♡ 14 ♡
Se asomó por su ventana y pudo ver el rostro de los mayores hecho un lío, lágrimas de parte de ambos que le hacían pensar el doble. Doyoung hablaba sin parar, pero su atención la tenía aquella situación que se daba en la entrada de su casa.
Ahora estaba más curioso por saber, ¿Por qué su madre lloraba cada que hablaba con su jefe? ¿Por qué el omega se miraba tan afectado emocionalmente cuando cruzaba palabras con él? No lo entendía.
-¿Me estás escuchando?- preguntó Doyoung, pero Seung Min negó.
-Perdóname, esto es urgente.
Corrió a la cocina, donde estaba sentado su madre siendo abrazado por... ¿Jaehyun? El alfa cuando vio a Dong Min llorando lo abrazó y el omega al estar tan sensible lo aceptó.
-Mamá...- miró con dureza el alfa y este se alejó un poco y disimulado -¿Por qué lloras?- el omega llamó con su mano al menor y lo abrazó con todas sus fuerzas.
-Mi niño... Estaba preocupado por ti, no quería que te pasara algo... Estoy llorando porque no me imagino que más te hubiera pasado si mi jefe no hubiera llegado -mentía, por supuesto que lo hacía y sus amigos lo sabían perfectamente. Dong Min lloraba por la situación, porque sentía que Moon le quitaría a su hijo.
-Estoy bien, mamá, no llores. -besó en la mejilla al omega -No me gusta verte triste, te amo mucho, mami.
-Y yo a ti- sonrió, aunque su pecho estuviera sufriendo una horrible opresión.
Myung Jun trató de aliviar el ambiente, llamó a todos a la mesa donde le tenían un pastel y algunos globos colgados del techo. Le cantaron al menor olvidando la mala jugada de hace un momento y recibió los obsequios que le llevaron.
-Feliz cumpleaños, campeón. -Jaehyun le entregó una caja con un moño e intentó abrazarlo. La verdad que quería huir y no ver su cara nunca más, pero para no dejar a su madre mal, recibió el abrazo.
Al final, en casa solo quedaron Dong Min y los dos menores, y antes de ir a dormir, los tres ayudaron a Seung Min a abrir sus paquetes. La verdad es que Dong Min tenía curiosidad sobre que contenían aquellas bolsas que el castaño le había regalado, mismas que no pudo devolver porque su hijo realmente se miraba feliz.
La mayoría era ropa, zapatos, hasta que abrió las dos últimas y se encontró con unas prendas que claramente Seung Min no se pondría, además, un IPhone con todos sus accesorios.
-Minnie, este celular...
-Mamá, el señor Moon me lo regaló. Me preguntó si lo necesitaba para mis tareas y pues... Tú sabes que sí. Me iba a comprar una computadora, pero era muy caro, así que le acepté el cel.
-Minnie, hay que devolverlo. No podemos aceptar nada de ese señor.
-¿Por qué no? Él se ofreció, no se lo pedí. Además, se siente bonito ir a esas tiendas caras y poder comprar no solo ver de afuera.-dijo con una enorme sonrisa acostándose en la cama y abrazando a Doyoung.
-Es verdad, mami. Las pocas veces que papá me ha llevado me he sentido feliz. -Afirmó el otro muchacho.
-Independientemente, no puedes estarle aceptando todo a Bi-.. A mi jefe- enmudeció un segundo -Como sea, te la dejaré solo por es tu cumpleaños, pero nada más.
-Dejará pasar eso y otra cosita. Lo olvidé, aah, el señor Moon se va a enojar, pero no importa.
-¿Qué pasó?- preguntó curioso.
-Es que me pidió que te diera ese paquete, de hecho, yo lo escogí, pensamos en que te verás más lindo de lo que eres. -las mejillas del omega se pusieron rojas y solo desvió su cabeza.
-Qué locura, ¿Cómo pudiste aceptarle algo para mí? Eso no se hace, Minnie.
-Mami, relájate. Quien sabe, tal vez y puedes gustarle a tu jefe -dijo Doyoung y Seung Min se rio. Por su lado, solo se quedó callado.
-No sean loquitos, mejor guardemos esto antes de que se haga más noche. -se levantó de la cama donde estaba sentado y comenzó a meter todo en las gavetas, lo más rápido que pudo.
-Todo puede ser, no sabemos si el señor Moon está enamorado de ti -casi y se ahoga con su propia saliva.
-¿Qué? No, nada eso. Ese señor es solo mi jefe, nada más -Seung Min se encogió de hombros. Dong Min no podía creerlo, su hijo, quien se ponía celoso cuando algún alfa le hablaba, el mismo que no quería a Jaehyun cerca de él ¿Estaba dando aprobación a Bin? ¿Por qué a él?
-Bueno, vete a dormir, tienes que ir a la escuela mañana. Doyoung vámonos.
-Hasta mañana, Minnie -se despidió de su primo y se fue corriendo a su habitación.
-¿Tuviste un buen cumpleaños? -el menor asintió con una sonrisa.
-El mejor de todos, mamá -no supo que responder así que asintió.
-Descansa, bebé. Hasta mañana.
-Hasta mañana, mami. Te amo.
-Te amo más.
Al día siguiente, mientras llegaba a la empresa, su celular sonó y rápidamente contestó.
-¿Diga?
-"Señor Lee, le habla el director Park Jihoon, Seung Min se presentó a clases, pero necesitamos que usted venga también. Lo esperamos".
-Espere, señor-... -la llamada fue cortada.
Suspiró cansado, ¿Ahora qué querían? ¿Será que su hijo estaba en problemas? Se quedó en su lugar esperando a que el alfa llegara, pensando en como le pediría permiso para salir y mientras daba vueltas en su cabeza, el castaño se acercaba a él en silencio, mirando de lejos al omega. Dong Min se notaba ido.
-Dong Min, ¿Todo bien? -el omega se asustó al oírlo, pero rápidamente negó. -¿Qué pasa?
-Me llamaron de la escuela de Seung Min, quieren que vaya ya, no sé qué pasó.
-No te preocupes, yo voy contigo. -dijo el alfa sacando las llaves de su auto del bolsillo de su pantalón.
-No es necesario, puedo ir solo. - el terco Dong Min volvía.
-Es mi hijo, además, no me gustaría que les dijeran nada. Así que muévete, vamonos.
No pudo protestar, solo tomó su bolso y siguió al alfa.
De camino en el auto, el silencio los encerraba creando una terrible incomodidad, más en el omega, misma razón por la que decidió mejor ver las calles pasar y en medio de aquello, escuchó la voz del alfa.
-No te abandoné porque quise, mi mamá iba a matarte -solo giró su rostro a él y escuchó. -Me dijo que si yo seguía contigo y dejaba que el bebé naciera te iba a mandar a golpear y a secuestrar... O te iba a vender a un burdel.
Aunque le sorprendió aquella información, siguió sin decir nada.
-Planeé que iba a huir contigo, papá iba a apoyarme, pero ella escuchó y comenzó a acosarme nuevamente, me mostraba fotos tuyas en la calle y me decía que te observaba en silencio para poderte dar un tiro en la cabeza. Dong Min ese último día...
-No quiero saber más -dijo al fin, sintiendo náuseas y mareo.
-Dong Min, estuve encerrado en Alemania por 10 años, sin comunicación alguna con nada y nadie, ella me sacó de ahí y me mandó a Canadá donde estuve dos años esperando que muriera y cuando al fin pasó pude regresar.
-Eso es mentira.
-Dong Min, puedes no creerme, está bien, pero si créeme cuando te digo que te amo y que nunca lo he dejado de hacer. Que mientras estuve encerrado le pedía al cielo que estuvieras bien y que el bebé también. Lo hice para protegerlos.
Afortunadamente para Dong Min ya habían llegado al colegio por lo que pudo dejar la dichosa conversación en el aire, bajó lo más antes posible y caminó dentro de las instalaciones sin esperar al castaño, mismo que se quedó en el auto unos segundos tratando de tomar aire. Al fin había dicho lo que realmente pasó, el motivo desgarrador por el que toda su vida se vio afectada.
Cuando salió y llegó a la dirección, se encontró a Seung Min siendo rápidamente abrazado por el omega. El chico al ver al alfa se quedó sorprendido, no esperaba verlo nuevamente, al menos no tan rápido.
-Señor Moon.
-Hola, pequeño. -acarició sus cabellos negros y dedicó una bella sonrisa. Siempre era un gusto ver a su hijo sin duda.
-Señores, por favor. -el director hizo pasar a los mayores y Seung Min se quedó algo extrañado ¿El director Park esperaba al señor Moon? ¿Lo habrá citado? Eran sus preguntas porque no encuentra más lógica en aquello.
Los mayores en la oficina, tomaron asiento frente al hombre y esperaron por lo que les tenía que decir.
-Bueno, señores Moon-...
-Nada de eso- interrumpió Dong Min -No estamos casados.
-Disculpe mi atrevimiento, señor Lee. Pero a lo que iba, la verdad es que lo que pasó con el joven Lee el día de ayer se me ha salido de las manos.
-¿Cómo por qué? -habló esta vez el alfa.
-Los chicos que golpearon al joven Lee ayer, son hijos de queridos contribuyentes de la institución, padres de familia muy valiosos, ustedes comprenderán.
-¿Y qué? A mí eso me da igual, yo solo quiero que hagan algo -dijo un tanto exaltado el omega.
-Señor Lee, entiendo perfectamente, pero usted también debería de entender. Seung Min es un chico becado por esta institución, se le dio una oportunidad para que estudie con chicos de... buena posición. El niño en su condición, no puede exigir nada.
-Que idiota con poco cerebro es usted.
-¡Señor Lee! -el director tomó la ofensa de golpe.
-Es un maldito comprado de mierda. Cree que porque no puedo pagar esta basura mi hijo puede ser humillado cuantas veces se les de la gana.
-Minnie, cálmate. -en su enojo con el hombre ni siquiera escuchó como el alfa lo llamó.
-Señor Lee, no puede exigir más. Además la institución también se ha cuestionado el tema de que si el señor Moon aquí presente es el padre de Seung Min, ¿Por qué tiene necesidad de alguna beca? No tiene sentido.
-Creo que eso es algo-...
-Porque tuve que hacer un viaje de negocios por un período muy extenso y dejé a mi familia desprotegida. Aunque eso es algo personal y ni debería de importarle, le recuerdo que ustedes becaron a mi hijo por su buen desempeño, algo que esos hijos de la gran puta nunca podrán tener. -Dong Min miró al alfa con ojos brillosos, ¿qué era ese sentimiento que brotaba de su pecho? -Pero no se preocupe, director, este problema se solucionará de inmediato.
-¿Qué quieres decir, Señor Moon?
-Me voy a llevar a mi hijo a un lugar donde si valoren sus méritos y sean profesionales, no unos vendidos. Y tranquilo, que le haré llegar los papeles con mi abogado.
Tomó de la mano a Dong Min y salieron de aquella oficina, actuando lo más neutral posible delante del menor. Dong Min se soltó con disimulo de su agarre y mientras Bin hacían una llamada, se fue a sentar al lado del chico.
-Mamá, ¿Qué pasó? -el menor miró al alfa hablando con alguien, se notaba enfadado.
-Minnie, ya no vas a estudiar aquí.
-¿Qué? Pero, mamá-... -Seung Min se sintió dolido, no quería irse de la bonita institución aun cuando tenía tantos problemas ahí.
-Seung Min -la voz del alfa llamó su atención y cuando miró, el alfa estaba de cuclillas frente y cerca a él tomando sus manos.
-Señor Moon, me botaron ¿ahora donde voy a estudiar? Mamá no puede pagarme otro colegio, nadie me va a agarrar. -el hombre asintió, pero las caricias en sus manos no las dejó.
-Escúchame, Minnie, no te preocupes por nada, yo resolveré. Ahorita vas a irte con nosotros, vas a descansar y a más tardar mañana en la tarde, tienes tu matrícula en otro lado. -el menor se giró a su madre pidiendo explicación.
-Minnie, vas a estudiar en otra parte, el señor Moon se ha ofrecido a pagarte tus estudios. -dijo aunque no estaba convencido de ello, pero su hijo necesitaba una buena educación algo a lo que no podía aspirar incluso si su sueldo fuera bueno.
-¿En serio, señor Moon? -la emoción en la cara del menor no tenía precio.
-Así es, Minnie. Hablé con tu madre y aceptó, así que tranquilo. Todo saldrá bien.
-¡Gracias! -de un momento a otro Seung Min abrazó con todas sus fuerzas al alfa y Dong Min sintió su corazón romperse al ver también como el alfa lo abrazaba y cerraba sus ojos disfrutando de aquel contacto.
"Él solo quiere a su hijo, ¿Por qué eres tan egoísta?"
"Seung Min lo quiere, ¿Por qué no le dices la verdad? No lastimes a tu pequeño más tiempo".
Las lágrimas amenazaron con salir, pero se mantuvo firme hasta el momento en que los tres subieron al auto.
-¿Te parece si te mando a pedir algo delicioso en la oficina, Seung Min? -Habló el alfa al chico en la parte trasera del auto mientras se colocaba el cinturón de seguridad.
-Como usted quiera, Señor Moon, aunque no quería molestarlo.
-Tonterías. Mientras tu madre y yo trabajamos, tú puedes ver series o lo que quieras, no me molestas. Es más, es un gusto poder estar contigo. -El menor sonrió tímido y bajó su cabeza.
-Gracias, señor Moon.
En el camino, el menor se colocó sus airpods e iba escuchando música mientras llegaban a la empresa, aunque en un cierto momento del viaje en el auto, sintió curiosidad por lo que ambos mayores se decían. Miraba de reojo los labios de ambos moverse, pero lo que más llamó la atención fue ver como si su madre estuviera gritando o exaltado.
Y le bajó el volumen a la música para escuchar...
-Baja la voz, Dong Min.
-Tú crees que puedes hacer y deshacer todo el trabajo que he hecho estos largos años, no tienes permitido nada y aún así te metes en nuestras vidas como si te necesitara.
El menor se quedó en shock, ¿Por qué su mamá lo tuteaba? ¿Qué estaba pasando?
-Minnie, por favor. Si tanto deseas que todo siga como hasta ahora, entonces sé más discreto.
-¿Y tú crees que él no sospecha? ¡Él sabe perfectamente que algo está pasando! ¡Y todo es tu culpa!
-¿Mi culpa? ¿Entonces el amarte hace que todo se complique? - Seung Min luchó con todas sus fuerzas para no pegar un grito al cielo.
"Así que ese señor está enamorado de mamá".
-No digas estupideces -la voz seria de su madre era aun más confusa.
-Es verdad, te amo y te lo repetiré siempre que pueda. Por Dios, Dong Min, yo solo quiero retomar el tiempo perdido, Seung Min es mi hi-... -subió de golpe el volumen de la música. No pudo escuchar más, no quería oír más.
Sus ojos picaron, sintió incluso ganas de vomitar, un mareo terrible y solo pudo cerrar sus ojos y dejar que una lágrima se deslizara por su mejilla.
¿Qué había pasado de un momento a otro?
¿Qué era eso?
En su curiosidad nuevamente bajó el volumen y escuchó:
-El niño se durmió, no lo despiertes.
-Dejemos esta conversación así, Bin y recuerda que hago esto por mi hijo, no por ti.
-Después hablamos, deja a Minnie descansar.
Fingió dormir, en todo el camino y después de aquello solo escuchó silencio y más nada. Ambos mayores estaban tan distraídos que no notaron como el menor de vez en cuando soltaba una lágrima agria por todo lo que en su cabecita estaba pasando.
Y al final solo fue un... Choi
"Papá, papá, haz vuelto".
Su deseo se cumplió pero a que costo.
En la oficina, desde que el menor llegó Bin le dio el control remoto de su televisor, le mandó a comprar pollo frito, pizza, sodas y todo cuando el chico quiso la verdad. Aprovechó también a platicar con él y aunque el menor en cierto momento sintió algo de incomodidad, se puede decir que se la llevaron bien. Y fue realmente sorprendente cuando Seung Min le confesó que soñaba estudiar en la universidad algo meramente de negocios, ya sea finanzas o administración, pero que le interesaba todo relacionado con ese mundo.
-Sería un honor tenerte trabajando aquí cuando salgas de la universidad.
-Falta mucho, señor Moon.
-No importa, desde ya te digo que aquí tienes las puertas abiertas para lo que sea.
Y en el tiempo que pasaron juntos, Seung Min pudo darse cuenta de muchas cosas. La primera, de que era un hombre muy cambiado, guapo sin duda pero con marcas de la vida transmitidas en sus ojos, que aquel hombre tenía una sonrisa hermosa y muy familiar por supuesto, y sobre todo, que cada que Dong Min llegaba a dejarle algo, sus ojos se dilataba y brillaban aún cuando parecía que ninguno se daba cuenta, pero él lo notó y aunque ahora se quedaría callado, no podía negar que tenía todas las ganas del mundo de gritarles su secreto.
Al final del día, Dong Min y Seung Min fueron llevados a casa por el alfa, aunque un tanto tarde para ser exactos.
-Gracias por traernos a casa -Bin se quedó sorprendido y tan solo sonrió. Era la primera vez desde que volvió que Dong Min no le estaba gritando.
-No podía dejar que se vinieran solos a casa, ya son casi las 10, es peligroso -el omega a su lado se quedó viéndolo fijamente por unos cortos segundos. Bin fue hipnotizado por aquellos orbes preciosos.
- Gracias. -dijo una vez más con una voz ¿Tímida? -Dale las gracias al señor Moon, Seung Min y vamos a casa.
-Gracias por lo que ha hecho por nosotros, señor Moon, en serio.
-No agradezcas, lo hago con todo el placer del mundo. Recuerda descansar y pórtate bien. -el menor se estiró desde atrás para abrazar al alfa y los mayores solo se miraron, como si pudieran comunicarse a través de miradas solamente.
-Lo quiero mucho -dijo el menor la más profunda verdad en su corazón. Quería bastante a Bin aunque todo fuera un lío.
-Yo también te quiero mucho, Seung Min. Eres un buen chico y un buen hijo sobre todo, ya veo porque tu madre te ama tanto.
-Seung Min, ve adentro -cortó rápidamente Dong Min y el menor con un 'buenas noches' salió del auto directo a casa, dándoles privacidad.
-Dong Min, discúlpame si hoy te hice enojar, no era mi intención, yo solo quiero... pasar con mi hijo y hacerme cargo de él, de ti también.
-Repite lo que has pasado diciendo desde que te volví a ver -dijo cambiando totalmente el rumbo de la conversación.
-No entiendo.
-Esa maldita frase, dila. Te doy permiso de decirla de frente, vamos. -Sus ojos picaban amenazando con hacer un lío en ese momento.
-¿Te amo-...? - de un segundo a otro, los labios del omega estaban presionando contra los suyos y fue cuestión de segundos para que se separaran -Te amo, Dong Min.
Esta vez, fue él quien decidió unir sus bocas, llevando su mano a la nuca del omega y moviendo sus labios acompañados del pelinegro quien terminó correspondiendo. Y entre aquel necesitado beso, las lágrimas se unieron, cayendo con fuerza por el rostro del omega, siendo limpiadas al instante por la mano del alfa quien lo acariciaba.
Por falta de aire, se separaron y Dong Min sin esperar más, bajó del auto y corrió a casa, dejando al alfa con el corazón acelerado y casi al desmayar.
Su veneno siempre sería Dong Min y quien tenía el antídoto para su dolor.
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