10
Jungkook sale de la ducha desnudo, se coloca un pantalón de color negro, una camisa blanca y sus botas Timberland.
Camina hasta la sala y ve al beta junto a la alfa en la sala de su casa.
—Jungkook, te dije que no puedes desaparecer por tanto tiempo —le reclama, Marie. —Me quedé sin mentiras y Kim me ayudó —relata mientras señala al beta que se encuentra a su lado de brazos cruzados.
—Dije que fuiste de casería que oscureció y que preferías quedarte acampando para evitar malos entendidos —explica Taehyung.
—Gracias a ambos —agradece el pelinegro. —Traje huevos y tocino, Jimin dice que son una buena elección de desayuno —añade, luego de beber un sorbo de café.
—¿Qué es eso? —pregunta la rubia, señalando la botella que el alfa sostiene con su mano derecha.
—Café.
—Quiero probar —dice Marie.
El pelinegro gruñe y oculta el frasco con la mitad de café tras su espalda.
—Te compraré uno en la ciudad —agrega en voz ronca el alfa.
—Jungkook, deja de ir a la ciudad —alza su voz la rubia.
—No iré solo, ustedes me acompañarán —suelta de sopetón el pelinegro.
—No-no-nosotros —titubea Marie, señalando a Taehyung y a ella misma.
—Sí, quiero que conozcan a Jimin. Mi novio.
—¿Novio? —repite Kim, alzando sus cejas mientras sus ojos se ensanchan.
—Sí, es como su destinado en nuestro mundo —le explica Marie. —Para que este al corriente de la situación, el sub-alfa de la manada está imprimado de un humano —le comenta.
—¿Es eso posible? —duda Taehyung.
—Creíamos que no, pero él comprobó que si es posible —contesta la alfa.
—¿Terminaron? —los cuestiona Jungkook. —Debo estar a la hora del almuerzo en la despensa. Almorzare con la tía de Jimin —menciona.
—¿Almorzaremos con humanos? —inquiere, sorprendido el beta.
—No, ustedes no, solo yo.
—¿Y qué haremos mientras tú almuerzas con humanos? —pregunta Marie.
—Esperarán en el bosque en forma humana, les llevaré comida y si alguien los ve actúen como si fueran pareja —les indica el pelinegro.
—Por qué…
—¿Quieres ir a la ciudad? —la confronta Jeon.
La rubia siente.
—Entonces haz lo que te digo —murmura mientras toma su chaqueta y luego camina hacia la puerta.
Los tres cambia formas salen por el pasadizo tras el terreno de Jungkook, se topan con algunos humanos que realizan senderismo y luego cruzan al bosque que conduce al sector en que la despensa de la tía de Jimin se encuentra.
Jeon los deja en el bosque, entra a la tienda saluda a Park, compra un par golosinas y dos latas de atún. Paga, sale de la despensa y a toda prisa les entrega las cosas a Marie y a Taehyung. Les indica que deben esperar a que él vaya por ellos y que si se sienten amenazados regresen a la selva junto a la manada.
—¿Todo bien? —pregunta Jimin al ver que el alfa regresa a la tienda sin los comprados.
—Sí, te mostraré algo después de que almorcemos —responde el pelinegro, cogiendo la mano izquierda del rubio con naturalidad.
—Mi tía espera por nosotros en el restaurante de la esquina —le informa mientras lo guía.
Jimin le había pedido a su tía que ordenara carne ya que sabe lo mucho que Jungkook ama comer carne.
—Oye, espera —lo detiene el rubio—. Cuando estemos adentro se tú mismo, pero no actúes como una bestia. No quiero que te sientas presionado y si es así di que tienes un compromiso y…
—Debo decir que tengo un compromiso cuando no lo tengo —verbaliza, confundido el cambia formas.
—Sí, es una mentira, pero yo entenderé lo que eso significa —farfulla el más bajo.
—¿Y qué significa?
—Significa que no te sientes cómodo o conforme —contesta.
—Ok —murmura Jeon. —Quiero besarte —suelta, sorprendiendo al rubio.
—¿Ahora? —musita Jimin, viendo a su tía verlos desde adentro del restaurante.
—Sí —escucha la voz ronca del cambia formas.
Cuando regresa su mirada al frente se da cuenta que Jungkook está invadiendo su espacio personal, está por articular una palabra, pero los belfos delgados del pelinegro se lo impiden.
Dentro del restaurante tienen un almuerzo ameno, Jimin sonríe un par de veces al ver la manera en la que Jungkook lo imita con los cubiertos, y en la forma de alimentarse.
—¿Y cómo se conocieron? —indaga SunHee.
—En la selva Headwaters —responde Jeon.
—Realizaba senderismo y nos vimos por primera vez en ese lugar —agrega Jimin—. Luego nos vimos por segunda vez en el estacionamiento de la tienda, ¿no es así?
—Sí, hablamos y desde ese día no puedo alejarme de él —dice el cambia formas, haciendo reír a la tía de Park.
—¿Y desde cuando son novios? —pregunta SunHee.
Jimin niega de manera rápida.
—Desde ahora —contesta con una radiante sonrisa el cambia formas, dejando sorprendido al rubio y emocionada a su tía.
—Entonces soy la primera en saberlo —alza su voz, SunHee.
—Tía, por favor —musita, apenado Jimin.
—Quiero que visites mi casa, tus brazos parecen ser fuertes, podrías ayudarme con unas cosas en la cochera y luego haré costillas asadas para ti como recompensa —habla la señora Park.
Cuando dejan de hablar, SunHee regresa a la tienda, Jimin va por su mochila y regresa al lado de Jungkook.
—¿Qué es lo que quieres mostrarme? —interroga el rubio.
—No es el que —susurra Jeon, encaminando a Jimin hacia los arbustos del bosque.
—No, espera. No te transformes, es de día pueden verte —suelta, nervioso y asustado el chico.
Jungkook suelta la mano de Jimin y desternilla en risa.
—¿De qué te ríes? —lo interroga el rubio—. ¿Qué es lo gracioso?
—No voy a transformarme —dice entre risas el pelinegro. —Espera aquí unos segundos —le pide mientras entra al bosque.
El chico espera impaciente turnando el peso de su cuerpo en ambas piernas, lleva su mano derecha a su boca y comienza a morder sus uñas. Ve movimiento tras los arbustos y retrocede un par de pasos.
—Ju-ju-Jungkook —tartamudea, preocupado. —Jungkook, ¿eres tú? —inquiere con su mirada fija hacia los arbustos que se mueven.
—Soy yo —escucha la voz fuerte del pelinegro.
—Date prisa —le pide Jimin.
—Listo, llegamos —anuncia el alfa, acompañado de una chica y un chico.
—Es lo que quería mostrarte —menciona emocionado.
Park ensancha sus ojos y eleva sus cejas, mira a la rubia y al azabache, ambos de pie al lado de Jungkook. Traga grueso y sonríe forzadamente.
—E-ellos son… —vacila el menor, señalando a los acompañantes de Jeon.
—Sí, son como yo —afirma Jungkook.
—Me llamo Marie —se presenta la rubia. —Tú debes ser el humano del que nuestro sub-alfa se imprimo —añade la chica mientras se acerca a él.
—Yo soy Taehyung —se presenta, nervioso el azabache.
—Un gusto, yo-yo-yo soy Jimin.
—Tranquilo, no van a lastimarte, si lo hacen los mataré —dice Jeon, tomando la mano derecha del rubio. —Chicos, él es Jimin. El humano del que estoy imprimado, también es mi novio —expone el alfa, dejando sorprendida a su amiga.
—Ven acá —le pide Jimin, jaloneando hacia abajo el brazo del cambia formas. —Acerca tu oreja a mí —le especifica.
El más alto hace lo que el rubio le pide de inmediato, luego de descender su rostro a la altura del humano.
—¿Por qué están aquí? —pregunta Jimin en voz baja, ganándose una mirada confusa por parte del cambia formas.
—¿Está mal que estén aquí? —replica con otra pregunta el pelinegro.
—No, claro que no, la ciudad es libre, Jungkook. Pero si tienen un trato con los de traje, el que más lobos vengan no les acarreara problemas —comenta el más bajo.
—Solo son ellos, confió en ellos como confió en ti —susurra el alfa. —No causaremos problemas, solo quiero que Marie aprenda a cocinar bien y experimente lo que tanto lee en esas revistas y que, Taehyung visite una academia de boxeo —menciona.
—¿Saben comportarse? —indaga Park. —Digo, si aprenden rápido como tú y obedecen —agrega, incomodo al ver que la rubia y el azabache lo miran.
—Se comportarán, y si no lo hacen regresarán a la selva —habla el cambia forma irguiéndose para ver al beta y a la alfa. —Y tal vez no te obedezcan a ti, pero si me obedecerán a mí —asevera mientras esboza una sonrisa socarrona.
—Lo único que diré es que, debiste decirme que tenía que venir mejor vestida —se queja Marie. —Mira su pantalón tallado a sus piernas y a su culo —agrega, señalando a Jimin. —No voy a perdonarte por no advertirme —reprocha la rubia.
—Puedo llevarlos al tianguis, venden de todo y a muy buen precio —habla Jimin, captando la atención de todos.
—Sí, llévanos —farfulla, feliz la rubia.
—Luego podemos ir al centro comercial, quiero tres celulares —le platica el pelinegro al rubio.
—Está bien, pero… sabes que necesitas dinero ¿verdad? —le recuerda Jimin.
—Sí, tengo muchos billetes en los bolsillos de mi pantalón —confiesa Jungkook.
—Ok —murmura el rubio. —¿Conduces tú o yo? —pregunta, alzando la llave de su auto.
—Yo, porque quiero que tu mente descanse —responde el cambia formas, colocando sus manos sobre la cintura delgada del humano. —Ellos te harán muchas preguntas, en especial Marie —le menciona en voz baja.
—Pero tú puedes ayudarme, vas a ayudarme ¿verdad? —musita Jimin, haciendo contacto visual con Jungkook.
—¿Obtendré una recompensa si lo hago? —indaga el pelinegro.
—¡Oye! —exclama, sorprendido el rubio, golpeando los antebrazos del más alto. —No seas chantajista —lo señala con el índice de su mano izquierda mientras sonríe. —¿De qué tipo de recompensa hablamos? —inquiere el más bajo, empezando a caminar hacia el auto junto al alfa y sus amigos cambia formas.
—Besos —contesta en voz alta, Jungkook.
—¡Dios! —vocea Marie. —¿Cuál es el auto? Los esperaremos frente a él —agrega mientras hace mohines con su rostro.
El pelinegro le explica cual es mientras él avanza a pasos lentos junto a Jimin.
—¿Por qué no pides otra cosa? Puede ser…
—Solo quiero besarte —lo interrumpe Jungkook. —No, no solo quiero besarte —se corrige, tomando por sorpresa al rubio. —Pero por ahora es lo único que me permitiré hacerte —le asegura, dejando sonrojado y nervioso a Jimin.
—Debo acostumbrarme a tu sinceridad —gesticula el más bajo —Siempre me tomas por sorpresa —confiesa en voz baja.
—¿No te gustan las sorpresas? —duda el pelinegro.
Jimin le da una breve mirada, suspira y luego coge la mano grande del cambia formas.
—Solo vamos al tianguis y luego al centro comercial —dice Park, dando un par de pasos, pero luego Jungkook le impide que avance. —¿Qué? —pregunta, mirando sobre su hombro derecho al pelinegro.
—Hay un costo para que camine —verbaliza con confianza, Jeon.
—¿Así? —articula Jimin. —Apuesto un helado a que es un beso —parlotea.
El cambia formas asiente mientras sonríe, mostrando parte de sus dientes.
El rubio inspira profundo, sin soltar la mano del pelinegro se acerca a él y se pone de puntillas, pero ni aun así puede alcanzar el rostro de Jeon.
—Baja, bestia —le ordena en un hilo de voz, haciéndolo sonar y parecer tierno.
El cambia formas posa sus manos sobre las mejillas del chico, desciende su rostro y antes de que el rubio proteste posa sus labios sobre los de Jimin. Sus corazones laten al compás, el pelinegro lo sabe y mientras se besan sonríe.
—Al auto —murmura entre dientes, Jimin. Sobre los belfos del mayor. —Ahora —agrega en el mismo tono —O no habrá más besos —le advierte.
Jungkook deja un último beso en los labios de Jimin, cubre con su mano la del rubio y caminan hacia el auto donde los espera una para nada contenta Marie junto a un divertido Taehyung.
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