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Jimin estaba en la sala de su casa, caminaba de un lado a otro, lleno de angustia y preocupación, hace tan solo un par de horas había dejado a la pareja en su casa, y hace más de cuarenta minutos que había recibido el mensaje de Tae.

Eran pasadas las 2 de la mañana, hasta que el timbre de su casa sonó, se levantó rápidamente del sofá donde se encontraba con su pareja y corrió a abrir la puerta.

Encontrándose con un tembloroso Taehyung, sin dudarlo, lo rodeo con sus brazos, atrayéndolo dentro de la casa, a los pocos segundos pudo sentir los espasmos en el cuerpo de Tae debido a que estaba sollozando, sin importarle nada, dejo que las lágrimas de su amigo empaparan sus ropas.

-Tranquilo TaeTae, todo estará bien-.

Pero el pequeño castaño sabía que todo estaba perdido.

¿Qué más puedes esperar de la vida después de la traición de una persona tan importante para ti? De la persona que lleno su vida en pocos meses con tantas palabras de amos y gestos cariñosos, y que en tan solo con una mentira que al fin salió a la luz de la manera más horrible, termino con todo.

Cuando Jungkook admitió haberlo engañado, acostándose con quien por muchos años odio por el simple hecho de quererle arrebatar lo más preciado que ahora tenía, el amor del pelinegro, su corazón se estrujo de manera dolorosa en su pecho, sintió por un momento el ardor en sus pulmones debido a la falta de aire, tal y como si fuera un ataque de asma.

Se quedó en el sofá con el rubio por un largo rato, hasta quedarse el dormido, sus mejillas aún se encontraban húmedas, pero ahora más tranquilo.

Jimin se levantó, dejándolo en su lugar cubierto por una manta, mientras tomaba a Yoongi de la mano y caminar juntos hasta la cocina.

-¿Qué crees que haya pasado?- pregunto el mayor, claramente preocupado –aunque no más que Jimin-

-No tengo idea, pero por ahora hay que dejar a Tae descansar, vallamos a la habitación-.

Yoongi solo asintió y ambos fueron a su habitación.

Mientras Jimin cambiaba su ropa casual por la de dormir en el baño, Yoongi se encargó de llamar a Jungkook, sin embargo, el pelinegro no atendió ninguna de sus llamadas.

-¿Qué estás haciendo?- al escuchar la voz del rubio, se giró solo para mostrarle la pantalla, y en ella los registros de las llamadas.

-Llamando a Jeon, pero ni siquiera se molesta en tomar el teléfono-

-Déjalo por ahora, mañana mismo hablaremos con Tae para saber qué fue lo que paso-.

-Como sea, ¿sabes? Todo esto me da mala espina, nunca debimos dejarlos solos viendo el estado tan deplorable en el que estaba Jeon-.

-lo sé, yo también me siento culpable, pero no saquemos conclusiones antes de saber la verdad-.

...

Los rayos del sol impedían que su sueño continuara, la fuerte luz traspasaba sus parpados, haciendo doler sus ojos y por consiguiente su cabeza también.

Entre pasos torpes y se dirigió a la habitación ya que toda la noche había dormido en el sofá.

Le extraño no ver a Tae en la cama, así que supuso que había salido, pero en cuanto se disponía a ir de nuevo a la sala, el pelinegro sintió un retortijón en el estómago que lo hizo correr hacia el baño y vaciar todo lo que había bebido y comido en la taza, tan solo pudo despertar totalmente cuanto sintió su garganta quemar.

"No volveré a tomar tanto nunca más" pensó.

Se quedó ahí un rato en tanto el dolor en su abdomen se aliviara un poco. 

Su cabeza dolía, no podía recordar nada con claridad y eso lo frustraba en demasía, sobo sus sienes, tratando de encontrar siquiera un poco de alivio con ello, mientras borrosas imágenes de la noche anterior regresaban a su mente.

Mientras más tiempo pasaba, su preocupación también aumentaba.

Habían pasado dos horas desde que había despertado, y Tae aun no llegaba a casa.

Busco por todo el departamento algo que le pudiera dar pistas de lo que pasaba, hasta que miro su teléfono tirado en la esquina cerca de un librero.

-Mierda- maldijo al ver la pantalla rota de una de las esquinas, sin embargo y por casi algún milagro este prendió, y lo primero en ver en pantalla eran las llamadas perdidas, todas con el nombre de Yoongi.

No tuvo otra opción que regresar la llamada.

-¿Jungkook?- escucho la voz ronca de su mayor.

-¡Hyung!- suspiro aliviado –Disculpa, pero ¿sabes dónde está Taehyung?-.

-¿Y aún tienes el descaro de preguntar por él?- en su voz se reflejaba notable enojo hacia el menor.

-¿De qué habla, hyung?, no he hecho nada-.

-Aja nada...-

-¡Basta Hyung!, desperté esta mañana con dolor de cabeza terrible y sin recordar nada, por ahora lo único que quiero es saber dónde está Tae-.

Pero el silencio se mantuvo en la línea después de pronunciar aquellas palabras, harto de todo estaba dispuesto a colgar hasta que de nuevo su mayor hablo.

-Explícame eso de que no recuerdas nada-.

-Lo que escuchó, no recuerdo casi nada de anoche, ni siquiera de como llegue a casa- explicó.

Yoongi por su parte, dudaba de si creerle al menor o no, quizá lo haría, pero por ahora estaba seguro de que Tae no quería ver ni escuchar a Jungkook.

-Escúchame Jeon, intenta recordar algo, lo que sea... Y Tae está bien-.

-¿Esta con ustedes?... Voy para allá hy...-

-No, por ahora no...-

...

Aquella mañana para Tae había sido distinta, amaneció algo adolorido de su cuello debido al lugar donde había dormido, dándose cuanta después que se encontraba en un sofá y la manta que lo cubría había caído al suelo cuando él se sentó.

Fue cuando recordó como había llegado ahí, estaba en la casa de Jimin.

Se quedó por un rato así, en su mente aún se repetían las palabras de su "pareja" la noche anterior, Jungkook había sido tan cruel con él, la manera en la que soltaba cada una de sus palabras, era como si lo estuviera culpando a Tae de todo, como si lo odiara.

Hasta cierto punto él lo entendía, muchas veces al inicio de su relación, se planteó si la situación fuera al revés. Por algunas veces, le dolió verlo desde un punto de vista diferente, como era una relación con alguien de quien nuca pudieras escuchar sus lindas palabras o su melodiosa risa, en su caso, él se encargaría de hacerle saber a aquella persona que a pesar de todo siempre estaría a su lado, como muchas veces se lo prometió Jungkook.

Promesas que fueron destruidas, desgastándose con cada te amo lleno de lastima, o caricias de consolación. Así era como lo sentía ahora.

Jimin entro a la sala, encontrándose con la mirada perdida de castaño en el sofá, sus ojos aún se encontraban rojos a pesar de haber parado su llanto hace horas, él solo se sentía cansado.

-Tae, hola- el nombrado solo giro la vista e intento fingir una sonrisa en respuesta -¿Quieres desayunar? , debes estar hambriento- y nuevamente, solo asintió.

Para cuando ambos ya se encontraban en la mesa degustando los panqueques que había preparado el rubio, la pareja de este bajo, Yoongi con un aspecto somnoliento aún, saludo a ambos y los acompaño en el desayuno.

La pareja había evitado algún acto que se mostrara cariñoso en demasía frente al castaño, para evitar que este se sienta incomodo, pero aun así este se dio cuenta, sin embargo trato de ignorarlo.

-Tae- hablo el rubio tomando su mano para darle un poco de seguridad -¿quieres contarnos que fue lo que paso?...- 




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Se que había dicho que lo subiría ayer pero tuve un par de inconvenientes con la computadora -ya que guardo la historia en un archivo en word.-

Pienso recompensarlo subiendo 2 capítulos el próximo fin de semana. 

A todo esto, ¡muchas gracias por leer! ya son 150 leídas.

tal vez parezca poco, pero eso para mi ya es un logro. 

Errores serán corregidos después.

-Akira.

Pdt.: ¿les gusta las historias con temática sobrenatural?...

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