꒰🌼꒱ 𝗖𝗮𝗽í𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟱.

❝ Príncipe de las Nieves ❞

—Bien Ni-ki, tu súbete en el trineo y yo correré con la soga, cuando lleguemos a aquella colina.—señalo con su dedo índice la grande colina cubierta de nieve.


Después de hacer pijamada por la noche, hablar por teléfono con su mamá Jeongyeon y haber desayunado, se encontraban ambos abrigados de pies a cabeza con ganas de probar el nuevo trineo que le habían regalado a Sunoo.

—Pero.. ¿y si me caigo?—preguntó algo inseguro.—Además, ¿podrás jalarlo tu solo?

—No te caerás, tienes que sostenerte fuerte de los lados.—dijo señalando los extremos.—Y si, yo solito podré hacerlo, soy tan fuerte como Hulk, créeme.—agregó Sunoo sonriendo con suficiencia.

Ni-ki asintió algo dudoso y se subió. Sunoo lo tomo como una señal y despidiéndose de su mamá que los veía desde la puerta de la casa de los Park, sus vecinos.

Sunoo jaló de la soga y empezó a correr hacia aquella colina. Al inicio fue muy entusiasmado, pero a medida de que ya casi llegaban a la cima, Sunoo sentía que se caería en algún momento.

No es que Ni-ki fuera pesado, al contrario, era ligero como una pluma pero el trineo era grande y el material del que estaba hecho era bastante pesado.

—Y-ya casi llegamos.—dijo Sunoo jadeante debido al cansancio.

—¡Vamos Sun! ¡Tu puedes!—ánimo Ni-ki sentado.

—Lo dices como si fuera fácil.—contestó Sunoo sintiendo el sudor bajar por su frente.

—¿Quieres ayuda?—le preguntó —Te dije que no podrías solo, Sun.—dijo saliendo del trineo.

—¡No! Tu te quedas ahí, falta poco. —contestó con el ceño fruncido. El era fuerte, se lo probaría.

Ni-ki volvió a subir al trineo, viendo atentamente cómo Sunoo jalaba con todas sus fuerzas, cosa que preocupaba un poco a Ni-ki.

Al cabo de unos cinco minutos o más, los dos menos lograron llegar a la gran colina cubierta de nieve.

—¡Llegamos!—dijo Sunoo respirando algo entrecortado.—¡ Te dije! Yo soy muy fuerte, no debes subestimar a un soldado que aún no ha dado pelea solo por verlo vulnerable.—comentó orgulloso.

—¿Qué dijiste?—preguntó Ni-ki rascándose sus orejitas algo confuso.

—Mamá Jeongyeon siempre me lo dice.—dijo sonriente.—Espero que llegue muy pronto, ¡Quiero que la conozcas!

Ni-ki asintió sonriendo, Sunoo siempre hablaba de ella como si esta fuera alguna especie de maravilla.

—Bueno ahora subiré, podrías hacerme un lugar, ¿Por favor?—Sunoo pidió y Ni-ki le hizo un lugar.—Sostente fuerte porque.. ¡Aquí vamos!

Sunoo se impuso de atrás para adelante y el trineo se movió a gran velocidad que el pobre híbrido no llegó a sostenerse y como pudo se abrazó fuertemente a Sunoo.

—¡Ah, nos vamos caer! ¡Sunoo tengo miedo! ¡Quiero bajar!—gritó desesperado Ni-ki con lágrimas en sus ojitos avellana.

—¡Ni-ki! ¡Ni-ki escúchame!—trataba de hablarle al lobito, Ni-ki estaba como una pulga pegada a Sunoo.—Nini tienes que calmarte, no estás solo, ¡yo estoy contigo! ¡No estás solo Ni-ki!

Ni-ki quien negaba a todo lo que decía Sunoo, lo abrazó más fuerte, tenía mucho miedo.

—Soy tu familia Ni-ki, tu familia te cuida y te protege, Yo te protejo Ni-ki.—habló intentando aliviar a Ni-ki.

Ni-ki ante las palabras de Sunoo, levantó la mirada encontrándose con los ojos marrones chocolate de Sunoo. De alguna manera eso lo tranquilizó y decidió disminuir un poco su agarre.

—Mira a tu alrededor Ni-ki, sostente de mi si así te sientes seguro, esto es divertido.—Sunoo levantó su mirada observando a algunos de sus vecinos saludarle con una gran sonrisa.

Ni-ki subió su cabecita observando todo a su alrededor con curiosidad, vio primero el rostro pálido de Sunoo, su nariz enrojecer por el frío le daba un toque tierno, sus cabellos revueltos por el viento y la sonrisa que adornaba el rostro de Sunoo era encantadora.

Sunoo era muy bonito.

Luego fijó sus ojos a los alrededores, observando la nieve caer y los árboles siendo cubiertos por esta. La calle parecía una especie de palacio de Hielo y Nieve. Sonrió al sentir como la calidez de la mano de Sunoo sostuvo la suya y le mostraba cada lugar muy emocionado.

Devolvió su mirada a la de el pequeño Im, fijándose como la nieve cubría sus azabaches cabellos y hombros. 

Sunoo le sonrió y Ni-ki le devolvió aquella linda sonrisa. Ni-ki no creía tener una sonrisa muy linda como la de Sunoo, pero era inevitable no reaccionar ante los encantos del mayor. Sunoo con aquella pequeña capa de nieve parecía el príncipe de aquel palacio y calle cubierta de Nieve.

Él príncipe de las Nieves Im Sunoo.

—Ni-ki, ya pronto bajaremos.—dijo el pequeño Sunoo sintiendo la velocidad del trineo disminuir.


Ni-ki se bajó tan pronto vió la oportunidad y Sunoo le siguió.

—¿Se divirtieron?—preguntó Nayeon al ver a ambos niños bajarse del grande trineo.

—Fue muy divertido madre, aunque a Nini no le divirtió mucho, lloro un poco.—contó Sunoo a su madre.

—Oh pobre de Ni-ki, ¿Quieres una tacita de chocolate caliente cariño?—cuestiono viendo al pequeño asentir tímidamente.

—Yo también mami, está haciendo mucho frío aquí.—dijo Sunoo temblando.

—Ok entonces una tacita de chocolate caliente para Jack Frost y una para Nini, ¡Enseguida!—comentó Nayeon sonriendo.

—¿Jack Frost?—se cuestionó así mismo Sunoo viéndose a través de la ventana de su hogar.—¡Oh rayos mi cabello!—Sunoo se sorprendió al ver la cantidad de nieve sobre sus cabellos y se sacudió un poco.

—¡No hagas eso!—Ni-ki se quejó, al poco rato al sentir la mirada de Sunoo sobre el, se sintió apenado.—Es decir a mi.. a mi me gustas así, digo.. pareces un lindo príncipe.

—¿Enserio?—preguntó a Ni-ki viendo a este asentir.—Entonces me lo dejaré así —dijo entrando a casa a la par de Ni-ki.

—¡El chocolate ya está servido! —anunció Nayeon.

—¡Vamos para allá!—dijeron al unísono.

Entre risas y un Sunoo que se quejaba por la nieve que poco a poco se derretía sobre su cabeza, fueron a beber del rico chocolate caliente que la linda Nayeon había preparado para ellos.

Ame esta parte aaaaaa^^

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