33
Los belfos del pelinegro usurpan de manera salvaje los labios del rubio, ahogando a su paso gemidos, quejidos, sollozos y jadeos.
-Aaah, alfa -gimotea Jimin, cuando el mayor se concentra en besar, babear y lengüetear la marca en su cuello.
-Mío -gruñe Jungkook, complacido.
Los ojos bicolores llenos de lujuria del cambia formas ven al lindo humano entregado a él, gruñe y luego ronronea de felicidad.
Juntan sus labios nuevamente, Perdiéndose por unos segundos en aquel ambiente de amor, placer y lujuria. Mientras tienen sexo sobre la pequeña mesa de la cocina.
-Umm -emite el alfa, corriéndose dentro para luego anudar una vez más al humano.
-Dime que este fue el último -suplica con voz cansina, Park.
El pelinegro se queda en silencio, deja un beso en la mejilla derecha y luego en la izquierda sorprendiendo al rubio. Le besa la nariz y por último, le besa la frente perlada de sudor.
-No olvides que soy tuyo -murmura el cambia formas, mientras posa sus grandes manos sobre las mejillas rosadas del chico.
-¿Lo eres? -musita, dudoso Jimin.
-Lo soy -asegura Jungkook.
El menor asiente, se mueve un poco y de inmediato una mueca de dolor se forma en su rostro.
Jeon lo abraza, y de inmediato los brazos de Park rodean la cintura sudada del mayor.
Cuando la inflamación ha desaparecido, se besan y miman, hasta que el rubio se siente capaz de mantenerse en pie y caminar por sí solo dentro del apartamento.
El cambia formas se aleja, camina desnudo hasta la habitación, se coloca su pantalón deportivo y regresa a la cocina encontrándose a Jimin aún sobre la mesa.
-¿Qué ocurre? -lo cuestiona el más alto.
-No vayas a reírte, pero no puedo bajarme. Se durmieron mis piernas -murmura el menor.
Los labios de Jungkook esbozan una linda y divertida sonrisa.
-Oye, te dije que no te rieras -le recuerda el rubio, mientras el pelinegro le ayuda a bajar de la mesa. -¡Mierda! -exclama, al sentir ese extraño cosquilleo recorriendo sus piernas. -No me sueltes -musita, enterrando sus dedos en los bíceps del contrario.
-No lo haré -balbucea divertido, Jeon. Mientras acomoda la camisa del chico. -¿Qué quieres que hagamos ahora? -inquiere, acariciando la espalda baja del rubio con las yemas ásperas de sus dedos.
-¿Tu celo termino? -indaga el más bajo.
-Uhum -emite el alfa.
-Bueno, nada de sexo -suelta con rapidez, Jimin. -Ni ahora, ni mañana -enfatiza.
Jeon lo mira fingiendo seriedad.
-No es que no seas bueno, eres demasiado bueno. Pero me duele la espalda baja, las piernas, los brazos y mi trasero -expone el chico, haciendo sonreír al mayor. -No es gracioso -masculla, palmeando el pecho inflado del pelinegro.
-Ok, nada de sexo -repite entre risas, Jungkook-. ¿Qué quieres que hagamos?
-Qué te parece si vamos por pizza, palomitas y chocolate, luego nos quedamos en la cama viendo películas en mi laptop y después descansamos mucho -le propone Park.
-Bien -accede el cambia formas. -Pero yo voy por la comida. Tú vas a descansar, buscarás la película y me esperarás en la habitación -le indica.
-Yo quiero ir contigo -dice tiernamente el rubio, formando un puchero con sus labios.
-Lo sé, pero también sé que estás agotado. Eres mi humano y es mi deber cuidarte -articula el pelinegro, para por último dejar un beso sobre la frente del más bajo.
-Ok -parlotea Jimin.
-Volveré rápido, pasaré a una farmacia por medicamentos para el dolor y regresaré para cuidarte -agrega Jeon
-Eres demasiado tierno para ser un cambia formas -cuchichea Park, mientras lo abraza con fuerza. -Vas a comportarte afuera, ¿verdad? -indaga el rubio.
-Lo intentaré -susurra el pelinegro.
-Jungkook -canturrea Jimin.
-Haré lo mejor que pueda -dice el mayor-. Lo prometo.
El rubio asiente, deja un beso sobre el pecho del pelinegro y luego palmea sus pectorales para motivarlo a salir de su apartamento.
-Espera, espera -lo detiene Jimin. -Colócate una camisa y zapatos -le pide mientras sonríe.
El cambia formas ve su torso descubierto y luego sus pies descalzos, desciende su mirada y a largas zancadas se dirige hasta la habitación. Se coloca una camisa y sus zapatos y luego a toda prisa sale del apartamento para ir por comida y medicamento para Jimin.
El rubio, por su parte, da dos pasos en dirección al cuarto de baño, pero se detiene al sentir dolor en su trasero, espalda baja y pelvis. Niega, mientras piensa que debió haberle dicho a su fuerte novio que lo llevará a la ducha antes de irse. Realiza mohines de dolor con cada paso que da hacia el frente hasta que consigue llegar a su objetivo.
-Esto sería mejor si tuviera una tina o jacuzzi -murmura, hablando solo.
El rubio se retira la única prenda que cubre su cuerpo, sin pensarlo tanto se coloca bajo la ducha, gira la manija y da un leve salto al sentir lo helado del agua en su piel.
Después de una larga ducha a solas de Jimin y una larga compra por parte de Jungkook, el pelinegro entra al apartamento con una caja de pizza en su mano izquierda, una bolsa de palomitas y chocolates, y otra más pequeña con medicamentos en su mano izquierda.
-Regrese -anuncia, entrando al cuarto.
Deja los alimentos en la mesa de noche de la habitación, regresa a la puerta del apartamento y levanta los dos vasos grandes de Coca-Cola del suelo, cierra la puerta y regresa a la habitación. Deja los vasos con soda sobre la caja de pizza y se da cuenta como Jimin está frente al espejo vistiendo uno de sus hoodies, mientras ve pensativamente la cicatriz entre su cuello y clavícula.
-¿Te duele? -indaga el cambia formas, acercándose al chico. -Y no mientas -le pide, mientras lo abraza por la espalda.
-Solo un poco -contesta el rubio, cubriendo de inmediato la marca de la mordida con la tela del hoodie. -Tus brazos se sienten tan bien -musita, recargando su cabeza contra el pecho del mayor.
-Hora de comer, ver películas y descansar -dice el cambia formas, mientras carga al menor y lo lleva hasta la cama.
Se alimentan mientras comienzan a ver Transformers, el ultimo caballero. Y Jimin le explica a Jungkook, que hay cinco películas de Transformers, y que la que están viendo no es la misma que vio meses atrás.
-Gracias por la comida, alfa -pronuncia tiernamente, Park, mientras se acomoda en la cama, dándole la espalda al mayor para poder ver la laptop.
-Gracias por ser mi humano -ronronea Jeon, abrazando al menor, mientras olfatea su cuello y lo acaricia con la punta de su nariz.
-Bueno, no tenía opción -chista Jimin, causando que un pequeño gruñido abandone la boca del cambia formas. -Porque eres demasiado guapo, tierno, celoso, posesivo. Y la bestia más atenta y protectora que he conocido -añade el rubio.
-Lo dices para que no me enfade -murmura Jeon.
-No, lo digo en serio -asevera el chico, pausando la película. -Te quiero Jungkook -musita, mientras mira sobre su hombro derecho al pelinegro. -Recuerda que eres mi bestia -agrega en el mismo tono.
El cambia formas asiente, besa la comisura de los labios de Jimin, luego una de sus mejillas y por último su hombro. El rubio le da play a la película y mientras es abrazado y acogido por los largos y fuertes brazos del alfa, se queda dormido.
Jungkook escucha los suaves, pero audibles ronquidos de Jimin, después de batallar con la laptop por unos segundos, consigue pausar la película y luego solo cierra el aparato electrónico.
-Jungkook -chilla con voz adormilada, Park, al no sentir el calor del cuerpo del cambia formas y los brazos sobre su cintura.
-Estoy aquí -farfulla en voz baja, Jeon, retomando su lugar en la cama.
-Dime que no soy el único que la ve más brillante -murmura el rubio.
-¿El qué? -indaga el pelinegro.
-El brazalete -responde Jimin. -El rojo del colmillo ahora luce más brillante y fuerte -dice mientras bosteza.
-Umm... sí, así parece -concuerda el cambia formas.
-¿A qué crees que se deba? -pregunta, mientras acomoda su cabeza sobre el brazo izquierdo del mayor.
-No lo sé, seguro y es una de esas cosas que cambia de color -contesta, desinteresado Jungkook.
-Sí, seguro es eso -murmura Jimin, para luego cerrar sus ojos.
-Te quiero mi lindo humano -masculla el mayor, causando que una sonrisa surque los abultados labios de Park.
Jimin es el primero en dormirse nuevamente, Jungkook, se duerme después mientras escucha los suaves ronquidos y el sonido de las respiraciones del rubio. El cambia formas y el humano duermen plácidamente mientras la madre luna los vigila y cuida de ellos.
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