Un niño de 3 años de edad se encontraba bajo la cama, con sus rodillas flexionadas, abrazandolas a si mismo, sus lagrimas no dejaban de cesar, su cuerpo estaba temblando, tenia miedo, mucho miedo.

La puerta se abrió de golpe, unos pasos se escucharon acercarse, Goku cerró sus ojos, esperando a que esos malechores no lo encontraran.

Escucho un grito desgarrador, un sollozo salió de los labios del pequeño Goku.

Error.

Sintió su brazo ser jalado hacia el exterior, lo habían encontrado, tomándole de los cabellos alborotados, jalándolos hacia la sala de la casa.

Otro grito se escucho, Goku no sabia que hacer, apenas era un niño de tansolo 3 años!

El malechor soltó a Goku, este cayo al suelo ante la fuerza del maleante, Goku elevó su vista, sus ojos se abrieron como platos, se quedo en shock, unas gotas de sangre salpicaron su pequeño rostro.

Estaba observando como su madre estaba siendo mutilada.

Goku cerro sus ojos para no seguir viendo tal barbaridad, pero su destino estaba en contra, uno de los hombres volvió a tomar al niño, obligándolo a seguir observando, Goku negaba con la cabeza.

Una, dos, tres, cuatro fueron las horas de sufrimiento para Goku, en el suelo estaba un charco de sangre, las ropas de Goku estaban manchadas, sin mencionar que algunas partes de los cuerpos de sus padres estaban ahí tiradas.

Fue ahí donde comenzó su infierno.

Pasaron los años, Goku al ser tan pequeño lo llevaron a un orfanato, en esos años Goku no articulaba ninguna palabra desde que llego al orfanato, muchos lo tomaron como una persona Muda pero eso no era verdad, simplemente Goku tenía un trauma y gracias a ella no puede hablar, pero sabía el significado de todas las cosas.

Goku necesitaba ayuda.

Pero nadie le tomo importancia, dejándolo a un lado.

Goku al cumplir los trece años fue echado del orfanato, lo tomaron como un estorbo, aparte de qué con el pasar de los años decían que no había esperanza de que alguien a un niño mudo fuera adoptado.

Vagaba por las calles, llorando en silencio, como todos estos años.
Sintió su estómago rugir, rogando a que le presten atención.

De donde conseguiría comida? No tenia dinero, apenas y le habían dado unas pequeñas galletas para qué el niño "sobreviviera" hasta conseguir un trabajo.

Resignado se dejo caer en el suelo en un callejón obscuro, abrazo sus rodillas, volviendo a inundar sus ojos de lagrimas.

el mundo era muy cruel con ese joven que apenas cumplía los trece años, cuanto daría él para qué todo lo que ha estado viendo, solo fuera una de sus pesadillas, queriendo que su bella madre los despertar y le dijera con dulzura.

-todo estas bien, estoy contigo.

Pero no, esa era la realidad, cruel e injusta y solo queda afrontarla o seguir con lo mismo toda la vida.