Capitulo 28.

Yahir estaba listo y preparado para irse con Akeno hacia la misión que le menciono, así que este la buscaría por toda la casa, pero no tendría excito en encontrarla y las demás chicas tampoco sabían donde se encontraba su líder en esos momentos. El castaño un tanto confundido pensaría por unos minutos, hasta que se le ocurrió buscarla mediante su ki o cualquier energía que ella tuviera. El castaño cerraría los ojos y comenzaría a analizar todo a su al rededor, así después de unos 10 segundos, lograría encontrar el ki de Akeno en el tejado, más específicos donde ellos siempre hablaban. Yahir iría hacia donde se encontraba la peli-negra. Una vez allí, el vería como esta miraba el cielo tranquilamente, en un ambiente bastante tranquilo.

- Definitivamente este es nuestro lugar para hablar tranquilos -dijo Yahir mientras se acercaba a ella.

- Jsjs, Lo se, es tranquilo y pacifico, el lugar y la vista son simplemente hermosas, ¿no lo crees? -Diría Akeno mientras miraba todo lo que estaba a su alcance.

- Js, si...es muy bonita la vista desde aqui -menciono el castaño con una sonrisa- Pero bueno, ¿de que querías hablar? O de ¿que va la misión? -preguntaría el chico algo confundido.

- ¿Sabes que son los ángeles caídos? -preguntaría Akeno de forma seria.

- Pues...por lo que me contaste sobre tu pasado, pues si me puedo hacer una idea -contesto el chico mientras colocaba la espada en su espalda y recordaba los ángeles caidos de cierto anime.

- Bien, pues iremos en busca de unos ángeles caídos -mencionaría Akeno y al mismo tiempo volteaba a verlo.

- Hmm...ya veo, ¿que han hecho ellos? ¿Matar? ¿Asesinar? -pregunto el chico muy confundido.

- Eso y más, así que si queremos detenerlos, es ahora y de paso buscaremos una recompensa que dan por ellos -comento la peli-negra mientras le entregaba un papel al chico.

- Bien, ¿sabemos en donde están? -preguntaría Yahir con un tono serio.

- Se donde están, solo necesitas seguirme -contesto Akeno mientras sus alas salían- ¿Estas listo? -pregunto mientras se elevaba.

- ¿Listo? Yo nací listo -contesto el castaño con una sonrisa.

Yahir comenzaría a volar mediante el ki y junto a Akeno se irían volando hacia la dirección en donde se encontraban los ángeles caídos. Por el camino el sol estaría cayendo poco a poco, hasta solo quedar el atardecer de fondo. Luego de unos minutos, Yahir y Akeno estarían en un bosque, más específicos en un árbol y desde las alturas estos miraban una vieja iglesia abandonada. El castaño y la peli-negra se mirarían fijamente, para luego dar un pequeño salto y así caer de pie en la tierra áspera. Yahir comenzaba a mirar el lugar y un pequeño escalofrió recorrería su cuerpo, aparte sentía varias presencias malignas dentro del edificio, mientras que Akeno solo daría un suspiro para así comenzar a caminar hacia la puerta.

- Espera, Akeno -llamo Yahir mientras se acercaba a ella- ¿Estas segura que deberíamos entrar así? Podrían atacarnos o algo -mencionaría seriamente.

- Tranquilo, todo estará bien...aunque si te diste cuenta, hay una presencia en el techo -dijo Akeno mientras sonreía calmada mente- Encárgate de esa o ese ángel caído y cuando termines, ven a ayudarme, ¿si? -comento con una sonrisa.

Yahir solo suspiraría un poco, para después sonreír y asentir con la cabeza. Akeno tomaría la decisión de entrar por la puerta principal, mientras que Yahir volaría hasta el techo de la iglesia, así este parándose en el lugar. El castaño pondría una mirada seria ya que sabia que había alguien escondido, más no podía verlo o verla, solo sabia que su energía era negativa. En eso, de la oscuridad, una lanza de luz seria creada y seria lanzada hacia el castaño, pero Yahir rápidamente la esquivaría y la lanza solo chocaría contra un árbol. Esto haría que el castaño se volteara seriamente y buscara a la persona con la mirada.

- ¡Sal de ahí! Donde sea que estés, Ya se que estas escondido o escondida, así que sal ahora mismo -grito Yahir mientras miraba a todos lados.

En eso, de las sombras saldría una mujer de pelo negro, ojos violetas y una vestimenta demasiado reveladora, mostrando gran parte de sus enormes pechos junto a las otras partes de su cuerpo. tanto abdomen, muslos, trasero y ect. La chica poseía dos alas emplumadas, eran de un color negro intenso y su mirada era un tanto seria. Yahir miraba a esta algo sorprendido, pues su imagen y apariencia le eran muy conocidas.

- Déjame adivinar, ¿Eres Raynare? -pregunto el castaño serio.

- Vaya, adivinaste a la primera, no sabia que era tan popular -dijo ella mientras sonreía de forma burlona.

- Je...eso es porque el nombre de un asesino nunca se olvida -contesto Yahir cruzado de brazos.

- Tsk...y ¿tu quien demonios eres? ¿Que haces aquí? Si eres otro explorador, solo te diré que ya me aburre matar a tantos como tu -comento Raynare mientras se cruzaba de brazos.

- Mi nombre es Yahir y no pienso decir más, así que nunca lo olvides -diría el castaño mientras sacaba su espada.

- Espera...e-esa espada, tu aspecto -dijo la ángel caído mientras recordaba las palabras de alguien- N-No...n-no puede ser, ¿eres el caballero que derroto a Beldia? Recuerdo la descripción de tu espada y es la misma -dijo ella un tanto nerviosa.

Yahir solo daría una leve sonrisa y apretaría la Excalibur, mientras que Raynare apretaría los puños y sacaría dos lanzas de luz para después lanzarse en contra del castaño. Mientras tanto abajo con Akeno, esta se encontraba caminando en los pasillos del viejo edificio, la peli-negra miraba que el lugar estaba lleno de cadáveres, sangre y muchas cosas rotas.

La sacerdotisa del rayo solo suspiraba algo enojada y triste por la masacre que se encontraba allí y se tapaba un poco la nariz por el olor a putrefacción en el área. Después de unos segundos caminando, esta llegaría a una gran puerta, Akeno la abriría lentamente para que no se callera de su lugar y vería lo que serian los asientos y el altar con su cristal de colores de por medio. Una vista un tanto deprimente por el estado del lugar, la peli-negra solo daría unos pasos hacia al frente para después detenerse de golpe. Akeno vería como tres siluetas salían de las sombras y estas eran de dos chicas y un hombre. La primera chica tenia cabello rubio y unos ojos de color azul, su ropa era como si fuera de la realeza y tenia un pequeño colmillo que sobre salía de su boca, su nombre era "Mitelt".

La otra era una mujer de pelo azul, con ojos de color amarillos, su vestimenta era de un color rojo y poseía un gran escote en esta, en sus pies poseía tacones de color negro y su mirada era un tanto seria. Esta chica es llamada "Kalawarna". La ultima sombra era un hombre con sombrero y de chaqueta, tenia un pelo de color grisáceo y poseía una mirada muy seria, este es llamado "Dohnaseek". Los tres ángeles caídos se encontraban rodeando a la peli-negra, que solo se limitaba a observarlos a todos de forma tranquila.

- Vaya, Vaya...miren quien esta aquí -comento Kalawarna de forma seria.

- Claro, ella es Akeno Himejima, la sacerdotisa del rayo ¿no? -dijo Mitelt de brazos cruzados.

- Ella es la hija del tan famoso Baraquiel, uno de los ángeles caídos más grandes que habían -diría Dohnaseek con una expresión de enojo.

- Ara, Ara, no sabia que era tan conocida por ustedes, me siento alagada -diría Akeno mientras sonreía tranquilamente.

- Claro que te conocemos, después de todo...tienes sangre de ángel caído, ¿no? -dijo Mitlet con una ligera sonrisa.

- De todos modos, ¿que haces aquí? Y más aun, ¿porque sola? -pregunto Dohnaseek mientras se ponía firme.

- ¿Que no es obvio? Vengo a matarlos, no solo por dinero...si no, porque ustedes han asesinado a muchos exploradores y eso me molesta -contestaria Akeno con una sonrisa, pero a su al rededor se sentía la presión pesada.

- ¡Ja! ¿Dices que vas a matarnos? Claro, tu sola nos mataras...que orgullo tienes para decir eso -dijo Kalawarna mientras sonreía de forma maliciosa.

- De hecho, no me encuentro sola -contesto Akeno mientras miraba el techo con una sonrisa.

Este comentario confundiría a los tres ángeles caídos, los cuales no entenderían a que se refería y del porque se puso a mirar hacia arriba. Pero en eso, un pequeño escandalo se escucharía desde arriba, así todos callándose para escuchar mejor todo ese ruido. Pero en un momento determinado, el escandalo cesaría y dejaría un aire tenso en el ambiente. Y en eso, el techo seria rompido y atravesado por Raynare que caería sangrando brutalmente de su espalda y/u otras partes del cuerpo, para así caer contra el suelo de la iglesia abandonada. Los ángeles caídos al ver esto se impresionarían, pero más seria su sorpresa al ver unas alas arrancadas en el suelo junto a la espalda de la ángel caído sangrando. Esto los haría tragar saliva muy nerviosos y mirarían hacia arriba, así estos viendo que de allí estaría cayendo alguien. Una silueta iluminada por la luna en su etapa de “cuarto creciente”, así estos verían más detalladamente y notarían el rostro del chico castaño y su espada. Los tres ángeles caídos comenzarían a sentir terror en esos momentos y más cuando Yahir callo dentro de la iglesia, donde el tendría la mirada sombría y al levantarla, desprendería un aura amenazante hacia ellos.

- Lo siento por la tardanza, Akeno -dijo Yahir mientras caminaba hacia la peli-negra- Pero esta ángel caído me ataco, así que tuve que defenderme -comento mientras se cruzaba de brazos.

- E-Esa espada...¿a-acaso tu eres el caballero que derroto a Beldia? -pregunto Dohnaseek con nervios en su voz.

- ¿Tan conocido soy? -pregunto burlón el castaño.

- Ma-Maldición, de-debemos hacer algo y y-ya -diría Mitlet con algo de miedo.

- ¡Oh no! Ustedes no se irán a ningún lado -dijo Akeno mientras sonreía y sacaba rayos de sus manos.

- Ustedes no irán a ninguna parte, asesinan personas y se salen con la suya...pues Ya no -dijo Yahir mientras apretaba la Excalibur.

Yahir y Akeno rápidamente se pondrían en posición de defensa, mientras que los tres ángeles caídos comenzarían a crear lanzas de luz y las lanzarían en contra de los dos. Yahir comenzo a correr y a esquivar los ataques de luz, mientras que Akeno liberaba sus alas y comenzaba a volar por encima de estos y su vez a esquivar los ataques de los ángeles caídos. El castaño vería como una de las lanzas de luz que había lanzado Dohnaseek, iban hacia el...pero este rápidamente cortaría el ataque con su espada. El ángel caído muy asustado trataría de atacarlo de nuevo, pero una fuerte descarga eléctrica seria enviada al cuerpo del hombre, así este seria paralizado por el gran shock eléctrico. Yahir al ver esto, sonreiría y comenzaría a volar rápidamente, para así decapitar a Dohnaseek en un simple y limpio corte. Mitlet y Kalawarna mirarían esto muy impresionadas y un tanto asustadas, para así ambas comenzar a atacar con desespero a ambos, pero Akeno lograría esquivar las lanzas de luz, para luego taclear a la ángel caído de cabellos rubios.

Mitlet muy desesperada trataría de atacar a la peli-negra, pero Akeno ágilmente la esquivaba y  en eso, Akeno le conectaría unos fuertes golpes en el cuerpo y luego la electrocutaría hasta el punto de quemar el cuerpo de la chica. Mientras que con la ultima ángel caído, esta al ver que tres de sus compañeros fueron asesinados, esta con más desespero atacaría a los dos con todo el coraje que tenia. Pero Yahir y Akeno esquivaban los ataques de luz con facilidad, para luego verse como el castaño cortaba rápidamente uno de los brazos de Kalawara, seguido de un fuerte ataque de rayos que electrocutaría a la fémina por parte de Akeno, así esta caería al suelo gravemente herida. Kalawara muy lastimada vería como Yahir y Akeno se acercaban a ella hasta estar en frente de esta. Yahir seriamente levantaría uno de sus brazos y de ella comenzaría a salir una esfera de ki que iluminaria el ambiente oscuro y esto desesperaría más a Kalawara.

- ¡A-Alto! E-Esperen -grito Kalawara mientras reflejaba desespero en sus ojos- S-Si me matan, e-estarían a-arriesgándose a hacer que el venga -dijo mientras miraba a ambos.

- ¿A quien te refieres? -pregunto Yahir un tanto confundido.

- Espera, ¿Acaso tu te refieres a...? -pregunto Akeno un tanto sorprendida.

- ¡S-Si! A el, el mismo con su ejercito de ángeles caídos -diría la ángel caído más desesperada.

- Akeno...¿a quien se refiere ella? -pregunto Yahir mientras veía el rostro sombrío de su líder.

- ...Ella se refiere a Kokabiel -susurro Akeno seria.

Yahir al escuchar ese nombre, se sorprendería un poco. El castaño notaria la preocupación en el rostro de la peli-negra, así que este solo suspiraría...para después aumentar el tamaño de la esfera de ki, cosa que sorprendería tanto a Akeno y a Kalawara. Una se impresionaba por ver que la llegada de tal "Ángel caído" no le importara, mientras que Akeno solo estaba sorprendida por la decisión que estaba tomando el chico.

- Si es cierto lo que dices...entonces estaremos listos para ello -comento Yahir mientras miraba a Akeno.

- ¡¿A-Acaso piensas arriesgarte?! Me-Mejor déjame viva, ¡t-te lo suplico! -grito Kalawara mientras lloraba del desespero.

- Lo siento, pero hemos tomado una decisión...-diría Akeno con un tono más serio- Y ese es que estaremos listos para la llegada de el...juntos -dijo mientras le sonreía al chico.

Yahir solo sonreiría y asentiría a lo dicho por esta, mientras que la peli-negra haría lo mismo de igual manera, para después voltear a ver a la ángel caído y de un simple movimiento, este mataría a la fémina de alas emplumadas, así destruyendo su cabeza. Akeno miraría los cuerpos sin vida de los ángeles caídos y recordaría las palabras de Kalawara. La peli-negra por una extraña razón se sentía nerviosa y comenzó a jugar con sus dedos...pero una de las manos del castaño tomaría la mano de la líder del grupo. Akeno alzaría su vista y vería como Yahir la observaba a los ojos y le regalaba una sonrisa...una sonrisa que la haría sentir mariposas en el estomago, una sonrisa que la calmaría de sus nervios y miedos.

- Se que estas nerviosa Akeno, pero...si es cierto lo que ella dice, entonces estaremos listos para eso -comento el chico mientras sonreía determinadamente.

- Js...siempre sabes como subirme los ánimos, ¿eh? -dijo Akeno con una sonrisa tranquila.

- Quien sabe, tal vez si, tal vez no...eso depende de ti -contesto Yahir con una sonrisa.

Akeno solo abrazaría a Yahir con algo de fuerza, el castaño algo sorprendido aceptaría el afecto. Ambos eran iluminados por la luna desde el agujero del techo y Akeno se separaría del abrazo para mirar al chico a los ojos, así notando el brillo de este que para ella lo hacia ver atractivo y tierno. Akeno no se aguantaría más y besaría los labios del castaño con mucha pación, a lo que Yahir al sentir los labios de su líder, solo pudo comenzar  a ruborizarse poco a poco y más al sentir como esta lo abrazaba del cuello...pero este aceptaría el beso y correspondería cariñosamente el gesto, con pación de igual forma.

.
.
.
                Fin del Capitulo 28.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top