Volvió a ser el mudo.

Su respiración era bastante agitada, corrió lo más rápido que pudo, como sí un ladrón lo estuviera persiguiendo, llagó a su casa, abrió la puerta y se encerró en su cuarto, sus mejillas aún estaban rojas, talvez haya sido por el frío que hacia afuera o talvez por el incomodo momento que había tenido, se sentía temeroso, y como no! Con semejante hombre que había visto y mas siendo el padre de la chica que está enamorado.

Un suspiro salió de sus labios acompañado de una hermosa sonrisa.

Unos leves golpes se escucharon a través de la puerta, se ánimo a abrirla, encontrándose con su abuelo adoptivo, Roshi.

-Goku estas...?-el viejo Roshi no pudo terminar de preguntar cuándo el joven de cabello alborotado prácticamente se le lanzó a los brazos, abrazándolo con ferocidad y alegría, Roshi no dudo en corresponderle.

-Ella también me quiere-habló con claridad, haciendo que el viejo se le abrieran sus ojos en su totalidad, era la primera vez que escuchaba a Goku hablar, se sintió conmociónado.

-Goku puedes hablar! Que alegría hijo!-dijo el buen Roshi, volviendo a iniciar un nuevo abrazo, ambos rieron un poco- desde cuándo puedes hacerlo..-se ánimo a preguntar, el jovencito se sintió algo apenado.

-Comencé ha-hace un me-mes.

-Vaya que te lo tenías guardado-rió un poco.

-Quería que fuera una so-sorpresa-dijo con suavidad en su voz, Roshi sólo sonrió.

-Esto hay que celebrarlo, además...cómo es eso de que ella también te quiere, he?-sonrió pícaro, haciendo que el joven se le ruborizaran las mejillas.-date un baño que cenaremos fuera-dijo Roshi, dándole el espacio a su "nieto", saliendo de la habitación, Goku lanzó a su cama, abrazando su almohada, sus latidos se aceleraron a más no poder.

Así se sentía estar verdaderamente enamorado?.

Dejó sus pensamientos a un lado, buscó ropa en su closet y se dió una rápida ducha, tocó la ventana mientras aun tenía su toalla enrollada en su cintura, pudo notar que hacía frío, aún mas frío que hace unos minutos que el había llegado.
Se colocó una ropa bastante cómoda y salió a darle el encuentro a su abuelo adoptivo.

Dieron las 8:30 de la noche, el anciano y el joven degustaron de una deliciosa y aborchonada cena, pues Goku le contó todo lo sucedido al único hombre que podía darle algún consejo o algo por el estilo.

Regresaron a su casa, mientras Goku recalcaba los detalles de ese dibujo que hizo hace unos días.

-Mañana será un gran día-suspiró y se acostó en la cama, acomodandose entre las sabanas, logrando el sueño al instante.




Unos golpes en la puerta hicieron que el joven de cabello alborotado abriera levemente sus ojos, abriendo la puerta aún somnoliento.

-Goku, apresúrate, se te hace tarde...-dijo Roshi quien había escuchado los ronquidos de Goku y se extraño al no verlo ya en el comedor.

-Pero si sólo son las 7:45...-dijo en forma de queja mientras soltaba un bostezo, regresó su vista para ver nuevamente la hora, abrió sus ojos en su totalidad, pareciesen que se hubiesen salido de su orbita.-7:45!!! LLEGARÉ TARDE!-gritó, aunque su voz sonó aún mas aguda, azotando la puerta provocando que Roshi se golpeara la nariz con ella, bajó a la cocina para colocarse un poco de hielo.

Goku corría como loco en la habitación.

Un día tan especial y tuvo que levantarse tarde?.

Lo mas rápido que encontró fueron unos pants azules y rayas blancas a los costados, una camisa blanca y por encima un suéter del mismo diseño que el pants, lavó sus dientes, tomó su mochila y salió con rapidez de la casa, corriendo hacia la preparatoria, logrando hacer un record llegando en 10 minutos.

Trató de normalizar su respiración, a unos metros de distancia logró ver a Krillin, llamándole, haciendo que éste lo esperara y fueran juntos al salón de clases, pudieron observar que varios alumnos que iban en el mismo salón que ellos estaban fuera.

-Por que no están en del salón de clases?-preguntó Krillin a una linda rubia.

-El maestro no vendrá, al parecer se lesionó el pie-sonrió ella.

-Genial!-dijo Goku en sus pensamientos, sonriendo victoriosamente.

-Gracias-hicieron una pequeña inclinación, y caminaron al salón, Goku sacó rápidamente de su mochila una hoja donde su amada estaba ahí dibujada, Krillin sólo observo, arranco una rosa que había en el jardín y se la entregó a Goku, dándole la señal que sólo eso le faltaba para su declaración, los jóvenes escucharon voces conocidas, sobre todo para el joven de cabello alborotado.

-Dinos Milk, cómo es tu chico ideal?-preguntó Bulma, mientras Goku y Krillin escuchaban atentos, más Goku que Krillin, ambos escondidos tras el umbral de la puerta.

-Es muy lindo, inteligente, aunque algo tímido, además dibuja hermoso-dijo la pelinegra con una sonrisa, Vegeta frunció su ceño, por casualidad corrió su vista a la puerta, logrando identificar a ese de cabellos alborotados que tanto detesta, curvó una sonrisa.

-Bulma, tu saldrías con un chico mudo?-preguntó Vegeta a la peliazul, claramente con dobles intenciones, Milk volteo a ver a su amiga, atenta a la respuesta de ella, la peliazul hizo una mueca de asco y burla.

-Nunca, por más y millonario que sea no saldría con un mudo, me aburriría rápidamente de él, sería la burla de todos-respondió la peliazul, mientras sacaba de su mochila un espejo y retocaba el color de sus labios.

-Y tú Milk?-Miró de reojo hacia la puerta, donde aún podía ver al chico de cabello alborotado, éste al escuchar la pregunta, trató de hacer sus oídos mas agudos.

-No puedo decirlo, son los únicos amigos que tengo-dijo la pelinegra en sus pensamientos-además solo estamos nosotros tres.

Dió un suspiro.

-Tampoco, como dice Bulma, me aburriría fácilmente de él, además de que sería la burla de todos.-dijo ella con cierto nerviosismo en su voz, Vegeta lo notó.

-Encerio? Te oyes nerviosa-dijo Vegeta curveando más su sonrisa, todo marchaba a la perfección.

-Claro que es verdad-que mas decir?-no andaría con un mudo, no tendría un buen futuro con él, sólo sería un estorbo en mi vida-dijo ella con mayor firmeza en su voz, logrando "convencer" a Vegeta.

La hoja y la rosa que tenía Goku en sus manos cayeron al suelo, junto al sonido de unos pasos acelerados.

-Goku!-gritó Krillin, haciendo que la pelinegra girase hacia la puerta, Krillin le dedicó una mala mirada y se hecho a correr tras su amigo.

Milk se levantó de su asiento y trató de ir tras Goku, pero Vegeta la tomó del brazo.

-Déjalos, esto no te incumbe, o si?-dijo Vegeta mirando a Milk fijamente a los ojos.

Ella miró la puerta y volvió a los ojos de Milk.

-No, claro que no.-dijo sin más, volviendo a su asiento tratando de tranquilizarse.

-maldición! Yo tuve la culpa de todo!-se reprochó mientras sentía que sus lagrimas amenazaban con salir.

Mientras un chico de cabello alborotado estaba bajo unos árboles, ocultándose entre los arbustos, sintió su pecho dolerle y sentirse sofocado.
Sus ojos le comenzaron a arder, sus lagrima no tardaron en salir.

-Goku!-era la quinta vez que Krillin le llamaba, no recibió respuesta de su amigo, las nubes grises estaban debajo de el, unas gotas calleron sobre su calva cabeza, sin saberlo Krillin estaba cerca de Goku, pero éste solamente quería estar sólo.

Varias gotas empezaron a caer, ya tenía unos treinta minutos buscando a su amigo, se rindió, aunque algo le decía que su amigo de cabello alborotado estaba ahí.

-Goku!, quiero que sepas que cuentas conmigo! cuando estes mas tranquilo hablemos!-y sin más que decir se marchó hacia los salones del instituto.

Su garganta no podía pronunciar palabra.

Hace unas semanas había dejado de soñar con el asesinato de sus padres, ahora sólo sus sueños eran con ella.

No le dolió lo que Bulma o los demás digan sobre él.

Le dolió que todas esas mismas palabras salieran de los labios que él había probado el día anterior, esos labios que juró que lo quería.

Pero no.

Quería gritar, sabía que con eso su dolor cesaría un poco, sin embargo su garganta no le permitió soltar un ligero quejido o algo, simplemente hundió su cabeza entre sus piernas, abrazandose.

Lagrimas derramadas en silencio.

Una vez más, la vida le enseña que no todo es color rosa.

Sus lagrimas se mezclaban con la lluvia, amaba la lluvia porque lo relajaba,  pero ahora?.
Ahora lo hace sentir de lo peor.

Se levantó del suelo, y caminó hacia la salida, dió un vistazo a su escuela.

Y giró su cuerpo, caminando en dirección a su casa.

Todo el camino trato de hablar y desahogar su dolor con palabras, pero simplemente su garganta no se lo permitía!.

Y ahora.

Sólo, volvió a ser el mudo.

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