Una falsa promesa

Tú le juraste, le prometiste, la ilusionaste
Y ella... ella parecía niña en carrusel de fresa.
Qué triste cuento.
Tú y tus manías caprichosas,
que ni por ella ni por mil más
ibas a elegir por sobre tí su felicidad.

Una promesa no encierra nada,
si quién la hace no cumple mucho.
Una promesa es toda vana,
si se pronuncia de un corazón que solo late en el egoísmo de avasallar sentimientos ajenos.

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