♡ 21 ♡
Aquel fantasma no podía estar ahí, de ninguna manera...
-¡¿Qué demonios estás haciendo aquí?! -Kibum fue el primero en exaltarse al verla, a Sua tuvieron que sostenerla gracias al impacto y Dong Min... Dong Min se mantuvo inmóvil con su mirada conectada a la de la imponente mujer.
-Se supone que estás muerta -dijo Bin al fin, tomando a su omega de la mano y enviándole seguridad a través del lazo.
-¿No has escuchado el dicho "Hierba mala, nunca muere"?
-¡Cierra la boca! ¡¿Qué haces aquí?! -era claro que Kibum era el más molesto e impactado, pero por nada del mundo dejaría qué esa situación afectara al omega de su hijo.
-Vaya, vengo en son de paz y recibo gritos insolentes de alguien sin derechos. -respondió aun sin despegar la mirada de Dong Min -Veo que todo ha cambiado, tú ya no me tienes miedo -dijo esta vez refiriéndose al pelinegro.
-¿Por qué tendría que tenerle miedo? -respondió Dong Min cogiendo valor y hablándole sin titubeos.
-Porque soy una alfa y tú un simple omega inservible.
-Suficiente, largate, mamá -Bin en ningún momento dejaría que su madre tratara mal a su omega.
-¿Y tú con que derecho me corres? -miró a los chicos en la sala y sonrió cuando reconoció aquella mirada familiar -Veo que también tuviste a tu bastardo, Dong Min.
-Quiera o no, mi hijo lleva su sangre y ahora, con todo el derecho que tengo, le exijo que se vaya de mi casa y nos deje en paz -la voz de Dong Min salió con autoridad y sin temor.
-¡Ja! Que chiste. -se burló.
-¡No es un chiste! ¡Lárguese de mi casa y déjenos en paz, ni porque haya vuelto de entre los muertos usted tiene un lugar en mi familia! -Bin no dijo nada, dejó que su omega tomara el control de la situación.
-No sabes lo que te esperas al retarme, niño.
-¿Y cree que va a intimidarme con sus mierdas? Ni crea que voy a bajar la guardia solo porque es una alfa y si quiere tomar represalias, hágalo, pero váyase al carajo.
-¡Maldito desvergonzado-...!
-¡Ya escuchó a mi mamá, váyase! -Seung Min también salió al rescate de su madre y se interpuso entre la mujer y el omega, la alfa miró al chico molesta, se suponía que él nunca debió nacer, que Dong Min estaba muerto aunque... No era mala idea después de todo..
Sonrió con maldad y bajó la guardia con el muchacho -Me iré, querido nieto. Por cierto, felicidades por su compromiso.
-Ya lárgate, Yerim -ignoró la voz de Kibum y salió de la casa dejando destruido por completo el ambiente.
-¡Minnie! -gritó Myung Jun al ver como su amigo se desvanecia en el suelo, su alfa lo tomó en brazos y ayudaron a estabilizarlo.
Bin en realidad, no podía cree que eso nuevamente estaba pasando, pero ahora no sería cobarde, no dejaría que su madre le quitara lo que más ha amado en el mundo. Nadie le arrebataria a su familia.
Los invitados a la reunión se fueron uno por uno, San Ha le hizo saber a Bin que no se preocupara, qué entre Min Hyuk y él se harían cargo de la empresa, así como también, Kibum dio la aprobación de esto.
-Ahora más que nunca deberían cuidarse de ella, hasta usted, señor Kim. -sugirió Min Hyuk.
-Trataremos de ser precavidos, por lo pronto, encarguense ustedes. Cualquier cosa, solo nos avisan. -la pareja se despidió y Bin bajó las escaleras para acercarse a su hermana y su papá.
-¿Cómo está, Dong Min? -preguntó Sua aun asustada abrazando a su hermano.
-Está muy pálido, creo que la impresión fue demasiado para él.
-Pobre chico, justo cuando quieren ser felices las cosas se tornan mal. -comentó Kibum abrazando a su hijo.
-Pero, papá, no entiendo, ¿No se supone que ustedes cremaron a esa loca?
-No es de extrañarse, sabes perfectamente que tu madre es experta en engaños.
-No la quiero cerca de mi omega, no quiero que vuelva a joder su vida. -se sentía frustrado, no quería que las cosas se repitieran y terminaran en tragedia o peor, perder a su omega nuevamente.
-No te preocupes, hijo, yo me encargaré de que tu madre se arrepienta de haber vuelto a pisar un pie en esta casa.
Con la convicción de que sería de mucha utilidad para esa situación, abandonó la casa con su hija para dejar que la familia descansara. Mientras que Seung Min era consolado por Doyoung. El pobre chico no entendía nada de lo que estaba pasando y se sentía peor al ver a su madre tan destrozado, no quería malas noticias ahora que estaba siendo feliz al lado de sus padres.
Bin llegó al cuarto del menor donde Doyoung salió a abrazarlo, el chico abrazó a su tío siendo correspondido, sintiéndose pequeño al estar en los brazos de un adolescente más fuerte que él, pero era tan reconfortante.
-Tío Bin, dile a Minnie que todo estará bien. -Bin tuvo que tomar fuerzas para ponerse fuerte y solo así se permitió ir a su hijo y abrazarlo.
-Papá...
-Sé que todo lo que está pasando es confuso y que posiblemente tengo que explicarte a detalle todo, pero ten por seguro que ni tú, ni tu madre sufrirán esta vez a causa de esa señora.
-Prométeme que vas a proteger a mamá.
-Te lo prometo, daré mi vida si es necesario para que Minnie esté bien.
Y no solo lo decía por decir, estaba decidido a entregar todo por su omega, absolutamente todo para proteger su sonrisa y la de su hijo, hacer todo lo que un día no pudo hacer.
Yerim no volvería a interferir con su felicidad.
Llegó al hotel donde Eunbi se estaba hospedada, trató de no ser vista por nadie para no levantar sospechas ya que sabía que la omega se estaba cuidado a sí misma de ella.
Pobre omega, no sabía que a Moon Yerim nadie le ve la cara.
Ya en el piso, abrió con la tarjeta extra que solicitó y pudo entrar a la pequeña habitación donde la mujer dormía en su cama, la alfa despiadada fue directo a ahorcarla con sus propias manos para hacerla despertar, Eunbi a los segundos ya estaba luchando por quitársela de encima y cuando fue liberada de la asfixia, Yerim la tomó del cabello y la jaló para botarla al suelo y patearla.
—Se-... ¡Señora Moon!
—¡Eres una maldita inútil, Hwang! —le propinó una cachetada —¡Te dije que separaras a esos dos! —se separó para tomar aire y caminar tratando de calmar su enojo —Una orden te di, Eunbi. Solo te pedí una cosa, ¿Y que hiciste? Te veniste a esconder como una cobarde.
—No-no podía me-meterme-...—tartamudeó por el miedo y solo sintió el dolor en su cuello cuando lo apretó.
—Si podías, no lo hiciste que es otra cosa.
—Bin... Bin me amenazó, me dijo que me mataría si me acercaba a su omega y yo no-...
—¿Y preferiste hacerle caso a ese malnacido antes que a mí que soy más poderosa que él? —se rió —Por favor, Eunbi, Bin es un cobarde qué no es capaz de defenderse ni a él mismo.
—Pero, señora-...
—Y si un día pude separarlos y obligarlo a dejar a ese sucio omega, lo puedo hacer otra vez, y tú me vas a ayudar.
Eunbi lloró esa noche después que la alfa se fue, no tenía más opción, no podía hacer más que ayudar a aquella mujer a destruir a su propio hijo.
No podía huir cuando su familia también estaba en peligro.
Llegó a su apartamento casi a media noche, el lugar estaba fuera de la ciudad por lo que le tomaba bastante tiempo para llegar. Su investigador privado le había dejado con su guardaespalda el folder con todos los datos que le había solicitado.
Ya en su oficina, se sentó a revisar cada uno de los datos de su yerno, de su nieto también, aquellas hojas le explicaban a detalle donde se había escondido Dong Min todos esos años que Bin no estuvo, reportes del hospital el día que nació Seung Min, cada uno de los empleos que ha tenido el omega y sobre todo, el momento en el que se reencontró con Bin.
—Es un miserable pobretón, no tiene ni donde caerse muerto.
Realmente lo despreciaba por no ser de su misma clase social, por ensuciar su nombre y apellido al tener concebido un hijo de su primogénito, lo tachaba de aprovechado y desvergonzado al meterse en sus planes sin invitación, al cortar todo lo que había propuesto para el futuro de su heredero.
Porque desde joven siempre deseó que Bin fuera un chico deseable, que dominara a cualquier rata en una posición más baja qué él. Quería que su hijo fuera un hombre de negocios, dispuesto a todo así como era ella, pero no.
Dong Min jodió sus planes de crear al alfa dominante perfecto como cada uno en su familia, Dong Min lo hizo ser un alfa tierno y amoroso, lo peor que podía existir. Y por esa misma razón no lo dejaría en paz ni un segundo, jamás tuvo que aparecer, ni en el pasado, ni ahora.
—Todo tu destino está leído bajo mis cartas, Dong Min...
Caminó descalzo en medio de una carretera desértica, ninguno auto pasaba, no había luz, ni nada cercano con que ubicarse, su cabeza daba vueltas y escuchaba unas voces que lo hacían correr. Estaba huyendo de alguien lo sabía, pero no de quien exactamente.
Una herida de bala en su hombro, otra en su pierna y su ropa manchada de sangre, sus manos estaban ensagrentadas también como si hubiera acabado de salir de algún matadero. No entendía.
-¡Auxilio! ¡Por favor! -comenzó a gritar buscando ayuda.
Error.
Un vehículo se acercó a él a gran velocidad y cuando las luces de este iluminaron su polvoso camino, sintió como era atropellado por este con gran impulso hasta que rodó en el suelo y quedó totalmente destruido.
El auto paró y de él salió una mujer con una arma en manos. La pistola apuntó directamente en su cabeza y cuando sus ojos avidriados enfocaron bien el rostro de la fémina gritó.
-Te dije que mi hijo y tú no podía ser feliz...
Saltó en la cama del susto, se despertó con el corazón acelerado y con la cabeza dando vueltas. Miró a su lado y sintió la presencia extra en su cama, encendió la tuene luz de su mesa de noche y miró a Bin dormido a su lado. No pudo resistir el impulso de tirarse sobre él y abrazarlo, estaba llorando en su pecho.
El alfa se despertó al instante, alterandose en el momento que sintió la humedad.
-Mi amor... -abrazó a su omega con tanta fuerza, llenando la habitación de sus feromonas relajantes y dándole uno que otro besito en la mejilla -Bebé, ¿qué pasó?
-Yo... -le contó el sueño que acaba de tener y se soltó aun más en llanto al sentir su alma desgarrada. ¿Y si era un sueño premonitorio? ¿Y si...? -¡Bin, tengo mucho miedo! -no hizo más que abrazarlo y repetirle qué todo estaba bien.
-Mi amor, sé que estás asustado, pero ahora las cosas serán diferentes. Estamos juntos, tenemos a nuestro hijo con nosotros, somos dos adultos que sabrán hacerle frente a todo.
-No quiero que ella te obligue a dejarme, no quiero que ella meta ideas en tu cabeza o en la mía y que todo por lo hemos luchado se destruya.
-Bebé, realmente yo estoy asustado -confesó casi en lloro -No quiero perderte... -las lágrimas lo traicionaron y fue ahora que Dong Min lo abrazó, besando la coronilla de su cabeza.
-Confiaré en ti hasta el final, así que no me perderás.
"Pero yo si siento que te perderé otra vez y no lo resistiré".
Fue lo que Dong Min pensó, y aunque doliera, sabía que no podía hacer más que guardarselo en su interior.
-Te prometo que te protegeré, que te amaré hasta el final y lucharé por nosotros. -Dong Min lo besó, acariciando sus mejillas y separándose luego con cansancio.
-Te amo, Binnie.
-Yo te amo más, mi amor... Y siempre lo he hecho...
Tan solo han pasado unos cuantos días y no se ha sabido nada de Yerim, lastimosamente. Y digo lastimosamente puesto a que entre más desaparecida esté la mujer, más peligroso se vuelve todo. No se sabe nada de ella, ni del siguiente movimiento qué va a dar si es que llega a acercarse. La familia ha puesto cámaras de vigilancia en la casa y en la mansión principal, Bin se movió con su familia a la mansión de sus padres por pura seguridad para así estar más seguros. Y más porque habían días en los que Dong Min se la pasaba solo, el castaño tenía miedo de que en esos momentos la alfa aprovechara para atacarlo o algo.
Seung Min aun no se acostumbra al lujo excesivo que tiene en aquel lugar, era algo sumamente nuevo, pero la compañía de Doyoung y su tía Sua han hecho que al menos no se sienta tan incómodo.
Por otro lado, sienten que las cosas se han calmado, aunque Dong Min principalmente está alerta y pide al cielo que nada malo les suceda.
Ese día, los dos menores salieron como siempre de clases, Dong Min le avisó que iría por ellos aunque luego Jaehyun le hizo saber que recogería a Doyoung, así que sería solo Seung Min a quien recogería al final. Pero las cosas cambiaron cuando a mitad de trayecto, Dong Min recibió una llamada de su sobrino.
—Qué pasó, Dodo?
—Mami, dile a Seung Min que se contacte con la profe de matemáticas, que se le quedó su portafolio.
—Bebé, Seung Min no está conmigo, ¿Acaso no ha salido? —sus nervios se alteraron.
—Es que todos se están yendo y no miré-... ¡Hey! ¡Sueltenlo! —se oía la voz de Doyoung intentando detener qué hicieran algo, pero no sabía que estaba pasando.
—¡Doyoung!
—¡No! Tío Min-... —la llamada se cortó y quedó sumamente preocupado.
Le pidió a su chófer acelerar mientras llamaba a Bin y a Jaehyun avisándoles de lo que había escuchado.
Al llegar al colegio, se encontró con dos maestras asistiendo a Doyoung, pero Seung Min no estaba por ningún lado. Jaehyun quien ya había llegado, corrió a su hijo mientras él miró en el suelo el celular de su hijo y el de Doyoung destruidos.
—Bebé, ¿qué pasó? ¿Dónde está Minnie? —el menor esta golpeado en la cabeza y su pantalón algo roto. Este negó y lloró abrazando al omega.
—Mami... Se lo llevaron, se llevaron a Minnie... —Dong Min se quedó congelado y negó con ojos temblorosos.
—No... ¡NOO! —Jaehyun lo sostuvo por si algo más pasaba y enloqueció, se tiró al suelo desesperado, frustrado, llorando por su hijo. Jaehyun lo abrazó sin importarle nada, consolandolo. —Jae...
—No te preocupes, Minnie. Lo encontraremos.
Y mientras lo abrazaba, desde una camioneta la mujer sin escrúpulos lo miraba con una sonrisa.
—Así que tienes a alguien en quien refugiarte, ¿Eh? Veremos que piensa Bin de esto, putita.
︵‿︵‿ - ︵‿︵
Justo donde lo dejé.
Ahora si déjenme ser que se viene el drama💋
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