Me asignó un cuarto para que pudiera pasar la noche tranquila, según el, por que su hermana ronca como un elefante entaponado. Me prestó una camiseta suya para que durmiera y unas zapatillas que decía que eran las suyas antiguas. Por lo menos, era un buen anfitrión.

Sí, ya se que yo ya había cogido mi pijama de mi casa, pero me gustó el gesto que tuvo conmigo, a si que no se lo rechacé. Mi madre me enseñó que hay que saber ser buen anfitrión pero que también debemos saber ser buenos invitados, según ella, es ley de primero de guardería.

Me di un baño relajante en el baño de Kathe, mientras que el se daba una ducha en el suyo propio. Al salir ya lista con su camiseta y mi ropa interior, escucho ruido en la planta de abajo y decido ir a ver.

Al entrar lo veo que solo lleva unos bóxers y unas zapatillas. Se gira y me sonríe amable.

-Tengo pizza casera hecha si quieres te lo puedo calentar.- mi mente depravada que va a cien por hora, decide encenderse y hacer uso de su capacidad para comprender las cosas con doble o triple sentido.

Me sonrojo por lo que mi mente piensa de lo que ha dicho y este se da cuenta. Rueda los ojos y se ríe acercándose a mi.

-Estamos solos. Soy educado y paciente si no me tientas, vamos a tener una noche tranquilita que ya hemos tenido suficiente estrés.- agacho la cabeza para que no vea mis rojas mejillas y este coge mi barbilla para alzarme la cabeza y quedar mirada con mirada fijamente. -Te tengo que agradecer tu intento perfectamente realizado con éxito por sacarme de mi locura y de mi ira incontrolable. Ese hijo de puta se metió con mi hermana y contigo diciéndome mil mierdas. Que erais unas guarras por como vestíais, que estabais calentando a todo el mundo, que el se haría un trio con vosotras.- su mandíbula comienza a tensarse de nuevo como lo estaba antes y es el momento de volver a traerlo al ' ahora '.

Creo mi propia venganza lamiéndole los labios a lo que sus facciones faciales y corporales cambian al instante. Me mira sorprendido sin entender y le sonrío acariciándole la mejilla intentando ser amable.

-¿Acaso tu hermana es todo lo que ese idiota dice?, ¿No verdad?. Pues no le des importancia a lo que diga un despojo humano. Y por mi no te preocupes, cuando mi profesor de boxeo me enseñe bien, lo buscaré y le partiré las piernas.- le sonrío quitándole hierro al asunto y este rompe a reír de una manera en la que nunca le había escuchado hacerlo.

'Como si llevases conociéndolo desde hace mucho tiempo'

-Te acepto esa pizza casera Jones, pero espero que esté buena, por que soy experta catadora de pizzas. ¿De qué es?.- pregunto siguiéndole los pasos hasta donde se había ido para enseñarme su creación. Me sorprende una enorme bandeja de horno con una mitad de pizza sobreviviente. La mejor pinta que puedo llegar a recordar en estos momentos hasta ahora, siendo sincera. -Pero bueno chico, si serás un cocinitas y todo.- le doy un pequeño golpecito con el codo juguetona a lo que este hace una mueca. -¿Que ocurre?.-

-No lo se, no puedo verlo.- me contesta haciendo unas caras muy graciosas al intentar mirarse el triceps. Río por sus caras parecidas a cuando un bebé hace pucheros y para en seco mirándome fijamente con la típica poker face.

-¿Y ahora de que te ríes enana?. - me mira amenazante como si fuese un gangster de la nada. -Mirame que tengo aquí porfa que no llego a verlo.- me dice señalando su brazo.

Me sorprende encontrarme con un corte limpio pero lo bastante profundo.

-Te has cortado con algo. Cuando te peleaste, ¿El otro tenia una navaja o algo?.- le pregunto atrayéndolo hacia la luz para ver mejor la profundidad del corte.

-No lo se, cuando me dan los ataques de ira, ni siento ni padezco ni veo. Me entra el calor por todo el cuerpo y empiezo a temblar. Así que no se.- me contesta sincero mirándome, aguardando a que haga algo como si fuese yo una detective y el esperara a que le resolviera yo el caso de ese crimen.

-¿Donde tienes el botiquín?. Para tu suerte tengo un titulo en geriatría donde tocamos bastante el tema de enfermería y se hacer curaciones. Te curaré y luego cenamos a gusto y si quieres vemos una peli hasta que llegue tu hermana.- le propongo y el asiente sonriente.

-O podríamos hacer otras cosas después de cenar mi magnifica pizza carbonara casera.- me agarra la cara haciendo que mis labios adopten la forma en 'o' al chafar mis mofletes y el mismo le quita el morbo al momento. Empieza a reírse de la cara que he puesto a traición. Tanto que se tiene que apoyar en la mesa para no caerse.

-O paras de reírte o no te curo el brazo.- alzo la ceja y el alza las manos en son de paz. - El botiquín.- le recuerdo.

* * *

-Me haces daño, ¿Lo sabes no?. - me dice quejándose por decima-quinta vez.

-Madre mía, que vas lleno de tatuajes chico, como puedes ser tan nenaza.-

- mi mi mi mi, como puedes ser tan nenaza.- me repite de manera infantil. Ruedo los ojos y sigo haciendole los pequeños puntos de hilo.

-Nenaza, lo que decía.- sonrío al escuchar como resopla. Le había hecho sentarse en la silla del comedor después de que me trajo el botiquín y de que le faltara medio de este. De pie, con su pierna entre las mías, comencé con el trabajo que hacía tiempo no hacía.

Sobando mis glúteos desconcentrandome mientras comenzaba la curación, me dio una nalgada más fuerte que la que me dio su hermana hace una hora. Pero el reciente manotazo no es como la de ella, este va con otro trasfondo.

-Madre mía chica, ¿De donde sacaste tanto culo?. No me cabe ni media nalga en la mano.- dice mientras le estoy poniendo el último punto. -Auch.- se queja.

-Herencia por parte de mi madre, aunque no lo parezca tiene el culo en su sitio y es grande. - le contesto casi sin darme cuenta -Ya estás nenaza. - sonrío satisfecha por mi trabajo mientras me quito unos guantes que tenían en casa. Supongo que la pandemia dejó estragos. - Quiero pizza.- me giro sobre mis talones y me levanto su camiseta en su cara. Dejándole  todo el pastel servido en bandeja con el encaje negro que me puse después de la ducha.

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EL MINI EXTRAAAAA POR TARDAR EN SUBIR EL CAPÍTULO.

ESPERO LO DISFRUTEN.

-Emma!.