Capítulo 12
-¡Papi ! - grité corriendo hacia el jardín.
Y ahí estaba él. Arrodillado, con una rosa entre sus dedos, girándola delicadamente mientras la observaba.
Lo llamé una vez más y su cabeza volteó en mi dirección, regalándome una de esas sonrisas que sabía que solo eran para mí.
Llegué a su lado rápidamente y lo abracé, su risa inundó mis oídos. Colocó uno de sus brazos alrededor de mis hombros y trató de mantener el equilibrio que yo le había quitado al lanzarme así sobre él.
-Ten cuidado, Florecita.-dijo y lo apreté con más fuerza-¿Qué sucede?
Levanté la mirada y mi labio inferior tembló, advirtiendo la llegada de mis lágrimas. Inmediatamente su expresión paso de ser feliz a comprensible. Esto pasaba muy a menudo.
-Lo de siempre- tapé mi rostro con mis manos-.Todos me odian.
Dejó la rosa en el suelo.
Quitó mis manos para reemplazarlas por las suyas, colocándolas en mis mejillas y retirando la humedad.
-Sabes que eso no es verdad.
Negué con la cabeza.
-Ellos me lo dicen.-dije entre hipidos.
Soltó un suspiro y se acomodó en el piso, colocándome sobre su regazo.
-No creas todo lo que dicen, lo hacen para herirte- levantó mi barbilla con delicadeza-.Pero debes demostrarles que no te afecta y ser fuerte, sé que lo eres.
-Pero... Me hacen sentir mal.
-Lo sé, cariño. Lamentablemente es parte de la vida, de crecer y todo eso; no trato de decir que debes dejar que lo sigan haciendo o que tú lo hagas, solo ignóralos y sobretodo evita que te afecte, en algún momento se cansarán de meterse en la vida de otros.
Restregué mis ojos.
-¿A ti te funcionaba?
Sonrió -No, pero espero que te funcione a ti.
Solté una risita al igual que él.
-¿Tú me odias?- pregunté deteniendo la risa.
-Oh florecita, jamás podría odiarte. Te quiero más que a mi vida.
Lo abracé otra vez.- Yo también te quiero.
-¿Mucho?- preguntó empezando a hacerme cosquillas.
Reí. Y entre risas grité: ¡Mucho!
Desperté sobresaltada y pase mis manos por mi cabello, apoyándome en la cabecera de la cama.
Soñé con mi padre.
Sentí mis ojos picar e inconscientemente abracé a la vaca que me había dado Matt, con fuerza.
No había sucedido hace un largo tiempo... ¿Por qué ahora?
Tomé varias respiraciones intentando despejar mi mente, cuando lo hice miré la hora.
11:30 A.M
Cielos.
Me levanté de la cama y caminé hasta al baño. Lavé mi rostro, apoyando mis manos en el lavadero y me miré en el espejo.
Tono de piel un poco bronceado, ojos de tono oscuro al igual que mi cabello lacio, cara ovalada, pestañas largas...
Supongo que me parezco más a mi madre de lo que quiero admitir, sin embargo Kevin es muy parecido a nuestro padre y le gusta que se lo recuerde. Mi cuerpo..., no estoy muy delgada y sin curvas pero tampoco tengo " lo suficiente " .
¿Lo suficiente para qué? ¿Quién inventó eso?
¿Hay una regla que indica que debemos tener ese "suficiente" para vernos normales?
Lo sé, yo me lo creí en algún instante pero ya me cansé de intentar pasar esa línea imaginaria de categorías en la sociedad.
Hasta ahora nadie se ha metido conmigo y no es como si necesitara ser imperfectamente perfecta para encontrar al chico perfecto, solo quiero a un ser humano. Porque eso es lo que siempre pasa, las chicas dicen ser feas y terminan prácticamente siendo modelos de revista. No, yo sí que tengo defectos, muchos; interiores y exteriores, aunque en los libros digan que solo importa el interior.
Basura.
Granos, uñas descuidadas, el cabello con puntas disparejas, vientre no-tonificado... Y la lista sigue.
Por más que me diga esto ahora, en algún momento mi Yo aguafiestas aparecerá y me hará pensar lo contrario hasta que vuelva a autodestruir mi frágil autoestima, pero quisiera saber que se siente caminar despreocupada sin importar lo que la gente piense de mí.
Sacudí mi cabeza y me desvestí para entrar a la ducha.
Luego de pasar varios minutos refrescándome, entre a mi habitación y me coloqué algo cómodo, tomé lo necesario y regresé a mi rutina diaria. Despegarme de las sábanas, ducharme, desayunar, esperar a que mi madre se vaya, ver algo de TV - ya que tenía tiempo de sobra- e irme.
La vez anterior no fue lo mismo porque mi mamá entraba más tarde, por lo que aprovechó en llevar a Kevin con ella.
Esta vez, no es así. Me tocará llevarlo.
Una vez abajo me encontré con ella en el recibidor.
-Kevin está desayunando, hoy después de la escuela se irá con un amigo, no puedo ir a verlo así que necesito que lo hagas tú -Dijo mientras se ponía su chaleco y guardaba cosas en el bolso-.Te enviaré la dirección y la hora a la que debes recogerlo por teléfono-Se detuvo, mirándome-.Lamento, lo de ayer y quiero que hablemos de ello cuando podamos .- Me dio una pequeña sonrisa y murmurando un "Adiós" desapareció por la puerta.
Suspirando entré a la cocina y me crucé de brazos frente a mi hermano. Este solo me miró y siguió comiendo.
-¿Qué sucede?- pregunté.
Conozco muy bien al enano.
Sus mejillas enrojecieron y metió de golpe la comida en su boca, encogiéndose de hombros.
Caminé al refrigerador y me serví jugo en un vaso.-Oh, vamos. Soy tu hermana preferida.
Terminó de masticar y cogió su plato- Eres mi única hermana-Corrigió.
Giré los ojos dando pequeños sorbos a mi bebida.
-Es lo mismo, ahora...-Me recosté en el mesón- Suéltalo.
Negó y tomó su mochila.
-Lo sabré de una manera u otra.
Resopló y luego me miró con un puchero, cambiando de táctica- ¿Podemos irnos ahora?
Asentí con una sonrisa, tomé mis cosas y ambos salimos de ahí. Y ya que iríamos caminando...
-¿Qué tal te va en la escuela?
******
Ya estábamos frente a su escuela, habíamos llegado temprano y antes de que él pudiera entrar y deshacerse de mí- porque sé que a veces puedo ser una hermana insoportable- tenía que tomar precauciones.
- ¿Te acuerdas de mí número?
-Mhm.
-¿El de mamá?
-También.
-¿El de emergencias?
-Sí...- murmuró con cansancio.
-Bien.- Agité su cabello-.Ahora, se libre.
Se me quedó mirando y jugó con sus manos-Yo...
Fruncí el ceño. Está pasando su nivel de rareza.
-¿Si?
Alejó su mirada de mi- Me gusta una niña.
Y....Lo dijo.
Sonreí- Ya lo sospechaba.
Abrió los ojos-No se lo digas a nadie, por favor.
Lo miré con ternura.
-Por supuesto que no, Kevin.- Hice como si pusiera un zipper en mi boca. -Mis labios están sellados.
Me mostró su hoyuelo tan característico y salió corriendo.
Di media vuelta y caminé hasta la universidad.
No quedaba muy lejos por lo que no fue un problema llegar. Antes de que pudiera entrar mi celular vibró en mi bolsillo, lo saqué.
Tenía un mensaje, de Matt.
<<Hey, dime que no estás usando tu bicicleta >>
<<Estás de suerte ¿Por qué? >>
Demoró en responder.
<< En el lugar de siempre, te recogeré>>
<<Oh no, dime >>
<<Es sorpresa ;) >>
Mordí mi labio y guarde el teléfono.
Ese hombre me va a volver loca.
Las clases se fueron tan rápido que no me di cuenta en el momento que ya estaba caminando hacia el parque. Me senté en una de las bancas a esperar y observé a mi alrededor.
Todo como siempre.
Pero en mi interior todo era tan diferente.
Desde mis pensamientos hasta mis sentimientos
Por ahora no quiero ir ahí, solo vivir el momento. A excepción de la búsqueda de trabajo, eso sí que no puede esperar, de eso depende mi carrera.
Sentí un par de manos sobre mis ojos y al instante me sobresalté hasta que pude percibir el aroma de la persona.
Sonreí -Matt, el acosador.
Resopló y se colocó frente a mí.
-Así no tiene gracia.
-Soy demasiado genial para caer en eso, supongo.
Enarcó una ceja-Vamos, dime ¿Cómo supiste?
Me encogí de hombros.
-No conozco a muchas personas y...
-¿Y...?
Me levanté, carraspeando- ¿A dónde me llevarás?
Entrecerró los ojos y lo miré de la misma forma, iniciando una guerra de miradas y, terminándola por las mismas.
-A mi departamento.
-¿A qué?- pregunté inmediatamente.
Esbozó una sonrisa divertida- ¿Nerviosa, pequeña Lou?
-Eso te haría un pedófilo.
Pareció pensárselo -De acuerdo, solo Lou. Ya tengo demasiados apodos.
Reí- Cierto.
-¿Vamos?
-Vamos- respondí y él me llevó a su auto.
Una vez allí prendió la radio y una melodía muy conocida resonó en nuestros oídos.
Lo miré divertida, este solo se sonrojó y sacó el disco que se encontraba dentro.
-¿Mickey Mouse?
Me ignoró y siguió conduciendo.
Mordí mi labio, intentando no reír. Intentando.
-No es mío, es de mi sobrina.- se justificó.
Lo miré divertida.
- Mhm... Entonces ¿Por qué estaba a la mitad de la canción?
-Porque son diferentes canciones, se quedó así - se encogió de hombros- y olvidé quitarlo, sí.
Seguro...
Me crucé de brazos
-Es una lástima- me miró-.Me atraen los chicos a los que les gustan los programas para niños.
Entornó los ojos.-Sí, es una lástima.
-Una verdadera lástima...
Tamborileó los dedos en el volante.-Créeme, no voy a caer.
-No sé de que hablas.
Sonrió.-No voy a admitir que me gusta ese ratón.
Reí y lo señale.
-¡Pero lo acabas de hacer!- exclamé.
-Por supuesto que no.
Hinqué su mejilla.- Si que lo hiciste.
-Uh uh, estás alucinando.
-Lo que digas- dije finalmente, aún con una sonrisa.
Al llegar, a su departamento, recuerdos invadieron mi mente. Subimos en silencio pero en el momento que puse un pie dentro, me giró hacia él.
Tomó entre sus manos mis mejillas y pegó su frente a la mía.
-No te saludé correctamente- susurró antes de juntar nuestros labios.
Cristo, benditos sean los saludos de este tipo.
///
Detesto los capítulos cortos pero es lo único que puedo hacer por ahora, lo siento x
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top