sabes lo que cantar significaba para mí. No podía pasar un día en el que no cantara, no es algo que puedas entender." — No, no lo entiendo. No tengo nada por lo que me suicidaría si me quitaran. Ni mi voz, ni mi bajo, ni mi música. Porque yo aprecio mi vida, y tengo una promesa que cumplir antes de acabar con ella. — dejó molesto la sala.
—Ranran, ¿Qué le has dicho?— Reiji le preguntó, esperando una respuesta válida —Algo que seguramente evitará que quiera morir por un tiempo. Necesito salir un momento a fumar, os veo luego. —se despidió con el paquete de cigarrillos en la mano. Reiji dejó que fuera Ren el siguiente en entrar, le debía un gran favor después de lo ocurrido.
—Hey, Lady, ¿Ran-chan ha sido demasiado duro contigo?— se sentó al lado de Mei. Ella chasqueó la lengua con molestia, dando a entender a Ren que no se había equivocado. —No te enfades así, estoy seguro de que ha intentado animarte. Ran-chan no es el tipo de persona buena con las palabras. —Mei miraba hacia el otro lado, algo que no le molestó en absoluto. No quería obligarla a nada en ese momento. —Rei-chan me ha dicho que te dejarán volver cuando acabe de firmar unos papeles. Te diré algo que espero que te alegre un poco. Habíamos montado una fiesta sorpresa para darte la bienvenida. Te habíamos notado bastante distante, así que pensamos en alegrarte así. — Mei pensó en que todo era obra de Reiji, como siempre. Siempre intentaba hacer que se integrara en todas partes, aunque nunca funcionaba. —Fue idea de Ikki, dijo que quería verte sonreír. Aunque claro, mientras uses una máscara delante de todos no podrá verlo. —Mei giró la cabeza y lo miró —Lady— tomó el mentón de la chica y se acercó a ella —Aún no me has dado las gracias. —.
Mei se alejó enseguida, hizo el mismo gesto que cuando le dijo que le cocinaría y volvió a mirar a la ventana. Ren suspiró y se levantó—Rei-chan ya debe de haber acabado, le diré que ya estás lista para volver a casa. — Mei abrió los ojos sorprendida y miró a Ren una vez más. Intentó repetir sus últimas palabras, a lo que Ren sonrió —Claro, ahora tu hogar es el Curso Maestro, junto con todos. Ya eres parte de la familia Shining, Koneko-chan— dejó la habitación, y por consecuencia a Mei sola.
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— ¡Sorpresa!— lo primero que vio Mei al abrir la puerta fue una lluvia de papeles de colores. En efecto, la fiesta seguía ahí, con los carteles de "¡Bienvenida!", el pastel y las personas vestidas de fiesta. —Mei-chan, ¿verdad?— Una hermosa mujer de pelo rosa se acercó a Mei —Soy Tsukimiya Ringo, encantado— Corrijo, un hermoso hombre. Mei asintió con la cabeza y miró a Reiji, como si pidiera permiso para hacer algo. Reiji asintió, y con un leve sonrojo Mei hizo unos gestos traducidos por el moreno —Dice "Espero que nos llevemos bien..." ¿Eh? Meimei, ¿No te has equivocado de gesto? A-ah, sí, "Espero que nos llevemos bien y que seamos como una familia."— Ren acarició la cabeza de la chica, despeinándola un poco —No pensé que fueras a tomarte eso tan enserio, Koneko-chan— Mei comenzó a quejarse, inventando excusas que solo Reiji pudo entender. Y al parecer eran quejas malísimas, ya que lo hizo reír.
La fiesta siguió alegremente hasta que las luces se apagaron. Las luces verdes enfocaron un escenario improvisado dónde se encontraba Reiji. — ¡Kouhai-chan, gracias por escribir esta canción! ¡Kiss wa wink de (Un beso acompañado de un guiño)!
//Nota, en esta canción puede que haya partes fácilmente malinterpretables. No me hago responsable de quitar inocencias, yo he avisado//
I love you! I love you! Con un guiño
I love you! I love you! Déjame besarte
Hacía tanto que no escuchaba a Reiji cantar que volver a hacerlo sumergió a Mei en un mundo diferente. Su voz siempre tuvo algo especial, era como ver fuegos artificiales verde oscuro. Mei se dio la vuelta, Reiji estaba a su lado. La tomó de la mano y comenzó a correr con ella.
Te entregaré mi amor, y todo lo que soy
¡Este maravilloso tiempo será tu regalo!
Don't worry, todo está bien, solo para ti será
Este súper encantador momento
¡Juguemos juntos!
Corrieron iluminados por la luna hasta llegar al lado de un río. Ahí la empujó hacia el río y comenzaron a jugar con el agua, salpicándose mutuamente como dos niños pequeños.
Mientras quitamos estas prendas pretenciosas
Y quedan a tu lado (My heart is singing, shalalila)
Tal vez sea algo extraño pero
¡Quiero verte sonreír!
Mei se cayó, acabando de mojar el resto de su ropa. Se quitó la camisa, quedando con un infantil bañador de una pieza con volantes para tapar su torso. Reiji la miraba sorprendido, sin esperar que llevara esa prenda. Pero como respuesta Mei se cruzó de brazos, con la expresión que la gente suele usar al decir algo obvio en su rostro
Girando a la luz de la luna (Fever)
Igual que una bola de disco (Forever)
Solo para ti yo brillare
Please, my girl, sonríeme
Reiji la ayudó a levantarse y rodeó su cintura con un brazo, atrayéndola hacia él para abrazarla. Acarició su mejilla con la mano libre, mirando a Mei con una boba sonrisa de enamorado.
No me importa a quien sea, a nadie te entregaré
Tal vez sea codicioso, ¡pero tu mirada es mía!
Eres especial así que, déjate mimar.
En este special lovely time
¡Abracémonos!
Acabó abrazándola completamente, aferrándose a ella como si tuviera miedo a que la chica desapareciera. Mei correspondió al abrazo y sonrió.
I love you! I love you! Con un guiño
I love you! I love you! Te daré un beso
Se separó. Guiñó su ojo derecho y le dio un corto beso en los labios.
Cuando la canción acabó todos aplaudieron, todos menos Mei, quien seguía sorprendida por lo que vio en la canción. Por un momento dudó de que Reiji hubiera visto lo mismo, pero le guiñó el ojo otra vez, logrando un sonrojo por parte de la chica.
La fiesta finalizó con la cena. Todos se sirvieron algo para comer y se sentaron en la mesa. Ren se sorprendió al ver que Mei no se servía nada de su comida —Koneko-chan, ¿no te gusta como cocino? Eso me entristece. —Decidió molestarla para divertirse un rato. Ella llamó a Reiji para que tradujera lo que iba a decir, ya que en ese momento no llevaba nada dónde escribir. —Ah, de acuerdo. Dice "Soy vegetariana, no como carne ni pescado. Perdón por no avisar antes."— Reiji se fue cuando escuchó la llamada de Haruka, quien quería hablar con él de Dios sabe que. —Entonces, cuando cociné estofado en el almuerzo...— Mei se inclinó como disculpa, Ren acarició su cabeza una vez más —Koneko-chan, debiste decírmelo. ¿Sabes lo que he sufrido creyendo que no te gustaba mi comida?— Mei lo miró seriamente, eso ya pasaba de broma a burla.
Lo que Mei no sabía era que Ren realmente sufría, pero era por una apuesta con Masato. Habían decidido que ambos cocinarían para la fiesta, Ren los platos principales como carne y Masato los acompañamientos como la ensalada. Si Mei comía más carne, Ren le pediría que lo acompañara al trabajo, si era ensalada, lo haría Masato. Para la mala suerte de Ren, Masato ya sabía de antemano que Mei no comía carne, pero no le dijo nada a Ren para así ganar la apuesta. —Otonami-san— Mei se giró al ser llamada —Mañana actuaré en una obra de teatro y me preguntaba si querría ir a verla. — Mei miró con pena al suelo, si le decía que no sonaría muy duro, pero no tenía como decirle que estaba ocupada. Buscó a Reiji con la mirada, pero no lo encontró. Seguramente se había ido para que Mei socializara sola. Suspiró y sin querer se explicó en lenguaje de signos —Otonami-san, no consigo entenderla...— Masato pareció tener una idea, y sacó un cuaderno de su bolsillo. Dentro estaban escritas letras de varias canciones, y en una página en blanco dejó que Mei escribiera. "Lo siento, mañana estoy ocupada. Aunque dependiendo de la hora puede que vaya." Masato pareció aliviado después de leer lo último, al menos no era un no absoluto —De acuerdo, espero poder verla. —.
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