Capítulo 1
Me desperté como de costumbre por los gritos de mi madre, su novio y los sollozos de mi hermano.
Salí de la cama para entrar a la habitación de al lado, donde mi hermano Kevin se encontraba recostado abrazando su almohada .
Me acerque a él y lo abracé.
-Hey.. ¿Recuerdas que te di para que usaras en casos como este?-le susurré y asintió con la cabeza- De acuerdo, ¿Dónde está?
Se sentó y sacó el MP3 de su mesita de noche.
-Boo...-Murmuró pero los hipidos le impidieron seguir.
-Shh, tranquilo. Ponte los audífonos, coloca la canción que quieras y a dormir .
Kevin hizo lo que le dije y se volvió a acostar. Besé su frente y fui a mi habitación a buscar algo de dinero; Luego bajé y me acerqué a Patrick, quien seguía insultando a mi madre .
-Toma - le extendí los billetes -. Ahora, no molestes más.
Él sin pensarlo dos veces tomó el dinero .
-¿Lo ves Lucy? Esa es la forma en la que deberías tratarme ...
-Ya vete- gruñí interrumpiéndolo.
Miró con desprecio a mi madre y se fue, dando un portazo. Me volteé hacia mi madre, ella estaba recostada en la pared abrazando sus brazos y temblando ligeramente.
-Hija, gracias. Yo lo siento..-dijo con algunas lágrimas corriendo por sus mejillas.
-Otra vez. ¿Cuántas veces tendré que hacer esto ?-me acerqué con pasos lentos.
-No sé como agradecértelo- Tomó mis manos y las entrelazó con las suyas.
-Si sabes cómo.
-¿D-de que hablas?-me miró con los ojos bien abiertos.
Intenté actuar tranquila para que de alguna forma pudiera tomar en consideración mi idea. Tomé una respiración profunda y bajé el tono de mi voz.
-Solo tienes que hacer dos llamadas, una a la policía y la otra a...- me interrumpió con rapidez cuando captó lo que quería decir.
-No, no llamaré a tu padre.
Ahí se fue mi paciencia.
-Pero,¡¿Por qué?!- Dije zafándome de su agarre -.Sabes que podrías acabar con esto si así lo quisieras.
-Pero no quiero y no lo haré.- dijo cruzándose de brazos nuevamente, para darle más firmeza a su respuesta.
Solté un bufido y mis hombros cayeron al igual que mis esperanzas de convencerla el día de hoy.
-Parece que te gusta vivir con ese ...salvaje.- Negué.
Ella solo evitó mi mirada y pude ver su labio inferior temblar.
- Por favor, ¡Piensa en Kevin ! y en .. mí.- susurré y ella se mantuvo en silencio.
Suspiré frustrada y volví a la cama. Siempre sucedía algo como esto.
Gritos o llantos me despertaban, iba a consolar a mi hermano menor, le entregaba el dinero a Patrick para que no le hiciera nada a mi mamá y ella acababa disculpándose .
Pero nunca hacía nada para impedirlo, decía que lo hacía porque lo amaba, en su caso sería una especie de amor enfermizo. No podía ayudarla con eso, era algo que ella tendría que enfrentar sola y lamentablemente eso nos jalaba a Kevin y a mí.
Sí, lo sé, es mi madre pero eso no le da derecho a mantenernos en un ambiente tan desagradable y dañino. Con esos pensamientos rondando en mi cabeza me moví tratando de conciliar el sueño hasta que, lo logré.
********
Al escuchar la alarma me levanté y preparé para ir a la universidad.
Fui al baño, me di una refrescante y tranquilizante ducha, y terminé de asearme. Al salir me coloqué unos jeans, un sweater negro y unos zapatos deportivos. Peiné mi cabello y lo dejé suelto para que se secara .
Bajé las escaleras, me dirigí a la cocina y allí me encontré a mi madre y a mi hermano desayunando.
-Buenos días -dijo mi madre, la ignoré y agarré una manzana. Aclaró su garganta y volvió a repetir el saludo.
-De buenos no tiene nada-musité mordiendo la fruta, aún enojada por su actitud de anoche.
Ella solo suspiró y salió tomando las llaves del auto, específicamente un escarabajo color rojo. Kevin se acercó a mí y se despidió.
-Adiós Boo -me dio un corto abrazó y esa acción hizo que una sonrisa apareciera en mis labios, ya que él no solía ser muy cariñoso.
-Adiós pequeño.- dije revolviendo su cabello
Tomó su mochila y salió corriendo para adentrarse al auto.
Esperé a que se fueran y agarré mi mochila, cerré la puerta y me fui en mi bicicleta.
********
Luego de que la campana sonara, y golpeara mi cabeza contra la banca por dormirme, salí de la institución dirigiéndome a mi parque favorito.
Me senté debajo de un árbol y saque mi cuaderno de dibujo junto a mi lápiz para comenzar a dibujar. Luego de terminar de dibujar, la primera cosa que paso por mi mente, me dispuse a observar un poco a las personas que estaban allí; una pareja de ancianos, niños jugando, aves comiendo los restos de comida y un chico que miraba algo en su celular.
Al voltear mi cabeza nuevamente algo se me lanzó encima, ese algo era pesado, peludo y tenía una enorme lengua con la que me dejó completamente babeada.
Desde abajo del animal solo podía escuchar sus respiraciones y el sonido que hacía su lengua. A lo lejos conseguí oír a alguien llamarlo. Creo.
Segundos después el animal se separó de mí. ¡Aire!
-Yo.. lo siento - dijo el dueño del perro. Supongo...Aún seguía aturdida pero con la ayuda de él pude levantarme -.No sé que le sucedió, él.. no es así y yo enser...
-No te preocupes de verdad, no hay problema- respondí riéndome por lo bajo.
La escena era graciosa, el perro con su cabeza agachada, el chico avergonzado imitando su acción, mientras yo me encontraba bañada en saliva.
-Pero...
Lo volví a interrumpir.
-Si vas seguir tratando de disculparte me enojaré, enserio - dije limpiándome el rostro con la manga del sweater .
-Permíteme, déjame ayudarte -dijo y se acercó a mí con un pañuelo.
Cuando incliné mi cabeza hacia arriba pude ver cómo era él. Dios santo, parecía un tipo sacado de uno de los libros que tanto me gustaban leer.
Corrección.
Era mucho mejor, incluso más de lo que yo podría imaginar.
Y lo que más me llamó la atención fueron esos hermosos ojos de color ámbar. Seguramente, si me lo quedaba viendo por más tiempo limpiaría algo de saliva de la que no sería responsable su mascota.
-Creo... que ya está -murmuró, mordiéndose el labio.
Asentí con la cabeza evitando su mirada.
-Mmm... ¿te gustaría ir a tomar un café o algo, como disculpa?
Lo pensé. No comí nada más que galletas en la cafetería de la universidad, no esta bien irse con un extraño el cual tiene un perro derriba-gente pero... No esta mal tampoco.
-Claro -Comencé a recoger mis cosas y no pude evitar ver la foto que estaba en la pantalla de una cámara.
La de la foto acaso era... ¿Yo?
Fruncí el ceño. Tomé la cámara y la coloqué a pocos centímetros de su rostro.
Uno muy lindo por cierto.
- ¿Eres algún tipo de acosador, secuestrador, violador o traficante de órganos, al que acabo de arruinarle sus malévolos planes psicópatas que mantenía en su asquerosa y retorcida mente?
-No... -Lo miré con una ceja alzada y se rascó la nuca -.Puedo explicarlo.
-Tengo mis pulmones llenos de aire por si se te ocurre hacer alguna tontería, apresúrate.
-Bueno...Yo ..
-5 Segundos -Mencioné cuando tardó en responder.
Suspiró.
-Me gusta la fotografía por eso vine aquí esperando encontrar algo o alguien a quien fotografiar y entonces te vi pero, yo solo, bueno... Te espanté. Lo siento.
Lo miré fijamente analizándolo .
¿Te arriesgarías a ser posiblemente secuestrada? Preguntó mi subconsciente
Sus palabras parecían sinceras así que sí, me arriesgaría a ser posiblemente, secuestrada.
-Te creo Mr. Acosador y acepto la invitación .- dije entregándole la cámara con los ojos entrecerrados.
Sonrió y comenzamos a caminar con su pequeño mamut siguiéndonos. Caminamos en silencio hasta que llegamos a la cafetería.
Al entrar el olor a café y galletas invadieron mis fosas nasales. La calidez del lugar hizo una mejor combinación y me sentí cómoda al instante.
-¿Tu peluche gigante tiene permitido entrar?- pregunté tomando asiento.
-Conozco al dueño.- Se encogió de hombros y esperamos a que alguien viniera a atendernos .
El mesero que se nos acercó se veía joven. Me parecía conocido, incluso pensaría que estudia en la misma universidad que yo si me fijara más en las personas y no solo agachara mi cabeza al caminar.
-Buenas tardes, ¿Qué van a pedir?
-Yo quiero un café con leche y una caja de donas- dijo el aún desconocido.
-Para mí un cappuccino, por favor.
-¿Nada más?
-No
El mesero anotó todo y se fue, dejándonos solos.
-Bien, ¿cómo te llamas?
- ¿Yo?- pregunté señalándome.
-Claro que no, se lo decía a Blacky -habló con tono sarcástico.
-¿Quién es ese?
-Es mi perro
- Oh... No hace falta que uses el sarcasmo conmigo.
-Puedo hacerlo, soy mayor que tú y todo eso -dijo con una sonrisa.
-Esa no es razón suficiente ¿Y cómo sabes que no soy mayor que tú?
-Solo lo sé -Se encogió de hombros.
Ni que fuera adivino ...
-¿Me vas a decir?
-¿Qué cosa? -pregunté confundida.
- Tu nombre.
-¿El primero o el segundo ?- Lo molesté
Enarcó una ceja-¿Tienes otro?
-Sí- Mentí.
Resopló -El primero.
Seguí con mi juego -¿Y por qué no el segundo ?
-Porque no.
-Esa no es una respuesta .-dije con una enorme sonrisa
Estrelló su cabeza contra la mesa, como muestra evidente de su frustración y en eso llega el chico con nuestros pedidos, dejándolos sobre la mesa.
Le agradezco y se va por donde vino.
- Lou -digo después de varios minutos de silencio.
- ¿Qué?
- Ese es mi nombre -Asentí, dándole un sorbo a mi bebida.
- ¿El primero o el segundo?- preguntó esbozando una sonrisa.
-No voy a caer- Le devolví el gesto.-Y... no hay segundo nombre.
Rió. Un sonido, un maravilloso sonido que podría dejar a miles de chicas suspirando y babeando por él. Yo no era la excepción solo que reaccioné a tiempo y pude evitarlo.
-Soy Matt.
-Ya lo sabía -Bufé
- ¿Ah sí? ¿Cómo?- preguntó divertido.
-Me lo dijo tu perro -Toqué la cabeza del recién nombrado.
-¿Ahora resulta que hablas con los animales? Interesante Dra. Doolittle... - dijo acariciándose la barbilla .
Sonreí- ¿Sabes?, deberías sentirte alagado, normalmente no bromeo ni le tomo confianza tan rápido a las personas- dije, y a medida que hablaba me ponía más seria.
Diablos, no debí decir eso. Me miró por largos segundos, hasta que una más de sus sonrisas apareció en sus labios.
-Entonces es todo un honor, Louise
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