—¡Hanasu! —Capto la atención de su mejor amigo y compañero de trabajo. Se acercó a él, ya con sus cosas, listo para irse a su relajante fin de semana—. ¿Quieres que vayamos juntos a la estación? —Pregunto con entusiasmo, esperando un si, pues era muy extraño que el castaño le dijese que no, siendo solo en ocasiones verdaderamente importantes como para no poder pasar tiempo con él.

—Lo siento Past, hoy no puedo, tengo algo que hacer, pero nos vemos el lunes, ¿Va?

—Si, está bien —se despidió con una sonrisa en cara, algo desanimado, sin dejarlo ver.

De camino a la estación de trenes, se desvío ligeramente a por algún aperitivo, por suerte no era tan tarde, por lo que no se preocupaba por perder el último tren o algo de ese caso. Entro a un pequeño local de comida, decidiendo por comer allí, y apenas su orden le fue entregada, nada lento, comenzó a disgustar de su comida.

Al salir del local, al cabo de unas calles, logro divisar entre las pocas personas que aún rondaban por ahí, al castaño, con una sonrisa de oreja a oreja, pensaba acercarse y saludarlo, más se detuvo de golpe, y su sonrisa de desvaneció automáticamente, con el solo ver, a su mejor amigo junto a una chica, hablando animadamente, como si se conocieran desde siempre.

Un dolor en su corazón le hizo dar media vuelta e irse, tomando otro camino hacia la estación, dónde por suerte justo el tren acababa de llegar, logrando tomarlo a tiempo. Al llegar a su casa, no pudo contenerse mas, dejando caer lágrimas amargas por sus mejillas. Su cabeza, jugandole una mala pasada, le repetía como bucle, la escena de Hanasu junto a la chica de cabello naranjoso, sintiéndose mutuamente, pareciendo ser una pareja de buen tiempo ya.

Dejo sus cosas por dónde sea, apresurando se a caer en su cama, dónde se dispuso a terminar de sacar su llanto, sin importarle nada. El dolor en su pecho no desapareció hasta que logró quedarse dormido, con la esperanza de un mejor día a la mañana siguiente.