Prefiero amarte en mis sueños, dónde tú no hieres y yo solo te espero.
Dónde dices siempre solo lo que quiero oír.

Prefiero amarte en la quietud de la noche, que en el desorden de la vida.
Porque allí no hay fisuras y solo queda luego en mi recuerdo, tesoro que guardo y protejo.

Prefiero amarte en mis sueños, utopía eres que se me apetece y espero siempre.