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—Que gracioso, Tommy.

Rió Newt sin creerle, Thomas borro ligeramente su sonrisa al ver qué realmente Newt no le creía, pensaba que solo bromeaba y eso lo ofendía, el jamás bromearía sobre eso.

—No es broma.—aseguro, Thomas se apresuró a tomar el brazo del chico, sin ser brusco, claro.—¿Por qué crees que bromeo? Hablo en serio.

Newt se quedo estático, ¿realmente no bromeaba?

—Tom-...

—Newt, siempre fuiste tu.—le confeso.—Desde el momento en el que te vi en el laberinto fuiste tu, siempre. Nunca me interesaron Teresa o Brenda, cuando bese a Brenda...estaba alucinando y creí que eras tu, con Teresa, no sentí nada nunca, nada.—Newt se quedo en silencio, ¿que se supone que debía decir?—Y con lo de el regreso de tu memoria, saber que estuvimos juntos y me tortura no recordarlo, es extraño pero me pone de cierta manera feliz.

No entendía de donde había sacado las fuerzas para decir todo ello, para decirle lo que sentía a Newt, su amigo. Pero después de haberlo perdido, de pasar noches llorando por él, ahí estaba frente suyo y lo único que sabía era que lo quería, lo quería como más aquello que un simple amigo, al menos debía ser igual de valiente para decirle lo que sentía.

Newt era una hoja en blanco, él no solía ser bueno expresando lo que sentía, pero tenía en claro lo feliz que su corazón comenzaba a latir, la mirada que tenía Thomas sobre él lo hacía sentir tan vulnerable, lo amaba y lo odiaba al mismo tiempo.

—¿Hablas en serio?—pregunto Newt, su voz mostraba la ilusión y felicidad.—Thomas, si esto es una-...

Sin mas, Thomas simplemente decidió guardar las explicaciones extensas hacia él, una acción vale más que mil palabras, ¿verdad?
Tomo a Newt del cuello y estampó sus labios contra los de él, cerrando fuertemente los ojos, Newt correspondió en un segundo acercándose un poco más, algo en ellos se sentía familiar, como si todo ese tiempo hubieran estado unidos por algo invisible, la familiaridad extrañaba de sus labios, las sensaciones que volvían a sentir, algo que jamás habían sentido con nadie, no desde hace mucho tiempo para recordarlo.

Sus labios danzaban extrañando tanto el contacto de ellos, hace bastante tiempo no volvían a juntarse que ahora parecían no querer separarse. Debían separarse debido a la falta de aire, apenas fueron unos centímetros, sus miradas no podían despegarse.

—Newt, tu eres todo para mí, eres la cura a todo el dolor que siempre he sentido.—el peli-negro decidió no guardarse nada.—Se que debe ser extraño pero es la verdad, yo te amo.

Newt necesitaba un pequeño respiro para su débil corazón, si Thomas seguía diciendo cosas asi el no tendría más aguante, de verdad era vulnerable ante él.
Él no era muy bueno con las palabras, al menos no verbales, solía expresarse mejor con un bolígrafo y un papel, abrazo con todas las fuerzas a el chico.

—No sabes cuánto espere por escuchar eso.—confeso el rubio sintiendo sus mejillas acaloradas, sonrió feliz.—Tu también eres todo para mí, Tommy.

Volvieron a unir sus labios con ansias, deseando poder estar así por toda la eternidad, todo el resto del tiempo que les quedaba, finalmente sentía como una carga se les quitaba del hombro, Thomas por primera vez se sentía completo, feliz, como si todo el dolor que sentía se desvanecía ante Newt. Newt era lo único que necesitaba.








































Volvieron con los demás cuando la realidad los hizo volver para continuar con su trabajo, durante todo aquel tiempo en el jardín no habían echo más que reír, hablar, bromear por parte de Thomas y por supuesto, besarse. Caminaban con una sonrisa adornada en sus rostros, la felicidad de ambos eran transmitidas a todos los presentes, a leguas podría notarse.

Sus amigos fueron los primeros en darse cuenta, el trío de chicos acompañados de Brenda y Sonya se acercaban a ellos.

—Hola larchos.—saludo Gally mirándolos.

Hablaron por unos cortos minutos, efectivamente algo había cambiado en ellos, Minho y Sarten no podían estar más contentos, desde la llegada al paraíso jamás habían visto a Thomas sonreír y demostrar la misma felicidad que antes, y el causante de sus sonrisas nuevamente era Newt.

—Vince me llama.—dijo Thomas, miro a Newt.—Nos vemos después.

Se alejo dejando al grupo solo, minutos después cada uno debió volver a su trabajo, Sonya y Newt quedaron solos mientras el rubio volvía a ponerse nervioso, sin aún confesarle a Sonya que él era su hermano y que en realidad era Lizzy, moría por decirle la verdad.

—¿Y...?—la rubia lo miraba con una sonrisa, refiriéndose claramente a Thomas.—¿Son novios o algo así?

—¿Tommy y yo? No, no.—se apresuró a negar, no mentía pero deseaba poder ser más que amigo de Thomas.

—Pero se nota a kilómetros la conexión entre ambos, es bellísimo, ustedes dos harían una pareja tan linda.—afirmo Sonya sonriendo.—No conozco bien a Thomas, pero puedo asegurar que nunca lo había visto sonreír así.

La charla entre ambos hermanos se volvía más fluida y llena de confianza, Sonya por primera vez en años se sentía en confianza con alguien más que no fueran Aris o Harriet, Newt le recordaba a alguien su pasado, pero no sabía a quién, solo podía sentirlo. Incluso la rubia había hablando sobre su experiencia en el laberinto donde ella estuvo, eso era algo de lo que jamás hablaba.

—Es algo raro, tu...siento como si te conociera desde hace años, como si, no lo sé.—confeso Sonya abrumada.—Creo que haces sentir a las personas en confianza, me recuerdas tanto a alguien...

—Lizzy.—Newt trago saliva, está vez la llamo intencionalmente de esa forma esperando a que le recordara algo, lo que sea.

—¿Que?—Sonya lo miro sintiéndose extraña al oír ese nombre.—¿Quien es...?

Quizás había sido muy pronto, quizás no debío decir nada aún, Sonya no parecía asustada o enojada, solamente estaba quieta, Lizzy, tan familiar y extraño a la vez.

—¡Sonya!—un joven la llamo haciendo que volteara, la necesitaban.

Tragaron saliva sintiéndose nerviosos.

—Debo irme pero te veré luego, Newt.—afirmo la rubia antes de darse la vuelta.

Ella necesitaba respuestas, y él estaba dispuesto a responder lo que recordara.

Newt se quedó estático sobre la arena mirando al mar, emociones intensas volvían a su cuerpo, quizás demasiado que sentir y pensar en un solo día, sin embargo no se sentía extraño o triste, todo lo contrario, se sentía feliz después de tanto, sentía como las piezas en su vida comenzaban a reconstruirse.

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