04

-Gracias, cariño -gesticulan los labios color rosas de la mujer. -Espero no haber interrumpido nada importante -añade, viendo como el pelinegro baja del vehículo.

-No, para nada -dice Jimin, saliendo de la casa de su tía con una sonrisa que se borra de su rostro luego de ver a Jungkook acercarse a la puerta.

-¿Quién es él? -indaga la platinada, evaluando al alto y corpulento chico que se acerca con sus manos dentro de los bolsillos de su sudadera.

-Un amigo -murmura con rapidez. -Nos vemos, debo llevarlo a su casa y cada vez anochece más -miente.

-Está bien, conduce con cuidado -le pide la mujer abrazando el cuerpo del rubio.

Un gruñido se escucha, pero Jimin tose un par de veces para que su tía no le preste atención.

-Te amo, escríbeme cuando estés en casa -le recuerda, dejando un beso sobre la frente de su sobrino.

Otro gruñido se escucha y esta vez sí es escuchado por Injae Park.

-¿Qué fue eso? -pregunta, observado hacia fuera.

Jimin se da la vuelta con su entrecejo fruncido, niega mientras ve a Jungkook, pero deja de hacerlo al ver la intensidad de los ojos del pelinegro.

-Es el tono de mi celular -miente una vez más. -Entra, descansa, te amo -se despide de forma precipitada.

Cuando la mujer ha entrado camina hacia Jungkook, le propina un golpe en el brazo izquierdo y luego camina molesto hasta su auto.

-Si golpeas a un cambia formas lo estás provocando a una pelea -menciona Jeon, acomodándose en el asiento del copiloto.

-¿Qué tratas de decirme? -replica disgustado, Jimin-. Quieres pelear conmigo porque te golpeé, ¿Es eso?

-No quiero pelear contigo, te dire lo que quiero luego.

-Bien, pero antes vamos a dejar algo muy claro -formula el rubio mientras se coloca el cinturón de seguridad. -El día que le pongas una mano o pata a mi tía, te juro que te vas arrepentir -le advierte.

-El resto de personas no es mi prioridad -espeta el pelinegro-. Mi prioridad eres tú. Lo comprenderás pronto.

Jimin no dice nada, retrocede y luego pone en marcha el vehículo. Mientras conduce piensa cuál sería el lugar adecuado para la conversación. No piensa volver a la parte del bosque, tampoco ir a la Selva Headwaters y mucho menos hablar en público, no desea ver cómo la gente se aterra al ver a un cambia formas frente a ellos.

Está a una cuadra de llegar al pequeño edificio donde alquila un departamento que él considera espacioso.

-Llegamos -anuncia Jungkook, ganándose la atención del rubio.

-¿Cómo lo sabes? -lo cuestiona de inmediato, entrando al estacionamiento de la zona.

-Solo lo sé y ya -murmura el pelinegro.

-Estas empezando a asustarme -confiesa Jimin mientras se retira el cinturón y coge las llaves.

-Asustarte no es mi intención, solo quiero saber que estás bien todo el tiempo.

-Eso suena a obsesión -refuta Park, entrando al edificio con Jeon tras de él.

-¿Para los humanos eso es malo? -inquiere el pelinegro, subiendo los escalones después del rubio.

-Tú, ¡Dios! -exclama, empujando la puerta de emergencia del segundo piso. -También eres humano. Bueno, es lo que aparentas, evita expresarte de esa manera -le aconseja.

Al llegar a la puerta correcta el chico introduce el código y luego entra, mira a Jungkook por unos segundos pensando en si es buena idea el dejarlo entrar a su hogar y escucharlo. Inspira profundo al verlo cruzarse de brazos y apoyarse en la pared frente a su apartamento dejándole claro que no se marchará.

Abre de par en par, se da la vuelta luego de decirle que cierre cuando esté dentro.

El pelinegro mira cada detalle de la casa, se queda de pie frente a la sala, mira una televisión mediana en la sal frente a un sofá largo, escucha pasos, se da media vuelta y ve aparecer a Jimin descalzo.

-Si arruinas algo lo pagas, ponte cómodo, pero no abuses. ¿Quieres algo de beber? No sé con exactitud que les gusta a los...

-Agua está bien -interviene Jeon.

El rubio asiente, camina hasta el grifo, toma un vaso, presiona el botón del purificador y luego gira la llave. Regresa hasta Jungkook con el vaso lleno de agua.

El chico se queda estático viendo como el hombre frente a él se bebe el agua con demasiada rapidez.

-Si deseas más...

La oración no culmina debido al agarre en la muñeca izquierda de Jimin, el cual es guiado hasta el pequeño juego de comedor en el que toma asiento frente a Jungkook.

-Suéltame -espeta, furioso Park. -Siempre me lastimas -se queja, acariciando la piel de su muñeca.

-Trabajare en ello, no es mi intención lastimarte cada vez que te toco -expresa Jeon.

-Eres un poco extraño -musita Jimin-. Podemos hablar sobre lo que vi y me dijiste en el bosque.

Jungkook asiente y verbaliza-. ¿Qué quieres saber?

-Cómo supiste que eras... Tú sabes

-vacila.

-Cambia formas.

El rubio asiente.

-Es común si eres procreado por un alfa y una omega dentro de la manada. Mis padres ambos eran cambia formas, al nacer traemos incluido el gen que nos otorga el poder de transformarnos, aunque no todos nacemos con ese gen, pero eso no quiere decir que no sean lobos -responde.

-Alfa y omega, ¿Qué quiere decir eso en su mundo?

-Los alfas somos fuertes, dominantes y agresivos, somos los únicos con la capacidad de morder, anudar y tomar como compañero a un omega sea este hombre o mujer. Los omegas son sumisos, son los que se encargan de llevar el embarazo y de criar a los niños. Y también tienen la capacidad de formar un lazo con un alfa -acota con fluidez.

-Entonces los alfas son los que mandan y los omegas escuchan y obedecen -interpreta confundido, Jimin.

El pelinegro realiza un leve asentimiento mientras una fuerte carcajada se escapa de los labios del rubio.

-Es ridículo, los omegas deben darse su lugar -menciona luego de dejar de reír-. Ni siquiera conozco a lo alfas y me parecen arrogantes.

-Ten cuidado con lo que dices -emite entre gruñidos, Jungkook.

Las cejas de Jimin se elevan, sus ojos se ensanchan y sus labios se separan solo un poco al escuchar la voz profunda acompañada por gruñidos del hombre que está sentado en el comedor de su casa.

-Largo -suelta el rubio. -Vete de mi casa -ordena molesto. -No vas a gruñirme, no soy de tu especie debes ser un poco más respetuoso -añade, hablando rápido debido a su enojo. -¿Qué esperas? Ponte de pie y vete -insiste.

-Siéntate -le pide Jungkook, mirándolo con detenidamente.

-¿No escuchaste lo que dije? -lo interroga Jimin. -Te dije que te vayas de mi casa -le recalca.

-Siéntate -repite Jeon-. Te explicare lo del destinado y la imprimación.

Park exhala, se cruza de brazos y regresa a la silla en la que se encontraba sentado.

-Voy a sentarme porque quiero saber, no porque me los has pedido tú -dice entre dientes-. Te escucho.

-Una pareja destinada es perfecta desde su nacimiento para formar una relación. Pero eso no quiere decir que están obligados a amarse, pueden aborrecerse y no desear estar juntos. Mientras más distancia exista entre ambos es mucho más difícil mantener el vínculo.

-Entonces..., desde que nacen tienen la posibilidad de encontrar a su pareja ideal en el futuro -dice sorprendido, Jimin-. No sé di decir que es genial o...

-No lo es -interviene Jeon.

Park hace una mueca al ver el rostro tenso del pelinegro, suspira y en voz baja comenta-. ¿Qué hay de la imprimación?

-La imprimación es algo incontrolable -verbaliza en voz baja, el pelinegro mientras se acomoda en la silla. -Es sentirte atraído por alguien y desear su felicidad sin importar que no la conozcas, su edad, sexo y especie -agrega mientras se pone en pie y da un par de pasos hasta acercarse a Jimin. -Es algo físico, pero también mental. Es algo mágico y espiritual, imposible para casi todos, pero posible para la madre luna -recitan los delgados labios de Jungkook cerca del rostro de Park.

-Estás demasiado cerca, por favor aléjate -le pide Jimin, nervioso.

-Me he imprimado de un lindo humano -pronuncia mientras esboza una sonrisa, conectando sus ojos bicolores con los marrones. -¿Qué harás al respecto? -pregunta con voz coqueta, acercando un poco más sus labios hacia los del contrario.

-Escucha, primero regresa a la silla y luego...

Una vez más el rubio es acallado por los labios de Jungkook. La mano derecha del pelinegro se posa entre el cuello y la barbilla de Jimin provocando que el chico se sorprenda y separe un poco más sus belfos dándole más acceso a su cavidad bucal al cambia formas.

Jimin alza su mano derecha, palpa el fuerte brazo de Jeon por unos segundos y luego lo lleva hasta una porción de cabello, juega con las hebras y después tira hacia atrás con fuerza consiguiendo terminar con el beso.
Alza su pierna izquierda y coloca su pie en el abdomen del pelinegro, lo empuja y cuando lo ha alejado se en pie.

-¡Eres una bestia! -exclama, molesto-. No puedes besarme.

-¿Por qué no? -replica Jungkook.

-Porque no, porque las cosas no son así -contesta sin un buen argumento.

-¿Entonces como son? -indaga Jeon-. También me besaste, sentí tus labios moverse sobre los míos y también pude sentir tu lengua en...

-Cierra la boca -lo interrumpe Park, intentando no mostrar su nerviosismo y ocultar el rubor en sus mejillas con las palmas de sus manos. -Si vuelves a besarme voy a golpearte -le advierte.

-Es un riesgo que estoy dispuesto a correr -se limita a decir con tranquilidad, Jungkook.

-¿Qué es lo que quieres? -pregunta ahora con serenidad el rubio.

-A ti, quiero estar cerca de ti -responde con franqueza el pelinegro.

-Eso se escucha muy fácil -dice entre risas, Jimin. -Las cosas aquí no son como en tu mundo, Jungkook, no puedes venir y confesarme que eres un cambia formas, decirme que quieres estar cerca de mí porque estas imprimado, no puedes besarme cuando se te dé la gana, no eres mi novio -intenta aclararle. -Y aléjate de mí -le pide al darse cuenta que nuevamente está invadiendo su espacio.

-En mi manada tampoco las cosas son así -gesticula en voz ronca, Jungkook. -Pero lo que siento no es algo que pueda controlar -confiesa.

-Voy a golpearte -le recuerda el rubio, al notar como el pelinegro hace ademan de posar sus labios una vez más sobre los suyos. -No, espera, espera -balbucea al sentir los brazos fuertes de Jeon rodear su cintura apegándolo a su cuerpo.

-Guarda silencio unos minutos -le pide Jungkook.

Jimin traga grueso, ni siquiera sabe dónde poner sus manos sin sentirse extraño. No puede controlar los latidos de su corazón al sentirlo cerca y al escuchar el tono de su voz. Está molesto por tener este tipo de reacción a un desconocido que puede transformarse en lobo cuando quiere.
Cuando está más relajado posa sus manos sobre los bíceps del pelinegro, escucha una especie de ronroneo, intenta separarse, pero Jungkook no se lo permite ejerciendo más fuerza a la cintura del rubio.

-Debes controlarte un poco -le sugiere Park. -Estas presionando mucho -se queja, y luego el agarre vuelve hacer normal. -Eres una bestia que necesita ser educada -comenta.

-Si al ser educado puedo estar cerca de ti. Acepto -articula Jungkook, rompiendo con el abrazo.

-Y-yo... -tartamudea Jimin. -Espera, ¿A dónde vas? -indaga al ver que el pelinegro camina hacia la puerta.

-Con mi manada -responde. -Olvide decirte que soy el sub alfa. Nos vemos mañana -se despide cerrando la puerta luego de haber salido.

-Juro que no entiendo nada -murmura el rubio, tomando asiento sobre la silla para luego mirar hacia el suelo mientras piensa en toda la información que Jungkook le brindó.


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