¿Por Amor?

Ha pasado una semana de la fiesta de la empresa y este es el último día trabajo antes de las vacaciones de invierno, que solo consiste en una semana pero todo el mundo podría pasar Navidad y Año Nuevo en familia.

Estas fechas ponían muy sentimental a la rubia, le recordaban cuando su madre le cocinaba tarta de manzanas para noche vieja. Ciertamente, los sentimientos están a flor de piel.

Ella estaba en el balcón del edificio, sentada viendo los cruceros partir hacia el Caribe desde Bayside. Era una hermosa vista, el clima era muy templado y le encantaba recibir la brisa marina. Estaba muy sumida en sus pensamientos hasta que alguien la interrumpio.

Natsu: ¿Estás bien?

Lucy: Si, estoy bien.

Con todo el esfuerzo del mundo, ella sonrió.

Natsu: Suenas un poco apagada.

Él se sentó junto a ella pero conservando una distancia prudencial.

Lucy: Ahora saldré a Nebraska y aunque amo a mi padre, esta época me da nostalgia por que recuerdo mucho a mi madre.

Natsu: Debe ser díficil convivir con ella y que de pronto ya no este. En mi caso nunca la tuve a mi lado pero quien sufre es Zeref.

Lucy: Mavis me contó que su suegra murió por dar a luz.

Natsu: Si, fui yo quien la mató.

Lucy: No digas eso, no fue tu culpa.

Natsu: Si yo no hubiera nacido, ella hubiera podido terminar su tratamiento de cáncer.

Lucy: ¿Acaso no fue ella quién decidio eso?

Natsu: Claro, fue su decisión suspender su tratamiento para que yo naciera, es por eso que es mi culpa.

La rubia se puso de pie, con sus brazos cruzados y se plantó frente a él. La mirada retadora que ella tenía simplemente hacía que a Natsu se le acelerara el corazón.

Lucy: ¡No debes culparte por la decisión que tu mamá tomó por amor!

Natsu: ¿Por amor?

Lucy: Si ella tomó esa díficil decisión fue por que te amaba sin ni siquiera conocerte físicamente.

Natsu: Según mi padre fue un capricho solo para no seguir con la quimioterapia.

Ella se sorprendio, el propio padre de Natsu le había dicho eso.

Lucy: ¿Capricho? Las madres hacen sacrificios por amor.

Natsu: ¿Eso crees? Entonces, ¿porqué ella no se cuido durante su tratamiento?

Lucy: ¿Estas acusando a tu madre de haber quedado embarazada a propósito?

Natsu: No es lo que quiero decir pero...

Lucy: Pero nada, ¿porqué tu padre se acostó con ella, si estaba en tratamiento?

Eso nunca lo había pensado el pelirosa.

Natsu: Yo no sé, ¿porqué ella se dejo?

Eso sintió que le partió el corazón a la rubia y Natsu igual sintió que habló demasiado.

Lucy: ¡Nunca creí que dirías algo tan machista, al parecer me equivoque contigo!

Natsu: ¡No es lo que quise decir! En serio, me excedí. Perdón...

Lucy: ¿Cómo puedes si quiera imaginar que tu madre lo hizo a propósito y encima acusarla de no cuidarse?

Natsu: No lo sé, es lo que mi padre...

Lucy: ¡Ya eres un adulto para estar pendiente de la opinión de tu padre!

Y ahi estaba la faceta severa de la rubia.

Lucy: Quizas un día simplemente como la pareja que erán, hicierón el amor y paso. No puedes acusarla de haber quedado embarazada por un capricho. Además, las quimioterapias son muy terribles, ¿cómo tu padre pudo seducirla si ella estaba delicada?

Él no tenía argumento con que defenderse.

Lucy: ¿Acaso no crees que ella te amaba tanto como para suspender su tratamiento para darte vida? Si ella hubiera sido egoísta, ella hubiera abortado.

La mirada jade del pelirosa se perdió por un momento en la vista de la ciudad. Su corazón estaba agitado.

Lucy: Tu madre si te amaba por que dio su vida a cambio de la tuya. Asi que, no creas que fuiste un capricho nada más, no le importo nada con tal de conocerte.

Ella se volvió a sentar juntó a él pero esta vez ella tomó su mano.

Lucy: Quizas ella quería que conocierás el amor, tal y como ella lo hizo. Con una persona que te apoye y te comprenda por quien eres, no por lo que tienes y si tu padre cree eso de tu madre, pues déjame decirte que ella esta mejor en el cielo que al lado de él.

Eso fue muy duro de digerir, él la miro con tristeza y eso hizo que la rubia se sintiera culpable. Por lo que lo abrazó.

Lucy: Lo siento... No quería ofenderte pero me dolio que hablarás asi de ella.

El pelirosa correspondió el abrazo y comenzó a sollozar. Nadie, ni siquiera Zeref, le había dicho que su madre lo amó. Él trato de controlarse para no llorar.

Natsu: Gracias por hacerme entender que lo que ella hizo por mí, fue por amor.

Lucy: ¿Te sientes mejor?

Natsu: Si. Perdón por haber hablado mal de mi madre.

Lucy: Debes pedirle perdón a tu madre, no a mí pero creo que donde quiera que ella este, te comprende.

Ella lo soltó y la sensación de vacío se hizo presente en él, por más que quisiera negarlo se estaba enamorando.

Lucy: Debo regresar a trabajar para irme temprano para el aeropuerto. Por favor, no te quedes tan tarde ¿si? Y trata de disfrutar esta época de fiestas.

Natsu: Gracias por hacerme reflexionar.

Ella solo le sonrió y se fue del balcón. La rubia se sentía mal por haberle hablado así a su jefe. En tanto, Natsu era el que miraba a los cruceros partir. Por un momento se sintió mal por pensar en que su madre fue egoísta pero ante la visión que Lucy le había planteado, él se sentía amado. Un amor diferente, un amor maternal.

Cuando regreso a su oficina escucho los gritos de alegría de Levy y Lucy. Sonrió por lo bajo, ya habían encontrado sus regalos en sus escritorios de seguro.

El manuscrito de la nueva novela de su autor en común favorito. Un día él las escucho hablar de su amigo Gajeel Redfox, que tiene su aerolínea pero también es escritor y su pseudnimo es MetalDragon.

Mientrás las chicas gritaban de felicidad preguntandose quien había hecho el regalo. La peliroja entró a la oficina de Natsu.

Erza: ¿Fuiste tú?

Natsu: No sé de que hablas.

Erza: A mi no me engañas, eres él único capaz de conseguir un manuscrito de MetalDragon.

El pelirosa solo sonrió y seguía trabajando en la computadora.

Erza: Me alegro mucho por tí, aunque fue muy inteligente darles el libro a ambas para despitar.

Natsu: Erza... Siendo sincero me gusta verla sonreír pero por favor no digas nada, yo sé que hablarán mal de ella, si saben que le estoy dando regalos.

Erza: Entonces, ¿lo admites?

Natsu: Si, lo admito pero no digas nada. No creo que ella me corresponda, ¿recuerdas? Soy su jefe y ella se irá.

Erza: ¿Qué hay con eso que estás ocupado para enamorarte?

Natsu: Mavis me dijo que si alguien te importa haces el tiempo pero no pretendo decirselo, solo la haré feliz mientrás ella este aquí.

Erza: Lo haces por amor y eso es lo más importante. A veces uno hace sacrificios por amor. Aunque si quieres mi humilde opinión, se lo deberías confesar.

Natsu: No se lo diré. No tengo valor, ¿qué le puedo ofrecer? Se cansará de esperar por el novio que vive en la oficina y que trabaja como loco para impresionar a su padre.

Erza: No lo sabrás si no se lo dices pero te prómeto, tu secreto esta a salvo conmigo.

Natsu: Gracias Erza.

La peliroja se retiro. Natsu trataba de concentrarse en su trabajo pero la plática con Mavis, Lucy y Erza rondaban su cabeza.

Por amor, se hacen sacrificios... Por amor, se es capaz de poner la felicidad de alguien más antes que la propia... Por amor, su madre sacrificó su tratamiento para que él tuviera la oportunidad de conocerla.

Aunque no le diría de sus sentimientos a la rubia, por que Lucy merece a alguien mejor que él. Un hombre que se dedique por completo a ella y no uno que se encierra en la oficina a trabajar.

Lucy: Debo irme, te veo en una semana.

Natsu: Nos vemos en una semana...

Ella corrió, abrazandoló.

Lucy: Felices fiestas...

Natsu: Felices fiestas, Lucy...

Ella se marchó y de nuevo la sensación de vacío se apoderó de él. Definitivamente, estaba enamorado.

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