Capítulo 8


Una vez más dormí soñando con esos ojos ámbar, que pertenecían a la única persona que parecía importarle, y abrace a la vaca que me había regalado. Tal vez se haría una costumbre. Y sabía lo que significaba eso, estaba desarrollando sentimientos por él pero... ¿Estaría dispuesta a dejar que esos sentimientos continuaran creciendo ?

Por un lado no podía decirle que no a al corazón sin embargo podía evitar que se propagara, como si de una plaga se tratase. Solo esperaba que no fuera demasiado tarde.

Pase toda la mañana en mi cuarto, arreglándolo y leyendo un libro. No era mucho de leer romances, prefería lo paranormal.

Cuando baje por las escaleras a comer algo ya eran las de las 4 de la tarde y ya estaba cambiada y lista para ir al parque.

En la sala se encontraba Patrick sosteniendo su cabeza entre sus manos , apoyando los codos en sus rodillas, aparentemente por la resaca con la que aparecía la mayor parte del tiempo. Trate de ignorarlo pero se dio cuenta de mi presencia antes de que pudiese entrar a la cocina.

- Oye, espera. - dijo deteniéndome. Hablo con dificultad, pero aun así sonrió. Eso no podía ser nada bueno.

- ¿Que quieres? - pregunté escrutándolo con la mirada.

- Bájale al tonito ¿Eh? -Levantó las cejas y luego volvió a aparecer esa insoportables sonrisa -Ya sabes, podrías darme algo de dinero.

Entrecerré los ojos en su dirección y apreté los labios.

- ¿Por qué debería hacerlo?

- Porque ... Si en un futuro tu madre se porta mal, lo dejaré pasar.- Odie la forma en la que habló de mi madre.

Dejé salir una risa amarga. Sabiendo que en unos minutos mamá se iba, dejando a Kevin en la casa de una amiga, y no podría hacerle nada hasta mientras.

-Eso no es cierto.

- En serio, no miento - dijo levantando las manos.

Me abstuve a soltarle algunas verdades y simplemente me encogí de hombros.

- De todas formas no me han pagado.

Sus ojos se agrandaron- Debes tener algo por ahí. Tus ahorros quizás.

- No, no tengo nada. -Mentí y finalmente, entré a la cocina.- ¿Ya se van?- Pregunté a mi madre sirviéndome la comida en un plato, al ver que ella se levantaba y tomaba su bolso.

- Si - Murmuró, llamó a mi hermano, quien bajo rápidamente, y se giró hacia mí- Adiós cariño.

Ambos se despidieron de mi con la mano y salieron. Me senté en la mesa a comer y escuche unos ronquidos provenientes de la sala.

Cuando acabe lave los trastes y tome mis cosas, saliendo de la casa.

Tome mi bicicleta para llegar más rápido, ya que llevaba varios minutos atrasada y cuando me subí a ella mi celular sonó.

Lo saque de mi bolsillo y vi el nombre de Matt. Abrí el mensaje.

<< Hey ¿Estás bien ? >>

Sonreí al notar su preocupación.

<< Hola, si todo bien >>

<< Genial... ¿Vas a venir ? >>

<< Claro, no tardo. Voy en camino>>

<< Ok. Te espero >>

Suspiré, guarde el teléfono y comencé a andar. Quizás ya estaba comenzando a aceptar que mi estómago hiciera cosas extrañas cuando veía su nombre o escuchaba su voz. Llegué luego de unos minutos y ate la bicicleta en un lugar cercano.

Caminé hasta adentrarme en el parque y lo vi allí recostado en el tronco del árbol de siempre con los ojos cerrados. Me escondí y decidí bromear con él.

Saqué el celular y le escribí.

<<Mi teléfono está a punto de apagarse, no pude llegar pero le deje un papel, con las indicaciones y la dirección del lugar al que quiero que vayas, a una persona del parque. Pregunta por mí. >>

Lo envié y me mordí el labio esperando a que se lo creyera, aunque lo dudo. A lo lejos vi que lo leyó y con el ceño fruncido miro a su alrededor. Habían más personas de lo normal, casi el triple.

Se pasó una mano por el cabello, despeinándolo y se levantó, acercándose a una anciana con un mini Poodle en sus brazos.

Uh Oh, lo iba a hacer.

Observé como escondió las manos en sus bolsillos y hablaba con la señora, que al verlo acercarse a ella abrió los ojos, se puso de lado escondiendo a su perro y negó rápidamente, asustada, y cuando él terminó de hablar apretó el paso alejándose, mirando sobre su hombro cada 5 segundos.

Al ver la escena sostuve mi estómago mientras reía a carcajadas, me tranquilicé y cuando levanté la vista con los ojos llorosos él se acercaba a un par de señoras cuchicheando entre sí.

Ellas al verlo se retocaron el cabello y se enderezaron, sus labios se movían con una sonrisa coqueta. Una de ellas sacó un papel, escribió en él y lo metió en el bolsillo de atrás de su pantalón, él dio un respingo y se removió incómodo.

Sin poder evitarlo volví a reír, sobre todo en el momento que le guiñaron el ojo y le miraron el trasero de manera nada disimulada cuando se alejaba.

Luego de unos minutos ya jadeante y con dolor de estómago de tanto reír, decidí que era suficiente. Me acerqué a sus espaldas cuando estaba cerca de una pareja muy cariñosa e hinqué su espalda con mi dedo.

Se volteó y trate de aguantar la risa cuando recordé lo que había hecho.

Me miró confundido, con los labios entreabiertos.

- ¿Qué...?

Lo saludé con una sonrisa -Hola.

Su ceño se frunció más, me miró durante varios segundos y al ver su cara me volví a reír. Oh dios, esto fue mejor de lo que esperaba.

Me incliné hacia adelante y apoyé mis manos en mis rodillas, luego intenté normalizar mi respiración y cuando lo hice, levanté la mirada.

Matt estaba con los brazos cruzados sobre su pecho y los ojos entrecerrados en mi dirección. Mi sonrisa se borró inmediatamente.

-¡Tú! -dijo con tono acusatorio.

-Mmm... ¿Yo?

Negó con la cabeza -Lo hiciste a propósito.

-Tal vez -Me encogí de hombros y le di una mirada inocente.

-Fue la peor broma que me hayan hecho.

-Estás frente a la maestra.

Levantó una ceja- No le eches más leña al fuego.

-De acuerdo, fue... Solo una pequeña broma.

Me miró indignado, luego sacó algo de su bolsillo y lo puso frente a mí.

- ¿Ves esto? Es el número de teléfono de una señora que podría ser mi bisabuela, ella y su amiga me morbosearon. Me sentí violado.

Sonreí -La gente dice que esa palabra no existe y... siéntete deseado. Eso debería subir tu ego.

Bufó.

-Me cobraré esta Anderson.

-En un futuro muy, muy lejano.

-Con esta me debes dos.-Señaló.

- ¿Qué? -Pregunté cautelosa.

Esbozó una sonrisa malvada y se acercó a mí. Oh no.

- ¿No recuerdas? Besaste mi mejilla y saliste corriendo. Sin darme tiempo a nada- Se acercó a mi oído, esa área cosquilleó y se sintió caliente. - ¿Cómo sabes que no quería voltear la cara y besarte?

El calor se extendió por toda mi cara.

-Tu... Dijiste que, si no quería no lo harías. -dije y mi voz salió en apenas un susurro.

Se alejó un poco y me miró de frente.

- ¿No querías? -murmuró con la voz ronca.

Solté el aire de golpe y moví la boca repetidas veces intentando formular una respuesta. Al final me rendí y sentí que mi rostro se incendiaría.

Sonrió y besó mi mejilla de manera fugaz. Se alejó de mi espacio personal y respiré con tranquilidad.

Miré a todos lados intentando evitarlo y me encontré con la mirada de las ancianas a las que Matt se había acercado, tenían una sonrisa pretenciosa y movían las cejas de arriba hacia abajo rápidamente. Solté una risita y me volteé hacia el hombre que ponía mis nervios de punta.

Él me estaba mirando y al notarlo bajé la vista a mis zapatos.

-¿Cómo está ...Blacky? -pregunté para distraerlo.

-Bien, supongo que te extraña.

Levanté la cabeza -Yo también lo extraño. Emm...¿Aún quieres que dibuje el cuadro?

-Por supuesto. Conseguiré un marco cuando termines.

- ¿Debe ser pequeño o..?

-Preferiría que fuese grande, si no es problema

-Claro que no. Pero debes saber que solo dibujo, no pinto.

-Lo sé.

-¿Tienes idea de lo que quieres?

-Aún no. Quizás mañana lo decida.

Asentí y me permití relajarme otra vez después del momento más intimo que había tenido con un tipo alguna vez. Después de eso caminamos hasta el árbol y seguimos conversando tranquilamente durante el resto de la tarde. A la hora de despedirse se acercó y planto sus labios en mi mejilla, demorándose más tiempo de lo debido e inevitablemente me sonrojé.

Cuando llegué, la casa estaba vacía y me fui a duchar cuando mi teléfono recibió una llamada. Todo la felicidad que me envolvía se fue, en el momento que vi el nombre en el identificador.

George.

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