Bang Chan y Felix compartían habitación.

Los primos de Felix ya no vivían en esa casa, pero sus habitaciones seguían allí, donde podrían recibir visitas.

El chico mudo se dirigió al dormitorio sin decir nada, la señora Lee le hizo una seña a Chris para que él lo acompañara.

Encontró a a Felix ya metido en la cama, notó los temblores de su cuerpo, a causa del llanto, debajo de las sábanas.

—Felix...— Chris cerró la puerta para acercarse, notando al chico esconderse bajo las sábanas—. No, no.

Chris se sentó en el borde de la cama, pasando su mano sobre el cuerpo tapado en sábanas, haciendo círculos sobre su espalda para calmarlo.

—Mira, Felix, no sé qué pasa— dijo—. Creo que estás mal por el tema del médico, pero no importa, en serio, estoy contigo, todo va a estar bien.

Felix asomó el rostro fuera de las sábanas, se tomó su tiempo para sentarse, limpiando sus lágrimas, mirando a Chris  con ojos rojizos.

—¿Quieres decirme algo?— preguntó, el chico asintió, señaló sobre la cajonera, donde descansaba su cuaderno y su lapicera.

Chris se los alcanzó y espero a que el chico escribiera.

“Nunca te dije por qué no puedo hablar”.

—¿Quieres contarme?

Felix pensó en responder o no, pero en cambio escribió de nuevo en su cuaderno.

“¿Por qué crees que no puedo hablar?”.

—Siempre pensé que era por tus cuerdas vocales— dijo.

Felix negó, volvió a escribir.

“Mi cerebro no está conectado con mi parte de lenguaje. No puedo hacer sonidos”.

Chan leyó varias veces, no respondió y Felix volvió a escribir.

“Escuché que mamá te diría. Prefiero decírtelo yo”.

Chris vió las lágrimas en los ojos de Felix, se apresuró en abrazarlo, apretándolo con ganas pero sin mucha fuerza.

—No sé por qué estás triste por eso— dijo—. Espero que no pienses que eso va a afectar nuestra amistad o algo, Felix. Te quiero igual. Igual que lo he hecho todo este tiempo.

Felix se dejó abrazar por unos segundos, antes de dar unas palmadas en el pecho de Chan para que se separe.

Alzando su mano, Felix alzó el dedo meñique, para luego extender el lado índice y pulgar, en una seña.

Chan negó, no recordaba que Felix haya hecho ese gesto antes.

—No sé lo que significa.

Felix solo volvió a asentir, con una ligera sonrisa.

“Lo sé”.