El rubio había estado treinta minutos tocando insistentemente el timbre del departamento del de hebras negras, éste luego de un largo tiempo hizo que las puertas del edificio se abrieran y él pudiera entrar en el.  Ya arriba, en la planta donde se encontraba el departamento, el pelinegro lo esperaba completamente desnudo en el marco de la puerta.

-- ¿Qué haces así? ¿Estas loco? -- El rubio se acercó hasta el otro chico y lo empujó para dentro, apoyando sus manos en el pecho ajeno.

Pero Yoongi despreocupado rió fuerte y se encogió de hombros.

-- Sí, estoy loco por ti. -- El pelinegro volvió a reír y el otro chico bufó, poniendo los ojos en blanco. Esto provocó que Yoongi volviera a reír. -- Me estaba masturbando, por eso tarde en contestarte.

El rubio elevó ambas cejas, riendo. Cerró la puerta tras de si y giró hacía Yoongi. -- ¿No podías esperarme?

El de ojos felinos mostró sus dientes y su rosadas encías en una amplia sonrisa. -- No podía, por eso me estaba masturbando viendo el vídeo que grabé de ti con ropa interior de mujer.

Jimin puso los ojos en blanco mientras se sonrojaba. -- Idiota.

El de hebras negruzcas se le acercó, acorralándolo contra la pared. -- Sí, bebé. -- El rubio sonrió, tímido, y el pelinegro no tardó en unir sus labios con los ajenos en un beso salvaje, junto ambos cuerpos, haciendo que su pene desnudo roce con el bulto del otro. Éste soltó un fuerte gemido agudo y Yoongi sintió como volvía a ponerse duro, se lo demostró al rubio moviendo sus caderas, volviendo así a provocar una fricción.

Jimin separó en un movimiento brusco a Yoongi y éste se preocupó, pensando que había hecho algo mal pero ese pensamiento voló de su cabeza cuando el rubio comenzó a desprender su pantalón, mirando seductoramente al pelinegro, se bajó de éste y debajo llevaba las bragas que le había regalado el otro chico.

-- Ahora sí soy tu princesa, bebé. -- Susurró y soltó su pantalón, haciendo que éste caiga por sus piernas hasta sus tobillos.

Yoongi se acercó sonriente y lo ayudó a quitarse la remera que llevaba, acariciando su cuerpo mientras lo hacía. -- Siempre lo fuiste. -- El rubio terminó de quitar su pantalón, levantando los pies y pateándolo lejos.

El de hebras negruzcas se inclinó sobre Jimin para atrapar entre sus rosados labios uno de sus pezones y succionarlo, el rubio soltaba agudos gemidos debido a esto, así que luego capturó con sus labios el otro. Cuando Yoongi vio que el rubio estaba lo suficiente excitado dejó su pezón para unir sus labios con los del otro en un beso desesperado, con sus venosas manos le acariciaba su esponjoso trasero, éste aún estaba cubierto con su ropa interior, por lo que el de hebras negras comenzó a bajársela.

Yoongi agarró los gruesos muslos de Jimin, levantándolo contra la pared abriendo sus piernas, éste envolvió sus largas piernas alrededor de su cintura, anteriormente lo había preparado por lo que no se preocupó en lastimarlo cuando lo penetró. Sus embestidas habían sido fuertes y profundas al principio, al contrario de las otras veces, el de hebras negras había tenido miedo de lastimarlo por lo que iba lento al principio pero ya no.

A medida que pasaban los minutos el pelinegro iba aumentando la velocidad de sus embestidas, al estar en esa posición le era imposible masturbarlo, por lo que trataba de hacer lo mejor en la penetración.

El de hebras negruzcas se corrió dentro del rubio, mientras que éste sobre su abdomen y parte del otro chico.

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