14.Adicción por la pizza.

|AVISO: NOVELA +18|

-¡Ven a ayudarme y deja el móvil pedazo de vaga!.- me chilla Kathe desde la cocina de su casa.

Hemos decidido que queríamos pizza para cenar para celebrar que hoy era el último día de clases y que realmente hasta dentro de un tiempo no vamos a tener que verles la cara a ningún panoli del centro. Aunque yo tenía aun que contarle que tengo que hacer un trabajo con la señorita Rubi, la cual no me a aconsejado nadie que me acerque a ella, es mas, me han dicho totalmente lo contrario.

La castaña, ahora en la cocina, no es que estuviese preparando cualquier pizza congeladaa del super mercado, no. Se empecinó de que teníamos que currárnoslo y hacer las cosas bien, es decir, hacer todo paso a paso. Preparar la masa casera, hornearla primero para que no quede cruda por dentro, hacer el sofrito, montar la pizza y por último, al horno.

Por lo poco que conozco a esta muchacha y lo mucho que nos parecemos, habrá abierto la nevera y le estará poniendo cualquier cosa que pueda quedar medianamente bien en una pizza, es así. Soy así. Somos así.

-Siento mucho la cordialidad de mi hija. Sabe que odio cuando hace eso, pero ella sigue obligando a los invitados a que le ayuden a hacer cosas, a ti te ha tocado la cena.- se explica con cara triste Lidia, la madre de Kathe.

-Nada que ver señora Jones, para mi es un placer ayudarla, me encanta cocinar. No sería lo mismo con la limpieza. Aunque amo que todo esté limpio, me da mucha pereza hacerlo.- me río y ella rueda los ojos mientras sonríe asintiendo.

-Bienvenida al mundo adulto cielo. De pequeños nos da gracia fregar los platos con un taburete junto a nuestra madre. Pero cuando nos hacemos mayores, lo único que queremos es llegar a casa y no ver ni un plato sucio en la pica.- nos reímos ante su comentario asintiendo y de la nada nos interrumpe Kathe de nuevo. -Por cierto.- hace una mueca de desagrado repentino.- Llamame Lidia por favor, tengo treinta y siete años, eso de que me llamen 'señora' se me atraviesa en la garganta. Me hace sentir vieja.- concluye la mujer achinando los ojos mirándome fijamente mientras sonreía.

Ahora entiendo de donde viene el encanto y la hermosura de esta familia.

-Bueno cariño, rozas los cuarenta, deberías ir acostumbrándote a que te llamen de esa forma.- dice su marido apareciendo por detrás, bajando las escaleras con una sonrisa burlona en el rostro.

La mujer se gira riendo y lo fulmina con la mirada. Ambos se ríen y él, le da unos besos sonoros en los labios.

-Eres un capullo.- se ríe ella sobre sus labios mientras él hace lo mismo.

Que bonito. de mayor quiero algo así. Puro y donde la magia no se pierda tras los años.

-¡Chaaaar!.- me vuelve a reclamar Kathe desde la cocina al ver que no había ido la primera vez que me llamó.

-Que pesada es esta niña de verdad.- dice su padre riendo aún más y negando con la cabeza mientras se sentaba en su silla del escritorio al final del salón comedor.

-¿A quien se parecerá así de insistente?.- le devuelve la pulla su mujer y eso me hace aun mas gracia.

-¿¡Queréis parar de hablar de mi!?. Como si estuviese yo lo bastante sorda como para no escucharos, madre mía.- dice de la nada la castaña detrás del sillón donde yo estaba sentada, haciéndome dar un respingo.

-Ups, nos ha pillado cariño.- dice Lidia levantándose del sillón que estaba enfrente mío haciendo como si estuviese robando un banco, huyendo hacia la parte de arriba de la casa, subiendo por las escaleras.

-Qué familia.- resopla Kate mientras me da unos toquecitos en el hombro. -Venga vamos, tienes que montarte tu pizza.- sentencia esta haciendo que me extrañe.

-¿Mi pizza?. ¿No era una para las dos?.- le pregunto mientras me levanto del cómodo y suave sofá.

-¿Tú estás loca?. Yo no comparto mi pizza con nadie en este mundo.- me dice satisfecha con la cabeza bien alta, orgullosa de su capacidad para comer.

De camino a la cocina, puedo admirar mejor las vistas y lo hermosa que es esta casa.

No es completamente blanca, si no que hace escalas de marrones, grises, blancos y negros por toda la estancia, menos en los baños que cada uno de los hermanos tiene su cuarto decorado a su manera.

Mientras admiraba con detención todo tipo de detalles, un cuerpo grande, fuerte y tatuado choca conmigo haciéndome retroceder un paso.

Okane, me fulmina con sus ojos oscuros penetrantes y cuando pensé que me pediría perdón o cualquier otra cosa parecida, gira sobre sus talones y se va.

-Perdona a mi hermano, es un poco imbécil.- me dice Kate lo suficientemente fuerte para que el muchacho se enterase.

Niego con la cabeza quitándole importancia mientras sigo mirando al muchacho que no se inmuta por el comentario de esta.

Me giro y vuelvo a emprender camino y cuando llego a mi destino abro la boca como un plato, al igual que mis ojos.

-Qué loca.- digo al entrar en la cocina y ver la que había armado ahí.

Sonriente, la castaña me señala un masa enorme extendida en una bandeja de horno, la cual ya está preparada con papel para que no se pegue y la masa pre- horneada.

-Hay un para cada uno, tu elijes tus ingredientes y yo la monto. Abre la nevera y sírvete.- me dice mi amiga ahora servicial.

La suya, como había dicho antes, llevaba de todo lo rico que se le puede poner a una pizza.

Maíz, bacon, queso de todo tipo, chorizo, pimientos de tres colores y la salsa de tomate, que creo que la hizo en sofrito con orégano, creo ver.

-Quiero mi pizza como la tuya pero con cebolla y huevo. -

-Uuuui, te voy a copiar esos dos ingredientes, pueden ser la bomba.- me dice esta sacando una cebolla y empezando a pelarla.

Decido dejarla a su royo mientras está concentrada y vuelvo por el pequeño pasillo que une la cocina y los salones mirando y admirando las fotos familiares.

* * *

-NARRA KATHERINE-

Me despierto de mi largo letargo con la sabana enredada en mis piernas y con un calor que no podía ni respirar. El cuello me duele como si me hubiesen partido una barra de metal en el y tengo el pijama reliado por mi cuerpo. Vamos, que parezco un puzle. Maldita la hora en la que perdí la almohada a saber donde.

Dado que hoy hay entreno familiar y aun no escucho la música, decido cerrar de nuevo los ojos después de recolocarme bien todo y cuando ya no parezco un rollito de primavera, me estoy quedando de nuevo dormida y la brisa me mece sobre un prado de chucherías, mi peor pesadilla se cumple.

-Joder, ¿Pero que es eso?.- dice Charlotte a mi lado, la cual se me había olvidado por completo de que estaba en un colchón en el suelo. Alzo la cabeza para mirar hacia abajo y la veo tapada boca abajo, con el culo en pompa hacia arriba, la almohada tapándose la cara y algún que otro mechón de pelo naranja fuera de su cama.

Me río por su expresión al levantarse de su sitio y subir a donde estaba yo, mirándome inquisitivamente con un solo ojo abierto.

-Eso querida amiga, son los desgraciados de mis hermanos llamándome para que los estrangule.- le explico lo más suave que mi personalidad mañanera me deja decirlo.

-Mmmmm me gusta la idea. ¿Te ayudo?.- me pregunta tumbándose de nuevo y haciendo de mi cama sus aposentos.

-Venga va. Serías de buena utilidad a la hora de repartir los cuerpos por toda Murcia. - le sigo el juego sonriente. Su cuerpo se contorsiona por la risa boca abajo de nuevo.

-Espera.- me dice esta parando de la nada y sentándose en la cama tan rápido que necesita cerrar los ojos un instante mientras se frota la cabeza con su mano por el mareo. -¿Hermanos?.- repite.

Asiento lentamente sin entender y en cuestión de segundos tengo a un relámpago naranja volando y rebotando por toda la habitación murmurando cosas que parecían un maleficio.

-NARRA CHARLOTTE-

Subo a la cama de Katherine ya que ella se encontraba sentada mirando hacia donde yo me encontraba y me había dejado un sitio bastante llamativo para mi cuerpecito ahí arriba. Me tumbo de nuevo y charlamos unos instantes sobre repartir los cuerpos de sus hermanos por toda Murcia ya que no noes estaban dejando dormir.

Espera...

Hermanos. Dos.

-Espera. ¿Hermanos?.- le pregunto esperando que me dijera que se había confundido.

Esta, sin escuchar mis plegarias, asiente y mi mente comienza a funcionar a mil por hora y no se bien bien por qué.

Me levanto de la cama como si tuviese un resorte en el culo y me paseo por toda la casa mirando de donde viene esa dichosa música. Digo dichosa no por que no me guste lo que han puesto, si no por que me han despertado de mala manera y eso me da muchísima rabia.

Abro la puerta del balcón de una de las habitaciones que me había contado Kathe que estaba vacía y el aire fresco de la mañana junto los primeros rayos de sol me sorprenden de golpe haciendo que por inercia, me tape los ojos con las manos.

La música se baja de repente haciéndola casi inaudible al oído humano cuando una voz conocida e irritante se escucha en el jardín.

-¿Que pasa pelirroja, que en Barcelona no tenéis sol?.- una voz varonil interrumpe mi plácido momento desde abajo, haciéndome desviar la mirada hacia allí.

Y de ahí provenía la dichosa música. Los dichosos murmullos y risitas que ahora escuchaba por parte de ambos hermanos por la gracienta de James. De ahí provenían los dichosos cuerpazos sudados por el entreno.

-Ui, que graciosos que sois de buena mañana, ¿Verdad?.- los fulmino con la mirada y me giro haciendo intenciones de irme.

-No te enfades anda. Que mal humor de buena mañana.- me vuelvo a girar rápidamente para replicarle, pero su movimiento me hace quedarme embelesada por unos segundos. Acariciándose el pelo y después secándose el sudor, mientras Okane se reía y negaba con la cabeza contemplando la escena sin decir nada.

-¿Mal humor?. No quieras saber lo que soy yo estando de mal humor. Bastante simpática estoy siendo para el despertar que me habéis dado.- me cruzo de brazos apoyándome en la barandilla. El frío metal me hace darme cuenta que iba solo en sujetador y que en la parte de abajo únicamente llevaba un short ajustado. Yo y mi manía de quitarme la ropa durmiendo. Por lo menos llevaba ropa interior aunque ésta no dejara mucho a la imaginación .

-Se me ocurren otros despertares mejores que darte, eso es cierto, pero no seas tan arisca con nosotros tampoco.- me contesta juguetón de nuevo haciendo que mis mejillas se pongan rojas como el tomate.

Okane a su lado, abre los ojos como platos y comienza a reírse a carcajadas negando con la cabeza mientras se agarra la tripa y retrocede tambaleándose con estilo.

Satisfecho por haberme dejado sin palabras, James se dirige al columpio de casa de sus padres y agarra un aparato blanco, el cual hace que la música se detenga por completo.

-Baja aquí un rato conmigo. Quiero hacer mi descanso de diez minutos contigo antes de seguir el entreno.- me sonríe amable e inocente.

¿Debería bajar?.

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ANTES DE NADA, RECORDAROS QUE EN 'VIDA NOCTURNA' ESTARE SUBIENDO UN PAR DE CAPITULOS POR SEMANA POR QUE LA VOY A PRESENTAR A LOS WATTIS. SOLO ESPERO VUESTRO APOYO Y CARIÑO. GRACIAS DE ANTE MANO. 💖

Aquí está el capitulo de este viernes chic@s!!.

Espero que esta novela también os esté gustando!. Casi llegamos ya a los 1k. Me encanta!. muchas gracias😍

Ya sabéis, dadle a la ⭐, comentad que os va pareciendo y nada que estoy agradecida por el apoyo en ambas novelas!.

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-Emma!🌸.

Un besitooooo!!.

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