Capítulo 17

Saúl mira a Emiliano con ganas de matarlo.

—Puedo explicarlo —digo y él me mira.

—¿Y este quién es? —pregunta Emiliano y lo miro mal.

—Alguien más importante que tú —respondo seria.

—¿Tu padre? —lo miro indignada.

—¿Tanto me amaste que se te olvidó que mi padre está muerto?

Decir esa frase hizo que se hiciera un nudo en mi garganta.

—Yo... Lo siento —trata de acercarse.

—¡No me toques! Aléjate —no me hace caso.

—Te dijo que te alejaras, ¿acaso eres sordo? —Saúl lo aparta de mí.

—¿Tú quién eres para hablarme así? Yo hago lo que quiera y si me quiero acercar no eres nadie para impedirlo —Saúl cierra sus puños.

Tomo su brazo y él no me mira.

—No te permito que des un paso más para acercarte a mi novia —me quedo en shock.

¿Acaso él dijo novia?

Creo que escuchamos lo mismo.

Emiliano me mira.

—¿Me dejaste para meterte con este hombre que se ve mucho mayor que tú?

Saúl intenta acercarse a él y yo lo impido.

Me pongo en medio de los dos.

—Sí, él es mayor que yo y lo prefiero por encima de cualquiera. Y mucho más si ese cualquiera eres tú —me mira mal.

—Eres un puta, Aitana.

Cierro mi mano en un puño y lo estampo en su cara.

—A nadie le permito que hable mal de mí y mucho menos si no es verdad.

Lo miro mal.

—Eso no se le dice a una dama. Mejor largate de mi vista si quieres conservar tus dientes —dice Saúl.

Emiliano lo mira y se va. Me volteo y me encuentro con la sonrisa de Saúl.

—¿Por qué sonríes? —frunzo el ceño.

—Porque me encantó que lo pusieras en su lugar y te defendieras —siento mis mejillas calientes —También me encanta verte sonrojada.

Sonríe y luego recuerdo lo que dijo.

—Entonces... Soy tu novia, ¿eh? —ahora sus mejillas son las que se tornan rojas.

—¿Quieres serlo? —lo miro seria.

—¿Es en serio? —pregunto incrédula.

Toma mis manos y asiente.

¡No puedo creerlo!

Me abalanzo sobre él y uno nuestros labios. Cuando nos separamos lo miro a los ojos.

—Es obvio que sí, quiero serlo —se ríe.

—Muy bien, entonces vamos a almorzar —vuelvo a besarlo.

—Vamos —sonríe.

Nos subimos en su auto.

—Ahora dime, ¿por qué los labios de ese chico estaban sobre ti? —lo miro.

Su ceño está fruncido y está apretando el volante.

—¿Celoso? —sonrío.

Me mira por unos segundos.

—No has respondido mi pregunta —responde.

Suelto una carcajada.

—Aitana...

—Emiliano es mi exnovio. Él aún no entiende que ya no somos nada y es un completo inmaduro. Aclaro, yo no lo besé, él lo hizo —gruñe —No estés celoso mi amor, solo tengo ojos para ti —beso su mejilla y se relaja.

—¿Estás segura que quieres estar con alguien que te dobla la edad? —suspiro.

—No me doblas la edad.

—Por unos dos o tres años.

—Para el auto —le digo —hazlo.

Frunce el ceño y hace lo que le digo. Me quito el cinturón y me subo a horcadas sobre él.

—Eres el único hombre que me interesa. ¿Crees que no sé cuantos años de diferencia me llevas? Te informo que yo también sé contar y sé que son muchos, pero ¿ y eso qué? A mí eso me importa una mierda —hace una mueca.

—Vas a aburrirte de mí —lo miro incrédula.

—Nunca lo haría Saúl, lo que yo siento por ti, es amor. Te amo como no tienes idea y puede que tú aún no lo hagas porque apenas me estás conociendo. Pero yo me enamoré de ti desde que tengo 15 años —me mira con sorpresa —Era una niña, lo sé y sabía que no me harías caso. Pensé que sería imposible que te fijaras en mí y aquí estamos. El punto es que me enamoré de ti por tu forma de ser, por como amas a tus hijos, por tu forma de brindar amor y claro, tu físico también ayudó. Así que nunca dudes de nosotros, no me gusta que te acomplejes por tu edad, ya te dije que me tiene sin cuidado. Lo importante es que te amo y eso nunca va a cambiar —tiene una sonrisa en sus labios.

—Eres increíblemente maravillosa, sin duda alguna la mejor mujer que he conocido. Puede que aún no te diga que te amo, pero lo que siento por ti crece cada día más y más —sonrío.

—Comprendo que aún esas dos palabras no puedan salir de tu boca, pero sé que algún día me las dirás.

—Me encanta que seas tan madura —pone sus manos en mi cintura.

—A mí me encantas tú —sonríe y beso su nariz para luego bajar a sus labios.

Al fin se lo dije, le dije que lo amo y yo espero que podamos tener un futuro juntos, eso es lo que más deseo en la vida.

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