Capítulo 14
El timbre de salida sonó e inmediatamente salí de allí. Estar en la universidad no es para nada como en las películas, no hay fiestas en las que invitan a todo el mundo, no están los grupos de populares que te hacen la vida imposible, ni el chico que te hace caer los libros y luego te invita a salir-Matt es otra historia-, todo era tranquilo y rutinario, al menos así es desde mi punto de vista.
Probablemente es porque me encierro en mi propio mundo.
Mi mamá pasa más tiempo en el trabajo, Kevin en la casa de la amiga de mamá y Patrick aparece cada vez menos, lo cual es maravilloso.
George no ha tratado de ponerse en contacto conmigo y eso me quita un peso de encima ya que creí que estaría siendo acosada y amenazada después de todo lo que pasó. Aún tengo que encontrar un trabajo por lo que los periódicos ocupan el lugar que antes ocupaban mis cuadernos de dibujo por las noches.
Matt esta mañana me envió un mensaje recordándome que tenía que ayudarlo a pintar su apartamento y dijo que a la hora de siempre me iría a recoger.
Lo que no esperaba era encontrarlo apoyado en su auto fuera de la universidad.
- ¿Qué haces aquí? -pregunté con mi respiración acelerada tan pronto como me acerqué a él.
-¿No es obvio? Vine por ti -Sonrió.
Algunas de las chicas miraban disimuladamente en su dirección y por alguna razón me hizo sentir bien saber que estaba aquí por mí.
-No era necesario y ...-Fruncí el ceño- ¿Cómo supiste dónde estudio?
Revolvió su cabello- Bueno, puede que haya visto tu tarjeta de estudiante en tu mochila por accidente.-dijo con una mirada de culpabilidad.
Abrí la boca sorprendida y le di un golpe en el brazo.
-Tenía razón cuando dije que eras un acosador.
-Oye, solo traté de ser romántico. Esperaba que brincaras sobre mí y dijeras lo fantástico que soy mientras besabas mi rostro.
Resoplé-Eso no va a pasar.
Pero quería.
Entrecerró los ojos- ¿Y si te digo que hay una pizza esperando por nosotros de camino a mi departamento?
No dije nada, solo caminé hasta el lado del pasajero y entré. No se movió de su lugar.
- La pizza espera- dije y finalmente entró al auto.
-Aún mi rostro no ha sido besado- Giré los ojos y me acerqué para besar su mejilla pero al último momento movió su cabeza y mis labios terminaron sobre los suyos. Me retiré rápidamente con mis mejillas ardiendo y le asesté otro golpe. Sonrió- Eso estuvo mucho mejor.
Arrancó el auto, nos pusimos en marcha y tal y como dijo pasamos comprando una pizza antes de llegar a su apartamento, el cual estaba prácticamente vacío porque había removido los muebles.
En cuestión de minutos la pizza había desaparecido y decidí prepararme para ayudarlo a pintar. Fui al baño, recogí mi cabello en un coleta y me coloqué una camisa y pantalones viejos. Cuando salí Matt ya había terminado de colocar el plástico en el suelo y estaba terminando de poner la cinta en las paredes.
-¿Podrías escoger un color para la sala mientras me cambio?- preguntó mirándome.
-Pero es tu apartamento yo no...- Caminó hasta mí, besó mi mejilla y antes de que pudiese terminar la oración fue a su habitación.
Genial.
Me senté en el piso, alado de los tarros de pintura, y coloqué uno de ellos entre mis piernas.
Blanco perla, blanco platino,blanco,blanco, blanco...
- Bien, estoy listo. -Salió del cuarto, poniéndose la camisa, lo que me permitió ver algo de lo que había debajo de ella.
- Sí, yo....-Aclaré mi garganta y levanté el pote de pintura. Intenté no mirarlo pero desafortunadamente lo hice e inmediatamente mis ojos se fueron a su abdomen- el que había visto hace unos segundos- Y juro que traté de pensar en algo más que en ello.
Podría culpar al hecho de que no estoy acostumbrada a ver abdominales en vivo, pero eso no justifica que mi mente reproduzca imágenes sucias; y solo con ver su abdomen ¿Qué pasaría si...?
-Lou- Me llamó y por su sonrisa supe que había sido atrapada.
Piñas.
-Blanco-Enarcó una ceja -Di-Dijiste que el blanco te estaba volviendo loco y compraste variaciones de él.
-No soy bueno combinando y ni siquiera con esos colores pude hacerlo- explicó.
-¿Por eso me lo pediste a mi?
-Confío en tu buen gusto.
-¿Por qué no solo contrataste a un decorador de interiores?
Se encogió de hombros -No es divertido.
-De acuerdo, ¿Qué es lo que quieres?
-Uh...¿En la vida?
No pude evitar reírme- ¡Matt! Hablo del apartamento.
-Oh, no lo sé.
-¿Algo moderno, minimalista, hogareño...?
Me tendió una mano y me levantó del suelo. -¿Qué elegirías tu?
-Yo no vivo aquí.
-Pero vienes aquí más a menudo que mi familia y estoy pidiendo tu opinión.
Mordí mi labio y miré a mi alrededor.
-De todo un poco.
-Entonces habrá de todo un poco- Buscó las brochas y me entregó una de ellas. -Elige un color.
Escogí el que era unos pocos tonos más claro que el perla, lo abrí y sumergí la brocha en él. Matt hizo lo mismo.
-Empecemos- murmuré.
Después de largo rato, con ayuda del rodillo, ya habíamos terminado la mayoría- Somos buenos en esto.
-Deberían contratarnos.
-Nop, tu eres mi pintora personal.
Coloqué las manos en mis caderas-¿Disculpa?
-Disculpa aceptada.
Sacudí mi cabeza- Eres increíble.
-Soy único-dijo con una mirada de superioridad.
Sonreí- De eso no cabe duda.
Dejó de pintar. -¿Fue un cumplido o una ofensa?
Me encogí de hombros y seguí tratando de pintar, digo tratando porque cuando él empieza a hablar no se detiene y eso es una gran problema para alguien que se distrae con mucha facilidad.
-Por cierto- Hizo una pausa-, aún no me has dado una respuesta.
Lo miré de reojo -¿Sobré qué?
-La cena.
Apreté mis labios juntos. Por supuesto. La cena-Aún no sé.
-Si no quieres hacerlo lo entiendo.
-Sí quiero-Solté.
Frunció el ceño- ¿Entonces por qué no dices que sí?
-Porque...-Suspiré- No se como ir.
- Yo te llevaré- respondió rápidamente, sin entender. Eso me sacó una sonrisa.
-No me refiero a eso, Matt.
Cruzó sus brazos-Ilumíname.
-Es la ropa. Si me llevas a un lugar de comida rápida no hay problema, pero si es uno de esos lugares lujosos...
Evité su mirada ¿Qué tan embarazoso es esto?
Tomó mi cara entre sus manos y me hizo mirarlo -No hagas eso.
-¿Qué?
-Avergonzarte de cosas como esas-Acarició mi mejilla-. ¿Esa era la única razón?-Asentí-Bien, entonces te recogeré el sábado a las 8.
-Pero-Me besó, interrumpiendo lo que iba a decir.
-A seguir pintando o habrá consecuencias.-dijo, volviendo a colocar pintura en la brocha y luego en la pared.
-No, estábamos hablando.
-Estábamos.
-Es enserio.
-Yo también iba enserio cuando dije que habrá consecuencias.
Jadeé-No me puedes decir que hacer.
-Tu lo quisiste- Y antes de que pudiera reaccionar salpicó pintura sobre mi.
Mi yo vengativo tomó las riendas y sumergí la brocha en la pintura para luego lanzársela. Cayó en su pecho y parte su cara.
Me miró con la boca abierta- Yo no te hice eso.
-Pero empezaste
Entrecerró sus ojos y embarró sus manos con pintura- Esto es guerra
Huí de él pero en pocos instantes me atrapó y me llenó la cara de pintura. Chillé y tomé el tarro de pintura tan pronto como conseguí ventaja y no dudé en lanzárselo pero estaba tan cerca de mí que solo logré que le cayera una parte.
-¡Eres mala!
-Tú te lo buscaste.
Se apoderó del tarro y gracias a su altura logró que me ensuciara totalmente.
-¿Cómo te atreves?- pregunté con tono acusador, quitando el exceso de pintura de mi rostro.
-Tú te lo buscaste- Repitió con una sonrisa socarrona.
-Definitivamente tú no eres el maduro en esta relación.
Su sonrisa creció-¿Relación, manzanita?
Con un demonio...
-Relación de pinta-paredes a pinta-paredes.
Soltó una carcajada y tomó mi barbilla.
-Por eso es que me gustas- musitó antes de besarme. Sin importar la pintura.
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