OO2.

Los hermanos se quieren, se aman, se apoyan incondicionalmente a pesar de todo, tienen ese lazo irrompible de hermandad que es especial para ambos.

Eso son los hermanos ¿No?

Bueno, no es mi caso.

Desde que tengo memoria, Rose y yo nunca nos hemos llevado bien. Siempre retándome en cada una de las cosas que realizábamos; natación, basquetbol, fútbol, incluso por quien conseguía mejor calificación, en las que siempre el que terminaba por ganar era yo. Me cuestionaba cada día por qué mi melliza era tan diferente conmigo, incluso me llegó afectar a cierta edad, yo quería una confidente que estuviera a mi lado, apoyándome y brindándome palabras de consuelo cuando por primera vez me rompieron el corazón. Pero... Nunca tuve eso.

De hecho, nunca se ha arrepentido de hacerme daño.

Recibí palabras, insultos, incluso golpes hiriéndome física y mentalmente, cuando enfermaba nunca cuidaste de mí, y eso en cierta forma me dolía, se supone que los hermanos se querían ¿Por qué tu no lo haces? ¿Acaso te he hecho algo? Si es así por favor dímelo.

Nunca te vi sonreírme, ni felicitarme ni una sola vez, a pesar de que cumplíamos años el mismo día, nunca me volteabas a ver, y si lo hacías me mirabas con esos ojos fríos, llenos de rencor y envidia. ¿Por qué sentirías envidia de mi? ¿Acaso tengo algo que tu no tengas? Porque yo siempre he pensado que eres la mejor hermana, siempre admiré tu fuerza para hacer lo que quisieras, tener la facilidad de decidir, aunque luego tuvieras buenas reprimendas por parte de nuestros padres.

Por eso te quería contar de la primera vez que me enamoré
Fue tan lindo, sentí maripositas en mi pancita, lo vi a lo lejos platicando con otro chico pelirrojo, al parecer eran mejores amigos, él... Era tan perfecto, su cabello negro como el carbón, sus ojos relucientes y brillosos como bambi, lucía tan hermoso.

Lo observé en silencio durante un par de días, viendo cada acción y cada expresión de él, era a eso lo que le llamaban "primer amor" o "crush".

Un día, YoonGi llegó corriendo hacía mí, se había enterado de algo importante; su nombre era Jeon JungKook, ¡Qué lindo nombre! ¿No es así?

Lo seguí espiando durante las semanas siguientes, y después fueron meses, fue hasta que pasaron dos años, cuándo me di cuenta de que Jungkookie era inalcanzable, si hasta me di el privilegio de llamarlo así. ¿Sabes? eso del "primer amor es pasajero" no es tan cierto como dicen, nada más mírame, ya han pasado 4 años desde que lo conocí y sigo sintiendo lo mismo que cuando lo vi por primera vez, ¿Qué debo hacer?
Quería contarte, quería que me escucharas y me aconsejarás como mi melliza, necesitaba a mi otra mitad.

Lástima que nunca estuviste ahí para mí.

Atte. Park Jimin.

(...)

Jimin cerró la libreta, suspirando y dejando el bolígrafo a un lado, se paró de su cómoda silla y con su diario en mano se dirigió hacia su armario.

Sacó algunas prendas y buscó en lo más recóndito de aquel mueble hasta sacar una pequeña cajita con conejitos dibujados en ella, se relamió los labios y la abrió, no pasó mucho para que el sentimiento de nostalgia lo abarcara.

Dentro, una boina color roja sobresalió, las pequeñas perlas que la decoraban brillaban y parecían no haberse roto, estaba llena de polvo y olía a guardado, pero eso no impidió que una pequeña sonrisa se asomara en su rostro, y un recuerdo fugaz lo abarcara haciéndolo sonrojar.

—¿Jim? —El llamado de su hermana, ocasionó que el castaño dejará de rebuscar entre sus pertenencias, rápidamente metió sus cosas, y la cerró para volver a guardar la caja dentro del armario.

Unos toques en su puerta y esta abriéndose bruscamente hizo saltar un poco al chico —Perdón, ¿Te asusté?

Jimin movió su cabeza restándole importancia, reguló su respiración y calmó sus nervios —No te preocupes ¿Qué sucede?

—Debemos estar en el restaurante a las tres y ya son —Revisó su reloj en su muñeca y su ceño se frunció —Las dos y media, iré por Mily, regresó y nos vamos, apresúrate.

—¿Tae y nuestros padres?

—Nos alcanzaran allá. Vamos corre —La peligris subió los escalones rumbo a la habitación de su hija, dejando a Jimin de nuevo con su privacidad y el silencio de su habitación, arregló las mangas de su camisa y tomó su saco Gucci, se miró al espejo y apretó sus labios. Era un conjunto sencillo pero lindo.
Por último se colocó un poco de bálsamo rosa en sus gruesos labios y delineó sus ojos solo un poco, satisfecho con el resultado bajó a la sala donde su hermana y su sobrina ya listas lo esperaban.

Mia lo miró de arriba hacia abajo y sonrió.

—Te ves espectacular, pero ya es hora de irnos —Mia lo empujó fuera de casa, y en un instante ambos subieron al auto, no pasó mucho tiempo para que este se pusiera en marcha dando paso a un silencio cómodo. El de piel clara recargó su cabeza en la ventana totalmente aburrido observando los paisajes a través del cristal. Tenía dos años que no pisaba Corea.

—¿Extrañabas aquí? —La suave voz de su hermana lo hizo sentir bien.

Alzó los hombros con indiferencia, pero siendo una clara respuesta para Mía.

—Es increíble, ¿no? —Jimin no contestó, ante esto Mia aclaró —Ya sabes que Rose se casa, por mi parte aún no me lo puedo creer, toda mi vida pensé que se quedaría sola cómo una vieja amargada y con un centenar de gatos, mierda incluso el tipo es de buena familia.

Jimin había pensaba lo mismo, el carácter y actitud de su hermana eran insoportables, hasta el punto que llegaba a ser irritable, más sin embargo siempre deseó que encontrara el amor, no le deseaba ningún mal y quería que fuera feliz, por ello la noticia del dichoso compromiso le llegó como un balde de agua fría, estaba tan emocionado que por fin Rose decidiera dar ese gran paso, aunque esta siempre trató de hacerle algún mal, Jimin era demasiado bueno o demasiado estúpido para guardarle odio.

—Supongo que es el... ¿Destino?

La peligris negó —Dudo que el destino sea tan bueno para una persona tan mierda como lo es Rose.

—Mia —Reprendió, el realmente no estaba de acuerdo en la manera que se referían a su melliza. Si, probablemente Rose lo había mandado al hospital un par de veces, o le había roto su colección de figuras coleccionables de One Piece, o lo había hecho perderse en el centro comercial cuando eran niños, pero estaba seguro de que sólo habían sido accidentes.

La mencionada rodó los ojos —Lo sabes perfectamente Jimin, Rose nunca ha sido de mi agrado incluso puedo decir que no la considero una hermana, apenas si la veo, y si lo hago nos ignoramos totalmente. Además, te ha jodido la vida desde que eran unos críos ¡Por dios! Acéptalo de una buena vez, Rose es una total malagradecida.

Jimin se quedó callado, y mantuvo su cabeza gacha, no sabía que decir ante eso.

El transcurso restante, el ambiente se mantuvo en silencio, sólo resonando los suaves balbuceos de la bebé en la parte trasera. Nadie más volvió a decir una sola palabra, y estaba bien.
Finalmente llegaron al lugar acordado, y el auto aparcó en el estacionamiento.

Todos bajaron, Jimin tomando a Mily entre sus brazos, mientras Mia cargaba el molesto regalo de cortesía.

—Recuérdame tan solo para no aventar esto por la borda y largarme de este lugar ¿Por qué estamos aquí y no viendo una película barata en internet? —Preguntó Mia con la mandíbula apretada.

—Porque hoy es el día en que le van a pedir la mano a Rose, nuestra hermana —Dijo tratando de remarcar con fuerza el "hermana" haciendo bufar a la mayor —Tenemos que estar toda la familia presente tanto de la novia como el novio.

—Hablando del novio —Interrumpió, ambos comenzando a caminar hacía la entrada del gran restaurante —¿Quién es el desafortunado?

—Rose apenas si me dirige la palabra, ¿Crees que va a contarme de su vida así por así?

—Debe tener agallas o ser suficientemente estúpido para querer pasar el resto de su vida junto con Rose, no queda más que rezar por él.

El castaño río un poco, avanzaron unos cuántos pasos más y cuándo estuvieron frente a la entrada del local suspiraron mentalizándose lo suficiente para afrontar esta situación.
Jimin comenzaba a tener un mal presentimiento acerca de esto, respiró con dificultad dejándolo pasar.

Y sólo cuándo estuvieron listos, ambos hermanos asintieron, antes de abrirse paso entre las personas.

(...)

Boina roja aquí:

Esta cosa será muy importante en el futuro.

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