𖦹 Veintiocho 𖦹

Chris se preguntaba por qué las cosas habían terminado así.

Felix ya no le hablaba, no contestaba sus mensajes y ni siquiera lo miraba, haciendo preguntar qué había hecho mal.

Para su desgracia, MinHo también había comenzado a juntarse más con él, confesando que también sentía un distanciamiento con Felix, ya que el mudo había decidido juntarse más con JiSung y él seguía sin animarse a hablarle.

¿Por qué las cosas tenían que ser así?

A Chan le costaba ver a Felix de lejos, quería al menos volver a ser los amigos de antes.

Quería volver a intentarlo.

Quería estar a su lado de nuevo.

—¿Por qué no aprendes lenguaje de señas?— le preguntó MinHo un día—. Así podrías acercarte a él de nuevo, de una forma distinta, incluso serán más cercanos.

Chan negó.

—¿Alguna vez aprendiste un idioma? Tardas muchísimo tiempo, Min, años. No puedo dejar tanto tiempo.

—No tienes que aprender todo el idioma, sólo lo que quieras decirle.

Y Chris pensó que MinHo era un genio.

Le preguntó a la señora Lee si podría ayudarlo con su plan, y con vergüenza le explicó lo que había pasado, desde el beso hasta que Felix lo ignoraba.

La señora no se negó, y confesó que había notado un cambio en Felix en esos últimos días.

—¿Por qué no me lo dijeron antes, mocosos?— protestó la mujer, haciendo que el castaño se encogiera en la silla—. Lo dicen como si tuvieran miedo, como si estuviera mal, se ustedes se quieren tanto, ¿qué importa?

Chris se sentía regañado, pero a su vez agradecido.

—Chan, nadie a cuidado a Lixie tanto como tú. Y sí, puede que sea algo nuevo para mí esto de... las relaciones entre dos chicos, pero... le haces muy bien a mi hijo.

Chris sonrió.

—Y en mi parte, siempre lo supe, ¿crees que los padres somos tan ciegos como para no ver esas cosas?

¿Alguien más cree que la señora Lee se merece el cielo?

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