Thomas se removió entre las sábanas sintiendo un peso cercano a su cuerpo, abrió sus ojos encontrándose con Newt, el rubio dormía placidamente abrazando su brazo, sonrió al ver aquella imagen, la guardaría en su memoria de ahora en adelante para siempre.

Se levantó con el mayor cuidado posible, sin embargo Newt abrió sus ojos en un instante, desde hace años se había acostumbrado a despertarse ante lo más mínimo.

—¿Thomas, estás bien?—pregunto, y el peli-negro quiso morir de la ternura.

El pelo de Newt estaba revuelto, sus ojos apenas estaban abiertos, demasiado lindo.

—Si, no te preocupes, puedes volver a dormir.—le tranquilizo él.—Solo debo ir al baño.

Newt asintió y volvió a apoyar su cabeza sobre la almohada, todavía era muy temprano, apenas se notaba en color claro de las mañanas, unos minutos más tarde volvió Thomas retomando su postura para volver a dormir.
Con cierta timidez Newt se volvió a acercar a él, Thomas sonrió inconciente mientras envolvía a el rubio nuevamente en sus brazos, adorando la sensación que sentía en su pecho, la tranquilidad volvía al sistema de Newt y sus ojos volvían a cerrarse al saber que Thomas nuevamente estaba a su lado.

—¡Arriba Tommy!—Newt golpeó a Thomas con la almohada en su rostro.—Tenemos que ir a desayunar y seguir con los trabajos.

Thomas arrugó su frente mientras soltaba un suspiro, abrió sus ojos encontrándose a Newt frente suyo, ahora con ropa normal y su aspecto más arreglado, volvió a envolverse en las sábanas intentando dormir nuevamente. Newt se cruzó de brazos mientras sonreía, tiro de las sábanas pero era inútil, Thomas era más fuerte que él, en el intento de levantarlo termino cayendo con él.

—Solo déjame unos minutos más.—pidio Thomas mientras lo abrazaba.

—Así empiezas y seguías queriendo minutos más.—se rió Newt sintiéndose nervioso al sentir las manos de Thomas acariciarlo.

—Te juro que solo serán unos minutos, vamos Newtie.—le sonrió inocente, sabiendo que Newt no se negaría.

—Pedazo de tonto, deja de sonreír así.—amenazo.—Solo unos minutos, Tommy, no más.

Thomas sonrió victorioso, cerro sus ojos mientras se acomodaba mejor, pero en ningún momento soltó a Newt. Jamás.
El rubio no se quejo, no podría. Amaba saber que Tommy no lo soltaría, y él tampoco a él.
Ambos se sumieron en el silencio cómodo, disfrutando de la sensación que le provocaba el otro, ambos tenían muy en claro que eran correspondidos, siempre lo supieron pero el miedo seguía presente, el miedo a no funcionar y volver a perder al otro.

El toque en la puerta hizo que Newt se levantará, Tommy solto un quejido mientras aceptaba el destino de tener que levantarse.

Al abrir la puerta, Sarten, Gally y Minho estaban parados sobre la puerta con una sonrisa y el desayuno en sus manos.

—Buenos días.—les saludo Newt haciéndolos pasar.

—Si, buenos días.—solto Gally en un tono burlón, Sarten le dio un codazo.—¿Y Thomas?

—En el baño, está cambiándose.

—Trajimos el desayuno para compartir con ustedes, hay café y hoy he probado una receta nueva de panecillos, ustedes deben ser los primeros en probarlos.—comento el moreno con una sonrisa.

Se acercaron a la pequeña mesa en el comedor y esperaron pacientemente a Thomas.

—¿Pasaste bien la noche?—siguió Gally, Minho y Sarten volvieron a darle un golpe, Newt los miraba sin entender.—Oh, vamos larcho, es broma.

—No los entiendo.—fingio el rubio desentendido, claro que entendía el humor vulgar de Gally.

Thomas entro a la sala, al verlos sonrió y los saludo tomando asiento a un lado de Newt.

—Bien, a comer.

El desayuno fue reconfortante para el grupo, hablaron y bromearon, sus amigos fingían no sentir la constante tensión entre ambos, las miradas y aquellas sonrisas amorosas podrían sentirse a miles de kilómetros.

Salieron del apartamento con una sonrisa adornando sus rostros, sintiéndose satisfechos y agradecidos de estar todos juntos, justo como en el laberinto y mucho antes de el, aunque por supuesto, no lo recordaban, excepto por Newt, él si lo recordaba.

—Nos vemos en la hora del almuerzo.—se despidieron cada uno yendo por su camino para cumplir con su trabajo.

Newt se dirigió a la huerta donde algunos le esperaban con una sonrisa, Newt ya se adaptaba al lugar y hacia que todos se sintieran unidos y felices, algo que siempre tuvo, todos se unían y el ambiente era mucho más cómodo con su presencia, él unía a todos.

Una vez que terminaron tuvieron un pequeño descanso, Newt se dedicó a hablar con aquel grupo de jóvenes que parecía bastante amistoso, un chico de cabello castaño y con rulos le sonreía y hablaba felizmente con él, el rubio se dio vuelta al sentir unas manos en sus hombros. Thomas.

—¿Estás ocupado?—pregunto el peli-negro.

—No, tengo tiempo libre, ¿por qué?

—Quería pasear un rato, Vince me dio unos minutos libres.

Newt volteo al chico.

—Ve, yo puedo terminar.—le aseguro con una sonrisa.

Thomas frunció el ceño, ¿y ese quién era?

—¿En serio?

—Si, descuida.

El rubio sonrió y se despidió comenzando a caminar a lo lejos con Thomas.

—¿Y ese?—pregunto con curiosidad.

—Se llama James, es agradable.

—Ah, pues que bueno.

Caminaron nuevamente hacia el jardín de ambos, sus corazón volvían a latir ansiosos al estar a solas.

Las plantas decoraban el lugar y se sentía una ligera brisa, Thomas caminaba a un lado de Newt, su mirada disimuladamente viajaba a los cabellos rubios del chico, su piel pálida brillosa y sus ojos perdidos entre los lugares.
Volvieron sus ganas de besarlo, de abrazarlo y besar todo su rostro.

—¿Que?—solto Newt al notar que lo miraba, comenzaba a ponerse nervioso.

—No quiero sonar gay, pero eres muy hermoso Newt, en serio.

Rió sintiendo sus mejillas arder, para no querer sonar gay, sonaba ultra gay.

—Lo mismo digo.

—Demasiado seco, Newt.—se indigno el peli-negro.—Ahora pienso que lo dices por compromiso.

—Jesus, vamos Tommy, sabes que eres lindo, por algo traías a Teresa y Brenda muertas.

—Lastima que no a quien yo quería.—murmuro.

—¿Que?¿Quien?

Newt le miró con curiosidad sintiendo nervios, no soportaría volver a sentirse mal por no ser quien le gustaba, mucho menos cuando recordaba el pasado, terminaría muriendo de la decepción.

—Tu.

Sigo vivaaa