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Llegó a su apartamento donde para su suerte, "su esposa" no estaba, decía "su esposa" porque realmente Eunbi no era más que una arpía que quería su dinero y todo eso fue gracias a su madre, que en paz descanse.

Tal vez el explicar que había pasado con Bin era sumamente difícil, lo cierto es que la raíz de todo aquel alboroto fue la dura alfa y sus atrocidades.

Amenazas, encierros, secuestros, muchas cosas se sumaban a lo que fue sometido por amor, todo para que dejaran en paz a su pobre omega quien no tenía la culpa de nada.

Se sentó en la sala y comenzó a leer el expediente con la hoja de vida de Dong Min que le entregó San Ha en la mañana y otro que su investigador privado le había dejado. Tal vez estaba violando su privacidad, pero necesitaba saber que había sido de su omega en todos esos años.

Salían datos como su dirección, tipo de sangre, estado civil que se marcaba con soltero, miró la foto en la esquina superior de la hoja y sonrió, Dong Min seguía igual de hermoso que cuando lo conoció, solo habían pequeñas diferencias. El rostro dulce y tierno que recordaba era ahora un rostro duro lleno de ojeras, se notaba que la vida no había sido muy considerada con él y le había dado golpes muy duro pero él se encargaría de devolverle a su omega aquello que posiblemente le robó, la felicidad y aunque ya hizo un paréntesis al respecto, no se cansaría de decir lo hermoso y cambiado que está el pelinegro.

Leyó los nombres de los dos chicos y vio fotos de ellos, Jeong Doyoung y Lee Seung Min, uno de 15 y el otro niño de 13 años. Sí, curiosamente, algo parecía cuadrar pero no quería hacerse ideas.

Leyó acerca de Dong Min y descubrió la tormentosa vida que habia pasado, toda una lista de lugares en los que había trabajado, unos mas feos que otros y sintió tristeza en su corazón, si tan solo se hubiera quedado a su lado, todo hubiera sido diferente, hubieran criado a su hijo juntos, se hubieran casado, tuvieran un hogar y tal vez otro hijo.

Pero solo eran muchos hubiera.

El presente era el que cambiaría para bien.

-Voy a recuperarte, mi amor. No te dejaré ir otra vez.

El omega como madre estaba preocupado por su hijo y es que, Seung Min, rara vez era malcriado o tenía un comportamiento similar al de hace unos minutos, pero como lo conocía muy bien, le dio su tiempo y fue a preparar su platillo favorito junto a Doyoung.

Terminaron y fue a buscarlo, golpeó suavemente la puerta y llamó a su nombre.

-Minnie, sal, cariño- habló dulcemente.

-Tengo sueño, mamá.

-Vamos, bebé. Hice tu comida favorita, ¿Vas a perderte la pasta que hace tu madre?- a los pocos segundos, el chico estaba abriendo su puerta para ir a comer.

Lo había convencido, estaba más feliz.

Bajó junto al omega y se sentaron en la mesa todos en familia, logrando con ello que el ambiente tenso que se sentía, mejorara.

Una hora después hicieron sus tareas. Más tarde, se ducharon, cepillaron sus dientes y fueron a dormir.

Dong Min antes de ir a su cama, visitó como de costumbre la habitación de Doyoung donde le dio un beso en su frente y se aseguró de que se haya arropado bien, para terminar, fue a la habitación de Seung Min donde lo encontró aún despierto.

-Cariño, ¿Quieres hablar?- el chico negó y se acostó en su cama cobijandose rápidamente, tratando de evitar al omega, pero Dong Min se acercó a él y se acostó a su lado -¿Puedes decirme qué pasa?

-No me pasa nada, mami. Tengo sueño- trató de esquivar nuevamente la plática.

-Soy tu madre y te conozco perfectamente - besó su frente -¿Por qué le contestaste así a Jaehyun?

-Mamá...- asintió -¿Tú aún amas a papá?- se quedó mudo, ¿A qué venía su pregunta? No tenía sentido.

-Mi amor, ¿Por qué-...?

-Solo contéstame- interrumpió.

-Yo amé a tu padre demasiado, fue el primer amor de mi juventud y, el que sentí era el más verdadero y sincero amor que pudo haber- no mentía, Bin había sido su todo, su único amor.

-¿Solo amas a papá, entonces?- asintió, aunque ya no supiera lo que su corazón realmente sentía.

-¿Por qué hablas de tu padre, cariño?

-Todos los niños tienen papá, menos yo, hasta Doyoung lo tiene, aunque mi tío haya muerto, pero te tiene a ti también, que eres como su mamá, entonces ¿Por qué yo no pude tener a mi papá?

Ahora podía comprender un poco más que lo estaba afectando. Era sólo una cría sintiéndose desprotegido sin su padre alfa y esa era la misma situación de todo el tiempo.

-Mi amor, tú sabes que papá nos dejó solos en este mundo, pero siempre tienes que recordar que él te amó hasta su último día de vida, tocaba mi pancita y sonreía porque tú te estabas formando- era triste recordar aquello, por eso odiaba a Bin, por hacerle creer que estaba feliz con la familia que formarían y al final se fue.

-¿Papá estaba feliz por mí?- el chico fue abrazado por el omega, ya que se podía notar que hablar sobre aquello lo ponía vulnerable.

Casi nunca hablaban sobre Bin, Seung Min no sabía mucho cosas de él tampoco, sólo que se llamó Moon Bin y era muy joven cuando él iba a nacer, además que conoció un poco su rostro en una foto antigua que guardaba su madre donde salían ambos juntos, cuando eran dos chicos perdidamente enamorados.

-Claro que sí, bebé- afirmó -Alfa fue bueno para nosotros, llenaba de caricias mi pancita y te hablaba siempre, tú te movías mucho cuando hacía eso- el chico sintió su corazón quebrarse, cuando hubiera deseado crecer con él.

-Mamá- el omega giró su rostro y le dedicó una cálida y cariñosa sonrisa -El señor Jeong dice que tú ya no amas a papá y que te vas a casar muy pronto. No quiero que te cases, quiero que estés solo... Quiero que... papá esté vivo- sintió sus ojos aguarse al ver a su hijo llorar.

"Sí supieras que tu papá si está vivo y que trabajo para él ¿Me odiarías por no decirte?".

Ese era su mayor temor ahora.

-¿Por qué no pude crecer con mi papá? ¿Qué hice para que se muriera?- el chico abrazó fuertemente a su madre, a Dong Min se le partía el corazón de verlo así, afectado, sufriendo una de esas crisis depresivas a las que ya se estaba acostumbrando y aunque ha tratado de ayudar a su hijo para que no se sienta solo, sabe que es algo que nunca se va a quitar cuando está expuesto a diario a lo que él hubiera deseado desde pequeño.

Además que todo se complicaba cuando el alfa realmente estaba vivo, él tenía su marca y extrañamente Seung Min también sentía aquella presencia que no entendía de donde venía.

-Escúchame, Minnie- limpió sus lágrimas y lo miró de frente -No hiciste nada, eso no es tu culpa, no es de nadie y algo más, es que no me voy a casar. No lo hice antes cuando eras más pequeño y podías aceptar a alguien más como tu papá y no lo haré, menos ahora. Ya me acostumbré a estar solo, los tengo a ustedes, no necesito nada más.

-¿Me lo prometes, mami?- el omega asintió.

-Te lo prometo, Minnie. No me voy a casar con nadie- afirmó y le dio un fuerte abrazo a su hijo, limpió sus lágrimas y sacudió su nariz -Descansa, mi amor y deja de llorar, por favor.

-Te amo, mami.

-También te amo, Minnie, con todo mi corazón. Buenas noches.

Al día siguiente, Dong Min se encontraba trabajando cuando su jefe le hizo entrar a su oficina.

La verdad, no le gustaba verlo, ni escuchar su voz porque se sentía como un niño perdido e inseguro a su lado, pero debía de demostrarle que era un omega fuerte, diferente al que conoció.

-Diga, señor.

-Minnie- el alfa se levantó de su asiento y se paró frente -Minnie, yo... Lamento mucho si en algún momento mi presencia te hace sentir tanta presión o si mi comportamiento te ha afectado- Bin se sentía inseguro frente a él, no hallaba que decirle, por donde empezar y terminaba diciéndole tonterías.

-Está bien, señor, no se preocupe.

-Dong Min, realmente quisiera que hubiera un momento y que me permitieras explicarte todo-...

-No.- dijo sin importarle que más iba a decir el alfa.

-Dong Min, debes de escucharme, necesito hablar contigo.

-¡Pero yo no quiero hablar contigo!- exclamó, al borde del colapso, al final, le habló informalmente.

-Solo quiero saber algo, lo mas importante para mí- respiró profundo y soltó la pregunta -¿Qué hiciste con mi hijo?

-Lo perdí- contestó, bajando la cabeza.

-Mientes, sé que lo tuviste- el omega comenzó a soltar lágrimas repentinamente -¿Dónde está? ¿Por qué lo ocultas?

-¡Si piensas en quitarme a mi hijo, estás muy equivocado! ¡Crié a ese niño solo, no vas a quitármelo, no eres su padre! ¡Si por eso volviste buscando el heredero de esta mierda, olvídalo!- dijo entre lágrimas, ¿Por qué había reaccionado así? ¿Qué pasaba con él? ¿Acaso sentía demasiado temor?

-Soy su padre, Minnie. Y no, no pienso quitártelo, solo... Creo que tengo derecho de saber que tengo un hijo.

-Déjanos en paz, no tienes derecho de nada, no puedes exigir ni un carajo. No quiero que tu fantasma nos atormente. Para mi hijo, tú estás muerto y para mí también, no jodas más, déjame en paz.

-¡Minnie-...! - trató de detenerlo, pero fue tarde.

Dong Min salió corriendo hacia el baño, no soportó el dolor en su pecho, ni la acumulación de pensamientos en su cabeza, tenía tantas cosas que decir, pero no se atrevía.

¿Por qué me dejaste?

¿Qué hiciste después?

¿Me engañaste con alguien más?

¿Qué hice para que me abandonaras?

¿Por qué me hiciste creer que me amabas?

Una pregunta, tras otra, todo acumulado en su corazón, sin poder encontrar respuestas.

-Tienes que ser fuerte, tú ya no lo amas y él solo jugó contigo, no puedes escucharlo.

Se repetía una y otra vez frente al espejo, debía de hacerse entender que lo odiaba.

Pasaron un par de horas y Bin decidió salir de su oficina.

Ya había hecho algunas llamadas, investigó bien y estaba decidido a encontrar respuestas por el mismo, y si Dong Min se llegase a enojar, trataría de encontrar una manera de contentarlo, al menos de intentarlo.

-Ya me voy, regreso hasta mañana. No me pases llamadas a mi número personal, no quiero saber nada de la empresa por hoy.

-Sí, señor.

-Y Dong Min, lo lamento. -el omega solo asintió y desvió su mirada.

Con aquel gesto, se alejó con camino a la salida, debía de ir a visitar un lugar, mismo donde encontraría respuesta necesarias para su vivir.

-Bienvenido, señor Moon. Nos honra con su presencia- saludó el director de aquella institución educativa donde se encontraba.

-Gracias, Kim.

-Tome asiento, ¿Le sirvo algo?

-No se moleste, estoy bien, gracias- tomó asiento siendo seguido por el alfa.

-Pero, dígame, ¿En qué le puedo servir? No entiendo a que se debe su visita- no entendía porque ese hombre había llegado de improvisto.

-Quiero saber sobre un alumno, Lee Seung Min. ¿Le suena el nombre?

-Lee... ¡Por supuesto! Estudiante estrella, campeón de múltiples competencias a nivel nacional y orgullo de nuestra institución. Claro que sí, señor.

-Necesito verlo, hablar un rato con él- había investigado todo sobre el chico y la inquietud no se le había quitado.

Si Dong Min lo rechazó, intentaría sacar información por medio de aquel pequeño.

-Disculpe mi atrevimiento, ¿Es su pariente o algo?

-Sí, es mi hijo- el alfa se quedó con la boca abierta ¿Ese hombre tenía un hijo? ¿Pero de dónde había salido? -Tengo años si verlo y me gustaría estar un poco con él.

Si sentía dudas al respecto, no sabía si ese chico era su hijo o no, pero elegía decir aquello antes de que hicieran más preguntas. Tal vez con eso le dejaban hablar con él.

Además de que Dong Min le había asegurado que su hijo estaba con vida y su alfa le decía que ese bonito niño era su sangre, sentía el llamado y arriesgando todo, haría lo imposible para acercarse a él.

-¡Por supuesto! Digo-... sí, señor. Por favor, acompañeme, le mostraré donde se encuentra nuestro prodigio.

Se levantó y siguió al hombre, estaba cada vez más cerca de salir de dudas.

En el camino al salón del chico, el director Kim no dejó de hablar de todos los logros que había tenido Seung Min y eso de alguna manera, le llenaba de orgullo. Seguía sintiendo a su alfa hablarle y decirle que realmente ese niño era su hijo y no estaba equivocado.

Él por eso eligió seguir su instinto y creer ciegamente.

-Señorita Cheong - llamó a la joven maestra en el salón -¿Lee está aquí?

-No, director, Seung Min está en la cancha, es hora deportiva- la mujer no le quitaba los ojos de encima al castaño, mas no dijo nada, se mantuvo en silencio y con mucho respeto.

-Sígame, señor Moon. Iremos a buscar a su pequeño.

Se escuchó hermoso aquello, casi irreal.

Él director le mostró poco a poco la institución y así hasta que salieron al enorme campo y miró a lo lejos al pequeño chico sentado en las gradas.

-Muchas gracias por todo- agradeció amablemente con una reverencia.

-No agradezca, es más, yo le hago saber a sus maestros que le den libre ahorita y la siguiente clase.

-No, no quiero afectar su horario.

-No sé preocupe, qué falte un vez no lo hace dejar de ser el chico que es.

El señor Kim se alejó y él se fue acercando al muchacho con miedo. Sentía su cuerpo tembloroso y una enorme opresión en el pecho.

"¿Será esta mi primera plática con mi hijo?".

"¿En verdad lo voy a hacer?".

Le parecía lo ma irreal del mundo, como un sueño totalmente, lo que tanto le costó evitar a su madre ahora estaba a nada hacerlo, posiblemente y de estaba revolcando en su tumba, pero ahora trataría de recuperar la vida que se le fue quitada.

Estaba a unos cuantos pasos de llegar a él y notó algo, todos los chicos jugaban fútbol en el campo y el chico solo miraba de largo con un semblante contrito, abrazando sus piernas, como si se sintiera fuera de su zona de confort.

-¿Estás bien?- No supo en que momento lo hizo, pero le habló y estaba a su lado, la distancia cada vez se acortó.

-¿Disculpe?- el simple hecho de verlo a los ojos hizo que su alfa se desesperara. Era él.

-Lo siento, te miré triste y quise saber si podía ayudar.

-Estoy bien, gracias, señor- contestó Seung Min sin odiosidad, pero a la vez cortante. No le gustaba hablar, menos con desconocidos.

-¿Por qué no juegas? ¿No quieres pasar ratos con tus amigos?- sin darse cuenta, ya había tomado asiento a su lado.

-Ellos no son mis amigos, no me dejan jugar con ellos- dijo con tristeza y lo pudo notar.

-Incluso las personas que están contigo no soy de fiar, ¿pero sabes algo? No hay nada más importante que sentirnos cómodos con nosotros mismos y ser nuestros propios amigos- sonrió débilmente -Es feo que te excluyan, pero algún día, cuando seas adulto te darás cuenta que aveces esos nos ayuda a darnos cuenta de las amistades verdaderas que podemos hacer en el camino.

-No entendí, señor.

-No me hagas caso, eres un buen chico y ellos son malas personas con mentes podridas, es mejor no mezclarse con la chusma.

El niño sonrió sin entender nada de lo que aquel hombre le decía, pero le hizo sentir mejor. Y Bin... Bueno, sentía su pecho explotar por lo tierno que era el niño.

-Señor, no diga eso- se río -"La chusma"- murmuró.

-¿Crees que miento? Ellos son la chusma, dan asquito- el gesto en su cara le hizo reír más -¿Y si los dejamos amarrados aquí?

-¡Ya, pare!- se quejó. Era un chico tonto que se reía de cualquier estupidez.

-Por cierto, ¿Cómo te llamas?

-Seung Min, ¿Y usted, señor?

-Soy Moon Bin. Encantado de conocerte, pequeño.

"Te tengo".





︵‿︵‿ - ︵‿︵‿

Tuve un tiempo para revisar los caps, pero hasta aquí los dejaré por hoy.

Recuerden que Whispers of yesterday es prioridad💋🫦☝🏻💅🏻JAJSJAJA

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