Epílogo.
-Nervioso?-Habló un joven calvo a su amigo, quien vestía de blanco y un moño rojo en su cuello.
-So-solo un poco-Dijo con dificultad.
-Que no ya habias terminado con tu problema de hablar?-se burló el calvo, haciendo que el pelinegro de cabellos alborotados se sonrojara-vaya Goku, no creí que te casarías a los 19 años.
-Yo tampoco-sonrió aun con el rubor en sus mejillas-en realidad fue Milk quien me pidió que nos casáramos.
-QUE!?-gritó asombrado.
-Todos dicen eso cuando les cuento-Goku sonrie, la puerta de la habitación se abre, dejando ver al viejo Roshi.
-Ya es hora-avisó, Goku asintió mientras se dirigía al patío trasero, donde se llevaría a cabo la celebración.
-Wow Goku que guapo te vez-Llegó Lunch mientras quitaba unas pequeñas arrugas que tenía el traje.
-Gracias Lunch-Sonrió apenado.
-Aun sigo sin acostumbrarme a oir tu voz a la perfección, Goku tienes voz de niño pequeño-sonrió la peliazul, haciendo que su acompañante tambien lo hiciera.
Ambos platicaron por unos minutos más, hasta que el juez pidió que el novio se colocara en su posición, y así lo hizo, sus manos le sudaban terriblemente, y su corazón latía a mas prisa.
Pero en cuanto la vió todos sus nervios se tranquilizaron, o más bien lo paralizaron, se veía tan hermosa con un vestido blanco y su cabello suelto con unos pequeños arreglos, la hacia lucir perfecta para sus ojos.
Sus miradas se cruzaron, sonriéndose con ternura y amor, Milk caminó lentamente hacia su pronto esposo, llegó hacía él y se tomaron de las manos.
Pronto escucharon las palabras del juez, mientras los pelinegros se observaban mutuamente por el rabillo de sus ojos.
-...Por el resto de tu vida?-escuchó Goku quien de un momento a otro estaba bastante sumido en sus pensamientos.
Hubo un silencio incomodo para muchos, la pelinegra jalo débilmente la mano de Goku, quién al instante reaccionó.
-AH?!...eh s-sí, acepto-Un sonrojo cubrió sus mejillas ante el vergonzoso momento.
El juez volvió a hacer la misma pregunta pero ahora dirigiéndose a la pelinegra.
-Claro que sí, acepto-Era oficial, ahora estaban casados, Milk se volvería la señora Son.
Les dieron el permiso del beso, ambos un tanto sonrojados pero con una sonrisa, acercaron sus rostros, juntando sus labios por unos segundos, para después escuchar los aplausos de los invitados y los lloriqueos por parte de Ox Satán padre de Milk y de Lunch.
La celebración se llevo a cabo en el mismo lugar, todos los invitados celebraban la unión de los nuevos esposos.
-Mi hermanito ya no estará en casa-comentó un tanto celosa y triste.
-Lunch, recuerda que Goku prometió visitarnos todos los días-comentó el viejo Roshi, habiendo que la peliazul volviera a sonreír.
Las horas pasaban como una estrella fugaz, los jóvenes esposos se encontraban dentro de un coche moderno y elegante, el pelinegro era el que manejaba y a su lado estaba la pelinegra.
-Hora de irnos...-un sonrojo cubrió sus mejillas-Señora Son.
Con un movimiento de manos y sonrisas los jóvenes esposos se despidan de los pocos invitados que habían quedado.
Pasaron unas tres horas en el trayecto hacia su nuevo hogar, pues se encontraba en un lugar bastante lejano de la ciudad, era nada más y nada menos que en la montaña Paoz.
Goku estacionó el coche y giró su rostro hacía su reciente esposa, se encontraba dormida, sus hermosas mejillas sonrosadas y sus labios un poco rojos debido al labial que se por sugerencia de Lunch se lo había puesto.
Acercó su mano y acarició tiernamente la mejilla de la pelinegra, para despues depositar un suave beso en ésta.
Bajó del auto y abrió primero la puerta de la casa, después abrió las del auto y la tomó en sus brazos, llevándola hacía la habitación de ambos, la depósito con suavidad en la cama para no despertarla, regresó al auto y sacó las maletas y lo demás, al cabo de unos diez minutos Goku ya se encontraba en su habitación, donde Milk seguía dormida, se acostó a su lado y la abrazo tiernamente, fue ahí donde Milk abrió sus ojos.
-Perdón Goku, me quedé...-Goku nego con la cabeza mientras la callaba con un beso en los labios.
-N-No te preocupes, será mejor que descansemos-La pelinegra sonrió mientras rodeaba a su reciente esposo por la cintura y hundía su rostro en el pecho de éste, quien le dió un beso en la cabeza y le abrazo.
Milk sonrió, sabía que habían hecho bien en ir a buscarlo a Hiroshima y pedirle perdon en aquella ocasión, ahora estaban unidos y nada ni nadie podrá separarlos, puede que la envidia persista por parte de algunas personas, pero ahora les tocaría a ellos dos luchar como lo habían estado haciendo.
...
Pd: estaré editando los capitulos👀
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