Opresión.

Habían pasado dos semanas desde que el curso comenzó, durante todo el tiempo Goku se dedicaba a darle unos detalles a su dibujo el cual estaba plasmado el rostro de la chica pelinegra.

Era un nuevo dia, esta vez Goku se levantó con rapidez, ni siquiera desayunó, algo que se le hizo raro al abuelito adoptivo de Goku.

Goku tenia hambre, pero quería entregar eso que era algo realmente valioso para el, detuvo su carrera para comprar una hermosa rosa de color Blanca, volvió a correr, entro con cautela a su salón, aun no había llegado nadie, de su mochila sacó ese dibujo el cual de llevo unas dos semanas enteras para que el dibujo saliera a la perfección.
Miro su dibujo, verificando que todo fuera perfecto, de acerco al asiento de Milk y su otra compañera, dejo aquella rosa blanca y el dibujo en el lugar de la pelinegra, abrió la puerta, asomandose un poco para verificar que nadie lo observara, salio al patio trasero, faltaban 20 minutos para comenzar las clases, así que comenzó a hacer un poco de su tarea encargada por los profesores.

Goku se sentía extraño, pero ese sentimiento lo hacia sonreír aún mas todos los días.

Se había enamorado, un amor a primera vista como lo había leído en uno de sus tantos libros.

Pero ella no sabía de la existencia del chico, o mas bien, no le prestaba atención.

Sera por la trauma que tiene Goku?

El solo la ha observado desde lejos, no ha tenido el valor de siquiera saludarla con un movimiento de manos.

Los 20 minutos pasaron rápidamente, Goku observo su reloj y se dispuso a ir a su salón, justo cuando hizo su ingreso, escucho esa voz de la chica del cual está enamorado.

-Quien dejo esto?- escucho decir, una pequeña sonrisa apareció en los labios del chico de cabello alborotado.

-no lo se pero es hermoso-dijo la acompañante de la pelinegra, goku paso por su lado, roso con ella, haciéndola mover.

-discúlpame, no me di cuenta que venias-Dijo la pelinegra inclinándose un poco, Goku solo sonrió.

-no pasa nada-dijo Goku en su mente, tenia tantas ganas de hablarle, pero no puede, no aún.

-oye Milk no crees que ese dibujo sea de 17?-pregunto la peliazul, Goku negó con la cabeza, mientras de reojo observaba a Milk, ella frunció su ceño, tomó el dibujo que estaba en una hoja y la rompió, hizo lo mismo con la rosa blanca, y por último los votó a la basura.

Goku sintió una fuerte opresión en su pecho al presenciar lo sucedido.

-No quiero tener nada con ese es estúpido, ya me tiene harta-dijo Milk con molestia, sentándote en su asiento correspondiente, cruzada de brazos.

-Milk ya superalo, eso fue hace tres años, todavía estábamos mas jóvenes y no sabíamos que era lo hacíamos- dijo la peliazul, sentándose con su amiga al lado.

-no me importa, ya no quiero nada con el-sentencio la chica de cabello negro.

Goku había colocado su cabeza entre sus brazo los cuales estaban puestos en la mesa, una pequeña lagrima salió de su ojo.

Pensó que con ese dibujo, ella investigaria quien lo hizo y entonces el con alguna señal le diría.

-yo lo hice para ti, por que me gustas.

Pero no, le habían metido la idea de que el dibujo era de un tal 17 y con eso, el dibujo que hizo con tanta calma y esfuerzo, paró a la basura.

El timbre sonó, unos tres minutos después sintió un golpe en la cabeza, haciendo que el levantara su rostro.

-hey, ya levántate Insect Mute-dijo el chico de cabello en forma de flama, Vegeta.

Las clases pasaron con normalidad, bueno con Goku no tanto, lo que había pasado esa mañana no fue de lo mas esperado para el.

Salio de la escuela, a paso lento pronto su abuelo adoptivo pasó por el para ir juntos a casa.

-que tal te fue hoy-inicio una conversación el señor Roshi.

Goku con un movimiento se manos le dijo que bien.

-hijo, hoy quiero que vengas conmigo al gimnasio, no te gustaría practicar artes marciales?-preguntó el viejo con una sonrisa, Goku sonrió levemente, y asintió con la cabeza.

Ambos fueron al gimnasio donde el viejo Roshi le enseñaría a Goku unas técnicas de combate, el cuál cantaron la atención del joven pelinegro.

-se ve divertido- dijo en su mente, sonriendo.

Unas risas llamaron su atención nuevamente, mientras el abuelo Roshi daba instrucciones a otros alumnos, Goku se levantó del suelo y fue a donde aquella risa se le hizo conocida.

Era ella, ella junto a sus dos amigos.

-no querrás meterte a eso verdad? Eso es para chicos, no para señoritas como nosotras- escucho que dijo la linda peliazul, mientras la pelinegra volteaba a ver el local donde estaba Goku, pero no lo vio a el.

-Claro que no bulma jaja-Milk rio un poco nerviosa, siguiendo los tres su camino.

-le gusta las artes marciales a Milk?-se pregunto, mientras una sonrisa salio de sus labios.

-que haces Goku?-escucho a sus espaldas, encontrarse con el abuelo Roshi, Goku solo negó, sonriendo.

Ambos fueron al centro del ginmasio, Goku decidió ponerse a entrenar un poco.

Y sin quererlo, Goku había descubierto algo que los amigos de Milk no se habían dado cuenta.

-lucharé para acercarme a ti

Y su trauma no le sera un impedimento, ahora tiene un motivo por el cual superar todo.

Un chico enamorado es capaz de cualquier cosa y mas si se tratas de su primer amor.

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