Cap 1. Rainbow


Las noches pueden ser muy largas y oscuras, tal oscuridad suprime los temores y analiza los anhelos, corta las venas y destroza los huesos, el olor a pólvora y la calcinación de piel humana se presenta en una sola bocanada, pues cuando te das cuenta, eres uno más

Akutagawa Ryunosuke fue descuidado, recordaba una y otra vez las palabras de Dazai "Eres lento, tu enemigo no se detendrá" por fanfarronear recibió un golpe directo, y aun que logró salir del lugar estaba demasiado mal herido, la lluvia cubría sus pasos pero... ¿Qué cubriría su cuerpo moribundo? Llego hasta un callejón, creyendo que su cuerpo podría esconder, sin poder más se deslizo por la pared de metal de aquel enorme callejón, no iba a ser encontrado en aquella noche pero él tenía la vista perfecta desde el fondo, la había oscura, el sonido del agua chocando con la proa, olor a alagas, nunca había sentido tanto alivio de tanta humedad, no tosía, no sentía, ese era... El final del perro mafioso

...

Abrió los ojos ligeramente y por primera vez vio una luz clara - ¿estoy muerto? – Se preguntó así mismo, - si lo estuviera debería hacer calor y no vería una luz – se quejó recordando sus múltiples pecados y las palabras del monje que una vez intento matar, auto llamándose "Diablo" en aquel ocasión, solo el pensarlo le daba risa, seguramente esa era su condena por toda una vida

― ¿despertaste? – escucho una voz, y giro ligeramente su cabeza, logró ver una silueta, era blanca y parecía cálida

― ¿eres un ángel? – preguntó Akutagawa incrédulo

― ¿E-eh? – escucho una vez más aquella voz – no, solo te encontré ¿Cómo te sientes?

― ¿Encontrarme? – pregunto el mafioso para cerrar sus ojos

Recordó la noche anterior: donde se creía muerto, recordó llegar al callejón, entonces, logró recordar. Cuando se sentía a morir y comenzaba a sentir el helado abrazo de su querida amiga "muerte", lo vio llegar, el fastidioso hombre tigre de la Agencia Armada de Detectives, escucho varios pasos, imaginando que iban a la escena de su crimen, pero aquel chico se detuvo en el callejón, llego hasta a él para cubrirlo y aún recuerda su llamado

― ¿Akutagawa? – preguntó mirando – hey Akutagawa, no puedes morir, tienes que cumplirme tu promesa – pedía el albino – ¡Akutagawa! – gritaba desesperado, el mafioso sonrió y solo cayo dormido

...

― ¿tú me rescataste? – pregunto el azabache volviendo a abrir los ojos y esta vez mirándolo mejor, no era una luz, no era el cielo, no era el infierno, no era un ángel, solo era un chico– Jinko

― Sí, no podía dejarte allí – hablo el albino

― Dazai-san ¿sabe?

― No, te traje a escondidas, es un edificio abandonado, lo lamento, no tenía donde más llevarte

Akutagawa se levantó ligeramente y diviso bien el lugar, estaba recostado en un viejo colchón que apestaba a alcohol quirúrgico, y logró divisar que su torso estaba desnudo – mis cosas – hablo molesto

― Ah, tuve que quitarlo para curar

― Mis cosas – repitió molesto

― S-Si – respondió el albino levantándose

El mafioso sostuvo su rostro en su mano ¿Qué tan humillante había sido eso? ¿Por qué no murió antes de ser encontrado por el detective más despreciable?

Atsushi había regresado con la camisa y la gabardina del mafioso, Akutagawa no le llamo tanto la camisa, tomo la gabardina de inmediato y se la coloco

― Jamás vuelvas a quitármela

― Lo si-siento – hablo el albino, Akutagawa había intentado moverse pero esto fue en vano – por favor, no te muevas tanto, hice lo que pude para retirar la bala – trago saliva

― ¿Qué tan idiota eres? ¿no me dejaste peor?

― ¡Cla-Claro que no! – grito desesperado – yo... he visto cómo hacerlo

― ¿así?

― Dazai-san tiene muchas ideas

― Ya veo – suspiro Akutagawa – esto es humillante ¿Cuánto tiempo crees que pueda moverme?

― Probablemente en la tarde, pero tu herida necesita limpieza, si me dejas pue

― Lo haré yo – dicto el mafioso – dame lo necesario, en este estado no puedo usar a Rashoumon, así que sirve de algo y se obediente

― No tienes que tratarme así... - se quejó el albino aunque de igual manera fue por los útiles de limpieza, los dejo a su lado y suspiro – debo ir a reportarme, volveré en la noche y traeré comida ¿podrás esperarme?

― Eso jamás

― Entiendo... - suspiro el albino – no tardo

Akutagawa vio partir al albino, suspiro de cansancio y se preguntaba ahora ¿Cómo rayos iba a limpiar una herida en su espalda?

Tardo varios minutos y el dolor fue insoportable, se sentía a morir y al mismo tiempo aliviado, momentos así añoraba a Rashoumon pero de usarlo solo caería nuevamente inconsciente, no había pasado ni una hora cuando escucho pasos, tomo un cuchillo que tenía cercano gracias al albino, aunque no fue necesario usarlo, lo vio llegar apresurado

― ¿Por qué regresaste? – pregunto el mafioso

― Te dije que no tardaría

― ¿te reportaste?

― Solo llame a Dazai-san – dijo dejando un paquete – compre alimentos y medicamentos

― No los necesito

― Los necesitas, tu prometiste

― ¿prometer? ¿a ti?

― Tenemos una promesa... Dijiste que en seis meses me mataras – suspiro el albino – no puedes morir antes

― Y yo prometí que no mataría pero tú mismo viste la escena ¿no es así?

― Leí el reporte

― ¿perdón?

― Estabas encargado de los bancos de carga, cuando llego toda una pandilla a cobrar venganza por los muertos que les dejaste, era casi un ejército – miro al mafioso – Rashoumon no pudo contenerlos a todos ¿verdad?

― ¿Cómo? – pregunto el mafioso sorprendido

― Llevo en la Agencia un tiempo, mis compañeros me han enseñado a deducir y a investigar – bajo la mirada – tu no mataste a nadie a noche, fue Rashoumon defendiéndote después de que te hirieron

Akutagawa prefirió guardar silencio, Atsushi no iba a mirarlo, así que solo tomo una caja con comida, el albino miro la acción y fijo su vista para ver como el mafioso destapaba la caja y comenzaba a comer - ¿Qué esperas? Come – dijo una vez más con el tono serio y autoritario que tenía el mafioso provocando un ligero sonrojar en el albino, algo que vio pero decidió ignorar

La tarde continuo y el azabache se dejó curar, y aun que no se quitó del todo su gabardina pudo sentir los dedos del albino tocar su espalda, una sensación sencilla pero cálida, se sentía extasiado, como un dulce recuerdo del pasado ¿Qué podía ser? Ni el mismo lo recordaba, pero tener al albino en su espalda le hacía sentir tranquilidad.

El agente cuidaba del mafioso con esmero y dedicación, no le dejaba mover ni un solo dedo y se mantenía callado para que no se molestará, después de dejarle curarlo se dio golpes en la cabeza sin entender el ¿Por qué? Es decir, no podía bajar la guardia, ni por que el agente fuese amable, pues nadie había sido amable con él, ni mostrado las sonrisas que él.

Atsushi salía repetidas veces, salía por agua, si no iba por gazas nuevas, iba por más alcohol, o simplemente a vigilar el lugar, mantenía limpio y en su última salida fue por la cena, fue cuando el azabache creía que se quedaría solo pero no, después de la cena, Atsushi salió una vez más para tirar la basura, a lo que el perro mafioso simplemente intuyo que no volvería y se recostó. Se despertó a media noche, quizá porque sus trabajos eran de noche o quizá porque hacia frió haciéndole recordar su niñez cuando se refugiaba en edificios abandonados y el frió de la noche lo abrazaba, se levantó ligeramente, ya su herida no dolía pero lo que no había notado era el bulto enfrente de él.

Akutagawa se sorprendió al verse tapado con una frazada de tela, aquellas que se compran en un super cualquiera, pero al buscar el agua, hallo algo más, Atsushi descansaba en el frió suelo, si eso era descansar, el agente estaba en posición fetal por el frió pero allí estaba. Se quedó pensando, recordó que despertó en la mañana, eso significaba que el albino se había quedado. ¿Cuánto más iba a aplastar su orgullo? – Rashoumon – llamo a su habilidad y está envolvió al albino en cuerpo completo a excepción de su cabeza. Lo atrajo hasta el colchón y allí lo deposito, - increíble, podría matarte y ni despertarías – se quejó el mafioso al ver al albino dormir

Aprovecho el momento buscando una zona segura para matarlo - quizá cortando su cabeza, sacando su corazón... o cortando su cuello. – Hablaba el mafioso para sí mismo sin notar que había comenzado a tocar el cuello del albino – es demasiado delgado, podría romperlo con mis manos – menciono el mafioso comenzando a bajar por su pecho – o ¿sería más fácil atravesar tu corazón? – preguntó con su mano en el pecho del menor.

Ese fue el momento exacto donde lo sintió, el latir del corazón de Atsushi era pausado y acelerado, era tranquilo y regocijante. - ¿Por qué late así? – Preguntó el mafioso confundido – Es como si estuviera emocionado y relajado – menciono

Acerco sus manos a las mejillas del albino – estas enfermo – menciono el mafioso – seguramente porque te mojaste, quizá porque dormiste en el suelo... y sigues aquí, y sigues sonriéndome... Bien.

...

La madrugada avanzó y el albino despertó, aún seguía oscuro, quizá lo más oscuro que había despertado, se levantó ligeramente y lo encontró. Akutagawa terminaba de vestirse - ¿te iras? – pregunto el albino

― Ya estoy mejor – hablo serio

― Si, lo estas – afirmo el albino. Decidió levantarse para darse cuenta que estaba en el colchón - ¿me subiste?

― Tú lo hiciste solo

― Ya veo – suspiro el albino – si te vas iré a casa

― No puedes ir a tu casa

― ¿Por qué no?

― Tengo algo que hacer y no puedo andar solo aun

― No haré tu trabajo

― Tranquilo, solo necesito compañía, Rashoumon aún no puede protegerme

― Bien – suspiro el albino – vamos

Atsushi caminaba peor que prisionero detrás el azabache, no conocía el lugar, pero había muchas luces extrañas y personas bebiendo, Atsushi se sintió extrañado, pues ni el mismo se había dado cuenta de su sentir. Llegaron a un edificio, entró como si nada y apretó un botón, casi de inmediato llego un elevador – entra – dijo serio como siempre el mafioso y Atsushi se recato a seguirlo. Varios pisos después, el elevador se detuvo, Akutagawa saco de su bolsillo una llave y la introdujo haciendo las puertas abrir – entra – volvió a decir y Atsushi continuo

― Este lugar esta vacío – menciono el albino

― No del todo – dijo el mafioso encendiendo la luz.

Una pequeña sala se hizo presente, era un mueble largo y gris, enfrente una alfombra guesa, podría dormirme allí de lo suave que se podía ver, un par de plantas altas decoraban el gabinete de libros y a un costado el gran ventanal que dejaba ver la oscura ciudad siendo iluminada por luces de neón. Atsushi se acercó hasta la ventana para ver la ciudad, estaba sorprendido.

― Es mi hogar – confeso el azabache a sus espaldas.

Atsushi volteo a verlo, allí el mafioso estaba a contra esquina de la pequeña sala, un pequeño pero quizá para describirlo seria "lujoso" mini bar, que en lugar de ser bar, el mafioso lo usaba para cocinar, analizo el lugar fijándose en la parrilla eléctrica, el pequeño refrigerador y la gran barra donde Akutagawa había servido agua y la bebía

― ¿Qué hago aquí? – pregunto Atsushi

― Quería asegurarme que tu fiebre había bajado – hablo el mafioso

― ¿fiebre?

― Tenías hace unas horas – confeso dejando el vaso en la barra y acercándose al albino - ¿Por qué despertaste antes de que me fuera?

― No lo sé

― ¿Por qué volviste? – cuestiono

― No lo se

― Creo que lo sabes

― No... lo sé...

― Jinko – le hablo logrando hacer al albino mirarle a los ojos, estaban frente a frente y Atsushi no tenía a donde huir - ¿Por qué me protegiste?

― Yo... - bajo la mirada, escabulléndose de sus grises y penetrantes ojos – no lo sé...

Akutagawa subió su mano hasta la punta de la corbata del albino, Atsushi vio aquella acción y solo pensó "me matará ahora", los dedos del mafioso subieron hasta el moño de la corbata, el cuello tan delgado de Atsushi corría peligro, opto por la mejor idea, jalan de la corbata y pegando al albino a su pecho, el corazón de Atsushi se aceleró por completo tanto que el mafioso pudo sentirlo en su pecho – entonces tenía razón – hablo burlón – tú estás enamorado de mi ¿no es así?

― ¿Qué? – pregunto el albino colocando sus manos en el pecho del mafioso, debía alejarse - y-yo no

― ¿no lo sabes? – volvió a burlarse ahora con una pequeña sonrisa – comprobemos

El mafioso tomo en posesión la cintura del albino atrayéndole a él, una cintura delgada pero firme y aunque Atsushi no logró reaccionar ante ello si a la mirada penetrante del mafioso, pues su rostro era como un poema en letra escarlata – una vez me auto llame "diablo" – hablo el mafioso al ras de los labios del albino, dejándole más que sorprendido – ahora, permíteme mostrarte mi pecado – añadió y tras ello dejo sus labios tocar los del agente, solo fue un suave toque, no fue brusco, ni apasionado, solo un toque que no evito que el albino sintiese una gran adrenalina en su ser, ¿aquello era un pecado?

Pov Atsushi

¿Qué estoy haciendo? ¿Por qué no le aparto? Aquella luz que una vez me perteneció, una eterna oscuridad me cegó y ahora puedo ver en sus manos término...

Nuestras manos se entrelazan sin pensarlo... mi corazón ¿es mi corazón? Sus labios, se apartan ligeramente... su mirada, algo pide, no lo sé... no, yo ahora lo sé

― Si es pecado y lo que hacemos está mal... no me importa ya, contigo quiero estar

Pov Autora.

Akutagawa dejo una ligera sonrisa en su rostro y Atsushi ya no dudo más, el beso volvió a formarse, esta vez más apasionado, mas lleno y sin control, el azabache no dudo en tomar los cabellos del albino para acercarlos más mientras Atsushi se dejaba llevar, los pasos eran constantes, chocaban contra la pared y muebles, no llegaban llegar a ninguno lado pero ¿A dónde querían llegar? Si ni siquiera se querían separar. Si lo veíamos desde el punto de vista lejano, podíamos apreciar a una pareja bailando al son de un vals, aunque realmente no bailaban.

Atsushi se sentía rendido, perdió la vergüenza unos segundos mientras era llevado por su inconsciente que le pedía más, dio un pequeño salto para abrazar las caderas del mafioso con sus piernas y Akutagawa sonrió – tuviste una buena idea

― Sostenme fuerte por favor – pidió el albino para regresar a aquel beso

Con la sensación de una sonrisa impregnada por ambos en aquel beso, Akutagawa logró dar pasos certeros llegando así a la puerta del fondo, es decir, su habitación. Continúo avanzando sin demora y termino por sentarse a la orilla de su cama dejando así al agente sentado en sus piernas - ¿una cama?

― ¿creías que dormiría en un futon? – hablo serio el mafioso – necesito descansar de verdad

― Creí que eras más sencillo

― Tengo dinero, puedo darme lujos

― Mejor no hables o me arrepentiré de esto

― Eso debería decirlo yo – hablo molesto pero no evito subir su mano hasta le labio del albino y dejar su pulgar en el – lástima que estamos juntos en esto

― ¿No es esto un error? – cuestiono el albino recuperando sus sentidos momentáneamente

― Si lo fuese, hazme creer que no es un error – hablo comenzando a quitar la corbata del albino – que simplemente... es amor

La mañana se acercaba, podían sentir como la oscuridad comenzaba a despejarse, pero ahora sus ojos se concentraban en un brillo diferente, el brillo que se compartían viéndose a los ojos, unos ojos que anteriormente demostraban miedo y coraje.

Akutagawa tenía al albino debajo de él suspirando, Atsushi no podía evitar sentirse avergonzado, tapaba la mitad de su rostro con su ante brazo, pero el camino recorrido de las mordidas en su cuerpo dejaban más que decir sobre sus actos, el mafioso no dejaba de jugar con sus pezones y nunca pensó que aquello sería su debilidad, no podía resistirlo más, no podía callarlo, solo quería más – y-ya – pidió en un hilo de voz, algo que avergonzó más al albino

― Tengo que relajarte un poco más – hablo el mafioso - o te lo dolerá

― T-tu herida...

― No cambies el tema, yo estoy bien – respondió pasando sus manos por su cuerpo, había llegado al bóxer del albino, era lo único que le quedaba puesto

― A-aun n-no – menciono avergonzado

― ¿Quién te entiende? – hablo molesto, tomo el cabello del albino jalándolo ligeramente y haciendo que se quejará el menor - ¿aceptas esto o no? – hablo molesto.

Atsushi trago saliva, realmente había llegado hasta allí y su cuerpo no quería rechazarle, sus pensamientos lo traicionaban pero el albino soltó el agarra de su cabello, golpeando la mano del mafioso, uso sus brazos para enredarlos en el cuello del mafioso y lo miro serio – adelante – dijo decidido el albino y esto sonrojo al mafioso

Akutagawa termino de bajar el bóxer del albino, aprovecho el momento para quitarse el suyo sin dejar de besar el cuello delgado del albino, Atsushi aprovecho el abrazo que había creado para acercar más al mafioso, y esté pudo sentir como el albino temblaba – quédate tranquilo

― Me dices que esté tranquilo pero tengo el presentimiento que dolerá

― Probablemente, pero mira el lado bueno

― ¿Cuál? – preguntó confundido

― Eres regenerativo – hablo el mafioso y aprovechando la distracción entró en él.

No había sido preparado, ni mucho menos avisado, ambos eran inexpertos en la materia y necios al querer seguir. ¿Qué se podía hacer? Sus cuerpos lo deseaban

― Hi-hijo de puta – se quejó Atsushi sintiendo como sus paredes eran abiertas

― Agente, ese vocabulario no va con usted – hablo burlón Akutagawa, la verdad si estaba disfrutándolo, no iba a negarlo, la cara de sufrimiento del albino le gustaba sin mencionar lo mucho que era apretado

Logró terminar, y Atsushi lo comenzó a rasguñar, el dolor era punzando y penetrante, Akutagawa suspiro al por fin llegar a fondo y se acomodó mejor, Atsushi continuaba en quejidos mientras se acostumbraba

― Me duele – se quejó una vez más

― Lo sé, sangraste – respondió el mafioso – estarás bien, resistes más

― Akutagawa – le llamo y el mafioso pudo ver en aquellos ojos el pecado más grande: la lujuria, aquel pecado le llenaba el rostro al albino – más

Solo eso le había bastado para desbordarlo en una desenfrenada misión, los movimientos eran certeros, los gemidos eran rápidos y seguidos, ambos chicos unían sus cuerpos en un vaivén que más que algo pasional parecía un festín de decoración. El fluido salió, la noche siguió, no iban a parar, una y otra vez el éxtasis llegaba sus cuerpos, uno encima del otro, sentados o recostados, hasta que ambos por fin habían descansado en paz.

Atsushi había despertado primero, no había mucha luz más que la poca que entraba entre los bordes de las cortinas, miro a sus espaldas, el mafioso le abrazaba, y cuanto quiso moverse sintió el dolor punzante – a-aun estas de-dentro – se quejó el albino nervioso por el dolor – Akutagawa, hey... de-despierta – le movió – esto duele mucho – hablo adolorido, el mafioso por su lado tallo sus ojos y miro al albino.

― Rayos, no sé en qué momento me dormí

― Sa-sacalo – pidió adolorido el albino y el mafioso logró salir haciendo al albino quejarse por el dolor

― Estarás bien

― No importa si puedo regenerarme, no lo dejes dentro – dijo entre sollozos

― Pero se sintió bien

― Acabas de hablar como un niño regañado – dijo el albino burlón y Akutagawa se sonrojo ligeramente

― No te vayas

― ¿Qué?

― No vayas a la agencia – dijo el mafioso – puedes quedarte conmigo, si te vas no nos veremos de nuevo, no así

― Tengo que ir... ellos son mi familia

― ¿Y yo? – preguntó pero al ver el rostro del albino lo supo – sí, soy un mafioso

― Yo no quería esto – dijo el albino – quería que tu dejaras de matar

― ¿y lo lograrás metiéndote en mi cama?

― No, Akutagawa, no me refiero a esto – dijo señalándolo a ambos por igual – me refiero... quiero estar contigo...

― Entonces huyamos

― ¿huir? ¿se puede?

― Te lo dije, tengo dinero

― No hables así

― ¿Cómo quieres que hable? – dijo molesto el mafioso – esto comenzó desde hace tiempo, no se para ti pero para mí, esto había sido un simple sueño hace tres noches

― Yo... n-no lo

― ¿no lo sabes? – hablo el mafioso levantándose de la cama – si no sabes nada, no vengas a mi – decía mientras se colocaba su ropa

― ¡Akutagawa! – le llamo alto y el azabache volteo – huyamos

...

Akutagawa caminaba entre nieve, había logrado abrir la puerta de la casa frente a él, comenzó por quitarse la bufanda gruesa y negra que llevaba, paso a los guantes y el grueso saco que llevaba, deposito todo en el perchero a su lado

― ¡Papá! – escucho el fino grito de una niña y los pasos llegar correr

― ¡Papá! – escucho el segundo grito. Ambos niños habían llegado a él para abrazarle

― ¿Cómo se portaron hoy? – pregunto el azabache

― ¡Bien! – gritaron ambos niños

― No es verdad – escucho aquella voz que una vez confundió por la de un ángel, aunque ahora sabía bien, era un ángel – Kazumi golpeo a un niño en la guardería y Hinata mordió a otro

― Y ¿Por qué hicieron eso? – pregunto Akutagawa a ambos niños

― Es que un niño le dijo a Kazu-nii que era un chico raro – dijo Hinata

― Entonces ese niño golpeo a Hinata-chan – dijo Kazumi – así que lo golpe

― No sé puede contra ustedes – suspiro Akutagawa – me alegra que defiendas a tu hermana pero entiende que no es correcto, papá nunca golpearía a nadie – afirmo el azabache

― Papá eres un super héroe, por eso defiendes a mamá siempre – dijo Kazumi

― Sí, yo quiero ser como mamá – dijo Hinata sonriente

― Ya, dejen a papá terminar de entrar y vayan a terminar sus tareas o no habrá cuento de buenas noches – amenazó Atsushi a los niños

Los dos niños habían salido corriendo por las amenazas de su madre, directo a la sala donde hacían sus tareas, Akutagawa sonrió al albino y Atsushi le abrazo del cuello para besarlo - no golpearías a nadie, ¿eh? – menciono burlón el albino después del beso

― Por supuesto que no Atsushi, yo jamás golpearía a nadie – hablo divertido el azabache - ¿Dónde está Koki? – preguntó

― Lo acabo de dormir

― Te vez cansado

― Tener gemelos de 4 años y otro de 2 años no es sencillo

― ¿Qué hay de mi crédito? Trabajo duro

― Entonces atiende a los gemelos mientras duermo

― Eso es un golpe bajo Atsushi

Akutagawa se acercó a sus pequeños en la sala, entre risas y una que otra pequeña pelea entre juego y juego los gemelos terminaron rendidos, el azabache había usado a Rashoumon para llevarlo a su recabara y arroparlos

― Papá cuéntanos un cuento – pidió Hinata más dormida que nada pero resistiéndose

― Cuéntanos el cuento del tigre y el demonio – pidió Kazumi

― Bien... había una vez, un pequeño tigre que fue abandonado...

El cuento no llego ni a la mitad cuando ambos niños se habían dormido, llego hasta la recamará que compartía con su ahora esposo, cerró la puerta y suspiro, Atsushi seguía despierto

― Creí que dormirías

― Sería cruel de mi parte dejarte con todo

― Se acerca nuestro sexto aniversario – dijo subiéndose en la cama - ¿hay algo que quieras en especial? – preguntó el mafioso

― Quizá... una casa más grande

― ¿Qué? – lo miro molesto – Atsushi, nos mudamos hace tres años por Koki

― Lo sé, lo sé, es que siento que está está muy pequeña – sugirió el azabache

― Hace seis años aceptaste huir conmigo, casarte conmigo pero ¿no aceptas la casa que te doy? – estaba molesto

― Lo digo porque... - le sonrió al azabache – Koki ya no será el menor

― ¿Qué? – pregunto estupefacto – ¿estas bromeando?

― No – dijo sonriente el albino – de nuevo serás padre Ryu

― Ja... - sonrió azabache abrazando al albino – busquemos una nueva casa

― Mira el lado bueno

― ¿eres regenerativo?

― No, las casas en Canadá son baratas si tienes más de 3 hijos

― Cállate Jinko – dijo molesto el azabache y el albino no paro de reír

Ambos chicos habían terminado jugando en la cama, el azabache llenaba de risas al albino entre cosquillas y besos. Después de huir jamás habían sido encontrados ¿Por qué? Bueno, no lo hablaban pero ambos creían que Dazai impedía su búsqueda, ¿Qué había sucedido con todos los que conocían? No lo sabían, no les importaba del todo, pues vivían una vida llena de risas y felicidad, llevando a sus hijos a la escuela, trabajando duro, cuidando del más pequeño y también, esperando a su siguiente bebe. Un hermoso hogar lleno de aventuras y felicidad. 




¡Hola a todos! Espero les halla gustado Rainbow, bueno, quien hizo el pedido fue especifica al decir que quería algo corto, así que pensé en un one shot dedicado a los mejores momentos que podrían pasar, pues quería un final feliz también. Yoshimi Mika Ackerman Ikari, espero te halla gustado 

Pd. el nombre de los niños vienen a juego

Kazumi significa Paz y belleza, es el niño y el mayor de los hermanos, incluso de su gemela, con el carácter de Akutagawa pero tan soñador como Atsushi 

Hinata significa Frente al sol, es la niña y la segunda hija y la menor entre los gemelos. con un carácter posesivo como Akutagawa pero completamente justiciera como Atsushi

Koki significa Resplandor y es el tercer de los hijos ya nacidos, aun siendo un niño de dos años es completamente energético

Sorato significa Ángel, ser celestial; es el bebe que Atsushi lleva en el vientre y por sus constantes patadas creen que será un gruñón como Akutagawa

Pd2. He dejado el cap 1 como un final en sí, pero si desean más, pensé en mini aventuras de los niños sobre llevando su vida en Canadá, serían unos minis extras. Estaré esperando sus comentarios. 

¡Gracias por leer!

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