Capitulo 1
Powder se encontraba sola en aquel callejón llorando sin saber si fue por el las palabras de Vi, su golpe o ambas.
Se fue cuando escuchó pasos ir hacía ella, corría como si el mundo se hubiera terminado y solo se detuvo cuando a una mujer llorando, abandonando a un bebe.
Aquella mujer corrió cuando percibió la presencia de Powder, su rostro estaba lleno de golpes junto con un labio partido.
Powder se acerco al bebe y se fijo en aquellos ojos amarillos, tan hermoso, se notaba que aquella niña tenia frio, tenia hambre.
Sin dudar se la llevo con ella, aunque no tenía un lugar fijo.
No quiere ser encontrada por nadie, no quiere que nadie sepa de ella, después de lo sucedido algo en ella le pide morir, le pide venganza le pide huir.
Obedece a sus impulsos, y decide olvidarse completamente de Ekko, no volverá hacer ese niña que busca ser de ayuda, que busca la aprobación de todo el mundo porque nunca lo conseguirla, su hermana se lo dijo mientras la abandonaba.
"Soy una Gafe"
Se dijo a ella misma.
Camino sin rumbo, sin lugar pero buscando si o si la luz. Caminar rodeada de gente le daba más seguridad que estar por ahí a oscuras.
Sin fijarse mucho acabo en el distrito de las prostíbulos, aunque tiene sentido a esa hora es el único lugar donde hay más gente a estas horas de la noche.
Babette miraba las calles de Zaun cansada de un dia largo de trabajo, cuando se fijo en la hija de su amigo, caminando sola en aquellas solas. Sin pensarlo bajo corriendo.
Se preguntaba que hacia aquella niña sola, se acerco a ella con una manta y miro su rostro con suma atención, le sangraba la nariz y su mirada estaba perdida.
- Powder cariño, ¿Qué paso? -. Powder la miro, luego miro a la niña de sus brazos agarro la manta y con eso la tapo -. ¿Y ese bebe?
- Powder ha muerto.
Babette la miro seria.
- ¿Donde esta Vander, Vi...?
- Todos han muerto -. La mirada de Babette se quedo en ella -. Yo los mate.
El tiempo se detuvo y las dos se miraban casi desafiante, hasta que la pequeña niña hizo ruidos.
- Me llamo Jinx -. Dijo mirando a Babette -. Y te pido ayuda, no quiero que muera pero ya no tengo hogar, acogeme... sere otra de tus empleadas
- No lo haré, te ayudare y te daré un hogar pero me niego a venderte, eres solo una niña.
Y así el tiempo paso, Jinx crió a Isha como si fuera su hija. A sus catorce años se escapo de aquel burdel para vivir en su propio hogar, debido a que Ekko poco a poco se volvía un líder, no podía dejar que la encontrarán.
No estaba orgullosa de sus actos, trabajaba para Silco. Asesinaba por el mejor postor, y el que siempre daba más era Silco.
Sabía quien era, y él sabia quien era ella. Nunca lo hablaron en voz alta pero entre sus silencios había tensión, esperando saber quien lo mataría primero.
Jinx recién cumplía quince años, y su pequeña hija tenía apenas unos 4 años. Acaba de llegar de una misión y se extraño.
Su hogar que se basaba de solo dos habitaciones, en el que uno de ellos era el baño normalmente al regresar estaba echo un desastre con herramientas en el sueño y dibujos tirados por todo el suelo, junto con una niña intranquila caminando por ahí.
Ahora mismo su pequeña luz estaba en el suelo, corrió hacía ella y sintió como su piel ardía.
Su rostro estaba rojo, apenas podía respirar. Se asusto y la tapo de inmediato para salir en busca de un algún doctor.
Cuando por fin encontró uno, vio como aquel señor trataba a su hija.
- Es una pequeña fiebre, si toma estas medicinas se curará -. Miro a Jinx y sonrió -. ¿No eres muy joven para tener hijos?
No respondió.
- Veo que no eres parlanchina, pero bueno la consulta son 30 y la medicina 15 -. Jinx se puso pálida, solo tenía 40, le faltaban 5 y no sabía de donde sacarlo. Casi todo su dinero fue gastado para la comida, ahora entiende que es bueno ahorrar para emergencias como está.
Aquel señor miro que no tenía para pagarle la medicina y sonrió otra vez.
- Así que no tienes para las medicinas, bueno no pasa nada, ya me compraras para cuando tengas si es que para eso ella sigue viva.
Las voces de sus fantasmas la atormentaban otra vez.
"¿En serio eres así de patetica?"
Hablaba Mylo.
- Sabes niña -. Jinx lo volvió a mirar -. Eres muy bonita, te veía antes caminando por el burdel de Babette, no sabía que lo habías abandonado por tu hija, que buena madre -. Jinx entendió de inmediato.
Miro a Isha en la cama, sufriendo del dolor.
- No te cobrare nada por hacerlo niña.
"¿Por qué dudas?, si haces cosas peores"
Mylo la susurraba por su oído.
"Trabajas para el asesino de tu padre, el que nos llevo a todos por este camino. Esto no es nada comparado con la traidora que eres"
Vio como Mylo se acercaba a Isha.
"¿Acaso quieres ser también su asesina?"
Con esas últimas palabras Jinx se levanto temblando, agarro la mano de aquel señor y le guió hacia otra habitación, se negaría hacer escuchada y vista por su hija.
Cuando termino todo, sentía que si interior quemaba. Sangre salía de ella, y sabía que no era la regla. Era algo más.
Su cuerpo estaba pegajoso y sudoroso, aquel señor nada más terminar se vistió y le tiro a sus piernas la medicina.
- Espero que sigamos con nuestro trato.
Ella agarro la bolsa y lo estrujo en su pecho, quería llorar. Necesitaba llorar, pero no lo iba hacer.
Se vistió con prisa, cargo a su hija y camino lentamente a su casa.
Cada paso que daba era una tortura para ella, le dolía tanto que sentía que iba morir. Nunca pensó que así iba ser su primera vez.
Al llegar le dio la medicina a Isha. La miro dormir mas calmada y tranquila.
Pero sin previo aviso corrió al baño y vomito, vomito sin para, aun sentía las manos de ese señor, sentía aquel sabor blanco en su boca, sintió como todo su interior se rasgaba.
Empezó llorar silenciosamente, no iba dejar que la escucharan.
"Hazlo por ella, solo por ella. Al menos una debe ser feliz."
Los dias pasaron y la dulce Isha se había curado por completo, pero los rumores que empezaron a crear sobre ella no.
Todos iban a su casa para que le hagan 'favores' a cambio de dinero. Se preguntaba que debía hacer, no tenía dinero suficiente para mudarse otra vez.
Sin dudar agarro a Isha y se fue a la guarida de Silco. No iba a dejar a Isha sola con esos degenerados.
Entro ignorando a los secuaces de Silco, ignorando a Sevika.
Cuando llego al despacho de Silco volvieron a mirarse desafiantes, hasta que la pequeña Isha saludo con ternura a Silco, sin saber muy bien que pasaba.
- Necesito dinero, mucho dinero -. Hablo Jinx -. ¿Tienes algo para mi?
- Ahora mismo no hay nadie con la que tengamos que lidiar, pero si lo hay serás la primera en saberlo -. Volvió a mirar a la niña.
Jinx no sabía que hacer, la situación no podría ser peor... pero no se arrepiente, su hija esta a salvo, es todo lo que necesita. Puso una mueca y suspiro, si quieren que sea una prostituta lo será pero según las normas de ellos.
Miro a Isha y apretó su manita.
- Tengo asuntos que resolver -. Le miro de nuevo con desafió -. No me la puedo llevar, así que cuida de mi hija mientras no estoy -. Silco iba a reclamar hasta que Jinx le interrumpió -. Me lo debes.
Ellos sabían a que se refería, por lo que Jinx con señas le explico a Isha. No es que Isha sea sorda, solo es muda pero prefiere comunicarse con señas en casos como estos, es mejor no confiar.
Silco cuando vio como se iba por esa puerta llamo de inmediato a Sevika, sabia que Jinx solo tenía quince años y que sobre ella corrían rumores y aunque no quería involucrarse se le hacía difícil, era la hija de su antigua mejor amiga.
Le pidió a Sevika que la siguiera y le diera un informe rápido cuando Jinx volviera a por su hija.
Miro a la niña y supuso que tendría unos tres años mas o menos, cuando vio pro primera vez a Jinx era una niña de once años, no tenía signos de embarazo.
Reza para sus adentros para que solo sea una niña adoptiva.
--------------------------------------------------------
Hola, se que la historia es un poco mas cruda que de costumbre, pero pensé que haría yo en su situación. Y seamos sinceras si el mundo es peligroso ahora, sería peor en Zaun.
Ya poco a poco, mejoraré la situación de Jinx pero por ahora experimentemos con la maternidad temprana.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top