Regresa.

Llegó presuroso a su habitación, sus ojos estaban hinchados y llenos de lágrimas, y cabe mencionar su ropa, toda mojada debido a la lluvia, al llegar a su habitación cerró la puerta y le colocó seguro, se tumbó a la cama y continuó llorando, sentía un dolor en el pecho.

Dolía, y mucho.

Tocaron la puerta varias veces pero Goku no logró responder, quiso gritar, pero no podía, a pocos minutos después su habitación estaba hecha un desastre, sus amados libros, todos esos dibujos que había hecho durante todos estos años desde que llegó con Roshi, todos ellos ya se encontraban destrozados.

Así como una sonrisa enamora, una acción te decepciona.

Quedó de pie en medio de la habitación, se asombro al ver todo lo que él habia hecho, sus cosas no tenian la culpa, limpió sus lagrimas y se metio al baño, abrió la llave de agua caliente y comenzó a quitarse sus ropas, se adentro a la tina que tenía, soltó un suspiró y trato de relajarse, sin embargo su mente entaba en contra, recordó las palabras que salieron de ella, comenzó a jipiar mientras las lagrimas volvían a aparecer y sus sollozos se hicieron mas fuertes.

Pareciese como si el tiempo se hubiera detenido, desahogó todo su dolor, abrazando sus piernas mientras sus labios se movieron con nerviosismo.

-mamá...

La extrañaba, si ella aún estuviese vida estaba seguro de que ella le daría un fuerte abrazo y haría todo lo posible para que el sonriera, pero no, tenía que aceptar la realidad, ninguna de su familia estaba con vida.
Salió de la tina, aun desnudo camino hacia su armario, y busco ropa abrigada mientras debajo de sus ropas había una gran maleta de color azul, se extrañó al verla, fue entoces que un recuerdo con su abuelo adoptivo se hizo presente.

••Flash back••

Un lindo jovencito de 13 años miraba con curiosidad una enorme maleta de color azul, mientras que el adorable Roshi sonreía.

-Mira Goku! para que viajes a donde tu quieras hijo!-dijo Roshi mientras Goku le miraba aun sin comprender.-Acaso no te gustaría visitar otros paises? mientras vivas conmigo te daré el privilegio de que viajes a donde tu quieras, no sientas pena de decírmelo-el jovencito sonrió al comorendee lo que decía, sin tomarle mucha importancia.

••Fin del flash back••

aún la conservaba y en algun momento pensó en llevarla a la sala de cosas viejas, si bien, la maleta no estaba vieja, simplemente el siempre se decía...para que la quería si el no tenía pensado hacer viajes?

Ahora se agradeció por no haberlo hecho, con el ceño ligeramente fruncido sacó la maleta y la coloco sobre la cama, tomó el cierre y la abrió, miró las ropas de su armario, tomó de un sólo jalón todo lo que sus manos le permitieron, su sonrisa ahora era opacada, sus ojos estaban cristalinos.

No parecia él.

giró su rostro, sus ojos observaron el suelo, justamente donde se encontraba su libreta de dibujos.

Presuroso tomó la libreta en sus manos y hojeo un par de veces, solo pudo encontrar un dibujo de ella, de Milk, estaba arrugada la hoja, pero no le tomó importancia.

hojeo un par de veces más, tratando de encontrar el dibujo que habia hecho especialmente para ese día.

Recordó que se le habia caído su otra libreta al salir corriendo de la escuela.

una lagrima intentó escaparse de sus ojos, pero Goku no la dejo que continuará su trayecto, limpiándose con la manga de su camisa, le hecho un vistazo a su habitación, tomó el cierre de la maleta y la cerró, acomodando sus libros ahora maltratados en su lugar correspondiente, tomó la maleta en sus manos y salió de la habitacion.







-Por que tan nerviosa, niña.-habló Vegeta mientras sonreía, la pelinegra hizo caso omiso, mientras movía sus dedos y los golpeaba con la mesa, provocando ese impaciente ruido.

-Soy una estúpida-se reprochó en voz baja, pero lo suficientemente agudizado para el peliflama y la peliazul.

Krillin se encontraba por las calles mientras traía consigo la libreta de su amigo, no entró a las ultimas dos clases, Goku era su amigo y no podia dejarlo sólo.

caminó en dirección a casa del pelinegro, tocó un par de veces, pronto una mujer de unos 38 años abrió la puerta.

-Hola joven Krillin, en que puedo ayudarle-habló con amabilidad mientras miraba al calvo.

-Ehh...Goku se encuentra aqui? vengo a visitarlo-anteriormente habia ido a todos esos lugares en dónde él iba con Goku, pero no lo encontró, supuso que se encontraría en casa.

-Lo lamento joven Krillin, pero el niño Goku salió...

-Entonces sí vino para acá...le importaría si lo espero en la sala?-dijo Krillin mientras se aproximaba a ingresar pero la mujer lo detuvo.

-Goku se fue de viaje y por lo que escuche de Roshi él no volverá...-dijo la mujer desanimadamente, Krillin frunció su ceño, mientras apretaba la mandíbula.

-Gracias-y sin preguntar más, salió corriendo a gran velocidad, vió un taxi pasar, se subió y pidió que lo llevaran al aeropuerto-Goku, no hagas una tontería-pasaron unos diez minutos, le dio un billete al chófer del taxi y salio corriendo, buscó desesperadamente con la vista a su amigo, solamente logró encontrar a Roshi moviendo su brazo, en señal de despedida.

-Roshi, dónde esta Goku!-se apresuro a preguntar, aunque era sumamente obvia la respuesta.

-Se fue, y no piensa volver...-soltó un suspiro-hablé con él pero siguió insistiendo en que quería irse, sin duda esa niña Milk lo lastimó mucho...

Krillin soltó un suspiro de frustración, mientras apretaba la libreta hacía él, en tan poco tiempo se habia encariñado con Goku, incluso le decía hermano en repentinas veces.

Era el único amigo que tenía el calvo.

Con melancolía se marchó a su casa, mientras tendría que esperar impacientemente unas horas para poder hablar o más bien comunicarse por chat con su amigo, pues Roshi también le comento que Goku no podía hablar y se tiene que volver a comunicar con letras.


Una pelinegra alfin salía de la escuela, caminó presurosamente mientras el hecho de recordar a Goku corriendo le hacia sentir culpable, había herido ese hermoso corazón lleno de nobleza y ternura.

Sí bien, se dejo llevar por cobardía.

Levantó su vista y vió hacia su muñeca, donde se encontraba su pequeño reloj digital.

2:30

Pasó media hora caminado? tan lento iba? quedo frente a casa de Goku, sus manos temblaban y sentía su pecho una leve opresión, dió unos pasos y se dio cuenta de qué ya estaba en la puerta, sus nudillos le ayudaron a hacer ruido en la puerta, fue cuando se dio cuenta que a un costado estaba el botón de timbre.

-Que haces aquí-Krillin pasaba por la calle y logró ver a la pelinegra, frunció su ceño-acaso no te fue suficiente con despreciarlo de esa manera?-dijo con rabia en su voz, los ojos de Milk se ponen cristalinos.

-Vengo a disculparme, fui una tonta que se dejo llevar por las palabras de los demás, yo realmente lo amo-dijo ella mientras leves sollozos salíeron de su boca, Krillin seguia igual.

-Es tarde para que te disculpes, pierdes tu tiempo, por que no mejor lo dejas en paz y te vas con tus "grandes" amigos-hizo comillas con sus dedos, mirandola con firmeza- te digo algo Milk...si de verdad Bulma y Vegeta se consideraran tus amigos, te aceptarían tal y como eres, respetarían tus gustos y tratarían de apoyarte, sólo viven criticado a los demas y tu por "encajar" con ellos les sigues el juego, adios Milk.-con un movimiento de manos el calvo se alejo dejando aun mas triste a la pelinegra, cada palabra que él le habia dicho era verdad, unas lagrimas se escaparon de sus ojos, tocó el timbre de la casa repetidas veces, pronto el viejo Roshi fue quién abrió.

-Hola maestro Roshi, vengo a buscar a Goku, necesito hablar con él-dijo la pelinegra haciendo una pequeña reverencia.

-Goku no se encuentra-dijo Roshi con seriedad.

-Porfavor! No me niege verlo-pidió  ella.

-Niña...Goku se fue de la cuidad, y el mismo me comunicó que no quería saber de ti, lo lamento-sin dejarla responder cerró la puerta, la chica cayó al suelo mientras sollozaba.

Ahora que haría?

-Perdóname Go-Goku...-y salió corriendo hacia su casa, encerrandose en su habitación, abrazando ese peluche el cual él habia dejado un poco de su aroma-regresa Goku.

Pero hay veces que un simple perdón no basta.





Un lindo jovencito observaba por su ventana el paisaje del lugar, mientras en sus manos tenía su amada libreta y dibujaba el paisaje para distraerse, comenzaría una nueva vida y olvidaría, pero el sabia muy bien que...

olvidar es sólo engañarse a uno mismo.

aun así, lo intentaría.

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