46. EPÍLOGO

Dos semanas más tarde.

|Katherine|

No he vuelto a saber nada de Lisy desde que Jeremy me contó todo en un momento de despiste de la pelirroja la noche de la fiesta en Fuente Caputa. Al parecer, la muchacha había pillado una gran afición conmigo en las ultimas semanas y manipulaba al chico para conseguirme.
En un momento de debilidad, no vi más remedio que explicárselo a mi hermano y a Charlotte, cortándoles el tierno y lujurioso encuentro de la mañana siguiente.
Por suerte no habían estado haciendo guarradas hasta las tantas y cuando fui a buscarlos sobre las doce del medio día, ya estaban desayunando a saber el qué con un café que no dudé ni un segundo en robarles.

Les puse al día a ambos sobre la situación en la que estaba el muchacho y se quedaron locos cuando les conté que el había intentado terminar con su vida por culpa de la loca de su novia/ex rara.

-Cada cual tiene lo que busca.- me había contestado James con ira latente en su mirada, la cual no dudó ni un segundo en arrancarle mi amiga de un sopapo.

Noa nos comentó que llevaba tiempo viéndose con un chico al que nosotras conocíamos demasiado bien y que por miedo a que no lo aceptáramos, nos lo contaría más adelante. La cuestión es que no la vimos durante toda la acampada. Ni ella ni a Brook y mi mente detectivesca se puede hacer una idea de lo que pasa aquí. Aunque al comentárselo a Charlotte, no estuvo desacuerdo conmigo y declinó la opción de que esos dos estuviesen liados. Pero a mi me da, que se pasaron por el forro de los cojones las normas de mi campamento y estuvieron toda la noche juntos a pesar de no haberse seleccionado el uno al otro.

Henry se echó un ligue esa misma noche. Era una extranjera de las que no venían con nuestro grupo, la cual se quejó de que alguien le había robado unos productos de la cesta que habían traído y el muchacho se ofreció a ayudarla a buscar al culpable. Vaya escusa mas mala para echar un polvo, ni que fuera a encontrarlo después de toda una noche de borrachos y desmadre.

Mi otro hermano, Okane, se perdió con su novio y no lo vi hasta la hora de volvernos a casa. Al parecer ya habían arreglado las pequeñas esperezas que se habían creado esa ultima semana. Los celos y los mal entendidos son muy perjudiciales para todos y más si la posesividad está incluida en la ecuación.

Y yo, por último, debo de admitir que desde que volvimos a casa, me he sentido con una sensación terrible en el pecho. No quiero pensar que por mi culpa, un chico esté sufriendo el acoso y las amenazas de una loca que le obliga a hacer según que cosas.
Teniendo en cuenta que me bajó la regla justo cuando iba a celebrar la vida con el amigo de mi hermano, que según él, este año nadie le impediría comerme. Pues andaba en mal camino, ya que en el momento en el que íbamos a proceder al placer máximo, me sorprendí a mi misma al ir al baño de ese mismo sitio y descubrir que como ya me había presentido, no estaba embarazada. Aun tenía ese run-run detrás de la oreja al no saber nada de la noche de la fiesta, a si que para salir de dudas, me puse en contacto con Jeremy desde un antiguo teléfono de diferente numero que había utilizado hace un tiempo atrás.

"Jer, tenemos que vernos.-K.J."

Recuerdo que la noche que nos conocimos, al principio no le dije mi nombre, solo las iniciales de este, a si me aseguraba tenerlo a mi lado con la intriga de averiguarlo, cuando cedí, me confesó que jamás se hubiera imaginado que me llamaría Katherine Jones y que podría haber estado toda la noche erroneo dándole vueltas a nombres como Kiara, Kara, Kenesi etc. Nombres que no había escuchado nunca y que según yo, hubiese sido mas difíciles de averiguar. A si que sabia perfectamente que sabría con quien estaba hablando.

Cuando me encontré con él y me contó todo, llamé de inmediato a mis hermanos, que venían acompañados de mis dos mejores amigas, siempre ahí para apoyarme.
Todos ellos me ayudaron a convencer a Jeremy de que debería denunciarla y admitir la parte de culpa a pesar de que yo no le veía el malo de la película, y si en realidad así era, el mismo se infringió el dolor que su mente le tenía preparado.
Después de todo aquello, supe que mi hermano James fue a verlo a su trabajo y a averiguar que había pasado al final. Lisy había sido arrestada y llevada a juicio en su contra por obligarle y tenerlo bajo coacción a hacer cosas en contra de su voluntad y a pesar de que no había salido a la luz aun, el confesó que aparte de mi, habían otras victimas, que nunca había llegado tan lejos con su acoso, pero que habían más y que nos llamarían para declarar si estábamos listas y preparadas.

A pesar de los nervios que me carcomen por dentro, debo de admitir que en esa misma tarde, un gran peso de encima se había esfumado de mi ser. 'Fue poco lo que me pasó para lo que podría haber pasado.'. Me repito una y otra vez en mi mente, pero hay algo dentro de mi ser que me dice que no volveré a ser la misma nunca desde aquel día en aquella cafetería del centro de Murcia, donde me contaron explícitamente como una mujer violó hasta mi más intima parte de mi cuerpo. Hay algo en mí que murió aquella tarde y espero que algún día se recomponga.

|Charlotte|

-Vente a vivir conmigo, quiero que duermas aquí cada noche. No sabes lo bien que duermo a tu lado.- me susurra al oído el moreno después de abrazarme por la espalda aun con la voz ronca.

-Cállate, es muy temprano. No hagas que me ponga de mala leche.- sonrío volviendo a cerrar los ojos mientras le doy un pequeño empujón con el culo haciendo que este suelte una carcajada.

-Le caigo bien a tus padres, a tu perra y aunque no lo aguante, a tu hermano también le agrado. ¿Qué te impide decirles 'Oye que me mudo con el vecino, me he dado cuenta de que es el amor de mi vida'?.- me giro quedándome frente a frente con el y le robo un beso antes de volver a acomodarme sin contestarle.

-Te faltan horas de sueño James, estas diciendo muchas tonterías.- sentencio cogiendo aire e inundando mis pulmones de su olor mentolado que desprende de a saber que lugar.

De la nada, se levanta de la cama haciendo que abra los ojos por completo sobresaltada y, mal humorado, se va al baño. Segundos después escucho el chorro del agua caer y mis ojos me ganan la partida de nuevo al caer en un ligero sueño del que ni yo misma me doy cuenta que me enfundo.

Me sobresalta un beso en la frente y al abrir mis esmeraldas claras, me encuentro con un James todo bien vestido y ligeramente arreglado, como si se fuese a una boda.

-¿Donde vas?.- le pregunto rascándome los ojos y bostezando al mismo tiempo dándome la vuelta sobre la cama dándole la espalda por un segundo.

-A pedirle la bendición a tus padres para que me dejen estar contigo y que puedas venir a vivir conmigo. Como antiguamente, seguro que así no me podrán negar la petición. Ni ellos, ni tu.- me explica sentándose en la cama.

Vuelvo a rodar sobre el lecho donde descansaba plácidamente y parpadeando un par de veces para hacerme a la luz de la habitación, recalculo las palabras del moreno una a una esperando la risita final que me dijese que era broma, pero nunca llega.

-Estarás bromeando, ¿No?.- le pregunto incorporándome sobre la cama en el mismo momento en el que él se levanta ya arreglado y sin contestarme, sale de la habitación.

Me froto la cara esperando que sea una broma de mal gusto por su parte, cuando escucho que se cierra la puerta de la calle de un portazo.
Sin poder creerlo, me levanto de golpe y me asomo a la ventana, viendo como el muchacho va directo hacia la humilde casa de enfrente. La casita de la vecina pelirroja. Mi casa.

Corro escaleras abajo y esquivando a Kora, salgo disparada hacia esta. Descalza, despeinada y con las legañas en los ojos todavía. Llego en el momento justo para escuchar lo que le hacía falta a él para ser la persona mas feliz del mundo y con el, yo a su lado.

-Pensé que nunca se iría de casa. Claro que os doy mi bendición chicos. Cuídamela y pórtate bien con ella. También se muy paciente, es cabezona y no le gustan las normas, es desobediente pero aun así, ama con todo su corazón.- le dice mi madre guiñándole un ojo al moreno mientras le sonríe.

-Yo estoy flipando.- susurro para mi misma sin creerme lo que acababa de escuchar de la boca de mi madre.

* * *

-Ya está terminado el trabajo, te veo el primer día del ultimo año de tu preciado y amado centro de ensueño.- me dice la muchacha cerrando su portátil tras enviarme el trabajo todo corregido y listo, realmente perfecto.

-Rubi, quería pedirte perdón por el mal entendido de la última vez, no quise ser fisgona...- empezaba a disculparme cuando me cortó en seco y se levanto a la barra de la cafetería donde habíamos quedado, para minutos después traer un café con canela y jengibre para mi y un frapuchino pare ella.

-Mira Charlotte, los rumores que has escuchado de mi son todos falsos. Son los que yo quise que rondaran. Si, me gustan las fiestas, las mujeres y beber de vez en cuando, al igual que alguna calada a algún porrillo que me han ofrecido. Fumo tabaco y tengo algún que otro tatuaje, pero mi vida no debería ser asunto de habladurías de todo el mundo, a sí que hice que se corriera el rumor de que yo era lo peor de lo peor.
Quiero que esto quede entre nosotras, por que veo bondad en tus ojos y eres la única chica que no me ha tratado como si fuese un monstruo, en realidad me agradas.- hace una pausa y se recuesta en su silla bebiendo un trago de su café manchándose el bigote de nata.

Reprimo una risilla y me mira con el ceño fruncido sin entender. El gesto que le hago haciendo un círculo imaginario sobre mis labios le advierten de lo que me río y se sonroja cogiendo una servilleta y limpiándose seguidamente.

-No soy la hija del director, pero como si lo fuese, el me acogió cuando mis padres murieron. Ellos eran profesores de ese maldito recinto al que vamos ahora y por una reunión un día de tormenta, perdieron el control del coche y murieron. El al sentirse tan culpable me paga todo. Estudios, ropa, me pasa una cierta cantidad de dinero, me paga una pensión, etc. La única familia que tengo es mi abuela materna, la cual ni siquiera me recuerda, esta en una residencia, por eso a pesar de todo tengo un trabajo a medio tiempo y llego tarde por las mañanas. Estoy agotada de todo esto, pero mis padres hubiesen querido verme feliz y bien, por eso lucho cada día para conseguirlo.- concluye su explicación que jamás le pedí y vuelve a sorber un largo trago de su café tibio.

-Rubi yo...- mi voz me delata y reprimo un quejido. Los ojos se me empañan y lo único que veo es como niega con la cabeza y se aproxima a mi haciendo un ademán de cogerme la mano.

-No sabías nada, no te disculpes si me has juzgado.- me sonríe por primera vez y es la mujer mas bella del mundo.

-¿Por que dejas que los demás te teman y te pongan etiquetas que obviamente no eres?.- me atrevo a preguntar limpiando las lagrimas que había conseguido arrancarme su confesión.

-Por que es preferible que te tengan miedo, a que te tengan lástima. Lo he preferido así hasta ahora y quiero que siga así, ¿Vale?.- me pregunta con complicidad en su mirada, a lo que asiento consiguiendo otra sonrisa por su parte.
Le devuelvo la misma y se aproxima a mi. -Cuando quieras tomar otro café, me llamas, a la próxima invitas tu, guapa.- me guiña un ojo y me revuelve el pelo antes de colgarse la mochila al hombro y coger de la mesa el portátil para a continuación salir por la puerta del establecimiento dejándome sola.

¿Es cosa mía o acaba de ligar conmigo?.

A pesar de todo el tiempo que llevo entrenando con James, tengo que admitir que las agujetas que siento después de cada entreno, son peores que las anteriores. Brazos, piernas, gemelos, antebrazos, glúteos, espalda. Todo quemaba a cada movimiento que hacía, a si que cuando intento levantarme de la silla dispuesta a irme, siento como mis rodillas me flaquean, volviendo a postrar mi culo en su sitio.

-¡Brook tío hablo enserio!.- escucho de fondo en algún lugar del local, haciendo olvidar el dolor de la nada.

Me levanto como si estuviese espiando a alguien, cosa que estoy haciendo, y me encuentro a Noa con el recientemente nombrado sentados en una mesa del fondo de la cafetería.

Saco el móvil y les hago una foto, se la mando a Katherine y rápidamente recibo una contestación.

K.J<3

-Te lo dije!. No les digas nada, voy para allí.-

Vaya encerrona.

|Noa|

-Brook, tenemos que contarles a las chicas lo que pasa entre nosotros, no podemos callarnos las cosas mas tiempo. Tengo pesadillas y no concilio el sueño.- le digo al precioso muchacho que me había robado los suspiros desde que me lo presentó Kathe, mi mejor amiga.

-Pero eso que mas dará. Como si no fueses feliz conmigo sin necesidad de que se entere nadie más.- me contesta despreocupado dándole otro sorbo

-¡Brook tío, hablo en serio!.- alzo un poco la voz consiguiendo que el castaño me mire con una ceja levantada. Normal, ya que yo nunca chillo ni nada por el estilo ya que no me gusta llamar la atención, pero no aguanto la manera en la que deja los temas apartados sin darles importancia cuando en realidad si la tienen y mucha.

Son nuestras mejores amigas y siempre cuentan con nosotros para todo, mi conciencia no me permite engañarlos más tiempo.

-¿Que pretendes que le contemos que hemos estados liados todo el verano y que queremos estar juntos sin escondernos?. ¿Acaso crees que les importará eso a ellas?. Tía ni que fuesen nuestros padres para prohibirnos algo.- sentencia de lo más rancio haciendo que mis sentimientos queden anulados como si no valiesen nada.

Me quedo callada un buen rato, dándole vueltas a mi amado café con canela. Los minutos augmentan mi enfado y de un momento a otro siento que voy a explotar. No aguanto más. Se me aguan los ojos por segunda vez desde que hemos llegado y las dos han sido por su culpa.

-Vale, pues aquí termina esto. No te importa una mierda lo que yo sienta, solo que no quieres que nadie se entere que sales con 'La rarita de Noa'. Pues que sepas que esta rarita está hasta las narices de que le digan que está perdiendo su tiempo contigo y que podría aspirar a cosas mejores. A sí que por una vez en mi vida, voy a hacer lo que yo quiera y sienta sin importarme nadie más.- me levanto cogiendo mi mini bolso y me lo cuelgo al hombro. Paso por su lado y encarando a su espalda, ya que es incapaz de ni siquiera dar la cara cual cobarde. -Si después de este encuentro vas a querer recuperarme te va a costar un mundo por imbécil. No soy fácil, lo se, pero si quiero estar con un tío será con alguien que valore mis sentimientos y lo que yo piense.- limpio con furia las lagrimas de mis mejillas y me giro dispuesta a marcharme.

Al hacerlo, me encuentro con Katherine y Charlotte con cara de pena, lo que me da a entender que han visto y escuchado todo.

-Vámonos amor.- me dice la pelirroja tendiéndome su mano, la cual acepto dejando atrás al imbécil que quiero.

Duele decir adiós, pero duele más decirlo cuando aun no estás lista para hacerlo.

-Estamos orgullosas de ti.- dice en un susurro Kathe a mi lado cogiéndome de la cintura. -Que carácter chica, te pareces a mi.- susurra en mi oído haciéndome reír mientras me seco alguna que otra lágrima más.

|CHARLOTTE|

Querido diario.

Hay momentos en la vida en los que los días grises nublan nuestra mente. La manipulan a su antojo y hacen con ella lo que le da la gana, pero la luz siempre vence a pesar de que no llega sola, si no que hay que buscarla.
Hay que luchar contra la oscuridad de nuestros propios pensamientos y los de los demás. Sin dejar que nos destruyan ni que interfieran en nuestras metas. Es por eso que voy a ser feliz a partir de ahora, sin pararme a recordar cada momento de oscuridad que intenta penetrar.

* * *

UN AÑO DESPÚES.

-Menos mal que al final Min-ho se dio cuenta de que no tenía nada que hacer al principio de año, por que si no le hubiese arrancado los ojos de tanto mirarte con ganas de comerte entera.- dice saliendo del baño sentándose en la cama para ponerse los zapatos.

-Se lo conté todo días después de aquel campamento bruto, que te crees.- lo miro de reojo y veo como sonríe sin contestar dada por finalizada la conversación mientras sale por la puerta del cuarto.

Al escuchar como baja por las escaleras, aprovecho para enfundarme mi vestido y seguir con el maquillaje. Solo me quedaban los labios, que para mi, era lo que mas llamaba la atención en una mujer, por que cuando hablas, aunque digan que no, es lo primero que miran.

-Hemos quedado dentro de una hora Charlotte. ¿Puedes Acabar ya?.- me grita James desde el salón causando que mis nervios augmenten y me salga un poco por la comisura de mis labios.

-Que maldita pesadilla de hombre, ni que fuésemos al fin del mundo.- susurro para mi dejando con mala leche el pintalabios rojo encima del baño para coger un cuadrado de papel del baño. -¡Hemos quedado aquí enfrente, pesado!.- chillo esto último desahogando un poco la frustración del momento en el gritito.

-Voy a sacar a Kora, date prisa por el amor de dios.- chilla y a continuación escucho la puerta de la calle.

Un suspiro de alivio sale desde lo mas profundo de mi pecho haciendo que una paz y tranquilidad domine el ambiente.

Cuando acabo de arreglarme, bajo las escaleras justo en el momento en el que entra el muchacho por la puerta.

Mi largo vestido rojo estrecho en la parte de arriba y pomposo en la de abajo, me cubre hasta los tobillos, donde una raja hasta el muslo, sube dejando mi bronceada piel al descubierto.

-En un día como hoy fue cuando te conocí y no te pareces en nada a aquella niña amor, ahora pareces toda una mujer aunque ha pasado solo un año.- me sonríe pícaro acercándose a mi con una mirada lobuna.

Mi pelo natural, corto por la mandíbula me dejaba al descubierto todo el cuello y eso incitaba a pecar con el tremendo escote de este vestido, por eso es que esquivo sus manos y sus labios y me dirijo a la puerta.

-Déjate de todo esto por ahora James.- le digo aireando las manos sobre mi. -Tenemos noticias que darles a nuestros padres, a si que por favor, hagámoslo del tirón. Me pesa el pecho de tanta angustia.- le informo y el asiente rodando los ojos sin reparar en nada más.

La noche pasa tranquila hasta que nos sentamos todos en la mesa. Brook, Henry, Okane sin su pareja por que no pudo venir esta vez por trabajo, Noa, Katherine, mis suegros, mis padres, mi hermano, James y yo, todos en la misma mesa. Quería haber hecho la cena en nuestra casa pero salía del trabajo en el estudio de tatuajes hacia menos de dos horas, cosa que no nos habría dado tiempo de preparar nada. A si que mi madre, que le encanta hacer de anfitriona, se prestó para la ocasión e hizo la reunión que quería hacer yo en mi nombre. Les pido un momento de silencio y ellos, algunos aun riendo de sus antiguas conversaciones cesadas por mi culpa, me dirigen sus ojos.

James, por debajo de la mesa, me coge la mano dándome apoyo y aclaro mi garganta antes de comenzar a hablar.

Cojo una bocanada de aire y cuando por fin me voy a atrever a soltar la bomba, se me adelanta el moreno.

-Vamos a ser padres.- dice sonriente a lo que todos se quedan de piedra.

Noa y Kathe, junto a Brook, Henry y Okane, vitorean y silban celebrando junto nosotros dos. En cambio, nuestros padres sonríen con ternura y nuestras madres se levantan para abrazarse emocionadas a pesar de que la que estaba embarazada era yo.

El peso en mi pecho desaparece y el moreno y yo nos miramos sonrientes, aun con la mano cogida y suspiramos de alivio.

-Te amo bruto.- susurro sobre sus labios un poco alto para que lo oyera.

-Yo te amo más, estúpida niñata.- me responde devorando mis labios como la primera vez sin cortarse un pelo.

Así es como mi profesor de boxeo terminó siendo el padre de mi bebé.

- - - - -

TERMINAMOS GENTE!!.

MUCHAS GRACIAS POR APOYARME EN ESTA GRAN HISTORIA Y SEGUIRME EN LAS LOCURAS QUE ELLO CONLLEVA.

CREO QUE PASARÉ UN TIEMPO SIN SUBIR NADA MÁS, CENTRADA EN EL TRABAJO Y LOS ESTUDIOS, PERO ESO NO SIGNIFICA QUE NO ESTÉ ACTIVA EN LA PLATAFORMA!!.

Nuevamente gracias y seguimos en contacto.

Espero que hayáis disfrutado tanto como yo al escribirla y nos vemos en la próxima!.

Un beso enorme✍️⭐🍍🥥🍫 .

-Emma!🌸.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top