♡ 08 ♡
༻𝓐𝓬𝓽𝓾𝓪𝓵𝓲𝓭𝓪𝓭 ༺
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Una mañana como cualquier otra, el cielo despejado, el sol brillando, entrando por aquellas ventanas despertando a todos, incluyendo a Dong Min que al sentir lo rayos de sol en su rostro se despertó y al ver la hora en el reloj se levantó rápidamente para alistarse.
El inicio de clases había llegado y con el, nuevamente su rutina.
Se bañó y alistó lo más rápido que pudo, y pasó por aquellas habitaciones golpeando lo más fuerte que pudo para despertar a los pequeños dentro de ellas.
-¡Mis amores, levanténse, se hace tarde!- gritó mientras corría a la cocina para prepararles el desayuno a sus pequeños.
-¡Ya me voy, mami!- dijo uno de los pequeños bajando las escaleras, ya listo, teniendo afuera de la pequeña casa un auto esperándolo.
-Come algo antes de irte, mi amor- dijo el omega.
-Se me hace tarde y sabes que a papá no le gusta esperar- explicó.
-Toma. Cómete aunque sea eso- le entregó una manzana y un sandwich, besó su frente y le dedicó una dulce sonrisa -Espero que te vaya muy bien en tu primer día y que tu papá sea bueno contigo. Pórtate bien, por favor.
-Bueno. Adiós, mami.- se despidió del omega y salió de la casa.
Ahora Dong Min tenía otra misión, alistar todo para Seung Min que iría a su nueva escuela.
Mientras terminaba de preparar el desayuno, vio a su pequeño vistiendo el muy bonito y fino uniforme de la prestigiosa institución a la que ahora asistiría.
-¡Cariño, que lindo te miras~!- se acercó a su hijo donde llenó al pequeño de 13 años con besos.
-¡Mamá! No hagas eso- se quejó un poco, aunque le gustaba que su madre lo mimara.
-Mi bebé si no te doy besos a ti ¿a quién mas podría dárselos~? Tú eres mi bebé.
-No digas eso, Doyoung podría oírte.
-A Dodo ya vino a recogerlo su papá, muy temprano para llevarlo a la escuela, no te preocupes- abrazó a su pequeño -Te amo mucho, Minnie, lo sabes ¿verdad?
-Si, mami, lo sé- besó la mejilla del omega para luego abrazarlo.
-Ven a comer. ¡Anda, se nos hace tarde!- su pequeño se sentó en la mesa y comenzó a comer mientras Dong Min buscaba su mochila y ordenaba todos sus útiles.
Tal vez se preguntarán ¿Qué pasó después de que Bin se fue?
Bueno, Dong Min quedó totalmente destrozado, como podrán imaginar, no quería salir de casa, ni alimentarse bien. Dong Min quería colgarse de una rama alta de un árbol y morirse porque quedar sin su compañero se le hacía totalmente difícil y más que no sabía porque Bin lo había dejado sin motivo alguno.
Pasó dos meses tratando de averiguar que había pasado con él y cuando fue a aquella casa, nadie quiso atenderle. La única a quien pudo contactar fue a Sua y esta solo le dijo: "Minnie, no insistas y recuerda que mi hermano siempre te ha amado".
No fue una respuesta convincente, pero no tenía más pistas que seguir, no tenía nada, más que un dolor en el pecho qué le hacía sangrar.
Después de haber estado hundido en la depresión, Myung Jun y Jin Woo lo visitaron para animarlo y acompañar a la señora Lee que estaba triste por su hijo.
Gracias a su ayuda pudo dejar de llorar, bueno, no del todo pero si menos. Se concentró más en su pequeño hijo que se seguía formando.
Trataba de hablarle al feto para no sentirse solo, le contaba su día a día en la cafetería y como recibía malos apodos por ser un omega embarazado, marcado y abandonado, pero aunque esas palabras destructoras le llegaban directo a su corazón, él trataba de que nada de eso le afectara. Bueno, tal vez para demostrar delante de los demás que no lo hacía.
Tuvo a su bebé y todo salió bien ya que en ese momento, sintió el calor de su alfa a través del enlace y puedo sobrellevarlo, pero también lloró horas después porque para su desgracia podía sentir a Bin aún.
Ese día pidió al cielo que Bin marcara a alguien más para nunca más volverlo a sentir y como si se tratara de un misterio, nunca más volvió a sentir al alfa, pero su marca permanecía intacta y así siguió por todos esos 13 años que habían pasado.
-Mamá, ya terminé.
-Ve a lavarte, aquí te espero.
Buscó sus cosas y las de su hijo, y mientras lo hacía, pasó por aquella foto de su madre donde estaba ella cargando al pequeño Seung Min y él la abrazaba.
-Lo logró, madre. Espero que estés orgullosa de tu nieto- le habló a la foto -Deséame suerte, por favor. Necesito que todo vaya bien- sonrió débilmente y dejó nuevamente el cuadro en el estante donde tenía fotos de sus hijos, de su madre y una que otra de él.
La señora Lee enfermó con el tiempo y había muerto cuando Seung Min cumplía 6 años, fue el segundo golpe más doloroso para Dong Min luego de perder a su padre primeramente, el perder a su madre que lo apoyó en buenas y malas, y nunca lo dejó solo fue sumamente difícil de superar, pero sabía que no podía echarse a morir cuando tenía a un pequeño por el cual luchar y siguió adelante haciendo hasta lo imposible para que su pequeño creciera bien y que nada le faltara.
-Vámonos, Minnie- cerró con llave la puerta de su pequeña casa y caminaron hasta la parada de autobuses para tomar el que los llevaría directo a la escuela del pequeño castaño.
Llegó la hora de bajarse del transporte y caminaron unas cuatro calles para llegar al exclusivo edificio donde autos lujosos entraban a dejar a los demás chicos.
-Minnie, recuerda siempre esto- se sentó un momento en una de las gradas cerca de la entrada del instituto -Eres brillante, mi amor. Que no tengas lo mismo que ellos tienen no te hace menos ¿De acuerdo?- el niño solo asintió -Ellos necesitan a sus papás millonarios para poder estar aquí, mientras que tú por tus méritos y tu inteligencia estás aquí sin pagar nada- atrajo a su cuerpo a su hijo donde éste abrazó la cintura de su padre -Todo lo que te digan, que te entre por un oído y te salga por el otro, porque esos niños fresas hijos perra no son mas que ignorantes. Pueden tener dinero pero no cerebro y es por eso que discriminan a otros, pero a ti que te valga, mi amor ¿Ok?
-Sí, mami- Abrazó fuertemente al omega -Eres la mejor mamá del mundo, te amo- Dong Min sonrió y llenó de mimos a su bebé antes de dejarlo ir.
-Pórtate bien y ya sabes lo que tienes que hacer. Te amo muchísimo, eres mi orgullo.
-Te amo, mami. Suerte en tu entrevista.
Se despidió del omega con un beso y Dong Min lo vio caminar a la entrada sintiéndose más que orgulloso de los logros de su pequeño hijo.
Lee Seung Min desde muy pequeño había sido un niño prodigio, aprendió correctamente a leer a los 4 años, ya sabía hacer todas las operaciones matemáticas a los 7 y comenzó a ganar varios premios en competencias académicas. Era el primer lugar en toda la escuela lo que hacía que instituciones de prestigio le dieron becas completas y útiles para que estudiara en ellas.
Pero también, sufría discriminación por parte de sus compañeros por ser un niño pobre y sin papá. Dong Min le había dicho a Seung Min que su padre había muerto en un accidente cosa que para el pequeño no tenía mucho sentido por la marca viva de su madre, pero vio con sus propios ojos, los orbes llorosos de su madre cuando le contó acerca de su padre, por lo que terminó creyéndole a sus 6 años cuando comenzó a preguntar por aquella figura paterna faltante.
Dong Min no podía decirle a su hijo que su padre los abandonó cuando tenía 6 meses de embarazo, no podía. No podía poner a Bin como el malo delante de su hijo, no podía transmitirle el odio que sentía hacia Bin a su hijo, claro que no.
Tomó el autobús que lo llevaría a esa gran empresa donde solicitaban un secretario para vicepresidencia.
En el camino, iba rezando para que pudiera conseguir el trabajo. Lo necesitaba.
Dong Min lastimosamente no pudo cumplir su sueño de ingresar a la universidad, terminó su preparatoria y luego de ello, comenzó a trabajar como loco. Tenía entre 3 a 4 trabajos temporales al mismo tiempo; siguió trabajando en la cafetería de noche, trabajó de empleado doméstico, niñero, limpiando pisos en empresas, en fin, todo trabajo que salía él lo tomaba para poder aportar más dinero a su casa donde su madre había dejado su trabajo por su enfermedad en sus articulaciones y también para así aprovechar y cuidar a su nieto.
Incluso una vez estuvo tentado a vender su cuerpo por una suma grande de dinero, pero no lo hizo porque sabía que no estaba bien hacerlo y algo dentro de él tampoco se lo permitió.
Con sacrificio, sacó a su hijo adelante y luego de que su madre murió, recibió una pésima llamada.
Tal vez se preguntarán ¿quien es Doyoung y porque le dice "mami" al omega?
Bueno, Taeyong realmente tuvo por muchos años una relación con el señor de aquella casa donde trabajaba, un amor prohibido, más que una aventura por supuesto de donde surgió Doyoung. Un hijo que incluso ocultó de su propia familia.
A Taeyong, le habían detectado cáncer y este estaba muy avanzado, por lo que llamó a Dong Min para pedirle que no dejara solo a su hijo.
-Minnie, cuida a Dodo por favor, críalo como si fuera tu propio hijo. Te lo suplico.
-Taeyongie, voy a cuidar muy bien de Dodo, vete tranquilo- con lágrimas en los ojos se despidió de su primo.
A los pocos días murió y él se quedó con la custodia de un pequeño Doyoung de 8 años.
Por lo que tuvo que hacerse cargo también del otro pequeño y de su hijo a la vez , pero nunca le reclamó a la vida nada, solo seguía trabajando para salir adelante.
Unos meses después, el papá de Doyoung se presentó a la humilde casa del omega. Jeong Jaehyun, se enteró que tenía un hijo y quiso conocerlo.
-Taeyong falleció y me dejó la custodia del niño, señor Jeong.
-Es una lastima que haya muerto, realmente amaba a tu primo... No te preocupes por el niño, me haré cargo de él económicamente y trataré de pasar con él, pero quiero que lo sigas teniendo en tu casa.
-Está bien, señor, como usted guste.
El alfa desde ese día comenzó a estar pendiente de su hijo lo cual en ocasiones pudo notar que afectaba emocionalmente a Seung Min ya que él nunca pudo estar con Bin, por lo que siempre trataba de recordarle cuanto lo amaba y llenarlo de amor para que no se sintiera mal.
Doyoung sabía que Dong Min no era su madre, obviamente, pero el omega era tan dulce y lo trataba con cariño que a sus 10 años comenzó a llamar al omega "mamá" y nunca se le quitó, aún a sus 15 años seguía llamando a Dong Min de esa forma y él se sentía bien. Amaba a su sobrino y amaba a su hijo, los pequeños, no tan pequeños, le daban razones para seguir con vida y alegraban todos sus días.
Llegó a la empresa que sabía muy bien que pertenecía a aquellas personas que un día lo despreciaron y si, habla de la madre y el abuelo de su ex novio. Principalmente, de aquella dura alfa.
Entró asegurándose de que su traje de color negro se viera muy bien arreglado y se dirigió a recepción donde una chica amablemente lo dirigió hacia la sala donde le harían la entrevista.
Habían varias personas entre betas y omegas esperando por ser llamados para la entrevista. Se mantuvo relajado y cuando llegó su turno trató en todo momento que sus nervios no lo traicionaran y respondió cada una de las preguntas con seguridad. Revisaron su hoja de vida donde pudieron ver que el omega estaba capacitado.
A pesar de no haber estudiado una carrera como tal, estudió pequeños cursos técnicos donde aprendió sobre números, administración entre otras cosas.
-Nosotros lo llamaremos.
-Está bien, gracias.
Salió de aquella sala con su rostro decaído ¿Hasta cuando iba a dejar de escuchar esa horrible oración? Ya lo había intentado varias veces y en muchas otras empresas pero nunca lo contrataban.
No tenía otra opción más que seguir con sus miserables trabajos donde el dinero le alcanzaba solo para la comida y gastos de primera necesidad.
Pero, bueno, al menos lo intentó.
Regresó a casa, se vistió con ropa más casual e hizo la limpieza y cuando el reloj marcó las 2:30 de la tarde, se alistó para ir a recoger a su pequeño.
Llegó puntal a las 3:30 pm, hora que salía su pequeño y lo esperó afuera donde Seung Min al ver a su madre salió corriendo para abrazarlo.
-¿Un mal día?- preguntó Dong Min conociendo perfectamente a su pequeño castaño.
-Mmm... Algo- Dong Min alborotó sus cabellos y se limitó a abrazarlo.
-Vamos a casa, mi bebé.
Tomó el autobús de regreso a casa y a los minutos, Seung Min ya estaba dormido con su rostro en su regazo.
Odiaba demasiado que su pequeño se sintiera sólo y que escuchara tanta mierda que los demás le decían. Deseaba ser de clase alta en ocasiones para que nadie pudiera hacer menos a su hijo, pero... Solo lo deseaba, ya que nunca podría serlo.
Una hora más tarde, bajó del autobús cargando a su hijo que se había quedado totalmente dormido y caminó a su casa donde estaba Doyoung esperando al omega.
-¡Hola, mami!
-Hola, ayúdame -Dong Min le mostró las llaves para que pudiera ayudarlo a abrir.
Entró directamente a la sala de estar donde colocó el cuerpo de su hijo en el sofá para luego acercarse al chico pelinegro.
-Lo siento si fui cortante, pero... el monstruo de las cosquillas vino- comenzó a hacerle cosquillas al chico que se rio a carcajadas.
-¡Mami, no!- abrazó a Doyoung y besó su frente como tenía de costumbre.
-¿Te fue bien? ¿Tú papá se portó bien contigo?
-Sí, mamá. Papá se portó bien.
-Me alegra escuchar eso. ¿Quieres ayudarme a preparar la cena?
-Sabes que sí- junto al chico preparó la cena y luego, se les unió Seung Min quien había despertado.
Mientras comían, Dong Min recibió un correo en su celular.
Estimado, señor Lee.
Le saluda cordialmente Osato Haruna, gerente de recursos humanos y cuerpo laboral de Moon's Group. Dicho correo es para informarle que usted ha sido elegido para el cargo de secretario de vicepresidencia.
Tiene que presentarse a las oficinas de recursos humanos a primera hora para firmar su contrato...
-¡Chicos, lo logré!
-¿Qué lograste, mamá? -preguntó Doyoung.
-¡Conseguí el empleo!- gritó emocionado y sus hijos lo abrazaron.
-¡Felicidades, mami!- dijo esta vez Seung Min.
-Solo por eso pueden quedarse viendo una película y comer helado.
Los pequeños celebraron por el nuevo trabajo del omega y también porque comerían helado de noche luego de un largo tiempo ya que Dong Min se los había prohibido, según porque les quitaba el sueño.
Esa noche, llamó a sus mejores amigos contándole la noticia, para después, sentarse en la sala con sus hijos a ver una película divertida.
Su trabajo realmente era un completo milagro y un suceso que transformaría su vida para siempre...
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