♛Perra♛


Se metieron a bañar juntos, como siempre hacen antes de que él se marche.

Ochako suspiró cansada saliendo del baño. Miró el celular, estaban llamándole y estaba en silencio.

—Jirou-chan —mascuyó leyendo el nombre y rodando los ojos.

Los brazos rodearon su cintura y sonrió mirando a Denki dándole besitos en el cuello.

Se cambiaron y salieron del departamento.

Uraraka acomodó su cabello y su saco; lista para su trabajo.
Consiguió trabajo hace medio año en una empresa de diseño dedicada a la venta de maquillaje, su jefe es estricto y especial, y llegar un minuto tarde es recibir gritos por 15 minutos.

Subió al auto junto a Denki.

—Que aburrido~ ¿A qué hora saldrás de trabajar Ochako-chan? —preguntó acercándose a ella y metiendo su rostro entre sus pechos.

Ochako dio una risa y lo alejó suavemente. —No te molestes, hoy tengo mucho trabajo atrasado.

El rubio chasqueó la lengua.

Llegaron al punto donde siempre se separaban para no levantar sospechas. Kaminari se acercó a besar los labios de Ochako mientras masajeaba suavemente las piernas de ésta sobre sus medias negras que tanto le encantan. Uraraka sólo se dejó llevar un pequeño momento y después suspiró rompiendo el beso.

—Habla con Jirou-chan —dijo bajando del auto y cerrando la puerta.

—Ahh~ si, si, si, ojalá no esté toda alterada ¡Qué pesada se pone!

Ochako sonrió de lado y se marchó sin decir nada.

Denki continuó su camino y llegó a casa desganado.

Abrió y miró la comida en la mesa.

—¡Denki! ¿¡Dónde estuviste!? ¡Quién era quien me--

—Ah, era, es una mujer que se ofreció a ser mi manager estábamos en algo importante y como vió que comenzaste a alterarse interfirió.

Jirou miró su rostro, normal y con esa leve sonrisa de siempre.

—Ya veo —musitó aliviada decidiendo confiar en él. Se acercó y rodeó el cuello de Denki con sus brazos y le dió un beso en los labios. Intentó mover los labios para profundizarlo pero él se alejó.

—¿Por qué hiciste esto? —interrumpió sonriendo y mirando alegre los adornos.
Kaminari aspiró el aroma de la comida y le enseñó el pulgar a Kyoka. Ella sonrió roja alagada.

—¡Cumplimos un aniversario más! —chilló.

—¿¡En verdad!? ¡Genial! —Denki se sentó y animado le dijo donde sentarse.

La pelinegra emocionada se sentó frente a él comenzado a comer, ambos con una sonrisa y una atmósfera encantadora. Kaminari habló sobre sus próximos discos a grabar y Kyoka sobre los nuevos libros que escribiría y contratos que haría con editoriales americanas. Rieron, bromearon y disfrutaron.

Denki suspiró. —¡Cocinas genial Jirou-chan! ¡Quedó delicioso!

Su corazón latió con fuerza y miró a su amado. —Gracias.

Ambos comenzaron a limpiar la mesa, lavaron trastes juntos y se fueron a la cama.
Kaminari quedó dormido rápidamente y Jirou miró su rostro un largo rato.

Tomó su celular y buscó el contacto de su mejor amiga:

No hay perra

Envío el mensaje y besó la frente de Kaminari.

━━━━━━━━ ⸙ ━━━━━━━━

Ochako suspiró mirando harta el montón de trabajo frente a ella.

—Cara redonda, tienes tres horas para entregar eso —gruñó su jefe poniendo un café cargado frente a ella. —Últimamente te estás atrasando mucho, no sé qué mierda hagas pero si te hace perder tanto tiempo no vale la pena.

—Valdrá la pena al final. —Dijo retomando fuerza y bebiendo del café emocionada —Además ya tengo una idea de cómo terminar el trabajo.

—No te ayudaré.

—¡Mierda!

La leve risa de su jefe la hizo sonreír. El ceniza se fue y ella miró sus papeles.

Denki.
Él llegó a ella diciendo que estaba aburrido de la monotonía, que quería chispa y cosas maravillosas sin fin. Rogando al destino algo profundo pues está cansado de lo mismo...

Es consistente de que sólo se la pasan follando y haciendo mierdas sin sentido, divirtiéndose al máximo y viviendo todo al límite.

Él quería una perra básicamente, ahora la tiene, y es ella. Una perra mala, una perra independiente y autosuficiente...
Sexo, risas y tema de conversación nunca le faltará, pero ser la segunda no le está gustando para nada.

Miró el celular, no sabía cómo era Jirou Kyoka, sólo sabía que era un famosa escritora con un gran estilo. Buscó el nombre y echó una mirada rápida.

—Esto es una mierda —masculló conteniendose, quería burlarse, quería reírse, quería tomar su estómago y doblarse de la enferma lástima que sentía. Eso no es moralmente correcto y menos sí ella es una mujer por igual, pero ¡Joder! Las mujeres son tan ilusas.

Si, eso piensa Ochako Uraraka. Cada que mira una protesta sobre el maltrato familiar o la violencia en pareja ella quiere detenerse a reír ¡La puta madre! Que estúpidas las mujeres que se dejan pisotear, ellas mismas pueden defenderse, tomar un palo y romper la nuca de su agresor, son perfectamente capaces de impedir que un hombre les ponga la mano encima, pueden pedir ayuda, correr y morder. Claro que en algunos casos, no en todos.

Si, se sentía sola hasta que conoció a su jefe con los mismos ideales, humor negro y ácido.

Tonta la escritora que se dejaba cegar por palabras bien dichas.

Era una figura pública, así que le dió a follow en Instagram.
Continuó su trabajo y después de media hora la notificación le hizo mirar rápidamente el perfil de la mujer.

Apretó los labios.

—¿Qué? —dijo su jefe recargado en el umbral de la puerta, seguro iba a ver su avance.

La foto de Denki durmiendo era encantadora y las palabras de encabezado le hicieron sentir un hormigueo en el estómago.

“Gracias por todo el tiempo, mi querido rayo de sol”

Uraraka colocó el celular en su escritorio y después comenzó a reír tapando su boca. Sin duda era una perra.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top