Olivia camina lentamente hasta quedar muy cerca de mí y yo me pongo erguida. Ella es un poquito más alta que yo.

Me separa de Saúl y me rodea con sus brazos.

—Bienvenida a la familia. Yo soy Olivia —se separa de mí y me sonríe —Me alegra ver a mi hermano con ese brillo en los ojos nuevamente, estoy segura de que lo harás muy feliz y tienes razón en decir que la edad no es lo importante. Ya me caíste bien, no todas enfrentan a la familia de su novio diciendo eso —se ríe y yo igual.

—Tú también me caíste muy bien —le respondo.

Los gemelos se acercan.

—Entonces... ¿Ustedes son los responsables de que tenga dos amigas con el mismo rostro? —pregunto y todos ríen.

—Al parecer —responde divertido uno de ellos —Yo soy Ángel y él es Arturo. Me alegra mucho tenerte como cuñada —le sonrío.

—A mí también, la antigua esposa de mi hermano me caía pésimo. Lo siento mucho chicos —mira a sus sobrinos.

—No pasa nada tío —responde Erick.

—Como Saúl no te presenta a sus sobrinos, lo haré yo. Él como siempre de mal educado —dice Olivia y su hermano la mira mal —Ellos son mis hijos, Matias y Rodrigo, saluden a su nueva tía, chicos.

Matias que es el más pegueño (como de unos 12 años), toma mi mano.

—El tío Saúl es muy afortunado, eres hermosa tía —besa mi mano.

Sonrío.

—Y tú eres un niño muy hermoso también —beso su mejilla.

—Maty tiene razón, estás muy hermosa tía —Rodrigo me guiña un ojo.

Él debe tener como 15 años.

—Él es Alexander, hijo de Ángel —el chico me da un abrazo.

Tiene como 20 años más o menos.

—Bienvenida —sonríe y en sus mejillas aparecen hoyuelos.

—Muchas gracias —sonrío de vuelta.

—Y ellos son Viviana, Rachel y Esteban, hijos de Arturo —los tres chicos me dan un beso en la mejilla.

Viviana debe tener como unos 25 años, Rachel como 19 años y Esteban como 17 años.

—Tú si me caes bien, me encantará tenerte como tía —dice Viviana.

Luego me presentan a sus esposos.

—Gracias, es un gusto conocerlos a todos —ellos asienten.

Saúl me aparta un poco de ellos.

—De verdad, ¿tú hiciste todo esto? —asiento.

—Quería que volvieras a ver a tu familia, no es justo que pierdan contacto por tanto tiempo —sonrío.

Él me apega a su cuerpo y une nuestros labios. Pongo mis manos en su cintura.

—Te amo tanto —susurra por encima de mis labios.

—Y la sorpresa aún no termina —le guiño un ojo y me separo de él.

Saúl Steele

Aitana se separa de mí y camina hasta Elena, intercambian palabras y ella le da un micrófono.

—Esta canción va dedicada al hombre de mis sueños, a mi crush. Saúl, ojalá no te vayas jamás de mi vida —me guiña un ojo y una pista comienza a sonar.

—¡Ojalá! No te vayas jamás de mi vida
En mi tienes, tu amante, tu amiga. De mí tienes mi amor, sanaré tu dolor —comienza a cantar.

—Ay... Chiquito! —me lanza un beso —Te doy mi vida y todo lo que soy a ti, tú que me haces cada dia sonreír, tú que me das todo tu amor, tú que entiendes mi dolor y eres el sol que baña todo mi existir... Te doy mis manos para que puedas llorar, te doy mi cuerpo para que puedas amar. Una razón para vivir, un sueño para despertar, cuando tú estás aquí a mi lado que más da... —camina hacia mí —Y ¡Ojalá! No te vayas jamás de mi vida, en mi tienes tu amante, tu amiga, de mí tienes mi amor sanaré tu dolor. ¡Ojalá! Que comprendas lo mucho que te amo, que hace tiempo es tu nombre que llamo, no te vayas de mí, no me dejes así, no, no, no —acaricia mi mejilla.

Empieza a bailar contoneando sus caderas y de forma tierna, pero a la vez pícara. Me sonríe y yo a ella.

—Te doy mis manos para que puedas llorar, te doy mi cuerpo para que puedas amar, una razón para vivir, un sueño para despertar, cuando tu estas aquí a mi lado que más da... Y ¡Ojalá! No te vayas jamás de mi vida, en mi tienes, tu amante, tu amiga, de mí tienes mi amor sanaré tu dolor. ¡Ojalá! —da una vuelta pausada —Que comprendas lo mucho que te amo, que hace tiempo es tu nombre al que llamo, no te vayas de mí, no me dejes así. ¡Ojalá! Que comprendas lo mucho que te amo, que hace tiempo es tu nombre al que llamo, no te vayas de mí, no me dejes así, no, no, no —me guiña un ojo y termina de cantar.

Como está cerca de mí la tomo de la cintura y beso sus labios. Ella no sabe cuanto la amo y con la letra de esa canción, que sé que me dedica a mí, me hace amarla mucho más.