꒰🌼꒱ 𝗖𝗮𝗽í𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟵.

[💌] Si comentan les regalo una empanada sisis

Pequeña aclaración: El personaje de Woobin es inventado.

" Reencuentro "

Era 30 de diciembre, en esta fecha todos se preparaban para recibir el año nuevo.

Una de las actividades que se hacía era armar pequeñas metas que se propondrían lograr ese año, aunque mayormente las personas parecían olvidarse de la existencia de esa lista a los pocos días. Eso podría ser el caso de ciertas personas.. pero no en el de Sunoo.

El pequeño Im de la familia, se encontraba en la mesa haciendo una de esas listas, algo común cada casi fin de año.

—¿Cómo vas Nay?—preguntó Jeongyeon a su esposa.

—Bien, bastante bien diría yo, esta vez plantearé metas que no se me compliquen.—respondió dándole una última ojeada a su pequeña pero importante lista.

Esta vez lo lograría, claro que lo haría.

—Espero que tener otro bebé, sea uno de ellas.—bromeó Yoo y la castaña se ruborizó.

—¡No digas eso delante de Sunoo!—exclamó avergonzada.

Ambas madres vieron a su pequeño, Sunoo se encontraba sumamente concentrado en lo que hacía.

Se acercaron y se fijaron en el dibujo que ahora hacía, parecía ponerle bastante esmero al ver los crayones nuevos que le había traído Jeongyeon ya casi por la mitad.

—¿Qué hace mi bebé?—preguntó con una dulce voz Nayeon acariciando los suaves y azabaches cabellos de su hijo.

—Estoy dibujando mami.—contestó quitando el fleco que se colaba en su pequeña frente, este le impedía ver muy bien puesto que su cabello había crecido.

Jeongyeon rió al ver a Sunoo quejarse de este, con una sonrisa fue hasta su habitación y tomó una de sus ligas para cabello e hizo una colita con el largo cabello de su hijo.

—Que inteligente.—dijo Sunoo tocando la pequeña colita que le había hecho su madre.—Gracias, mamá.

Ambas mujeres se sonrieron entre sí. Su hijo era un verdadero encanto.

Sin duda hacer el proceso de inseminación fue una de las mejores decisiones que pudo tomar aquella pareja. Obviamente por ser mujeres no podían tener un hijo al no tener una relación con algún varón.

Querían adoptar, pero por insistencia de Jeongyeon decidieron probar con la inseminación, ya que la mencionada quería que sus hijos tuvieran alguna característica de ambas o solo de una.

Querían a una versión mini de alguna de ellas. Así fue como nació el pequeño Sunoo, una pequeña réplica de Nayeon que ambas mujeres amaban con todo su corazón. Si bien solo Nayeon la había tenido entre su vientre, Jeongyeon se había tomado la tarea de hacer una figura "paterna" solo que a su manera.

Ambas eran madres de Sunoo y ya, no importaba la sociedad y su estricta y cuadrada mentalidad, eran sus vidas y ellas decidían como vivirla.

Jeongyeon se acercó y besó la mejilla de Nayeon con mucho cariño, amaba demasiado a su esposa y claro, Nayeon también la amaba a ella.

La mayor se acercó un poco más dejando un piquito en los labios de Jeongyeon quien gustosa sonrió embobada.

—¡Termine!—exclamó alegre levantando su dibujo por los aires, haciendo que la pequeña burbuja de amor de las féminas se vieran interrumpidas por su bebé.

Por poco se olvidaban de que su niño estaba allí.

—¿Qué dibujaste, mi cielo?—Nayeon se sentó al lado de Sunoo observando bien la hoja coloreada que le mostró su pequeño.

—Somos tu, yo, mamá Jeongyeon y Ni-ki. —relató feliz.—Ustedes son mi familia.

La pareja se miró por unos momentos, se sonrieron mutuamente y asintieron al mismo tiempo con una mirada cómplice.

Creo que el momento indicado era aquel día.

Con miedo a ser visto se escabulló lo más rápido que pudo entre los pasillos del grande establecimiento. No quería ver ni encontrarse con nadie.

Todo ese cuento que la señora Jihyo le había dicho acerca de que todos serían amables con el, había sido una farsa.

Los pasillos estaban despejados así que decidió caminar más tranquilo.

Todos dormían o al menos eso pensaba el pequeño híbrido mirando de lado a lado con apuro. Con suerte y llegaría al baño antes de hacerse pis.

—¡Miren, encontré al monstruo! ¡De a seguro quiere comerse a alguno de nosotros!—gritó la voz de un niño a la lejanía.

—¡Tenemos que atraparlo!

Ni-ki giró sobre sus talones, como hubiera deseado no hacerlo..

Tras de el tenía a casi la mitad de los niños del orfanato.

Corrió y corrió tan rápido como sus piernas se lo permitieron. Cuando finalmente llegó al baño, cerró la puerta con pestillo y se sentó sobre el retrete abrazando sus piernas.

Tenía miedo, mucho miedo.

—¿Dónde te escondes? Pequeño monstruo.—gruñó una voz por lo bajo.

Una voz que conocía a la perfección, era la horrorosa voz que atormentaba sus días y por si fuera poco sus noches también. Era uno de los chicos mayores del orfanato, su nombre era Woobin quien junto a más de 10 niños, habían hecho de su estadía un martirio. Las ofensas, empujones y otras maldades de los niños hacia el, solo hacían que el pequeño se sintiera más que miserable.

Nada parecido a lo que la oficial Jihyo le había platicado.

Posterior a eso escuchó las puertas de cada cubículo resonar, siendo fuertemente azotadas.

—¡Sal ya!—gritó la voz de Woobin con brusquedad.

Fuera de los baños todo parecía como si estuvieran intentando atrapar a un inocente que tachaban de criminal, inocente que no había dicho o hecho nada malo para ganarse ese desprecio.

—Bueno, como no quieres abrir solo queda rendirnos, nos marchamos, muchachos.—dijo Woobin "saliendo" de los baños.

Ni-ki escucho los pasos resonar fuera, por lo que creyó que ya se habían ido.

Que tonto fue.

Abrir un poco, fue suficiente para que los niños que se escondían detrás empezarán a luchar con él buscando abrir está en su totalidad. Ni-ki trató, intentó cerrarla con todas sus fuerzas, pero ellos ganaban en número así que no fue sorpresa que lograran sacarlo.

Con cubetas llenas de agua comenzaron a ser lanzar el contenido al pequeño híbrido, empapando a Ni-ki pies a cabeza, esto repitiéndose una y otra vez hasta que cayó de golpe al suelo al resbalarse.

Ni-ki tapó con sus manitas su rostro,  llorando con fuertes sollozos que solo hicieron reír a aquellos pequeños vándalos con malicia.

—¡Ni-ki, Ni-ki!

Esa voz venía de los pasillos sacándolo de sus pensamientos. El pequeño de cabellos plata levantó la mirada tratando de agudizar sus oídos.


Esa era la voz de..

—¡Sunoo!

Haré una pequeña maratón, por que ya casi terminó con esta historia :'3 Espero les haya gustado el capítulo ♡

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