08
—¿Newt, estás bien?—preguntó Thomas, el rubio estaba hace media hora en la ducha, le preocupaba que algo malo le hubiera ocurrido, haberse desmayado o golpeado.—¿Puedo entrar? Juro que no voy a ver nada.
Seguía sin recibir respuesta, su corazón se aceleró con miedo, inhaló aire y se animó a entrar en el baño.
El aire que contuvo fue soltado, Newt estaba sentado en la ducha, con sus piernas en los pechos y el agua cubriendo parte de su cuerpo, su mirada se mantenía fija en el frente como si no estuviera despierto en la realidad.
—Newt—le llamo, pero él no volteo a verlo, un poco asustado se acercó a él.
Se arrodilló cerca de la tina, su mano con cierta timidez paso sobre el rostro de Newt, acomodando algunos mechones de cabellos húmedos sobre su frente.
—Tommy, no entiendo nada, pero ahora se que mis sueños no son solo sueños.—soltó el rubio al sentir su tacto, su mirada ahora se clavo con intensidad sobre el peli-negro.
Thomas ahora estaba más aliviado, solo que aquello dicho por Newt causo curiosidad en él.
—Vamos a hablarlo cuando salgas de la ducha.—le dijo, se estiró alcanzado el toallón para dejárselo a un lado, Newt asintió.
Thomas espero a Newt con su pijama puesto, sentando sobre el sillón aguardando por él, la curiosidad lo seguía consumiendo, ¿que había pasado para que Newt estuviera en ese estado?
Los pasos del rubio hicieron que volviera rápido a la realidad, ahora el chico se encontraba mejor, intento ignorar el hecho de lo bonito que se veía con su remera azulada que le quedaba solo un poco grande.
Se sentó a su lado, respiro profundo antes de contarle todo a Thomas, todo, desde lo más insignificante hasta lo más importante sin omitir nada.
El peli-negro luego de oírlo quedó tildado, comprendiendo el estado de Newt hace rato, no sabía que decir, no sabía que debía sentir, su corazón latía con fuerza cada vez que recordaba el relato de Newt sobre ambos, habían estado juntos, odiaba no poder recordar nada sobre su vida con el rubio.
—No puedes decirle a nadie, mis recuerdos deben quedar entre tu y yo, solo nosotros.—le pidió el rubio tomando su mano.—Por favor.
—Si, no te preocupes.—balbuceó como respuesta.
Newt quiso apartar su mano, pero su cuerpo se lo impidió, su razón le pedía alejarse y su corazón le pedía que no soltara a Thomas, no quería volver a soltarlo, incluso sintiendo miedo de volver a olvidar.
—Debes estar cansado, Newtie.—Thomas jamás alejo su agarre, algo que lo tranquilizaba.—Vamos, puedes dormir en mí habitación, yo dormiré aquí en el sillón.
—No...—murmuró.
—En serio, no me molesta, ahora ve a descansar.—le pidió sonriendo, se atrevió a dejar un suave beso sobre su mano.
—No quiero alejarme de ti, por favor.—Newt apretó su agarre de la mano.—¿Puedo...puedo quedarme contigo?
Thomas sintió su corazón latir con fuerza, estaba seguro que de seguir así en cualquier momento su corazón quizás podría explotar. Los ojos de Newt le rogaron permiso para quedarse con él.
—Todo lo que quieras.—respondió, Newt sonrió feliz.
Caminaron sin soltarse hasta la habitación, una vez en ella, se recostaron sobre la cama, guardando un espacio entre ellos, pero sus miradas no se apartaban.
—¿Estás bien?—le pregunto Thomas preocupado, Newt sonrió ante su pregunta.
—Lo estoy.—por primera vez en mucho tiempo no mentía, ahora sentía estar bien, incluso ciertamente completo.—¿Tu lo estás?
Thomas asintió sin apartar la mirada de los ojos del rubio, ambos sentían aquella conexión que sintieron desde que se vieron en el laberinto, pero ahora saber del pasado...solo había fortalecido aquella conexión y sus sentimientos.
Se sentían mutuamente correspondidos, aunque no lo admitirían en voz alta por sentir algo de pudor.
—Buenas noches, Tommy.
Los ojos se Newt caían agotados, su respiración se sentía tranquila.
—Dulces sueños, Newtie.
Thomas observo la tranquilidad del rubio, sintiendo curiosidad de lo que podría soñar aquella noche, una sonrisa se dibujo en sus labios cuando vio que las cejas del rubio se fruncían, recordó la primera noche en el laberinto, mientras descansaba en su reposera solía observar al rubio, parecía ser costumbre de él fruncir sus cejas mientras dormía.
Su mano se acercó al rostro de Newt, acariciando la zona de su frente, poco a poco aquel ceño fruncido desaparecio, el rostro sereno de Newt se mantuvo, su corazón hizo presión en su pecho, sintiendo la necesidad de besar los labios de su amigo, sin embargo se abstuvo, solo beso la mano de aquel chico, quería besarlo con todo su ser, pero quería que Newt estuviera consciente, que recordara su beso.
No es mucho, pero es un trabajo honesto.
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